22 Feb
el Modernismo y G98. Este movimiento literario, que se inició en Hispanoamérica de la mano de autores como José Martí, Manuel Gutiérrez Nájera o Rubén Darío; estuvo marcado por el anticolonialismo, la decepción ante el sistema político burgués y el irracionalismo. Además, desde el punto de vista artístico este movimiento se opuso a las corrientes artísticas precedentes y mercantilizó la cultura. El Modernismo tuvo como influencias básicas el parnasianismo y el simbolismo. El parnasianismo destacaba por su culto a la perfección formal, el desprecio del sentimentalismo y la incorporación de elementos como los mitos clásicos, los escenarios exóticos y las civilizaciones antiguas. El simbolismo, en cambio, analizaba el mundo como un conjunto de símbolos misteriosos que el poeta debía desentrañar. Se mostraba ligado a lo onírico y presentaba un estilo menos rígido. El Modernismo se desarrolló en dos etapas. La primera de ellas abarca desde la publicación de Azul… de Rubén Darío en 1888 hasta la publicación de Prosas profanas, del mismo autor, en 1896. En esta primera fase tuvo lugar un predominio del parnasianismo y una búsqueda del preciosismo formal. La segunda etapa, en cambio, abarca desde 1896 hasta 1914, fecha de inicio de la Primera Guerra Mundial. En esta fase hubo una mayor influencia del simbolismo, que se centró en lo íntimo y en la exploración del alma. El Modernismo no llegó a España hasta 1892, con lo que en nuestro país se manifestó sobre todo esta segunda etapa. En España el Modernismo cultivó todos los géneros, aunque lo que más trascendíó fue su poesía.
En cuanto a sus carácterísticas, podemos destacar el exotismo, el cosmopolitismo y el amor a la elegancia. Su constante necesidad de evasión centra las obras en escenarios ideales alejados de la realidad tanto en el tiempo como en el espacio. Además, recurren continuamente a referencias mitológicas, artísticas y musicales. El erotismo, el espiritismo y el misterio también tienen una gran importancia en esta literatura. En lo que respecta al terreno formal, los modernistas muestran un estilo y un lenguaje propios, llenos de musicalidad y refinamiento. Su léxico es brillante, raro y sugerente, está repleto de metáforas e imágenes y no dudan en recurrir a nuevos metros y estrofas de procedencia francesa o en desuso. En lo que respecta a los autores claves de este movimiento podemos destacar a Rubén Darío, Manuel Machado y Juan Ramón Jiménez.
Novecentismo,G14:designa a un grupo de autores españoles que se sitúan cronológicamente entre la Generación del 98 y la Generación del 27 y cuyo objetivo principal fue renovar la literatura y el arte de la época para conseguir una estética más propia del Siglo XX. Su contexto histórico es el convulso tiempo anterior a la Guerra Civil, caracterizado por la inestabilidad política y social: se agota la Restauración, se impone la Dictadura de Primo de Rivera, se proclama la II República, tiene lugar la Semana Trágica de Barcelona y se convoca la huelga general de 1917. Los escritores del 14 son intelectuales con formación académica y que adoptan una actitud europeísta con el fin de modernizar España. Su método se basa en el rigor y el análisis racional. Constituyen una minoría selecta que tiene la misión de impulsar y dirigir la modernización de España y cuya obra está destinada también a una minoría, capaz de comprender su arte conceptual (elitismo). Estéticamente, prefieren el arte puro, que no conmueve ni emociona, sino que se basa en la perfección formal. Cultivaron el ensayo, la novela y la poesía. Ensayo Ortega y Gasset destaca como ensayista por su estilo claro, elegante y por el uso de la metáfora y el símil. Sus ensayos tratan de diversos temas desde una perspectiva racionalista y vitalista. Entre sus numerosos títulos cabe mencionar La rebelión de las masas, donde propone un gobierno formado por personas capaces y preparadas que dirijan a una mayoría incapaz de pensar, y La deshumanización del arte, que ensalza el concepto de arte puro. También asociado al ensayo, Eugenio d’Ors acuñó el término novecentismo y fue conocido por sus Glosas, breves artículos de carácter ingenioso y de gran variedad temática. Novela La novela ofrece dos vertientes: la continuidad decimonónica y la intención renovadora de Gabriel Miró y Ramón Pérez de Ayala. Aunque parte de una primera etapa de influencia modernista, Gabriel Miró se define por su hondura lírica en novelas que profundizan en la psicología de los personajes e indagan en las sensaciones, pero que renuncian a trazar argumentos con mucha acción. Así se observa en obras como Nuestro padre San Daniel, que retrata una España atrasada y estancada en la superstición religiosa y la intransigencia moral. Por otra parte, Ramón Pérez de Ayala cultiva una novela intelectual de temas variados donde predominan las reflexiones de carácter moral y psicológico, así como la crítica social. En esta línea escribe Balarmino y Apolonio, Los trabajos de Urbano y Simona y Tigre Juan. Poesía El maestro indiscutible en poesía es Juan Ramón Jiménez, que será el gran renovador y también referente para los poetas del 27. En él se distinguen tres etapas: La primera es su época sensitiva, de corte modernita, sensorial y marcada por el intimismo y el simbolismo. Escribe obras como Arias tristes o La soledad sonora. Su segunda etapa da lugar a una poesía de carácter intelectual que se inicia con Diario de un poeta recién casado, de corte novecentista (poesía pura) y que va evolucionando a un estilo cada vez más depurado y estilizado. Finalmente, ya en el exilio, inicia su etapa verdadera, en la que se acentúa el tono metafísico y el hermetismo del poema a través del continuo uso de la imagen. Ejemplo de ello es Dios deseado y deseante.
Federico García Lorca
Autor de proyección internacional trágicamente asesinado al comienzo de la Guerra Civil. Los grandes temas de su producción son el destino trágico, la muerte inevitable y el amor imposible. En una primera etapa crea una poesía neopopular que establece un equilibrio entre un fondo popular y una expresión renovada (Romancero gitano). Más adelante su obra evoluciona hacia el Surrealismo. Así, en Poeta en Nueva York emplea las técnicas surrealistas para expresar su profundo dolor ante la injusticia y la deshumanización. Finalmente, en obras como Llanto por Ignacio Sánchez Mejías muestra una mayor densidad y fuerza simbólica. Lorca presenta ya desde sus inicios un lenguaje poético propio en el que los símbolos serán un elemento clave de su universo mítico.Rubén Darío, autor nicaragüense, es considerado el introductor del Modernismo en España. Su obra se puede dividir en tres etapas. En la primera (Azul…) destaca la influencia parnasiana y la búsqueda de la exterioridad sensible. En la segunda (Prosas profanas) se introducen nuevos temas más afines al simbolismo, se incide en el sentimiento del dolor y la intimidad atormentada va dando paso a poemas de contenido existencial. En su tercera etapa (Cantos de vida y esperanza) predomina la influencia del simbolismo y del Romanticismo y se da voz al desengaño vital y poético.
Pío Baroja
Este autor considera que la novela es un cajón de sastre en el que cabe todo lo que sirva para narrar. Sus novelas suelen tener un final abierto. Sus descripciones son ligeras. Muchas de sus obras están agrupadas en trilogías, en las que se refleja la evolución de los personajes. La lucha por la vida incluye La busca, La trilogía La tierra vasca incluye la novela Zalacaín el aventurero. La trilogía La raza, por su parte, incluye la obra más reconocida del autor: El árbol de la ciencia. En ella se observa un personaje pasivo y pesimista con el que se identifica el autor.
Antonio Machado
Su obra se divide en tres etapas. La primera de ellas se considera su etapa modernista (Soledades, galerías y otros poemas). La segunda, más ligada a las ideas de la generación del 98, presenta una poesía más intimista, a la que se suma la preocupación por España y la denuncia de la perversión, la maldad y la envidia (cainismo) que se están dando en Castilla. Esta regíón, antaño mística y guerrera, se muestra en completa degeneración. A esta época pertenece Campos de Castilla. Finalmente, en la tercera etapa su poesía se depura para expresar la esencia del sentimiento. Su tono se vuelve aquí más filosófico (Proverbios y Cantares). Su obra tiene un lenguaje depurado sin artificios, con un estilo claro y sobrio. En cuanto a la métrica, esta presenta una gran variedad.
A nivel morfológico, destaca la abundancia de sustantivos concretos que produce una gran sensación de Realismo, ( “ .”). También destaca el uso de adjetivos valorativos que cargan al texto de subjetividad y son típicos de la argumentación (“ …Inteligencia superior…,..Raza dominante”), también predominan los adjetivos pospuestos, (. Fenómenos naturales, hormiga pisoteada, destrucción asombrosa..”). Por ultimo observamos el uso de adjetivos superlativos que suelen denotar énfasis y expresividad, (..Insectos que fueron mas alegre..,.. Más solidas que..). En cuanto a los tiempos verbales, en su mayoría son de primera persona algo propio de los textos de carácter subjetivo, (. Sabemos, recluíamos, colecciónábamos..”)
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