25 Jul

La novela picaresca

Con la publicación de Guzmán de Alfarache (1599), de Mateo Alemán, el género continuó y afianzó la estructura novelesca de El Lazarillo:

  1. Relato autobiográfico y origen humilde del protagonista.
  2. Situación de deshonor aceptada o superada por el personaje.
  3. La lucha por la supervivencia como motor de la vida del pícaro.

Además, Mateo Alemán añadió otros caracteres que definieron este género:

  1. La intención moralizadora: se insertan sucesivos discursos moralizantes que provocan un proceso de «desnovelización», que influye en las novelas posteriores.
  2. La amargura y el sarcasmo provocados por el pesimismo y la visión desolada de la vida sustituyen al humor de El Lazarillo.
  3. La actitud social crítica, que refleja una imagen subjetiva y despiadada de la realidad, ocupa el lugar de la crítica benévola.
  4. El realismo de El Lazarillo se transforma en una estilización deformadora de la realidad.
  5. La naturalidad lingüística da paso a las nuevas orientaciones retóricas barrocas.

Quevedo, en su novela El Buscón (1626) culmina el proceso. Destaca en dos sentidos:

  1. De una parte, rompe con el modelo de novela picaresca al presentar a unos personajes caricaturescos y evitar la intención moralizante.
  2. De otra parte, acumula en el texto la riqueza de los recursos retóricos barrocos (hipérboles, juegos de palabras, antítesis y contrastes, agudezas verbales y toda clase de transformaciones semánticas).

La novela filosófico-alegórica

Baltasar Gracián (1601-1658), uno de los más geniales escritores de la época, es el representante indiscutible de este género. Nacido en Belmonte (Zaragoza), a los 18 años ingresó en la Compañía de Jesús y fue profesor en diversos centros de esta institución. Firmó con seudónimo las primeras obras que publicó, puesto que no podía escribir sobre asuntos que no fueran estrictamente religiosos.

Su obra más célebre es El Criticón, publicada en tres partes (1651, 1653 y 1657). Esta novela filosófica culmina el proceso de desnovelización iniciado por Guzmán de Alfarache con sus digresiones morales y continuado por El Buscón con su tratamiento caricaturesco:

  1. Utiliza la estructura de las novelas bizantinas para narrar el peregrinaje de sus dos protagonistas, por lugares alegóricos que se corresponden con las cuatro edades de la vida: niñez, juventud, madurez y vejez.
  2. Sustituye el tratamiento realista por el simbolismo y la reflexión filosófica sobre la existencia y la condición humanas, bajo el prisma de la intención moral, la visión pesimista del mundo y el concepto de la vida como una lucha llena de trampas para el hombre.
  3. Lleva el lenguaje a la máxima expresión del artificio barroco y el juego verbal. La obra de Baltasar Gracián se caracteriza por el hecho de que lleva el conceptismo al extremo: su ingenio verbal…

La desnovelización se produce en la novela cuando los elementos realistas que la configuran -personajes, espacios, anécdotas…- pierden su carácter realista y adquieren otra dimensión (simbólica, metafórica o alegórica) o cuando la propia novela en su conjunto sustituye su finalidad de imitación de la vida por otros fines (morales o éticos).

La prosa satírica

La sátira, que ya había aparecido en el Renacimiento con la obra anónima El Crótalon, se convirtió en el Barroco en una visión despiadada y cruel de la realidad; arremetió con igual fuerza contra vicios repelentes y contra defectos insignificantes.

El maestro indiscutible fue Quevedo, dotado de un espíritu crítico y burlón, y de una inagotable capacidad de ingenio para zaherir los vicios y las costumbres sociales. Su obra más relevante es la titulada Los sueños. Se trata de una obra de juventud que consta de cinco partes: Sueño del Juicio Final o Sueño de las calaveras, El alguacil alguacilado, Las zahúrdas de Plutón o Sueño del infierno, El mundo por de dentro y Sueño de la muerte.

El sueño es un recurso del gusto barroco que Quevedo utiliza para presentar las verdades del momento, creando danzas macabras en las que intervienen personajes reales y alegóricos.

La prosa moral y didáctica

Ante la armonía y sencillez de la prosa renacentista, en el Barroco se presenta una prosa compleja y difícil, acorde a la idea conceptista del arte literario. Responde a la realidad con un pesimismo y un desengaño radicales, mostrándola como ilusión, engaño, nada.

Esta prosa coincide con la picaresca en su actitud recelosa y en su visión negativa de la vida.

Francisco de Quevedo

Siguiendo la filosofía de Séneca, desde el punto de vista de la temática valoró el esfuerzo humano y el poder de la voluntad para alcanzar la virtud, la sabiduría o la prudencia. En cuanto a la estética, adoptó un discurso concentrado y elaborado, y un estilo repleto de recursos barrocos.

Baltasar Gracián

En sus tratados morales concibió la vida y la condición humana como una lucha llena de trampas que hay que vencer con armas como la prudencia, la astucia o la simulación. Entre sus obras destacan:

  1. El Héroe, con la que pretende la formación del individuo perfecto.
  2. El Discreto, en la que reflexiona sobre la conducta humana en las relaciones sociales.
  3. Oráculo manual y arte de prudencia, conjunto de trescientos aforismos en los que resume su pensamiento sobre el ser humano.

La comedia nueva

Lope de Vega protagonizó la renovación y consolidación de la fórmula teatral barroca, que adoptó el nombre de comedia nueva para distinguirse de la obra teatral clásica. Lope tomó conciencia de que el teatro español debía desligarse de la imitación clásica.

Entre sus logros, destacan estos:

  1. Armonizar lo aprovechable del teatro anterior (la mezcla de elementos cultos y populares o la mezcla de elementos líricos y cómicos con dramáticos), con unas formas más libres que se apartaban de las normas clasicistas.
  2. Ofrecer al público un teatro cercano y familiar, con gran variedad de temas (religiosos, históricos, de enredo, etc.). En su mayor parte, procedían de las crónicas, el romancero, la épica o la tradición popular.
  3. Encarnar el sentimiento monárquico, el concepto del honor, el orgullo nacional y la ortodoxia religiosa, aspectos enraizados en el pueblo.
  4. Agilizar el movimiento escénico creando historias amenas, dotadas de interés, gracia, picardía benévola y actitud apasionada; en resumen, de teatralidad.
  5. Concebir la pieza teatral como un espectáculo total, con una puesta en escena en la que primaron la peripecia argumental, los bailes, las canciones y las evoluciones del gracioso, un personaje clave.

Con el éxito y la respuesta del público, el teatro se profesionalizó y gozó de lugares fijos para su representación: los corrales de comedias.

Temas: el honor, la honra y el amor

  • El honor era privilegio de los nobles, heredado y fundamentado en el valor y el linaje de los antepasados. La comedia nueva igualó en este aspecto a señores con plebeyos y villanos, siempre que estos fueran limpios de sangre.
  • La honra era una virtud personal que no se heredaba y que se sustentaba en la opinión que los demás tenían de uno mismo; por eso importaba especialmente a las mujeres.

El honor y la honra tuvieron en la comedia española del Barroco un valor absoluto, equiparable a la vida, y su quiebra equivalía a la muerte social.

La deshonra se debía reparar hasta con la vida, y el orden social se restauraba mediante la venganza, que solo perdía su sentido ante el rey, porque este era origen del honor y principio del orden establecido, dado que su poder tenía carácter divino.

  • El amor. La conquista amorosa es otro de los ejes temáticos de muchas comedias, con enredos y argucias. Las historias de amor se daban entre nobles y, paralelamente, entre criados.

Personajes

Lope configura la comedia en torno a una estructura fija de personajes:

  • El galán. Reúne todas las virtudes y cualidades: juventud, generosidad, paciencia, capacidad de sufrimiento… Los sentimientos que lo mueven son el amor, los celos y la honra.
  • La dama. Dotada de gran belleza y linaje, es idealista, audaz y constante.
    Salvo raras excepciones, los personajes femeninos responden a la pasividad social que tienen en su tiempo. Es habitual que la dama se disfrace de hombre para realizar acciones masculinas, como la defensa de su honra.
  • El antagonista. Suele ser un noble que abusa de su poder; se contrapone a las virtudes del galán. Solo el rey puede castigarlo.

Renovaciones técnicas de la comedia nueva

La renovación de Lope no se limitó a los contenidos de las obras, pues afectó, sobre todo, a la técnica teatral. Por primera vez en Europa, un movimiento literario se apartaba del concepto de imitación aristotélica y reaccionaba contra las rígidas reglas del clasicismo. Los cambios técnicos fueron los siguientes:

  1. Reducción a tres actos de los cinco que presentaba la comedia clásica: planteamiento, nudo y desenlace.
  2. Concepción de la comedia como una intriga en movimiento de escenas, saltos de lugar y tiempo, y presentación de varios sucesos.
  3. Transgresión de la regla aristotélica de las tres unidades (lugar, tiempo y acción), que obligaba a mantener un solo lugar o espacio escénico, a desarrollar la trama en un solo día y a desarrollar una única línea argumental.
  4. Mezcla de lo trágico y lo cómico, lo cual supuso la aparición de una nueva forma, la tragicomedia o el drama, para designar los textos teatrales barrocos.
  5. Reacción contra la unidad métrica de la obra y uso de la polimetría, dependiendo del desarrollo de la acción: endecasílabos, por ejemplo, para los momentos graves y serios, y octosílabos para las situaciones más ligeras.
  6. Variedad de estrofas, dependiendo del desarrollo de la acción: el romance para la narración, el soneto para las declaraciones, la redondilla y la quintilla para los diálogos, las estrofas de arte mayor para los asuntos serios, etcétera.
  7. Decoro expresivo, es decir, cada personaje habla de acuerdo con su edad y condición.
  8. Convergencia de la acción dramática en el sentimiento amoroso y, más aún, en el tema de la…

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