La Pintura del Siglo XVII en Flandes, Holanda y España
1. Introducción
El Barroco es un estilo artístico que se extiende desde principios del siglo XVII hasta mediados del siglo XVIII. Su cuna está en Roma y desde allí se extenderá al resto de Italia y a todo el continente.
La variedad de circunstancias socioeconómicas, políticas y religiosas que se dan en esta etapa permiten hablar de dos tipos de Barroco:
- Un Barroco cortesano y católico, instrumento de propaganda de la Iglesia Católica contrarreformista y del Estado absoluto. Es el Barroco que se dará en Italia, Francia y España.
- Otro Barroco burgués y protestante, naturalista y laico. Es el Barroco que se dará en Inglaterra y Holanda.
En cualquier caso, pese a estas grandes diferencias, lo cierto es que existen rasgos estéticos comunes que permiten hablar de un mismo estilo artístico con diferentes variantes.
2. La Pintura del Siglo XVII en Holanda: Rembrandt
El enfrentamiento entre católicos y protestantes, el desarrollo del comercio y los deseos de independencia produjeron la escisión en el siglo XVII de los Países Bajos en Holanda (protestante) y Flandes (católica).
La región de Holanda experimentó un periodo de auge en el siglo XVII gracias a un importante desarrollo comercial marítimo y a una potente industria textil, que dio como resultado la aparición de una rica burguesía, orgullosa de su ascenso y de su trabajo y que valoraba positivamente el arte. Estos burgueses se convertirán en los principales mecenas del arte pero con unos intereses y una finalidad diferentes a los que tenía el arte en otras regiones.
Así, surgieron nuevos temas como los retratos individuales, los retratos de grupo (que representaban corporaciones como ayuntamientos, cofradías y hermandades), bodegones (como símbolo de abundancia económica), paisajes (como símbolo del auge urbano) y los cuadros de género, que representaban oficios realizados por artesanos (como símbolo de la valoración del trabajo). Los artistas más destacados de esta región fueron Vermeer, Frans Hals y sobre todo Rembrandt. En este último centraremos nuestra atención.
Rembrandt fue sin duda uno de los pintores más importantes del siglo XVII. Como Caravaggio, Rembrandt muestra un gran interés por los efectos lumínicos y utiliza preferentemente los colores (cálidos: ocres, marrones y tostados). Sin embargo, a diferencia de Caravaggio, no utiliza violentos contrastes de luz, sino que prefiere una luz suave y tamizada y un paso de la luz a la sombra diluido.
Además, muestra una gran facilidad para los retratos, gracias a su habilidad para reflejar la psicología de los individuos y para componer retratos de grupo. Sus obras más importantes son La ronda de noche y La lección de anatomía.
3. La Pintura del Siglo XVII en Flandes: Rubens
Flandes era la parte católica de los Países Bajos. Por eso, frente a la burguesía protestante de Holanda, en esta región los encargos eran hechos sobre todo por la aristocracia católica de la zona y la Iglesia. Los temas preferidos fueron los religiosos, sobre todo los referidos a la vida de los santos y a los Sacramentos, que rechazaba el protestantismo, pero también tuvieron gran importancia los retratos nobiliarios y las grandes composiciones mitológicas.
Sin duda, la figura más relevante de la pintura barroca flamenca fue Rubens, aunque también sobresalieron algunos de sus discípulos como Van Dyck o Jordaens.
Entre las características más sobresalientes de la pintura de Rubens destacan:
- El Dinamismo y movimiento de las figuras y la composición, con esquemas diagonales.
- El Colorido intenso y cálido, inspirado en la pintura veneciana, y la pincelada suelta.
- La Exuberancia de las figuras: hombres musculosos, mujeres carnosas y sensuales que se agrupan en composiciones de ritmo turbulento en formas enroscadas.
- Abordó todos los géneros: el religioso, el mitológico y el retrato. Como pintor religioso crea composiciones grandiosas y teatrales, con aspecto a veces de escenas cortesanas, como La Adoración de los Magos, que conectan con el sentido triunfal y el deseo de magnificencia de la iglesia católica. Los temas mitológicos son un pretexto para introducir desnudos dinámicos y actitudes teatrales movidas; son composiciones de tipo histórico alegórico en las que junto a los personajes de la historia aparecen las divinidades del Olimpo. A este género pertenecen Las Tres Gracias. Como retratista, crea un tipo de retrato cortesano, en el que más que la psicología del personaje, cuida el vestido y el escenario como símbolo de su categoría social. Uno de sus retratos más conocido es el Retrato Ecuestre del Duque de Lerma.
4. La Pintura del Siglo XVII en España: Diego Velázquez
El siglo XVII está considerado como el Siglo de Oro de la pintura española. A este periodo corresponden algunos de los pintores más reconocidos de la historia del arte español.
Aunque nuestros pintores comparten los rasgos propios de la pintura barroca, existen algunas notas peculiares como su marcado realismo que emplea tipos reales y escenarios cotidianos para hacer más comprensibles los temas religiosos; el predominio de la temática religiosa y especialmente de la expresión ascética o mística; la importancia del retrato así como de los bodegones; la ausencia de sensualidad de los personajes representados y el éxito alcanzado por el tenebrismo que permite expresar muy bien los valores de religiosidad extrema.
Existen tres focos principales de pintura barroca española: Valencia, que tiene como pintor más destacado a José Ribera (“el españoleto”); Sevilla, en la que sobresalen Zurbarán, Murillo y Valdés Leal; y por último Madrid, ciudad en la que desarrolló la mayor parte de su trabajo Velázquez.
En este último pintor centraremos nuestra explicación. Aunque a lo largo de su vida el estilo de Velázquez no dejó de evolucionar, como características generales de su pintura podemos citar las siguientes:
- Su obra se caracteriza principalmente por su detallada observación de la realidad: Velázquez no intenta idealizar lo que ve, sino plasmarlo en sus cuadros sin fantasías, de un modo naturalista, en un ambiente lleno de sencillez, reposo y serenidad.
- En su obra se da un claro predominio del color sobre la línea.
- En relación con el uso del color, su paleta se irá aclarando a lo largo de su vida, al igual que también evolucionará la manera de aplicar el color, desde la aplicación de la pasta de forma lisa y uniforme hasta la técnica nerviosa y suelta de sus etapas finales, en las que sus pinceladas se independizan de forma casi impresionista.
- La Utilización de la perspectiva aérea como medio de sugerir profundidad en sus cuadros.
- En sus cuadros la luz no solo sirve para iluminar y dar volumen a los objetos, sino que también es básica para lograr la sensación de perspectiva.
- En sus obras trató todos los temas, desde los mitológicos y los religiosos, hasta paisajes, desnudos o retratos.
A pesar de estas constantes en su obra, lo cierto es que a lo largo de su extensa carrera como pintor se pueden apreciar diferentes etapas que ponen de manifiesto una evolución del artista.
Etapas de Velázquez: Etapa 1 (Sevilla)
La primera de estas etapas, que desarrolla en Sevilla durante su juventud, se caracteriza por el tenebrismo y por la importancia de los temas costumbristas, aunque también hay obras religiosas. A este periodo pertenecen obras como El Aguador de Sevilla o Vieja Friendo Huevos.
Etapas de Velázquez: Etapa 2 (Madrid)
La segunda etapa se desarrolla en Madrid: Velázquez es nombrado pintor de cámara y se dedica sobre todo a los retratos cortesanos; en ellos reproduce la imagen del monarca, su familia y sus vasallos. Sus colores se aclaran y se produce un abandono paulatino del tenebrismo. Sus obras más representativas son el Triunfo de Baco, el Busto de Felipe IV y El Conde-Duque de Olivares.
Etapas de Velázquez: Etapa 3 (Primer Viaje a Italia)
La tercera etapa coincide con su primer viaje a Italia: su paleta se aclara y empieza a interesarse por el desnudo, la perspectiva y el paisaje. En esta etapa pinta La Fragua de Vulcano.
Etapas de Velázquez: Etapa 4 (Regreso a Madrid)
Tras su viaje a Italia regresa a Madrid, donde se abre una nueva etapa en su obra, la cuarta. Durante este periodo Velázquez vuelve a la pintura religiosa y perfecciona la perspectiva aérea en los retratos ecuestres, de caza y de bufones. La Rendición de Breda es la obra más significativa de este período.
Etapas de Velázquez: Etapa 5 (Segundo Viaje a Italia)
La quinta etapa coincide con su segundo viaje a Italia. Durante este periodo su técnica empieza a ser impresionista. Pinta principalmente retratos como el del Papa Inocencio X y una de sus obras más universalmente conocidas, La Venus del Espejo.
Etapas de Velázquez: Etapa 6 (Última Etapa en Madrid)
La sexta y última etapa se da de nuevo en Madrid, donde pinta únicamente retratos y cuadros mitológicos. Perfecciona la luz, el espacio y la captación del ambiente y de las imágenes, como se puede comprobar en Las Meninas. Otra de sus obras maestras de este periodo es el cuadro de Las Hilanderas.
La influencia de Velázquez será grande, no solo en los contemporáneos de la escuela de Madrid, sino también en pintores posteriores como Goya y en los realistas e impresionistas del siglo XIX.
Etiquetas: Barroco, España, Flandes, Holanda, Pintura, Siglo XVII
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