23 Jun
NARRATIVA POSTERIOR A 1975: la muerte de Franco en 1975 y la transición a un sistema democrático es un hecho que distingue la evolución de la cultura española el último cuarto del Siglo XX. La incorporación a la » aldea global» ha facilitado un cambio de mentalidad que nos iguala con el resto de Europa. Nuestros escritores se ven influidos por los movimientos del pensamiento posmoderno, que asegura que no hay valores definitivos y que la época de las grandes ideologías se ha perdido. No obstante, algunos críticos hablan de pensamiento Neomoderno, que supone una búsqueda de valores y criterios estéticos estables. Como Antonio Muñoz Molina y Soledad Puértolas.En lo que se refiere a la narrativa española, se puede comprobar algunos hechos: la incorporación de la mujer a la edición de novelas de gran aceptación del público. Rosa Montero. La incorporación de periodistas de la práctica de la novela (Pérez Reverté) se produce el mismo trasverse entre poesía y novela ( Andrés Trapiello) y por último hay que hablar de la recuperación del cuento literario ( José María Marín). Un cuarto aspecto sería la incorporación de autores nacidos en comunidades autónomas con lengua propia ( Bernardo Atxaga). Una visión general de la narrativa nos daría la imagen de una multitud de estratos y una pluralidad de registros. Se pueden observar ciertos rasgos comunes: la preferencia por los ambientes urbanos, preocupación por los problemas individuales entre los colectivos… Desde los años 80 se puede hablar de unas variantes narrativas como: la novela testimonial, la novela experimental, la lírica, histórica, novela sobre la Guerra Civil, de intriga, erótica y realista. Muchos de los narradores del Siglo XX continúan publicando como Carmen Martín Gaite. Los autores nacidos a partir de 1965 no nos han traído una ruptura estética pero recuperan el puesto por contar historias; sus novelas continúan con la diversidad de estilos y modelos. Por último, hay que hablar del cuento que vuelve a despertar el interés del público: cuento de terror, policíacos…Las principales líneas narrativas son: la novela histórica dónde encontramos a Eduardo Mendoza con LA VERDAD SOBRE EL CASO SAVOLTA que inaugura esta nueva etapa. Se caracteriza por el manejo de ingredientes novelisticos, siempre tratados con humor.Novela intimista con Julio Llamazares; su obra se caracteriza por su intimismo, el uso de un lenguaje preciso. Novela neorrealista con Luis Mateo diez (LA FUENTE DE LA EDAD). Novela policíaca con Antonio Muñoz Molina (EL INVIERNO EN LISBOA) combina el intimismo con las descripciones preciosistas y las digresiones. Novelas de crítica política con Juan Madrid (DÍAS CONTADOS) y por último novela culturalista con Javier Marías (CORAZÓN TAN BLANCO Y MAÑANA EN LA BATALLA PIENSA EN MÍ). Encontramos también a Manuel Vázquez Montalbán que creo una de las series de novela negra mas exitosas de la literatura española y Arturo Pérez Reverté cuya primera novela fue el Húsar.
LA POESÍA VANGUARDISTA: destaca Carlos Edmundo de Ory que publica sus poemas en una revista llamada POSTISMO. Su poesía reivindica la vanguardia. En Córdoba surge el grupo cántico que se caracteriza por la exigencia en el lenguaje y por el intimismo de sus temas.
En la década de los 50 encontramos la poesía social. Los autores de la poesía desarraigada abandona la temática existencialista y piensan que la solución está en convertir la poesía en un vehículo que sirva para ayudar a la gente. Los autores suavizan sus exigencias (José Hierro) para llegar a un mayor número de población. Destaca Gabriel Celaya y Blas de Otero (PIDO LA PAZ Y LA PALABRA). En la década de los 60 surge una nueva corriente llamada generación de los 50 que está formada por autores como Francisco Brines, Jaime Gil de Biedma, José Agustín Goytisolo etc. Se le denomina también poetas de la experiencia porque sus poemas hablan de la vida cotidiana y de la nostalgia de la infancia. Reivindican a Machado ya que consideran que la poesía es un buen medio de reflexión. Por último está la década de los 70 en la cual, en 1968, José María Castellet publica una antología de poesía que recoge los nuevos nombres y tendencias. Son los novísimos, nueve actores catalanes seleccionados por el editor; entre ellos destacan: Pere Gimferrer y Leopoldo María Panero. Esos autores van recoger influencias del mundo del cine, de los cómics… Gustan las formas vanguardistas, del humor y hace una poesía compleja. En los 80 encontramos la poesía posterior a los novísimos en la que encontramos una serie de grupos. La primera tendencia será la de los continuadores de la estética qué defienden el decadentismo y el culturalismo. Serán los llamados los novísimos de Luis Antonio de Villena. Sus temas eran de juventud perdida, la homosexualidad… La segunda tendencia será denominada como poesía de la reflexión, cuyos poetas, bajo el magisterio de María Zambrano, se plantea la creación partiendo de que la experiencia poética es inefable y la palabra un torpe instrumento. Para Jaime Siles el poema se convierte el lugar para la reflexión sobre la creación poética. La tercera tendencia viene a recuperar la tradición simbolista y surrealista; los autores más representativos eran Jorge Urrutia, Blanca Andreu y Ana Rossetti. La cuarta y última tendencia es la que más se diferencia. El poeta comienza a utilizar materiales de su experiencia personal, fomentar una comunicación directa, busca la complicidad con el lector, cuenta lo que le pasa…
A a partir de los 90 surge una poesía que se opone a la anterior, los autores han evolucionado principios del nuevo siglo hacer una escritura más visionaria y alejada de los acontecimientos cotidianos. Destacan Carlos Marzal y Álvaro García.
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