19 Jun

La Razón: Instrumento del Conocimiento

El texto explora la importancia de la razón como herramienta natural para adquirir conocimiento, especialmente destacando el enfoque crítico de Kant en su obra «Crítica de la razón pura». Kant propone un juicio a la razón, personificándola como acusado, juez y abogado, lo que refleja su análisis exhaustivo de la razón y el conocimiento científico en filosofía.

El Problema de la Metafísica y las Condiciones del Conocimiento

Dos temas principales se desarrollan: el problema de la metafísica y las condiciones del conocimiento científico según Kant.

  1. En cuanto a la metafísica, Kant la entiende como una disposición natural que lleva al ser humano a cuestiones más allá de la experiencia, pero no la considera una ciencia debido a la falta de necesidad y universalidad. Sin embargo, sugiere la posibilidad de crear una metafísica científica.

  2. En cuanto a las condiciones del conocimiento científico, Kant postula la necesidad de condiciones empíricas (a posteriori) y trascendentales (a priori), como el espacio, el tiempo y las categorías, para posibilitar el conocimiento sensible. Estas condiciones son universales, necesarias y anteriores a la experiencia.

Tipos de Juicios y la Posibilidad de la Ciencia

Se ven dos tipos de juicios característicos de la ciencia: analíticos y sintéticos.

  • Los juicios analíticos tienen el predicado implícito en el sujeto y son universales y necesarios.
  • Los juicios sintéticos amplían el conocimiento y son extensivos, pero no universales ni necesarios.

Además, se distinguen entre juicios a priori, conocidos independientemente de la experiencia, y juicios a posteriori, basados en la experiencia. Kant plantea que los juicios científicos deben ser sintéticos a priori, aunque cuestiona su posibilidad.

Ejemplos de Juicios Sintéticos a Priori

Kant presenta ejemplos de juicios sintéticos a priori en Matemáticas y Física.

  • En Matemáticas: «la línea recta es la distancia más corta entre dos puntos».
  • En Física: «todo lo que comienza a existir tiene una causa».

Estos juicios son sintéticos, universales y necesarios, y no dependen de la experiencia para ser válidos. Kant argumenta que estos juicios son posibles y constituyen la base de la Crítica de la razón pura, que explora cómo son posibles los juicios sintéticos a priori. Además, establece las tres facultades del conocimiento humano: sensibilidad, entendimiento y razón, y cómo se relacionan con las partes de la Crítica de la razón pura.

La Sensibilidad: Puerta al Conocimiento

El texto explora la sensibilidad según Kant, destacando que la presentación de un objeto activa nuestra capacidad receptiva, que él llama sensibilidad. Kant sostiene que el espacio y el tiempo son condiciones universales y necesarias para el conocimiento sensible, y los denomina formas a priori de la sensibilidad. Estas formas son anteriores a toda experiencia y estructuran todos los datos sensoriales.

Kant introduce el concepto de «fenómeno«, que se refiere a la combinación de datos sensibles y condiciones a priori. Además, destaca el giro copernicano en la filosofía kantiana, donde el objeto se adapta a la forma de conocer del sujeto, lo que impide conocer el objeto en sí mismo.

Relación entre Sensibilidad y Entendimiento

El texto explora la relación entre la sensibilidad y el entendimiento según Kant. Mientras la sensibilidad percibe los objetos, el entendimiento los comprende, y ambas funciones son necesarias para el conocimiento. El entendimiento unifica y coordina los datos de la sensibilidad mediante conceptos y juicios.

  • Los conceptos se dividen en empíricos (provenientes de la experiencia) y puros o categorías (a priori).
  • El entendimiento aplica espontáneamente estas categorías a los fenómenos para formular juicios.

En total, hay doce categorías que representan las formas posibles de juicios.

La Razón Teórica y la Razón Práctica

El texto aborda la distinción entre la razón teórica y la razón práctica según Kant.

  • La razón teórica se ocupa de conocer cómo son las cosas.
  • La razón práctica se enfoca en determinar cómo debe ser la conducta humana.

Kant destaca que la ética previa era «material«, basada en un concepto de Bien preestablecido, lo cual no es válido para él. Considera que una ética material es empírica, hipotética y heterónoma, ya que se basa en la experiencia, en medios para un fin y recibe los preceptos desde fuera de la razón, respectivamente. En contraste, Kant busca una ética universal, no basada en la experiencia y autónoma, donde los principios éticos emanan de la propia razón.

La Ética Formal de Kant

El texto aborda la ética formal propuesta por Kant, que carece de contenido externo y se centra en cómo se deben realizar las acciones en lugar de dictar qué acciones realizar. Esta ética es a priori, categórica y autónoma. Kant sostiene que el deber determina lo que es moralmente correcto, en lugar de que el bien determine el deber, y que el único móvil moralmente válido es el respeto por la ley que la propia voluntad se impone. El valor moral reside en el móvil que determina la acción, no en el fin ni en los medios.

Kant presenta el imperativo categórico como el principio fundamental de la moralidad, que declara que las acciones deben ser universales y necesarias en sí mismas. Además, destaca la autonomía de la voluntad y la importancia de someterse al deber como ejercicio de libertad.

La Metafísica y la Razón Práctica

El texto expone cómo Kant aborda la metafísica en su obra «Crítica de la Razón Pura», donde señala la imposibilidad de la metafísica como ciencia para conocer objetivamente conceptos como el alma, Dios, la libertad y el mundo. Sin embargo, Kant no niega su existencia y afirma que su realidad objetiva puede ser establecida por el uso práctico de la razón a partir de la experiencia moral. En este enfoque, la ética fundamenta la metafísica y la razón práctica ordena a la razón especulativa afirmar estas realidades como existentes. Estos conceptos, como la libertad, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios, son considerados postulados de la razón práctica, actos de «fe práctica» necesarios para la vida moral.

s para la vida moral.

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