18 Jun

La Guerra Carlista y la Regencia de María Cristina

Tras la muerte de Fernando VII, su esposa María Cristina asume la regencia hasta que su hija Isabel tenga edad para gobernar. Sin embargo, el hermano de Fernando, Carlos, con el apoyo de los absolutistas, inicia una guerra civil para reclamar el trono.

Primera Guerra Carlista (1833-1839)

La guerra se prolonga durante seis años y enfrenta a liberales y conservadores. Los carlistas, con fuerte presencia en Navarra y el País Vasco, buscan restaurar el Antiguo Régimen. Los isabelinos, por su parte, cuentan con el apoyo de la nobleza, la burguesía y parte del clero.

  • Fase 1: Carlos establece un gobierno alternativo en Navarra y obtiene varias victorias. Sin embargo, su mejor hombre, el general Zumalacárregui, muere por una bala perdida. Se rumorea que fue asesinado por facciones carlistas. Carlos no asiste a su entierro.
  • Fase 2: El ejército carlista recorre España buscando apoyo, pero no lo encuentra y regresa al País Vasco. Intentan tomar Madrid sin éxito, lo que desmoraliza a las tropas.
  • Fase 3: Ambos bandos, agotados por la guerra, acuerdan el Abrazo de Vergara. El general carlista Maroto firma la paz con Espartero, reconociendo la derrota pero asegurando la integración de los militares carlistas en el ejército isabelino. Carlos, en desacuerdo, se exilia en Francia.

El Gobierno de María Cristina (1833-1840)

Durante la regencia de María Cristina, se suceden diversos gobiernos con el objetivo de estabilizar el país y consolidar el liberalismo.

  • Martínez de la Rosa establece un gobierno moderado y aprueba el Estatuto Real, una constitución limitada. Las elecciones, con un censo muy restringido, muestran el deseo de mayores reformas.
  • Mendizábal, un liberal progresista, impulsa la desamortización, confiscando y vendiendo propiedades de la Iglesia para financiar la guerra carlista. Sus reformas, consideradas demasiado radicales por la regente, provocan su dimisión.
  • El motín de La Granja (1836), protagonizado por progresistas, obliga a María Cristina a aceptar la Constitución de 1812.
  • Se aprueba la Constitución de 1837, de carácter progresista, que establece la libertad de industria y prensa.

Isabel II: La Década Moderada y el Bienio Progresista

Con Isabel II en el trono a los 13 años, se inicia la Década Moderada (1844-1854), dominada por los gobiernos moderados de Narváez.

La Década Moderada (1844-1854)

  • Se promulga la Constitución de 1845, de carácter conservador.
  • Se busca un Estado centralizado y uniforme.
  • Se restablecen las relaciones con la Iglesia y se suspende la desamortización.
  • Se reforma el sistema electoral, restringiendo el derecho al voto a las clases adineradas.
  • El matrimonio de Isabel II con su primo Francisco de Asís desencadena la Segunda Guerra Carlista (1846-1849).

El Bienio Progresista (1854-1856)

El descontento popular y la Vicalvarada, un pronunciamiento militar liderado por O’Donnell, ponen fin a la Década Moderada e inauguran el Bienio Progresista.

  • Espartero regresa al poder como jefe de gobierno.
  • Se redacta la Constitución de 1856, que no llega a promulgarse.
  • Se reanuda la desamortización.
  • Se permite la inversión extranjera en los ferrocarriles.
  • Las revueltas en Barcelona y la crisis de gobierno provocan la dimisión de Espartero.

El Gobierno Largo de O’Donnell y la Caída de Isabel II

Tras el Bienio Progresista, O’Donnell lidera el Gobierno Largo (1858-1863), caracterizado por un importante crecimiento económico.

  • Se impulsa la construcción del ferrocarril y la mecanización de las fábricas.
  • Tras la muerte de O’Donnell y Narváez, la inestabilidad política se apodera del país.
  • La Revolución Gloriosa de 1868, liderada por Prim, depone a Isabel II y abre paso al Sexenio Democrático.

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