19 Dic
En el ámbito de la filosofía este término fue usado por primera vez por Platón en La República para referirse a la comprensión de la naturaleza divina por medio de la razón.
Más tarde, Aristóteles empleó el término en numerosas ocasiones, identificándola como filosofía primera, más tarde llamada Metafísica por sus seguidores.
Agustín de Hipona llamó teología natural al estudio de Dios y sobre ésta situó la teología sobrenatural fuera del campo de acción de la filosofía.
Más tarde, Leibniz creó el término Teodicea. Leibniz se refería con teodicea a una “defensa de Dios” para justificar la existencia del mal y la bondad de Dios.
Tomás de Aquino y la teología
Tomás de Aquino distingue la doble dimensión de la teología:
- Teología racional, natural o filosófica. Explicar a Dios usando solo argumentos racionales. Pero hay algunos aspectos de Dios que sí se pueden probar por medio de la razón. Llega a mostrar que la razón es compatible y complementaria con la Fe.
- Teología revelada o sobrenatural. Se basa en los datos que sabemos por Fe y usa la razón y la filosofía para explicarlos mejor. Su finalidad es comprender mejor la Fe y entender lo que Dios ha dicho usando la filosofía como instrumento.
La existencia de Dios no es algo evidente, por tanto necesita demostración.Entre las pruebas racionales de la existencia de Dios podemos diferenciar dos tipos:
- Las pruebas a priori: que parten de la idea de Dios sin necesidad de recurrir a la experiencia. Argumento ontológico (utilizado por San Anselmo y Descartes).
- Las pruebas a posteriori: parten de la experiencia que podemos observar por los sentidos. Son pruebas cosmológicas, utilizadas por Santo Tomás.
El argumento ontológico
Anselmo definió a Dios como:
- Dios es el ser más perfecto que puede llegar a ser pensado.
- Esta idea de ser perfecto la tenemos todos, incluso en la persona que niega la existencia de Dios (porque sino, no podría negarlo).
- Si consideramos que es más perfecto un ser que existe que un ser que no existe entonces, Dios debe existir en la realidad, porque sino, no sería el más perfecto posible. Le faltaría una perfección: la existencia.
Para Tomás de Aquino, nuestro conocimiento de Dios debe basarse en la experiencia que tenemos en el mundo. Solamente a partir del conocimiento del mundo puede la mente humana elevarse hasta el conocimiento de Dios.
Un razonamiento que parte del mundo para llegar a Dios es un razonamiento que va del efecto a la causa y sigue una misma estructura:
- Punto de partida: un hecho de experiencia.
- Aplicación de la teoría de la causalidad a esa experiencia.
- Imposibilidad de una serie infinita de causas: porque no explicaría nada. Si hay efectos ha de haber una causa primera.
- Término final: necesidad de la existencia de Dios.
1) La primera vía se funda en el movimiento. “Hay cosas que se mueven (hecho de experiencia), pero todo lo que se mueve es movido por otro. Pero, si lo que mueve a otro es, a su vez, movido, es necesario que lo mueva un tercero, y éste a otro. No se puede seguir al infinito. Es necesario llegar a un primer motor que no sea movido por nadie, y éste es el que todos entienden por Dios”.
2) La segunda vía se basa en la causalidad eficiente. Encontramos en la naturaleza un orden de causas eficientes. Y como no podemos proceder hasta el infinito en el encadenamiento de las causas, hemos de admitir una causa eficiente primera, a la que llamamos Dios.
3) La tercera vía es la vía de contingencia. Hay cosas que aunque son (existen), podrían no ser (no existir), es decir, hay cosas contingentes. Si todo es contingente, significa que alguna vez no hubo nada. Y entonces nada pudo empezar a ser (porque de la nada no surge nada). Tiene que haber algo que no puede dejar de ser, que existe necesariamente y del cual todo lo demás ha recibido la existencia. Este ser necesario, al cual llamamos Dios.
4) La cuarta vía es la vía de los grados de perfección. En lo sensible percibimos la existencia misma de grados de perfección. Como todo grado de perfección existe en virtud de una causa de grado superior, debe haber algo “absolutamente bueno”, “absolutamente verdadero”. Es más o menos en un orden cualquiera sólo se explica porque el más o menos incluya una relación a algo que en este orden es lo máximo. Debe, pues, haber un ser que sea lo más verdadero, bueno, justo, y que sea la causa de los demás seres: Dios.
5) La quinta vía se toma del orden de las cosas. En el mundo reina un orden, que no puede ser fruto del azar, de la casualidad, sino de una inteligencia superior al mundo que lo sujeta a leyes y le imprime una finalidad; está inteligencia ordenadora del mundo es Dios. Esta inteligencia ordenadora ordena porque tiene ella misma un fin esencial. Cómo este proceso no se puede repetir indefinidamente tiene que haber una inteligencia suprema que se ella misma a la vez causa eficiente primera y fin absoluto.
Agustín de Hipona. En ella se encierra una de las verdades más profundas de la antropología cristiana: hemos sido hechos por Dios y para Dios. Eso explica en cierto modo la estructura de nuestro ser: al desear la felicidad, estamos deseando a Dios, quizá sin saberlo.
Pascal. Su argumento no es racional sino vital. Un juego en el que hay cara o cruz. Cara (Dios existe), cruz (Dios no existe). Si apostamos cara y ganamos, lo ganamos todo. Pero si perdemos, no perdemos nada. La cuestión no es tanto si se ha apostado el bien o no, sino que hay que tomarse en serio la apuesta.
La relación entre razón y fe en la filosofía
El problema de la relación entre la razón y la fe fue un problema clásico de todo el pensamiento judío, árabe y cristiano. La filosofía de Platón, relativamente fácil de armonizar con la Biblia. El descubrimiento de las obras de Aristóteles supuso también descubrir una explicación racional del mundo y del hombre independiente de las verdades cristianas
Se demuestra que hay una visión del mundo (la aristotélica) que es autónoma e independiente de la fe, de forma que la filosofía puede aspirar a ser independiente de la teología.
Había afirmado que existen dos verdades: la verdad de la fe y la verdad de la razón. La verdad racional es autónoma e independiente de la fe. Según Averroes son dos verdades que pueden entrar en conflicto. Lo verdadero para la razón puede ser falso para la fe y viceversa.
Tomás de Aquino y la relación entre razón y fe
Tomás de Aquino rechaza la “teoría de la doble verdad” de Averroes. Distinción entre la verdad teológica o revelada (fe) y la verdad filosófica (razón); cada una tiene su propio camino de acción: a la filosofía corresponde el campo de la verdad natural y a la teología el de la verdad sobrenatural. Para Tomás de Aquino no puede haber conflicto entre ambas porque las dos proceden de Dios y son distintas, pero no contradictorias. Para Santo Tomás no hay conflicto entre razón y fe, sino armonía. Esta armonía se muestra en el hecho de que hay verdades que son a la vez de razón y de fe (por ejemplo, la existencia de Dios), razón y fe son dos caminos para llegar a la misma verdad. Supongamos que hay contradicción entre fe y razón. podemos estar seguros que la fe siempre tiene la verdad y que es filósofo que usa la razón el que se ha equivocado en sus argumentos. De hecho, nos hemos confundido nosotros, personalmente, y porque la razón humana como tal no se equivoca, y por otro lado la revelación tampoco. Dice que la fe colabora con la razón en buscar la verdad: la fe es una norma o criterio (extrínseco) para la razón. Pero la razón también ayuda a la fe, porque ayuda a ordenar racionalmente las afirmaciones de la fe en la teología.
Fideísmo: Es un término filosófico que niega el poder de la razón humana y afirma que el acto fundamental del conocimiento, consiste en un acto de fe, y el criterio de la certeza es la autoridad. El fideísmo afirma que a Dios no se puede llegar por la razón, sino solamente a través de la fe. Esta teoría es defendida por el Islam o por el protestantismo (como el hombre es un ser corrompido por el pecado, la razón es incapaz de llegar a Dios: solo queda la Fe). Para el catolicismo el fideísmo es una herejía.
El cientificismo: afirma la aplicabilidad universal del método científico y el enfoque científico, y la idea de que la ciencia empírica constituye la cosmovisión más acreditada o la parte más valiosa del conocimiento humano, con la exclusión de otros puntos de vista. Es la creencia de que la ciencia resolverá todos nuestros problemas “significativos”. Cuando se busca la unidad del saber desde una perspectiva atea o materialista, fácilmente se acaba admitiendo, con una especie de fe irracional, tesis que ni se puede demostrar ni comprobar ni realmente se entienden.
1. El ser humano busca conocer la verdad de las cosas y no sólo opiniones. Su búsqueda tiende hacia una verdad que pueda explicar el sentido de la vida. “En la vida de un hombre, las verdades simplemente creídas son mucho más numerosas que las adquiridas mediante la comprobación personal.
2. La fe no es irracional (contraria a la razón) sino que ayuda a la razón para conocer realidades que le exceden, pero eso no significa que sea irracional.
3. La fe no puede subsistir sin la razón; la fe, privada de la razón, se reduce a sentimiento, corriendo el riesgo de dejar de ser una propuesta universal.
Por eso el cristianismo siempre buscó la filosofía para explicar mejor la fe y no recurrió al mito. El cristianismo sabe que el mundo tiene un orden lógico y racional porque es fruto de una inteligencia creadora y no del azar o del destino.
El agnosticismo
El agnosticismo es la postura que considera que los valores de la verdad de ciertas afirmaciones son desconocidas o inherentemente incognoscibles.
No niega que Dios exista sino la validez de cualquier demostración teórica a favor o en contra.
Para Kant no se puede conocer más allá de la experiencia. Kant se queda sin poder conocer a Dios, ya que aunque no se puede criticar racionalmente su existencia tampoco se puede defender, por lo que sólo rescata los contenidos de la fe mediante la ética, mediante lo que debo hacer (imperativo categórico). A Dios sólo se accede como un postulado: una creencia exigida para fundamentar la ética y la moral y dar sentido a la vida.
El ateísmo
Es la doctrina que niega la existencia de Dios y particularmente, de un ser personal, libre e inteligente que rija el mundo. Se niega la existencia de Dios porque limitaría la autonomía y la libertad del ser humano. Dos autores influyeron en la difusión de este planteamiento:
Marx. Los principios del marxismo respecto a la religión son:
- Valora la religión como un conjunto de ideas engendradas por la dependencia del hombre respecto de algo que le dé seguridad.
- Existe un vínculo entre la religión y las clases poderosas interesadas en que el pueblo tenga ilusiones religiosas y sociales que les impiden rebelarse.
- Aclara que la lucha contra la religión, es en primer lugar, una lucha contra las órdenes socioeconómicas, de los cuales es su reflejo deformado.
- Concluye que la superación de la religión es una de las premisas básicas para liberar la actividad de las masas y dirigirla a la lucha por la transformación de las condiciones de la vida terrenal.
Nietzsche. Según él, la cultura occidental está viciada desde su origen, porque el error más peligroso de todos consiste en intentar instaurar la racionalidad a toda costa. Todo aquello que se opone a todos los valores del existir instintivo y biológico del hombre. Tres mundos que son inventados por el hombre occidental y que son síntomas de su decadencia: el mundo racional, el mundo moral y el mundo religioso.
En concreto su crítica se dirige a la religión cristiana. Para Nietzsche la religión nace del miedo y del horror que el hombre tiene de sí mismo. Se trata de la incapacidad de asumir unos su propio destino.
Estos autores no hacen una demostración rigurosa de su ateísmo: no intentan demostrar nada. Ambos lo defendieron dándolo por supuesto. Kant señaló que la existencia de Dios “hay que darla por supuesto” pero no se puede demostrar y Marx y Nietzsche afirmaron que la no existencia de Dios era algo evidente.
Conclusiones
1. Hay una clara distinción entre razón y fe. Filosofía y teología son ciencias distintas, cada una de ellas tendrá su objeto y método propio de conocimiento. La filosofía se ocupará del conocimiento de las verdades naturales; y la teología se ocupará del conocimiento de las verdades reveladas.
2. No hay contradicción entre razón y fe. Si encontramos una contradicción, tenemos que revisar nuestros razonamientos, porque nos hemos tenido que equivocar en algún sitio. Lo que es verdadero según la sabiduría divina, no puede ser falso según la sabiduría humana.
3. Hay una zona de común a ambas. Son aquellas a las que puede accederse a través de la fe y de la razón (por ejemplo: Dios existe y es uno, Dios sostiene el ser del mundo y la inmortalidad del alma humana). La existencia de contenidos comunes a la fe y a la razón permite que el filósofo llegue a establecer argumentos racionales sobre Dios, el hombre, la ética, y que esos argumentos coincidan con lo que afirma la fe.
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