18 May

La Constitución de 1876

Se convocaron elecciones a Cortes Constituyentes por sufragio universal. El proceso electoral fue manipulado para asegurar una amplia mayoría a los candidatos del gobierno. La Constitución de 1876 es un texto flexible, con el objeto de permitir gobernar de manera estable a los partidos que acepten el sistema. Su inspiración es doctrinaria y conservadora.

La declaración de derechos y deberes recoge casi todas las conquistas de 1869. Su concreción se remite a las leyes ordinarias y estas tendieron a restringirlos como los derechos de imprenta y expresión.

Respecto a los poderes del Estado, la Constitución vuelve al principio de soberanía compartida. Las Cortes son bicamerales, con una Cámara Alta y compuesta por tres senadores. Los diputados del Congreso son elegidos por sufragio directo pero el sistema de votación lo decide el partido gobernante.

El poder ejecutivo lo ejerce la Corona a través de los ministros, que responden ante las Cámaras. El Rey elige libremente al jefe de gobierno y no es responsable ante las Cortes. El texto mantiene el poder judicial y la unidad de códigos.

La cuestión religiosa se resuelve mediante el reconocimiento de la confesionalidad católica del país y la garantía del sostenimiento del culto y del clero. A cambio, una ambigua libertad de creencias permite otros cultos.

El Rodaje del Sistema: La Revolución Política hasta 1885

El Partido Conservador estaba liderado por el propio Cánovas. Su programa se basaba en la defensa del orden social, de la monarquía y de la propiedad. Los conservadores comenzaron a abolir los fueros vascos, con el objetivo de conseguir la plena uniformidad jurídica y política. Se restableció la censura y pasó a ser delito cualquier ataque a la monarquía. Se cerraron los periódicos, se recortaron las libertades de reunión y los sindicatos obreros permanecieron prohibidos. Estableció un sufragio muy restringido.

Se fundó el Partido Liberal, bajo el liderazgo de Sagasta. Sus miembros aceptaron la monarquía y la Constitución. En 1881 Cánovas dimitió y dejó paso al primer gobierno del Partido Liberal. Sagasta tomó medidas para terminar con las restricciones de la libertad de expresión: limitó las denuncias por delitos de imprenta, devolvió sus cátedras a los profesores represaliados. Pero no se atrevió a llevar más lejos las reformas. Pronto se produjeron disturbios y manifestaciones. El gobierno de Sagasta reprimió las protestas populares y procesó a los golpistas.

El Falseamiento del Sistema: Caciquismo y Corrupción Electoral

En 1885 era evidente que el funcionamiento constitucional experimentaba una clara adulteración. Cuando un partido experimentaba el desgaste de su gestión, se sugería a la Corona el nombramiento de un nuevo gobierno. El nuevo presidente era siempre el líder del partido y recibía el decreto de disolución de las Cortes y la convocatoria de nuevas elecciones. Entonces actuaba su recién nombrado ministro de Gobernación, que fabricaba los resultados desde el llamado encasillado del ministerio, adjudicando escaños a partidarios o adversarios, en función de los acuerdos que se pactaban con la oposición.

A continuación se procedía a manipular las elecciones a través de la extensa red de caciques y autoridades repartida por todo el país. Dado el analfabetismo y el férreo control, conseguir el resultado pactado era sencillo. La certeza de que las elecciones eran inútiles provocó una progresiva indiferencia hacia la vida política. El falseamiento electoral funcionó. Pero después comenzó a resquebrajarse, con el establecimiento del sufragio universal, la difusión de la prensa y el surgimiento de partidos ajenos al turno.

La Regencia de María Cristina (Mujer de Alfonso XII)

En 1885 murió Alfonso XII. Quedó como regente su segunda esposa María Cristina de Habsburgo. La necesidad de garantizar la estabilidad llevó a Cánovas y Sagasta a establecer un acuerdo, llamado el Pacto del Pardo. Se comprometieron a apoyar la regencia, a facilitar el relevo en el gobierno cuando éste perdiera su prestigio y apoyos en la opinión pública, y a no echar abajo la legislación que cada uno de ellos aprobara en el ejercicio del poder. Ambos partidos cumplieron el acuerdo, lo que permitió superar la prueba de fuego de la muerte del rey. El Pacto del Pardo contribuyó a agudizar la corrupción política y a falsear la voluntad popular.

La Evolución Política entre 1885 y 1895

En 1885 y 1890 gobernó el Partido Liberal, con Sagasta. El gobierno de Sagasta puso en marcha un programa político bastante más aperturista. Se restableció la libertad de cátedra y se amplió la libertad de expresión. Se restableció la libertad de asociación. Otras leyes que contribuyeron a desarrollar la Constitución fueron el nuevo Código Civil y la recuperación de la vieja conquista del Sexenio. La reforma más importante fue el sufragio masculino. Pero sus efectos fueron amortiguados por la manipulación electoral.

En 1890 y 1892 gobernaron los conservadores. Lo más significativo fue la aprobación de la Ley de Aranceles de 1891, mediante la que se establecía una rígida política proteccionista. Los liberales volvieron a gobernar desde 1892. Lo más destacado fue el proyecto de reforma de la administración y gobierno de Cuba, que tropezó con la oposición cerrada de los intereses indianos.

El Regeneracionismo y Revisionismo Político. Características de la Vida Política

Entre 1902 y 1923 transcurre una permanente crisis política que afecta a la Restauración. Las causas de esa inestabilidad fueron diversas. Hay que mencionar la personalidad del rey. Alfonso XIII jugó un papel activo: se implicó en los cambios de gobierno, participó en la acción política y se rodeó del sector más conservador del generalato. Su actitud de apoyo a la dictadura sería decisiva para el descrédito final.

Una segunda causa fue la división de los partidos del turno, provocada por la desaparición de los dirigentes y las luchas entre los nuevos políticos. Ni liberales ni conservadores tuvieron líderes claros. El progresivo debilitamiento el caciquismo restó eficacia. Las denuncias de los regeneracionistas obligaron a limitar las manipulaciones en las zonas agrarias. Al fraccionamiento parlamentario contribuyó la aparición y el crecimiento de otros partidos políticos. En 1917 ningún partido era capaz de formar gobierno por sí solo.

Los Problemas del País

A lo largo del reinado hubo una serie de problemas. Primero, el aumento de las luchas sociales. Ante las demandas obreras, la acción de los gobiernos fue escasa, y las posiciones cada vez más enfrentadas entre patronos y trabajadores. Segundo, la reaparición de la cuestión religiosa. Socialistas y un sector significativo del parlamento liberal reclamaron que se recortara su poder. El anticlericalismo se fue extendiendo por buena parte de la opinión pública. Tercero, el llamado problema militar. En las fuerzas armadas sobraban oficiales y faltaban recursos materiales. A un estamento militar herido se enfrentaban sectores antimilitaristas y una prensa que acusaba a los militares de derrota.

La cristalización del movimiento nacionalista fue percibida como otro problema. Para los políticos conservadores el nacionalismo equivalía a riesgo de disgregación de la patria. Hay que mencionar el problema de Marruecos. Tras el desastre, la posibilidad de reconstruir allí el imperio suscitó las esperanzas de los colonialistas españoles. En 1906 la Conferencia de Algeciras concedió a Francia y España el protectorado conjunto sobre el norte de África. En los años siguientes las compañías españolas comenzaron a explotar las riquezas mineras de la región.

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