08 Dic

El Sistema Canovista y la Restauración Borbónica

El Retorno de la Monarquía

Tras el golpe del general Pavía, se instauró una dictadura personal del general Serrano. Su posición era frágil y crecía el apoyo a la causa alfonsina. Alfonso firmó el Manifiesto de Sandhurst, que garantizaba una monarquía dialogante y constitucional. Martínez Campos y Jovellar se pronunciaron el 29 de diciembre y Alfonso XII fue proclamado rey.

Cánovas del Castillo fue la figura clave de la Restauración. Su primer objetivo fue asentar la Monarquía, recuperando el prestigio compartiendo la soberanía con las Cortes. El nuevo régimen debía acoger todas las tendencias liberales, conseguir una constitución que durase y permitiera gobernar a distintos partidos, y acabar con el pronunciamiento como vía para tomar el poder.

El modelo ideal de parlamentarismo era para Cánovas el británico. Se basaría en la existencia de dos grandes partidos que se turnarían en el poder respetando la obra legislativa de sus antecesores.

La Corona fue restablecida por los políticos conservadores, los hombres de negocios y los mandos militares, con intereses comunes:

  • La defensa del orden social y la propiedad.
  • La Monarquía como garantía de estabilidad.
  • La identificación de la República con la anarquía y la subversión.
  • La unidad de la patria y el mantenimiento de las colonias.

La Constitución de 1876

Es un texto flexible de inspiración doctrinaria y conservadora. La declaración de derechos y deberes es amplia, pero las leyes ordinarias tendieron a restringirlos. Soberanía compartida entre Cortes y rey. Las cortes son bicamerales; hay tres tipos de senadores (por derecho propio, por designación real y elegidos por las corporaciones y los mayores contribuyentes). Los diputados del Congreso son elegidos por sufragio directo, pero será el partido gobernante el que decida el tipo de sufragio mediante la ley electoral. Centralismo: suprimidos los fueros vascos. Confesionalidad católica del país con una ambigua libertad de creencias.

El Turno de Partidos y el Caciquismo

Existencia de dos partidos que se turnarían pacíficamente en el poder:

  • El Partido Conservador, liderado por Cánovas y luego por Silvela, aglutinó a liberales moderados, miembros de la Unión Liberal, progresistas y católicos tradicionalistas. Políticamente se situaron a la derecha.
  • El Partido Liberal o Fusionista, encabezado por Sagasta. Representó la izquierda liberal y atrajo a conservadores desencantados con Cánovas y antiguos demócratas y progresistas del Sexenio.

Es lo inverso a una democracia de masas auténtica. Para garantizar la victoria electoral, cada grupo procedía a la manipulación de las elecciones. El sistema del turno se basaba en una red de relaciones personales con amigos políticos que prestaban apoyo al partido a cambio de favores.

El Ministro de Gobernación controlaba el proceso electoral a través de los gobernadores civiles y los caciques mediante el encasillado. Este sistema, conocido como caciquismo, conseguía que un sector importante de las clases populares no acudiera a votar, ya que las consideraba una farsa inútil; era más eficaz en las áreas rurales.

El turno de partidos se inició en 1881 cuando el rey llamó a gobernar a Sagasta en vez de a Cánovas.

La Oposición al Sistema: Regionalismo y Nacionalismo

Debilidad de la oposición. Partidos antidinásticos: carlistas, republicanos y corrientes nacionalistas.

Los carlistas se encontraban a la derecha del sistema. Tras su derrota en 1876 (Tercera Guerra Carlista), se dividieron en dos grupos: los que rechazaban el régimen y los que creyeron más conveniente crear un partido político y luchar dentro de la legalidad.

Los republicanos se encontraban a la izquierda del sistema, muy desunidos. Emilio Castelar lideraba a los posibilistas que colaboraron con el partido liberal; Nicolás Salmerón a los que querían una república unitaria y Francisco Pi y Margall a los que aspiraban a una república federalista. Influencia entre las clases medias y los trabajadores urbanos. Unidos obtuvieron algunos éxitos.

Movimientos regionalistas: evolución de una preocupación cultural a una voluntad de acción en lo político. La recuperación lingüística, cultural e histórica a través de manifestaciones como los Juegos Florales, mientras que publicaciones históricas o políticas, establecían las bases de lo que luego sería un movimiento político. Al final del siglo, la lucha por intereses económicos.

Objetivos:

  • La creación de instituciones propias.
  • La consecución de autonomía administrativa.
  • En algunas ocasiones, la independencia.

El Nacionalismo Catalán

Surgió durante el Sexenio, representado por el federalismo (Valentí Almirall o Prat de la Riba). En 1892 se fusionaron en la Unió Catalanista, cuyo programa fundacional, las Bases de Manresa, constituyó el documento básico del nuevo nacionalismo catalán. Movimiento burgués (objetivos): sistema federal, régimen de autogobierno con instituciones propias.

El Nacionalismo Vasco

En 1895 Sabino Arana fundaba el Partido Nacionalista Vasco (PNV). En un principio fueron muy radicales, proponiendo la separación respecto del Estado español, pero se fue suavizando para pasar a ser una opción nacionalista más bien conservadora. Arraigó fácilmente en unas clases medias que veían con temor el socialismo.

El Regionalismo Gallego

Tras el resurgir literario de Rosalía de Castro, a partir de los años ochenta, hubo dos versiones del regionalismo, la liberal de Manuel Murguía y la católica y más tradicional de Alfredo Brañas. El galleguismo no se organizó como movimiento político hasta la Primera Guerra Mundial.

La Liquidación del Imperio Colonial: Cuba y el Desastre del 98

Conflictividad provocada por los independentistas, unidos a una larga guerra (1868-1878), alimentaron el nacionalismo en Cuba.

  • Los burócratas, comerciantes y azucareros españoles se negaban a admitir ningún tipo de autonomía.
  • Cuba obtenía gran parte de sus ingresos de EE. UU., que financió a los independentistas.

La guerra estalló de nuevo en 1895 debido a la maduración del movimiento independentista y los errores cometidos por España (retrasar la concesión del autogobierno).

A esta revuelta se unió la de Filipinas en 1896, que fue sofocada al año siguiente.

En 1898 tuvo lugar la voladura del acorazado Maine. La prensa y el gobierno estadounidense culparon a España y se ofrecieron para comprar la isla. Los políticos de la Restauración prefirieron una derrota honrosa que una paz comprada; y la prensa se mostró muy belicista y nacionalista. EE. UU. declaró la guerra a España en abril de 1898.

La guerra se decidió en el mar: España fue derrotada en Cavite y después en Santiago de Cuba. En diciembre de 1898 se firmó el Tratado de París: independencia de Cuba, cedía a EE. UU. Puerto Rico, la isla de Guam y las Filipinas; y vendía al Imperio Alemán las Carolinas, las Marianas y Palaos.

El 98 y sus Repercusiones

  • Pérdidas humanas. La mayoría de las bajas se debieron a enfermedades infecciosas.
  • Perjuicios psicológicos y morales: los supervivientes volvían heridos, muriendo de hambre o mutilados; conscientes de lo inútil del sacrificio.
  • Pérdidas materiales, pérdida de ingresos de las colonias; y mercancías que deberían comprarse a precios internacionales.
  • La crisis política. El desgaste afectó a ambos partidos, pero más al Liberal. Con Sagasta desapareció la primera generación de dirigentes de la Restauración.
  • Desprestigio militar, la imagen del ejército salió muy dañada, lo que traería graves consecuencias en el siglo XX.

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