14 Oct
1. La Revolución de 1868 y el Sexenio Democrático
1.1. La Revolución de 1868
Las muertes de O’Donnell en 1867 y de Narváez en 1868 permitieron el acercamiento de los unionistas, dirigidos ahora por el general Francisco Serrano, a los progresistas y demócratas. Así, los tres partidos firmaron el Pacto de Bruselas para preparar un levantamiento contra el gobierno y contra la propia Reina. Contaron además con el apoyo económico secreto de Antonio Mª de Orleans, Duque de Montpensier, cuñado de Isabel II.
El 19 de septiembre de 1868 el brigadier Juan Bautista Topete sublevó la escuadra, fondeada en Cádiz, e inmediatamente se unieron al pronunciamiento los generales Juan Prim y Prats, exiliado en Portugal, y el general Francisco Serrano, desterrado en Canarias. Los sublevados publicaron el manifiesto conocido como “España con honra” en el que exponían sus objetivos y hacían un llamamiento para la sublevación.
Las tropas enviadas por el Gobierno, al mando del Marqués de Novaliches, resultaron derrotadas en la Batalla del Puente de Alcolea, junto a Córdoba. Simultáneamente en numerosas ciudades se formaban Juntas Revolucionarias apoyadas por demócratas y republicanos que reivindicaban el sufragio universal, la proclamación de la república, la abolición de los consumos, la supresión de quintas y el reparto de la propiedad. La reina, de veraneo en San Sebastián, tuvo que exiliarse a París. La Revolución de 1868 había triunfado.
1.2. El Gobierno Provisional y la Constitución de 1869
La Junta de Madrid formó un Gobierno Provisional que nombró Regente del Reino al general Serrano, y Presidente del Gobierno al general Prim, quienes disolvieron las Juntas Revolucionarias y la milicia nacional, ante el radicalismo de sus propuestas.
El Gobierno Provisional formado por unionistas, progresistas y demócratas puso en marcha una serie de medidas dirigidas a ejecutar el programa político expresado en el manifiesto “España con honra”. Destacamos entre ellas:
- Reconocimiento de derechos fundamentales:
- Libertad de imprenta
- Derecho de reunión y de asociación
- Libertad de cultos
- Sufragio universal masculino.
- Sustitución de los consumos por una contribución personal según renta
- Democratización de los Ayuntamientos
- Reforma de la enseñanza universitaria
- Laureano Figuerola, Ministro de Hacienda creó la “peseta” como moneda nacional
En enero de 1869 el Gobierno Provisional convocó elecciones a Cortes Constituyentes por sufragio universal masculino. Estas Cortes en junio del mismo año aprobaron la nueva Constitución de 1869. Es la primera Constitución democrática ya que consagra el sufragio universal masculino, tiene un amplio reconocimiento de derechos y libertades, reconoce la soberanía nacional y fija la monarquía democrática como forma de gobierno; reconoce la libertad de culto, pero se compromete al presupuesto de culto y clero. Las Cortes eran bicamerales, con un Congreso elegido por sufragio universal y un Senado con condiciones para ser elegido.
1.3. La Regencia del General Serrano
Aprobada la Constitución de 1869, volvió a nombrar Regente de una “monarquía sin rey” al general Serrano, mientras el general Prim asumía la Presidencia del Gobierno.
a) Problemas económicos
La deuda pública estaba fuera de control por lo que Laureano Figuerola decidió una serie de medidas liberalizadoras de la economía con la intención de mejorar la recaudación. Así se promulgó el Arancel de 1869 de carácter librecambista, que rápidamente contó con la oposición de la industria algodonera catalana, y con la Ley de Minas de 1871 se permitió la entrada de empresas extranjeras en su explotación. Creó también la “peseta” como moneda nacional.
b) La Guerra de Cuba (1868-1878)
Aprovechando los acontecimientos de la Revolución de septiembre de 1869, Carlos Manuel Céspedes y otros hacendados cubanos blancos proclamaron la independencia de la isla, en la localidad cubana de Yara (“Grito de Yara”). Prometieron la abolición de la esclavitud.
La inestabilidad política del “Sexenio Democrático” permitió a los independentistas cubanos (“mambises”) mantener la guerra durante casi una década.
c) Las sublevaciones republicanas
Los republicanos arrastraron a buena parte de las masas populares identificando las mejoras sociales con la posible proclamación de la república federal por lo que se inició un movimiento insurreccional, especialmente en las principales ciudades fabriles del Mediterráneo, desde Gerona a Huelva, y en algunos núcleos como Madrid, Zaragoza, Badajoz, Béjar, El Ferrol o Vigo. Hubo que movilizar el ejército para acabar con la insurrección federalista.
d) La búsqueda de un rey
El general Prim fue el encargado de sondear candidatos dispuestos a ocupar el trono de España con una Constitución democrática como era la de 1869. Descartadas otras opciones, la de Amadeo de Saboya, príncipe italiano, pareció la más conveniente y así se votó en las Cortes, resultando elegido por 191 votos a favor y 100 en contra.
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