15 Jul
La Revolución de 1905
En la antesala de la revolución, Rusia se encontraba en una situación crítica. El sistema zarista, una autocracia agotada, se enfrentaba al auge del movimiento obrero en medio de una profunda crisis económica marcada por la desigualdad social. Este conflicto social se caracterizaba por un totalitarismo que consideraba enemigo a cualquiera que se opusiera al régimen.
En esta sociedad eminentemente agraria, las causas de la revolución fueron:
- La Guerra Ruso-Japonesa (1904-1905): La derrota rusa en la guerra por el control de Corea y Manchuria, regiones revalorizadas por la llegada del Transiberiano, evidenció la debilidad del régimen zarista. La humillante derrota en la batalla de Port Arthur, donde la flota rusa fue hundida, obligó al Zar a firmar una paz desfavorable.
- Aspiraciones reformistas: La burguesía aspiraba a la creación de un parlamento (Duma) y la legalización de los partidos políticos. Los campesinos, por su parte, protestaban por la mejora de sus condiciones de vida.
- Reivindicaciones nacionales: Diversos pueblos bajo el dominio ruso exigían autonomía y el reconocimiento de sus derechos nacionales.
El autoritarismo del Zar Nicolás II culminó en el Domingo Sangriento (22 de enero de 1905). Encabezados por el sacerdote Gueorgui Gapón, campesinos, obreros, mujeres y niños se manifestaron pacíficamente pidiendo mejoras económicas y democráticas ante la grave miseria que asolaba el país. La respuesta del Zar fue una brutal represión que desató la indignación y sentó las bases de la revolución.
En junio de 1905, la tripulación del acorazado Potemkin se amotinó en protesta por el trato recibido y la situación del país. La revuelta se extendió a los centros industriales y se organizaron los soviets, consejos de trabajadores elegidos democráticamente. La Revolución de 1905 fue liderada por el Soviet de Petrogrado, en el que destacó la figura del revolucionario León Trotsky.
La Revolución de 1917
Revolución de Febrero
La Revolución de Febrero comenzó con una manifestación de mujeres en Petrogrado en protesta por la escasez de alimentos. A esta manifestación se sumaron motines obreros y el apoyo de los soldados, quienes se negaron a reprimir la revuelta. La presión popular obligó al Zar Nicolás II a abdicar en su hermano, el Gran Duque Miguel, quien también renunció al trono, dando paso a la república.
En julio, Aleksandr Kérenski fue nombrado presidente del gobierno provisional, controlado por los moderados (burgueses e intelectuales). Kérenski, apoyado por los mencheviques, convocó una Asamblea Constituyente y decidió continuar la participación de Rusia en la Primera Guerra Mundial. Mientras tanto, los soviets de campesinos y obreros, en los que la influencia de los bolcheviques era cada vez mayor debido a su oposición a la guerra, se convertían en un poder efectivo en las calles. En este contexto, Lenin publicó sus «Tesis de Abril», en las que defendía la toma del poder por parte de los soviets.
Revolución de Octubre
En agosto, el general Kornílov intentó un golpe de estado que fracasó ante la unión del gobierno provisional y los soviets. En noviembre, los bolcheviques, con el apoyo de los soviets, llevaron a cabo un golpe de estado. Entre las primeras medidas del nuevo gobierno se encontraban la firma de la paz con Alemania, la reforma agraria, la cancelación de la deuda externa y la autogestión obrera.
Tras la toma del poder, se celebró en Petrogrado el II Congreso de los Soviets, en el que participaron representantes obreros de toda Rusia. Los bolcheviques tomaron el Palacio de Invierno, sede del gobierno provisional, y Kérenski se vio obligado a huir. Se formó un nuevo gobierno presidido por Lenin. La paz con Alemania se firmó en marzo de 1918 en el Tratado de Brest-Litovsk.
El nuevo gobierno implementó una economía marxista-leninista. Se llevó a cabo el reparto de tierras, que pasaron a ser explotadas por koljós (cooperativas agrícolas) y sovjós (granjas estatales). Las fábricas quedaron bajo el control de los trabajadores. En 1918 se aprobó una nueva Constitución que establecía un estado federal de repúblicas soviéticas y reconocía el derecho a la autodeterminación de los pueblos.
A pesar de las dificultades iniciales, los bolcheviques lograron consolidar su poder y sentar las bases de la Unión Soviética.
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