16 Nov
La Segunda República Española (1931-1936)
El Sistema de Partidos y la Constitución de 1931
El 14 de abril de 1931 se proclamó la Segunda República Española. El nuevo régimen, recibido con entusiasmo por la población, prometía un cambio radical en la vida política. Sin embargo, se enfrentó a grandes dificultades desde el inicio. En el contexto internacional, la crisis económica de 1929 y el auge de ideologías extremistas en Europa marcaron un periodo complejo. Internamente, la conflictividad social, el paro y la evasión de capitales agravaban la situación.
La República, apoyada en las clases medias, tuvo que lidiar con la oposición de la derecha y la izquierda, lo que finalmente la hizo inviable. Este periodo se divide en varias fases:
- Gobierno Provisional (abril-diciembre 1931)
- Bienio Reformista (diciembre 1931-noviembre 1933)
- Bienio de Centro-Derecha (noviembre 1933-febrero 1936)
- Gobierno del Frente Popular (febrero-julio 1936)
El Gobierno Provisional, formado por los partidos firmantes del Pacto de San Sebastián, convocó elecciones a Cortes Constituyentes el 28 de junio de 1931, en las que ganó una coalición republicano-socialista. Emprendió reformas en:
- Ámbito autonómico: Paralización de la República Catalana.
- Ámbito agrario: Decretos de Términos Municipales y de Laboreo Forzoso para mejorar las condiciones de vida de los campesinos.
- Ámbito social: Ley de Jurados Mixtos y de Contratos de Trabajo, obligando al cumplimiento de convenios colectivos.
La Constitución de 1931, de carácter progresista, buscaba transformar la sociedad:
- Definió a España como una república de trabajadores, subordinando la propiedad privada al interés público (expropiación con indemnización).
- Aprobó el sufragio universal para mayores de 23 años (ambos sexos).
- Incluyó una extensa declaración de derechos: matrimonio civil, divorcio, educación, trabajo.
- Permitió a las regiones solicitar la autonomía.
- Estableció la libertad de culto, eliminando el presupuesto para la Iglesia y limitando su enseñanza.
- Organización institucional: Cortes unicamerales (poder legislativo), Presidente del Gobierno y Presidente de la República (poder ejecutivo), y poder judicial independiente con un Tribunal de Garantías Constitucionales.
Los partidos políticos se configuraron durante este periodo. En la izquierda destacaron: Acción Republicana (Manuel Azaña), PSOE (Indalecio Prieto y Largo Caballero), Esquerra Republicana (Macià y Companys), Partido Comunista y POUM. En la derecha: Partido Radical (Alejandro Lerroux), Renovación Española (Calvo Sotelo) y CEDA (Gil Robles, fundada en 1933).
Las Reformas del Bienio Reformista (1931-1933)
Azaña presidió un gobierno de coalición que profundizó en las reformas, en un clima de tensión social. Destacan las reformas:
- Educativa: Construcción de escuelas y Misiones Pedagógicas (escuela única, pública, obligatoria, laica y mixta).
- Militar: Retiro de oficiales con sueldo íntegro y anulación de ascensos de guerra.
- Agraria: Creación del IRA para expropiar tierras y asentar campesinos, aunque con lentitud y sublevaciones como la de Casas Viejas.
- Autonómica: Aprobación del Estatuto de Autonomía de Cataluña en 1932 e inicio del proceso en el País Vasco.
El balance de las reformas es desigual, con un gran esfuerzo reformista pero con el fracaso de la reforma agraria.
El Bienio de Centro-Derecha (1933-1936)
Tras la dimisión de Azaña en 1933, las derechas ganaron las elecciones. El gobierno de Lerroux, apoyado por la CEDA, rectificó las reformas anteriores, generando inquietud en las izquierdas, que temían un gobierno fascista con Gil Robles.
Los choques con el gobierno catalán por la Ley de Cultivos y la integración de la CEDA en el gobierno provocaron la Revolución de 1934. La huelga general revolucionaria fracasó en la mayor parte del país, pero en Cataluña se proclamó el Estado Catalán y en Asturias los trabajadores ocuparon las cuencas mineras, siendo reprimidos con dureza.
La Revolución de 1934 tuvo graves consecuencias: ejecuciones, encarcelamientos y fractura política. En 1935, el Partido Radical se desgastó por escándalos de corrupción (Caso Estraperlo), lo que llevó a nuevas elecciones en 1936.
Las Elecciones de 1936 y el Triunfo del Frente Popular
En las elecciones de 1936, las derechas concurrieron divididas (Bloque Nacional, CEDA y Falange). Las izquierdas se unieron en el Frente Popular, con un programa de amnistía para los presos de 1934 y la reanudación de las reformas. El Frente Popular ganó por escaso margen, pero el sistema electoral le otorgó mayoría parlamentaria.
El gobierno de Azaña decretó la amnistía, restituyó el Estatuto catalán y aceleró la reforma agraria. Azaña fue nombrado Presidente de la República y se tramitaron los estatutos de Galicia y el País Vasco.
Tras el triunfo del Frente Popular, la violencia política se intensificó. La conspiración de la UME, que veía al gobierno incapaz de mantener el orden, culminó en el golpe de Estado del 17 de julio de 1936, dirigido por el general Mola, con la participación de monárquicos, carlistas, falangistas y financieros.
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