12 Jul

LA PROCLAMACIÓN DE LA REPÚBLICA, LA CONSTITUCIÓN Y EL BIENIO REFORMISTA

INTRODUCCIÓN

La Segunda República española, que duró cinco años, fue una época de intensos conflictos y tensiones que culminaron en la Guerra Civil. Se puede dividir en tres subperíodos distintos: el bienio reformista o progresista (de diciembre de 1931 a noviembre de 1933), el bienio derechista o radical-cedista (de noviembre de 1933 a febrero de 1936) y el Gobierno del Frente Popular, que duró hasta julio de 1936.

EL FINAL DEL REINADO DE ALFONSO XIII Y LA SEGUNDA REPÚBLICA

La connivencia de Alfonso XIII con la Dictadura desacreditó la institución monárquica, lo que llevó a la dimisión de Miguel Primo de Rivera en enero de 1930. El intento del rey de restaurar la normalidad constitucional nombrando a Dámaso Berenguer como jefe de gobierno no logró calmar la creciente oposición. El famoso artículo de Ortega y Gasset, «El error Berenguer», criticó esta relación y abogó por la eliminación de la monarquía.

El Pacto de San Sebastián entre socialistas y republicanos buscaba proclamar la República, pero la sublevación militar en Jaca y Cuatro Vientos fracasó, y la huelga general no se llevó a cabo, lo que resultó en el arresto del Comité Ejecutivo. En febrero de 1931, el rey designó al almirante Aznar como jefe de gobierno y se convocaron elecciones municipales para el 12 de abril. La sorprendente victoria de la coalición republicano-socialista en las ciudades llevó a la abdicación pacífica de Alfonso XIII el 14 de abril, proclamándose la II República en Madrid.

El Gobierno Provisional fue formado por diversas personalidades de diferentes sectores ideológicos, lo que provocó debates frecuentes. Sin embargo, la República se enfrentó a varios problemas, incluyendo el auge de los totalitarismos en el exterior y los efectos de la crisis económica mundial. En el interior, hubo una fuga de capitales y la oposición de sectores privilegiados, además de reivindicaciones territoriales no resueltas, como la proclamación de la República Catalana por Francesc Maciá.

EL GOBIERNO PROVISIONAL

El Gobierno Provisional, liderado por Alcalá Zamora, implementó reformas significativas en varios ámbitos:

Reforma Militar

Manuel Azaña, ministro de Guerra, reorganizó el Ejército para hacerlo más eficiente y democrático, enfrentando la resistencia de los militares. Abolió la Ley de Jurisdicciones y promovió la unificación de escalafones.

Reforma Agraria

Largo Caballero impulsó decretos para mejorar la situación de los campesinos, generando oposición de los grandes propietarios. Estos decretos incluyeron medidas como priorizar la contratación de jornaleros locales y permitir la entrega de tierras no explotadas a campesinos.

Reforma Educativa

Marcelino Domingo promovió la construcción de escuelas, reformas pedagógicas basadas en el modelo de la Institución Libre de Enseñanza, aumento de sueldos para maestros y la creación del Patronato de las Misiones Pedagógicas para fomentar la cultura popular.

Cuestión Autonómica

Se avanzó en la aprobación de Estatutos de Autonomía para Cataluña y el País Vasco, con éxito en el caso catalán y un proceso incipiente en el vasco.

A pesar de estos avances, el Gobierno Provisional enfrentó críticas por su incapacidad para contener los actos de violencia contra la iglesia y la falta de acción ante incendios de edificios religiosos. Además, la implementación de un modelo educativo laicista generó tensiones con la Iglesia.

LA CONSTITUCIÓN DE 1931

El 28 de junio se llevaron a cabo elecciones a Cortes Constituyentes, con victoria para la coalición republicano-socialista. Estas Cortes tuvieron la tarea principal de redactar una nueva Constitución, aprobada en diciembre de 1931 después de intensos debates.

La Constitución republicana comenzó reconociendo a España como una «República democrática de trabajadores de toda clase», lo que reflejaba la identificación del Estado con las clases productoras. Otros aspectos destacados incluyeron:

  • Posibilidad de autonomía para municipios y regiones.
  • Separación Iglesia-Estado, estableciendo que el Estado no tendría religión oficial.
  • Separación de poderes: legislativo en las Cortes, ejecutivo en el Consejo de Ministros y el presidente, y judicial con jueces independientes.
  • Introducción del sufragio femenino, gracias a Clara Campoamor.
  • Declaración de derechos y libertades, incluyendo sufragio universal, matrimonio civil, divorcio, igualdad de hijos legítimos e ilegítimos, igualdad en educación y trabajo, entre otros.

La Constitución de 1931 buscaba respaldar reformas modernizadoras en España. Sin embargo, cada reforma enfrentó la oposición de sectores privilegiados y la impaciencia de los desfavorecidos, sentimientos que contribuyeron al estallido de la Guerra Civil en 1936.

EL BIENIO REFORMISTA (1931-1933)

Tras la aprobación de la Constitución, un nuevo gobierno liderado por republicanos y socialistas se formó, con Alcalá Zamora como Presidente de la República y Manuel Azaña como Presidente del Gobierno. Se enfocaron en desarrollar aspectos contemplados en la Constitución y ampliar las reformas iniciadas.

Reforma Militar

Continuaron con la reestructuración del Ejército, suprimiendo rangos tradicionales y reduciendo unidades y oficiales. Se enfrentaron a la animosidad de algunos militares.

Reforma Agraria

Se aprobó la Ley de Bases de Reforma Agraria en 1932, buscando expropiar tierras para campesinos. La implementación fue obstaculizada por problemas burocráticos y resistencia de propietarios, exacerbando tensiones sociales.

Reforma Autonómica

Se aprobó el Estatuto de Autonomía de Cataluña y se intentó en el País Vasco, aunque enfrentó oposición y recortes en las competencias.

Reformas Sociales y Educativas

Largo Caballero lideró mejoras en condiciones laborales y educativas, promoviendo seguros sociales, reduciendo la jornada laboral y ampliando la educación. Se crearon las Misiones Pedagógicas para difundir cultura en zonas rurales.

Saneamiento Económico

Jaume Carner equilibró el presupuesto desde el ministerio de Hacienda.

Obras Públicas

Indalecio Prieto impulsó obras públicas y ferroviarias.

Cuestión Religiosa

Se promovió la separación Iglesia-Estado, provocando tensiones con la Iglesia católica debido a leyes como la del matrimonio civil, el divorcio y la secularización de cementerios. Esto generó antagonismo y movilización contra la República por parte de sectores conservadores y religiosos.

El Gobierno republicano-socialista enfrentó intensas tensiones sociales y políticas:

  • La lentitud en la reforma agraria provocó sublevaciones campesinas sangrientas, alentadas por sectores extremistas, principalmente anarquistas.
  • En agosto de 1932, el general Sanjurjo lideró un fallido golpe de estado financiado por terratenientes.
  • Los antiguos monárquicos adoptaron posturas antidemocráticas, con la creación de partidos como Acción Española, la CEDA, Renovación Española y la JONS, esta última unida a la Falange Española, liderada por José Antonio Primo de Rivera.
  • La represión del levantamiento anarquista en Casas Viejas en enero de 1933 generó un amplio descontento y precipitó la dimisión de Azaña en septiembre del mismo año.

En medio de la confusión en el gobierno, la derecha intensificó su campaña, promulgando la Ley de Congregaciones y polarizando aún más el panorama político. Mientras el PSOE se inclinaba hacia posturas más radicales, acercándose al PCE y la CNT, la derecha consolidaba su posición.

El verano siguiente fue tenso, con boicots patronales y lock-outs. Tras intentos fallidos de formar un nuevo gobierno, Alcalá Zamora convocó elecciones generales. La campaña fue marcada por la crispación, pero sin violencia. El centro-derecha triunfó debido al desgaste del Gobierno, la unidad de la centroderecha, la división de la izquierda, el voto femenino y la alta abstención en zonas obreras.

EL BIENIO RADICAL-CEDISTA Y EL TRIUNFO DEL FRENTE POPULAR

EL BIENIO RADICAL CEDISTA (1933-1935)

Tras las elecciones de noviembre de 1933, los partidos de centroderecha obtuvieron la victoria, lo que resultó en un periodo de bloqueo político y una creciente polarización en España. Alcalá Zamora nombró como Presidente del Gobierno a Alejandro Lerroux en lugar de José María Gil-Robles, líder de la CEDA, debido a las diferencias ideológicas entre la CEDA y el modelo republicano.

Este periodo se divide en dos etapas:

  • Periodo Radical: Gobiernos liderados por el Partido Radical (Lerroux, Samper), con el apoyo parlamentario de la CEDA.
  • Periodo Radical-Cedista: Inclusión de ministros de la CEDA en el gobierno (de mayo de 1934 a febrero de 1936).

Durante el bienio radical-cedista, el programa político buscaba revisar o suspender algunas reformas del periodo anterior:

  • En la cuestión religiosa, se modificó la política para acercarse al Vaticano, se paralizó la secularización de la enseñanza y se otorgaron derechos pasivos al clero.
  • En la cuestión agraria y laboral, se devolvieron tierras a la nobleza, se detuvo la entrega de tierras a campesinos, se observaron abusos patronales y se redujeron los salarios.
  • En la cuestión militar, se concedió amnistía a los implicados en la Sanjurjada de 1932 y se colocaron en destinos clave a militares antirrepublicanos.
  • En la cuestión autonómica, se enfrentaron con la autonomía catalana y los poderes locales vascos, suspendiendo el estatuto catalán después de los sucesos de octubre de 1934. También se paralizó la discusión sobre el estatuto vasco en el Parlamento.
  • Se detuvo la construcción de escuelas y la promoción cultural, anulando la enseñanza mixta.

Estas medidas generaron tensiones y conflictos con diversos sectores de la sociedad, intensificando la crisis política en España durante este periodo.

En 1934, España experimentó una polarización definitiva entre los bloques de derecha e izquierda. La derecha estaba representada por Falange Española, Renovación Española y la CEDA, mientras que en el centro estaba el Partido Radical, aunque su reputación se vio afectada por su asociación con la CEDA. Por otro lado, la izquierda republicana se reorganizó, dando lugar a la creación de Izquierda Republicana, mientras que los grupos obreros se radicalizaron, especialmente el PSOE, que comenzó a prepararse para una posible revolución en caso de que la CEDA llegara al poder.

A principios de octubre de 1934, Alcalá Zamora encargó a Lerroux la formación de un gobierno que incluyera a tres ministros de la CEDA. Esto fue visto como una traición a la República por una parte importante de la izquierda, lo que desencadenó graves disturbios en todo el país. Aunque la represión fue relativamente fácil en la mayoría de las zonas, las revueltas fueron particularmente alarmantes en el norte.

Los eventos más destacados fueron:

  • En junio, la UGT organizó una huelga general de campesinos en respuesta a las políticas agrarias, que resultó en una represión violenta y la derrota del movimiento campesino.
  • En Cataluña, Luis Companys proclamó el Estado Catalán dentro de la República Federal Española, pero fue rápidamente suprimido.
  • En Asturias, la Alianza Obrera proclamó la República Socialista, lo que desencadenó una violenta represión dirigida por Franco y que resultó en más de mil muertos y treinta mil detenidos. La destrucción de la Cámara Santa de la catedral de Oviedo fue especialmente grave.

Estos eventos marcaron un punto de inflexión en la historia de la II República, con la radicalización de las posturas tanto de la izquierda como de la derecha. Tras los sucesos de octubre de 1934, los gobiernos radical-cedistas continuaron su labor contra reformista, suspendiendo la autonomía catalana, planteando reformas constitucionales autoritarias y paralizando la reforma agraria. Además, Gil Robles ofreció responsabilidades a militares antirrepublicanos, algunos de los cuales luego liderarían la sublevación contra la legalidad republicana.

EL FIN DEL BIENIO RADICAL CEDISTA Y LAS ELECCIONES GENERALES

Tras diversos casos de corrupción, como el caso de Strauss y Perlo, que afectó a miembros del Partido Radical, la CEDA demandaba que Alcalá Zamora nombrara a Gil Robles como presidente del gobierno. Sin embargo, el presidente de la República designó a Portela Valladares para preparar elecciones generales, que se celebraron en febrero de 1936.

Las elecciones generales de febrero de 1936 marcaron una polarización en la opinión española, dividiendo a los partidos en dos grandes bloques:

  • El Frente Popular, que incluía a partidos de izquierda republicana, regionalistas, socialistas y comunistas. Este bloque acordó un programa reformista que incluía amnistía para los encarcelados en octubre, reorganización de la justicia, aceleración de la reforma agraria, protección de la industria y fijación de salarios mínimos. La CNT, aunque no firmó el pacto, recomendó a sus afiliados votar por él.
  • Las derechas estaban dispersas, con el Bloque Nacional, liderado por Calvo Sotelo, y la CEDA como principales fuerzas. Carecían de un programa sólido y basaron su alianza en la negación de la revolución y el rechazo al marxismo.

La campaña electoral se desarrolló con relativa calma, a pesar de la violencia verbal. El Frente Popular obtuvo una clara victoria, consiguiendo 257 diputados, mientras que las derechas obtuvieron 139 diputados y los centristas y nacionalistas moderados consiguieron 57 diputados.

EL GOBIERNO DEL FRENTE POPULAR Y LA CONSPIRACIÓN MILITAR

Tras las elecciones de febrero de 1936, el Frente Popular ganó por un estrecho margen de votos, triunfando en Madrid, Cataluña, Asturias y la periferia mediterránea, mientras que las derechas obtuvieron victorias en Castilla y Aragón. La desaparición del Partido Radical fue una novedad. Inmediatamente, comenzó la conspiración militar, liderada por Emilio Mola, con José Sanjurjo como figura principal y Francisco Franco mostrando ambigüedad. El gobierno, consciente de estos movimientos subversivos, trasladó a Franco a Canarias y a Goded a Baleares.

Manuel Azaña, como presidente del gobierno, formó un gobierno exclusivamente republicano, sin presencia socialista ni comunista, mientras que en mayo sustituyó a Alcalá Zamora como presidente de la República. Durante este período, se restituyó el Estatuto catalán y se promovió el de Galicia, se restableció la política educativa, y se potenció la reforma agraria, con la expropiación de tierras y su reparto entre campesinos. Sin embargo, este proceso provocó la resistencia de terratenientes y enfrentamientos con la Guardia Civil.

Las elecciones no lograron calmar la vida política. Los sindicatos UGT y CNT actuaron más unidos, propiciando movilizaciones obreras y numerosas huelgas. En las ciudades se convocaron huelgas, mientras que en el campo los jornaleros ocuparon tierras. Los grupos extremistas de derecha, como Falange Española y el Bloque Nacional, perdieron la fe en la táctica parlamentaria y comenzaron a utilizar la violencia callejera. La iglesia también temía el movimiento anticlerical.

La polarización política se intensificó, con asesinatos, atentados, incendios de iglesias y ajustes de cuentas. En una sesión del parlamento, Gil Robles acusó al Gobierno de ser responsable de la violencia. La conspiración militar estaba en marcha desde la Revolución de Octubre, y tras el asesinato de Calvo Sotelo, líder de la derecha, por represalias, el golpe se desencadenó con la sublevación en Marruecos el 17 de julio de 1936.

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