12 Nov

1. La Proclamación de la República y las Primeras Reformas

1.1. La Caída de la Monarquía y el Gobierno Provisional

En las elecciones municipales del 12 de abril, los monárquicos obtuvieron mayoría de concejales por el control ejercido por los caciques en las zonas rurales. Sin embargo, el triunfo de la coalición de centro-derecha en las grandes ciudades mostró la falta de apoyo a la monarquía.

La república llegó de forma pacífica y en un ambiente festivo. Para una parte de la población, esto era un símbolo de reformas políticas y sociales que solucionasen los graves problemas existentes en el país.

En la noche del 14 de abril de 1931, Niceto Alcalá Zamora proclamó en Madrid la II República Española y exigió al rey que abandonara el país. El Comité Revolucionario creado por el Pacto de San Sebastián se convirtió en el gobierno provisional de la república.

El gobierno estaba presidido por Alcalá Zamora y formado por todos los partidos políticos favorables a la república. Sus miembros eran: Alcalá Zamora y Miguel Maura (Derecha Liberal Republicana), Alejandro Lerroux y Diego Martínez Barrio (centrista Partido Radical), Manuel Azaña y Marcelino Domingo (líderes de partidos republicanos de izquierda), Fernando de los Ríos, Indalecio Prieto y Francisco Largo Caballero (PSOE), Santiago Casares Quiroga (republicano gallego) y Nicolau d’Olwer (republicano catalán).

Todos estos representaban a las clases medias profesionales, a la pequeña burguesía y a líderes obreros de ideas socialistas.

1.2. Las Reformas Inmediatas

El objetivo principal del gobierno provisional era la convocatoria de unas Cortes Constituyentes. Pero también abordaron una serie de reformas inmediatas:

  • El debate territorial. Las aspiraciones de los nacionalismos a una nueva organización territorial del Estado plantearon a la república esa cuestión. El 14 de abril, Francesc Macià (líder más radical de Esquerra Republicana) ya había tomado la iniciativa de proclamar la república catalana como Estado independiente, integrada en una federación de pueblos ibéricos. El gobierno alcanzó un compromiso por el que se restauraba la Generalitat hasta la aprobación por las Cortes del estatuto de autonomía.
  • La miseria agraria. El reformismo social se plasmó en una legislación dirigida a paliar la situación de los campesinos, impulsada por el Ministro de Trabajo (Largo Caballero). El decreto de laboreo forzoso obligaba a los propietarios a tener cultivadas las tierras. El decreto de términos municipales iba destinado a combatir el paro agrícola y obligaba a los propietarios a contratar a los braceros del propio término municipal. Se aprobaron el seguro de accidentes de trabajo y la jornada de 8 horas, y se prohibió expulsar de sus tierras a los pequeños arrendatarios.
  • Reforma educativa. Los objetivos eran erradicar el analfabetismo y promover una enseñanza laica. Marcelino Domingo (ministro de Instrucción Pública) presentó varios decretos para la creación de cerca de 7000 escuelas para el curso siguiente y de un número similar de maestros. Se estableció el principio de la coeducación y la no obligatoriedad de la enseñanza de la religión en las escuelas. La Iglesia lo interpretó como un atentado contra la religión.
  • Reforma del ejército. Reforma militar emprendida por el ministro de Guerra, Azaña. Sus objetivos eran conseguir un ejército moderno y eficaz, y establecer la primacía del poder civil. Se dictó un primer decreto que obligaba a los militares a jurar fidelidad a la república. Se cerró la Academia General Militar de Zaragoza (cuyo director era Francisco Franco) y se abolió la Ley de Jurisdicciones de 1906. Se emprendió una dura campaña contra el nuevo régimen y acusaron a Azaña de destruir al ejército.
  • La cuestión del orden público. Se creó un nuevo cuerpo de policía armada, la Guardia de Asalto, a la que se le confió la seguridad en las ciudades. A menudo, la república utilizó los mismos mecanismos de represión que la monarquía.

1.3. Primeras Reacciones y Conflictos

Ante la implantación de la república, se dio un ambiente de temor. La Bolsa de Madrid se desplomó, se redujeron los préstamos y créditos de la banca privada y casi 1000 millones de pesetas fueron retirados de los bancos.

El primer conflicto serio al que se tuvo que enfrentar la República fue contra la Iglesia católica. Mientras un sector de obispos españoles acataron el nuevo régimen, otros mostraron una actitud beligerante. También se sumó la prensa católica y monárquica (ABC y El Debate). La publicación de una pastoral del cardenal Segura el 1 de mayo en la que elogiaba a Alfonso XIII y las relaciones Estado-Iglesia durante la monarquía, acabó con un conflicto abierto y la expulsión de Segura.

En mayo se produjeron una serie de incidentes que desembocaron en el incendio (por parte de la extrema izquierda) de iglesias, conventos, etc. de Madrid, que se extendieron a más ciudades.

Las consecuencias fueron desastrosas para la república al provocar esa relación tensa entre la Iglesia y el Estado, y por la opinión que muchos católicos tenían hacia la república.

2. Constitución de 1931

2.1. Elecciones a Cortes Constituyentes

El gobierno provisional convocó elecciones a Cortes Constituyentes (unicamerales) para el 28 de junio, para dotar a la república de una constitución. Poco antes publicó un decreto que modificaba la ley electoral de 1907, pretendiendo acabar con las prácticas fraudulentas de los caciques. Estas fueron las primeras elecciones limpias y libres en España. Sin embargo, las mujeres no participaron pues se mantuvo el sufragio universal masculino.

La coalición de republicanos y socialistas obtuvo una aplastante mayoría. Destacaron: el Partido Socialista y el Partido Republicano Radical. Por primera vez hubo tres mujeres diputadas: Clara Campoamor y Victoria Kent (republicanas), y Margarita Nelken (socialista).

Los de la derecha conservadora y antirrepublicana habían afrontado las elecciones desorganizados y desorientados.

2.2. Constitución de 1931

Las Cortes elaboraron y aprobaron la primera constitución republicana de la historia de España. A finales de junio se creó la comisión parlamentaria presidida por Luis Jiménez de Asúa. Esta redactó el proyecto de constitución, habiendo un compromiso entre socialistas y republicanos para establecer una república democrática y laica.

La constitución definía a España como una República democrática de trabajadores de toda clase. Contenía una amplia declaración de derechos y libertades, así como el derecho al voto de las mujeres, el matrimonio civil y el divorcio. También consagró el derecho a la educación primaria obligatoria y gratuita. Se reconoció el derecho a la propiedad privada, pero esta podía ser objeto de expropiación forzosa, por utilidad social, con su correspondiente indemnización, y se abrió la posibilidad a la nacionalización de ciertos sectores.

Estableció una radical división de poderes. Las Cortes tenían una amplia capacidad legislativa, de control político e incluso podían destituir al presidente de la república.

La jefatura del Estado se atribuyó al presidente, quien podía disolver las Cortes dos veces como máximo. La justicia se basaba en la autonomía e independencia de jueces y tribunales. Se introdujo la institución del jurado.

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