20 Feb
A) La relación entre la ética y la política: legalidad y legitimidad La legalidad es aquello que está establecido en las leyes, mientras que la legitimidad hace referencia al problema de la justicia o no de las leyes. Cuando las leyes entran en conflicto con la conciencia moral de un individuo es posible la llamada desobediencia legítima o desobediencia civil, que no es reprobable desde el punto de vista ético, aunque sea castigada desde el punto de vista legal. El Derecho es el conjunto de leyes que han sido establecidas en un Estado. Un Estado es una asociación política con dominio sobre un área determinada, una agrupación de individuos que viven bajo un mismo poder político en un mismo territorio. Normalmente incluye una serie de instituciones que afirman su autoridad para crear y modificar las leyes que controlan a la población. Históricamente han existido distintas formas de legitimación del Derecho, que están relacionadas con las formas de legitimación de los Estados. Las principales son: 1. Iusnaturalismo: De modo general se basa en la distinción entre el Derecho natural (aquel derecho que existe por naturaleza y que podemos captar a través de la razón) y Derecho positivo o conjunto de leyes existentes en un momento y tiempo determinados. El iusnaturalismo fundamenta el Derecho positivo (las leyes puestas en un Estado) en el Derecho natural, por ser este superior. Dentro del iusnaturalismo es posible distinguir dos versiones que corresponden a diferentes momentos históricos. Una de ellas es el iusnaturalismo teológico en el cual el fundamento último de la ley positiva es la ley de Dios, creador de la naturaleza. Son representantes del iusnaturalismo teológico S. Agustín y Tomás de Aquino. Predomina en la Edad Media, aunque continúa vigente en la legitimación del Absolutismo. Se vincula a regíMenes de tipo teocrático, en los cuales el poder se halla justificado por haber sido otorgado por Dios al gobernante. 2. Positivismo jurídico (Hans Kelsen): El Derecho es legítimo por haber sido promulgado, lo justo es, por tanto, lo que dice la ley. Surge en los siglos XIX y XX.
2. ARISTÓTELES: FILOSOFÍA POLÍTICA El ser humano es social por naturaleza, frente a las teorías de los sofistas que consideraban que la sociedad humana era producto de la convencíón. El hombre tiende por naturaleza a vivir en sociedad, es un «animal político». La naturaleza ha dotado al hombre de logos, pensamiento racional y palabra, capacidad mediante la cual puede comunicarse sobre lo justo y lo injusto. Los animales, sin embargo, solo son seres gregarios, tienen voz, que es suficiente para comunicar el placer y el dolor. La vida comunitaria tiene tres niveles: – Familia o casa: Cubre las necesidades básicas y cotidianas. Se entiende la familia en sentido amplio, como unidad económica básica, ya que no sólo incluye a las personas que tienen entre sí lazos de sangre sino también a las posesiones y los esclavos. – Aldea: Es la comunidad formada por varias familias y se caracteriza por que su finalidad es satisfacer las necesidades no cotidianas. – Estado o polis: Es la forma más perfecta de asociación que surge de la uníón de varias aldeas. Su finalidad es que el hombre pueda llegar a la felicidad, y debe ser capaz de autoabastecerse y autogobernarse. También se ocupa de la educación. En cuanto a las formas de Estado o de gobierno, Aristóteles diferencia entre los regíMenes rectos o justos, aquellos que buscan la justicia de los gobernados y los injustos o desviaciones de los anteriores, que buscan el bien de los gobernantes. Entre los justos se distinguen monarquía, aristocracia y república, según el número de gobernantes (uno, un grupo, la mayoría) y sus respectivas desviaciones serían la tiranía, la oligarquía y la democracia.
3. TEORÍAS DEL CONTRATO SOCIAL De modo general las teorías del contrato social emplean el esquema siguiente: – Se establece la hipótesis de un estado previo a la constitución de una sociedad regulada por leyes al cual se denomina «estado de naturaleza», éste no corresponde a ningún momento histórico concreto, sólo sirve para estudiar la génesis del poder del Estado. – Dado que en el estado de naturaleza no es posible la convivencia porque no bastan las leyes naturales, que son normas morales, los hombres han de establecer un pacto por el cual se instaura un estado o poder político capaz de garantizar el cumplimiento de las leyes positivas.
La dimensión moral del hombre Como hemos estudiado en la parte de antropología, los animales se enfrentan principalmente a problemas de supervivencia que resuelven de modo instintivo. De alguna manera sus acciones están determinadas biológicamente, no tienen capacidad de decidir, no tienen libertad ni tampoco poseen capacidad de pensamiento abstracto. Por eso su comportamiento es amoral. La vida plantea al hombre problemas más complejos, ante los cuales puede elegir distintas formas de actuar teniendo en cuenta las consecuencias de sus actos. Para ello emplea su capacidad racional: reflexiona sobre lo que está bien o lo que está mal, tiene conciencia moral. El problema moral se plantea cuando elegimos un determinado criterio o punto de vista para actuar. El ser humano tiene una estructura moral El ser humano es libre porque puede elegir al no estar predeterminado, a diferencia de los animales; es libre gracias a que es un ser racional que puede reflexionar valorando las consecuencias de sus acciones. Pero el hecho de ser libres nos hace responsables. Estas dos condiciones, libertad y responsabilidad hacen posible la ética. La libertad se define como la capacidad para elegir entre distintas posibilidades. Se puede distinguir una libertad puramente física para moverse de un lugar a otro, de la libertad moral. La responsabilidad es la capacidad de responder o justificar la propia conducta y sus consecuencias . Hay teorías que niegan la libertad de los seres humanos, se denominan deterministas. El determinismo puede ser de distintos tipos: se niega la libertad porque nuestros actos son consecuencia de las leyes físicas y naturales, porque hay una divinidad o fuerza cósmica que establece todo cuanto sucede de modo necesario , porque el comportamiento humano está determinado por la sociedad y cultura al que el individuo pertenece .Sin caer en el determinismo, hay que reconocer que los seres humanos no son libres por igual en todas las situaciones en las que se encuentran. Pueden existir circunstancias atenuantes, que son factores que en una situación hacen menor la responsabilidad de la persona que actúa porque en ella su libertad se reduce; también pueden existir circunstancias eximentes, factores que una situación eliminan la responsabilidad del sujeto ya que no es libre en absoluto. El comportamiento del hombre puede ser moral, si sigue las normas de una moral determinada o inmoral, si actúa de modo contrario a una determinada forma de moral.
Immanuel Kant (1.724-1.804), filósofo alemán del Siglo XVIII (Ilustración), rechaza todas las teorías éticas materiales y plantea una ética formal. La crítica a las éticas materiales consiste en lo siguiente: 1) Las éticas materiales son empíricas, son a posteriori, ya que su contenido procede de generalizaciones a partir de la experiencia. La pretensión de Kant será formular una ética cuyos imperativos sean universales, y la universalidad no puede venir dada por la experiencia. 2) Kant distingue dos tipos de imperativos o mandatos: hipotéticos y categóricos. Los imperativos hipotéticos son aquellos que ordenan el cumplimiento de una acción sólo si se dan ciertas condiciones ; los imperativos categóricos son aquéllos que ordenan absolutamente y sin condiciones. Las éticas materiales y teleológicas emplean imperativos hipotéticos: si queremos un fin, debemos realizar ciertas acciones. Los preceptos de las éticas materiales son hipotéticos o condicionales, sólo valen como medios para un fin, por eso no pueden ser universalmente válidos. 3) Las éticas materiales son heterónomas, esto significa que la voluntad es determinada por principios ajenos a la razón. La autonomía será lo contrario (consiste en que el sujeto se dé a sí mismo la ley). Las éticas materiales son heterónomas porque la voluntad es determinada a obrar por inclinaciones o deseos. Kant propone un imperativo categórico para su ética y lo formula del modo siguiente: «Obra de tal modo que puedas querer que tu máxima se convierta por tu voluntad en ley universal». Para entenderlo es preciso comprender: – Querer: implica el uso de la razón y la voluntad. Querer no es lo mismo que apetecer o desear. – Máxima: norma o principio concreto que dirige una acción. – Universal: Se trata de generalizar la norma y comprobar si racionalmente podemos aceptarla. El imperativo categórico exige hacer en cada caso lo que se debe hacer. La obligación se la impone cada persona a sí misma, es su propia razón quien le ordena las normas. Por eso la ética de Kant es autónoma. Sólo es moralmente correcto obrar por deber, y no por ningún otro motivo. No basta, por tanto, con realizar acciones conforme al deber (cumplir el deber), sino obrar por deber. Kant tiene en cuenta la intención del sujeto, no el resultado de las acciones. Solamente es buena la voluntad que obra por deber. Si se actúa por deber no importan las consecuencias (ética deontológica). Las acciones no son buenas ni malas, únicamente la voluntad.
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