21 Jun
La sociedad romana
La sociedad romana se caracterizaba por una profunda desigualdad basada en la riqueza y el estatus social. Las principales clases sociales eran:
Los patricios
Originalmente, los patricios eran familias cuyo origen se remontaba a un pasado remoto, lideradas por un pater familias. Durante la República y el Imperio, esta clase se adaptó a un nuevo criterio: la riqueza. Así surgieron dos nuevas clases:
- Ordo senatorius: Compuesta por aquellos que ostentaban cargos y magistraturas políticas.
- Ordo equester: Dedicada al comercio y a los negocios bancarios.
Relacionados con los patricios estaban los clientes, quienes les debían lealtad y servicios a cambio de protección y apoyo.
Los plebeyos
Constituían la mayoría de la población, compuesta por hombres y mujeres libres, pero privados de muchos derechos políticos y sociales. A partir del siglo III a. C., los plebeyos iniciaron una serie de revueltas que culminaron con la obtención de importantes derechos, equiparándose casi por completo a los patricios.
Los esclavos
Eran la clase social más desfavorecida, privados de cualquier derecho y considerados propiedad de sus amos. Un esclavo que conseguía su libertad se convertía en liberto.
La ciudadanía romana
Ser ciudadano romano conllevaba una serie de deberes y derechos:
Munera (Deberes)
- Inscribirse en el censo.
- Servir en el ejército durante un tiempo determinado.
- Pagar impuestos.
Iura (Derechos)
- Derechos políticos: Derecho a voto y a ser elegido para cargos públicos.
- Derechos civiles: Derecho a la propiedad privada, a contraer matrimonio legal, etc.
Las magistraturas romanas
Una magistratura era un cargo público al que accedían los ciudadanos romanos para desempeñar funciones relacionadas con la dirección y administración del Estado. Las principales magistraturas en la ciudad de Roma eran:
Cuestura
Dos cuestores civiles y dos militares, encargados de la administración financiera y judicial en casos de asesinato.
Edilidad
Cuatro ediles (dos patricios y dos plebeyos) responsables del gobierno de la ciudad, como un alcalde actual.
Pretura
Ocho pretores que representaban a los cónsules en su ausencia. Se dividían en praetor urbanus (asuntos de la ciudad), praetor peregrinus (asuntos con extranjeros) y pretores provinciales.
Consulado
Dos cónsules, jefes del poder ejecutivo y comandantes del ejército. Sus nombres se utilizaban para la cronología romana.
Censura
Considerada la más alta magistratura, los censores elaboraban el censo de ciudadanos y senadores.
Dictadura
Magistratura excepcional que se otorgaba a un dictador en tiempos de crisis o guerra, con poderes absolutos por un periodo máximo de seis meses.
Las magistraturas, a excepción de la dictadura, compartían las siguientes características:
- Colegialidad: Ejercidas por dos o más personas con igual poder.
- Electividad: Elegidos por los ciudadanos en los comicios.
- Temporalidad: Duración limitada, generalmente un año.
El ejército romano
Orígenes
En sus inicios, el ejército romano estaba formado por la clase patricia y sus clientes. La caballería, compuesta por los más ricos, tenía mayor prestigio que la infantería.
Reforma de Servio Tulio (siglo VI a. C.)
Se permitió el ingreso de los plebeyos al ejército, excluyendo solo a los que no poseían bienes (proletarii). La edad mínima para servir era de 17 años y la máxima de 60. Se creó la legión, unidad básica de infantería, con entre 4.000 y 8.000 efectivos.
Reforma de Cayo Mario (siglo I a. C.)
Cayo Mario introdujo cambios que llevaron a la profesionalización del ejército. Los soldados se comprometían a servir durante 25 años a cambio de una pensión y tierras al finalizar su servicio.
El soldado romano
Armas defensivas
- Cassis: Casco metálico.
- Scutum: Escudo de madera rectangular.
- Lorica: Coraza de placas de hierro.
Armas ofensivas
- Pilum: Jabalina de 3 metros, con punta de hierro y cuerpo de madera.
- Hasta: Lanza más larga que el pilum, utilizada para el combate cuerpo a cuerpo.
- Gladius: Espada corta y puntiaguda.
En el ejército romano también destacaban unidades especiales como los honderos de las Islas Baleares, los jinetes galos y norteafricanos, y los arqueros sirios.
La vida del soldado romano se caracterizaba por un duro entrenamiento, que incluía largas marchas cargando con su equipo, y una dieta austera.
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