27 Jul

INTRODUCCIÓN

Tras la muerte del dictador Francisco Franco en 1975, se inicia en España un complejo proceso de cambio de régimen, de la dictadura a un sistema democrático, conocido como La Transición. El rey Juan Carlos I sustituye a Franco y se inicia una etapa constituyente que culmina con la aprobación de la Constitución de 1978. Tras numerosos peligros, el sistema se consolida tras el fracaso del golpe de estado del 23 de febrero de 1981 y la victoria electoral del PSOE en 1982.

DESARROLLO

A la muerte de Franco, se presentaron tres alternativas políticas: la continuidad del franquismo, la ruptura inmediata con el régimen para dar lugar a un sistema democrático, y por último, la Reforma, que suponía una democratización del régimen. Esta última vía fue la escogida por el rey. Arias Navarro se mantuvo como presidente del gobierno realizando una serie de medidas superficiales, que fracasaron ante la oleada de huelgas e incidentes violentos. El rey le obligará a dimitir en 1976.

El rey designó a Adolfo Suárez (Secretario General del Movimiento), inicialmente rechazado tanto por la oposición como por los sectores inmovilistas, pero que dio los primeros pasos hacia la Transición. Comenzó a negociar en secreto con la oposición, incluyendo nacionalistas, socialistas y comunistas, para en 1976 presentar el Proyecto para la Reforma Política, que suponía la sustitución de las cortes franquistas por unas cortes elegidas democráticamente como paso previo a la creación de una nueva constitución. El proyecto fue aprobado por las cortes franquistas y ratificado en referéndum en diciembre del mismo año. Ante este éxito, la oposición democrática abandonó la tesis rupturista y apostó por la vía reformista.

En 1977, sin embargo, el proceso se vio muy amenazado tanto por la extrema derecha como por el terrorismo de ETA y el GRAPO. Los momentos de máxima tensión se vivieron con el asesinato de cinco abogados laboralistas del PCE en Atocha o la legalización del partido comunista. Al mismo tiempo, se va conformando un variado sistema de partidos políticos: UCD (Unión de Centro Democrático), dirigida por Adolfo Suarez; AP (Alianza Popular), dirigida por el exministro franquista Manuel Fraga; PSOE, por Felipe González; el PCE, por Santiago Carrillo; y otros como Fuerza Nueva de extrema derecha y nacionalistas como la CDC (Convergencia Democrática de Cataluña) y PNV. Finalmente se celebraron elecciones democráticas en junio de 1977, en las que vencieron los grupos más moderados con la UCD como primera fuerza más votada.

Una vez constituidas las Cortes e iniciado un proceso constituyente, la inestabilidad social y política producida por la crisis de 1973 aumenta, por lo que se firman los Pactos de la Moncloa, entre Gobierno, partidos y sindicatos. Esto fue el inicio de la política de consenso entre todas las fuerzas sociales y partidos para que los efectos de la crisis no interrumpieran el proceso de transición democrática. Este ambiente de consenso tuvo su máxima expresión en la Constitución de 1978. Para su elaboración se eligió una ponencia, los llamados “Padres de la Constitución”, formada por diputados de todos los partidos, menos la minoría vasca que renunció. Tras su aprobación por el pleno del Parlamento en octubre de 1978 fue sometida a referéndum popular el 6 de diciembre y aprobada con una amplia mayoría.

La Constitución del 78 define a España como un “Estado social y democrático de Derecho” en el que la soberanía recae sobre el pueblo español, del que emanan los poderes, y bajo un sistema de Monarquía Parlamentaria. También se afirma la indisoluble unidad de la Nación, aunque se reconoce el derecho a la autonomía de las regiones. Establece una amplia declaración de derechos, políticos y sociales, y deberes fundamentales, que quedan protegidos por el Defensor del Pueblo: expresión, asociación, reunión, derecho a huelga, educación, trabajo, vivienda digna, pensión, etc. Por último, establece la no confesionalidad del estado y elimina la pena de muerte.

Respecto a las instituciones del Estado y sus funciones:

  • La Corona:

    De carácter vitalicio y hereditario, ocupa la Jefatura del Estado y es el máximo cargo dentro de las Fuerzas Armadas. Sus funciones son la representación simbólica de la Nación y la sanción de las leyes aprobadas en las Cortes y su carácter de árbitro en el sistema político.

Se establece asimismo la división de poderes de la siguiente forma:

  • Poder legislativo:

    Se ejerce a través de Cortes Bicamerales, integradas por el Congreso y el Senado. Elaboran y aprueban leyes, controlan al Gobierno y aprueban los presupuestos generales. Son elegidas por sufragio universal directo y secreto.
  • Poder Ejecutivo:

    En manos de un gobierno formado por un Presidente y un Consejo de Ministros que se encargan de las relaciones internacionales, la defensa, las fuerzas armadas, la economía y hacienda.
  • Poder judicial:

    Recae sobre los jueces y tribunales, que no son de elección popular. El Consejo General del Poder Judicial es el máximo órgano de control de este poder, y sobre este se sitúan el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional, que controlan que las resoluciones y las actuaciones de la administración se ajusten a la norma suprema.

Los principios rectores de la política social y económica: se reconoce el libre mercado, pero contempla la planificación económica por parte del Estado y la intervención estatal de bienes por interés público. Respecto a la organización territorial, divide el territorio en municipios, provincias y Comunidades Autónomas, creando así el llamado Estado de las Autonomías. Dichas autonomías están regidas por un Estatuto de Autonomía y tienen órganos legislativos y ejecutivos propios elegidos por sufragio universal. Entre sus competencias destaca educación, turismo o sanidad. España quedará constituida por 17 comunidades autónomas y 2 ciudades autónomas: Ceuta y Melilla.

CONCLUSIÓN

Una vez aprobada la constitución se celebran elecciones legislativas en marzo de 1979, donde vence de nuevo la UCD de Adolfo Suárez, pero este pierde la confianza de su partido y dimite en enero de 1981. El descontento del ejército ante la legalización del PCE, el proceso autonómico y el terrorismo provocarían un intento de golpe de Estado el 23 de febrero de 1981 por parte del teniente coronel Antonio Tejero. Finalmente, el golpe fue abortado y Leopoldo Calvo Sotelo elegido presidente. Las elecciones generales de octubre de 1982 dieron la victoria al PSOE, hecho con el que se puede marcar el final de la Transición.

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