28 Jun
CASO SAVOLTA
ESTRUCTURA EXTERNA
Se divide en dos partes:
I de cinco capítulos y II de diez. Cada capítulo se compone de secuencias de número variado: el primer capítulo de la 1ª parte tiene 35 secuencias, el 2º dos, y el último una solamente. Ejemplo, en el Capítulo I tenemos:
1. Artículo periodístico del 6-XII-1917 publicado en La Voz de la Justicia de Barcelona y firmado por Pajarito de Soto.
2. Notas taquigráficas de la Declaración de Javier Miranda el 10-I-1927 ante un juez de Nueva York.
3
Narrador omnisciente en tercera persona (fiesta de Fin de año en casa de los Savolta)
.
4. Narrador en primera persona. Es Javier Miranda quien desde la distancia recuerda los hechos acaecidos. 5. Affidávit (documento que da fe) del comisario de policía Alejandro Vázquez (que también murió asesinado poco después de que Javier Miranda abandonase España para ir a EEUU) ante el cónsul de EE.UU, en 1926.
ESTRUCTURA INTERNA
La obra consta de 184 secuencias –fragmentos de diferente extensión en que están divididos los capítulos, separados por espacios en blanco- que se suceden como un auténtico rompecabezas temporal al estilo de la novela policíaca (desde la confusión hasta la claridad final).
En la primera parte
Hasta la secuencia 129, se consigue la confusión con la técnica de acumulación de fragmentos que como caleidoscopio desordenado y caos temporal van aportando los datos necesarios. A raíz de las declaraciones de Javier Miranda ante el juez neoyorquino, se combinan todo tipo de materiales:
Recuerdos, cartas (del comisario Vázquez a Totorno…), artículos de periódico (fragmentos de La Voz de la Justicia), documentos judiciales (affidávit ante el cónsul), notas taquigráficas… Estos documentos se alternan con 2 narraciones, que muchas veces se alternan paralelamente: 1. Una narración en 3ª persona. 2.
Una narración en 1ª persona, en la que Javier Miranda va contando la versión de los hechos
En la segunda parte
Desde la secuencia 130, sigue una narración lineal donde casan todas las piezas sueltas y desaparecen todos los documentos relacionados con la investigación oficial, pero continúa la doble narración.
A) Capítulos I-V de la 2ª parte
Ofrecen menor complejidad.
Sin embargo, se siguen alternando varias líneas narrativas y se conserva el desorden cronológico.
Continúa la historia en el año siguiente (1918)
, pero se retrocede a 1917 para asistir -desde el punto de vista de Nemesio Cabra- a algunos acontecimientos ya narrados en la primera parte. El relato va saltando libremente de una época a otra.
Con eventuales saltos temporales, se nos cuenta el ascenso social de Lepprince y el matrimonio de Miranda con María Coral. Algunos personajes están empeñados en descubrir los sucios manejos del francés. En los capítulos restantes, la trama se desarrolla de forma lineal.
B)
Capítulos VI-X de la 2ª parte:
se desarrolla con la máxima sencillez: hay un solo hilo argumental, contado linealmente y de acuerdo con patrones narrativos tradicionales.
Se aclaran los aspectos oscuros de la trama y Javier Miranda se da cuenta de cómo él también ha sido utilizado por Lepprince. Hacia el final, el comisario Vázquez hace un resumen de los hechos. / Son diversas las técnicas de narración utilizadas por Eduardo Mendoza: en la primera parte domina la fragmentación de la historia, el montaje “caleidoscópico” y la presentación abrupta de personajes o hechos. En los últimos capítulos, encontramos un relato ágil y de ritmo rápido. Esta variación se explica por la consciente imitación de diversos modelos narrativos.
Estas secuencias producen un cambio de perspectiva muy frecuente en la lectura de la novela; el lector tiene que ir adaptando su percepción a los nuevos datos que se ofrecen y saltando, con rapidez, de un tema al otro.
Un mismo documento puede ir dividido en varias secuencias
Así, por ejemplo, el artículo que inicia la novela y que ha aparecido en La voz de la justicia firmado por Domingo Pajarito de Soto se inicia en la secuencia primera, continúa en la siete y vuelve a reaparecer, ya sin título, en la secuencia veintiséis, en la treinta y uno para concluir en la secuencia treinta y seis. El lector tiene que recomponer en su lectura esa unidad que constituye todo el artículo, pieza esencial en los hechos que van a costar la vida a su propio autor.
A) Capítulos I-V de la 2ª parte
Ofrecen menor complejidad.
Sin embargo, se siguen alternando varias líneas narrativas y se conserva el desorden cronológico.
Continúa la historia en el año siguiente (1918)
, pero se retrocede a 1917 para asistir -desde el punto de vista de Nemesio Cabra- a algunos acontecimientos ya narrados en la primera parte. El relato va saltando libremente de una época a otra.
Con eventuales saltos temporales, se nos cuenta el ascenso social de Lepprince y el matrimonio de Miranda con María Coral. Algunos personajes están empeñados en descubrir los sucios manejos del francés. En los capítulos restantes, la trama se desarrolla de forma lineal.
B)
Capítulos VI-X de la 2ª parte:
se desarrolla con la máxima sencillez: hay un solo hilo argumental, contado linealmente y de acuerdo con patrones narrativos tradicionales.
Se aclaran los aspectos oscuros de la trama y Javier Miranda se da cuenta de cómo él también ha sido utilizado por Lepprince. Hacia el final, el comisario Vázquez hace un resumen de los hechos. / Son diversas las técnicas de narración utilizadas por Eduardo Mendoza: en la primera parte domina la fragmentación de la historia, el montaje “caleidoscópico” y la presentación abrupta de personajes o hechos. En los últimos capítulos, encontramos un relato ágil y de ritmo rápido. Esta variación se explica por la consciente imitación de diversos modelos narrativos.
Estas secuencias producen un cambio de perspectiva muy frecuente en la lectura de la novela; el lector tiene que ir adaptando su percepción a los nuevos datos que se ofrecen y saltando, con rapidez, de un tema al otro.
Un mismo documento puede ir dividido en varias secuencias
Así, por ejemplo, el artículo que inicia la novela y que ha aparecido en La voz de la justicia firmado por Domingo Pajarito de Soto se inicia en la secuencia primera, continúa en la siete y vuelve a reaparecer, ya sin título, en la secuencia veintiséis, en la treinta y uno para concluir en la secuencia treinta y seis. El lector tiene que recomponer en su lectura esa unidad que constituye todo el artículo, pieza esencial en los hechos que van a costar la vida a su propio autor.
EL NARRADOR
1- Un narrador en primera persona
El hilo conductor, como hemos dicho, son las declaraciones de Javier Miranda —desde su residencia en Nueva York, pasados casi diez años, y con motivo de un juicio para tratar de cobrar el seguro que había suscrito Lepprince— recuerda una serie de acontecimientos en los que se vio implicado y que giraron en torno a un núcleo determinado: la fábrica de armas de Savolta (“Del juicio y mis declaraciones han brotado estos recuerdos”). Este narrador en primera persona es un narrador limitado – ignora las relaciones adúlteras entre María Coral y Lepprince-, ya que sólo conoce parte de los hechos e ignora una porción fundamental de lo sucedido.2- Un narrador omnisciente
. Además de este narrador en primera persona, existe otro que narra en tercera persona.
Sabe todo lo que sucede e incluso entra a explicar los pensamientos de los personajes y sus deseos más profundos. Sin embargo, ello es, a veces, engañoso. Así ocurre en la narración de las dos fiestas: aunque se comienzan a narrar en tercera persona, el protagonista estaba presente en ambas y es él quien las evoca; pero no del todo, un examen detenido nos descubrirá que no todo lo que allí pasa ha podido ser presenciado por Javier. De este modo aparece subrepticiamente el narrador omnisciente.
3-
El tercer punto de vista adopta las formas de los documentos que sirven de prueba en la acción judicial, que pretende aclarar lo sucedido. Se narra, pues, desde una perspectiva múltiple y utilizando la técnica del contrapunto (se van alternando secuencias que pertenecen a situaciones distintas). Se salta de una secuencia a otra, de un punto de vista a otro, y no siempre se respeta el orden lineal. / Por ello, algunas veces tiene la apariencia de un diálogo, transcrito como las actas de un interrogatorio. / En otros casos, los textos recogidos están narrados en primera persona, por un personaje que participa en la acción, y que muestra la perspectiva limitada que tiene sobre los hechos.
En determinados momentos, como en el caso del artículo de Pajarito de Soto, dividido en varias partes, la perspectiva adoptada es la del ensayo, en que la voz que habla, aunque en ciertos momentos adopte la forma verbal de la primera persona, no lo hace para contar hechos propios, sino para dar una perspectiva amplia de un asunto de interés general.
En otros lugares, el documento adquiere también una forma impersonal, como ocurre en las fichas policiales, en las que no figura el nombre de quien hace las afirmaciones allí contenidas. En ciertos momentos de la novela, y de modo señalado, en el tramo final se recurre también a la forma epistolar, en la que un personaje cuenta su vida en primera persona. Esta variedad de técnicas puede desorientar, en un principio, al lector, pero posteriormente contribuye no sólo a la amenidad de la novela, sino también a darnos una perspectiva múltiple, propia del interés histórico que mueve al novelista. Se narra, pues, desde una perspectiva múltiple y utilizando la técnica del contrapunto (se van alternando secuencias que pertenecen a situaciones distintas).
En determinados momentos, como en el caso del artículo de Pajarito de Soto, dividido en varias partes, la perspectiva adoptada es la del ensayo, en que la voz que habla, aunque en ciertos momentos adopte la forma verbal de la primera persona, no lo hace para contar hechos propios, sino para dar una perspectiva amplia de un asunto de interés general.
En otros lugares, el documento adquiere también una forma impersonal, como ocurre en las fichas policiales, en las que no figura el nombre de quien hace las afirmaciones allí contenidas. En ciertos momentos de la novela, y de modo señalado, en el tramo final se recurre también a la forma epistolar, en la que un personaje cuenta su vida en primera persona. Esta variedad de técnicas puede desorientar, en un principio, al lector, pero posteriormente contribuye no sólo a la amenidad de la novela, sino también a darnos una perspectiva múltiple, propia del interés histórico que mueve al novelista. Se narra, pues, desde una perspectiva múltiple y utilizando la técnica del contrapunto (se van alternando secuencias que pertenecen a situaciones distintas).
EL TIEMPO
El tiempo externo o histórico (marco histórico y social)
La historia del Caso Savolta se desarrolla entre 1917 y 1919. El autor tiene verdadero interés en situar la acción cronológica de manera minuciosa. En la obra encontramos un panorama muy completo de la Barcelona de la época. Es el fin de la “belle époque” de una burguésía, junto al auge de los negocios durante la I Guerra Mundial, la crisis económica tras la contienda y la crisis social agudizada desde 1917. En esta encrucijada nos sitúa la obra, con especiales referencias a los acontecimientos políticos y a los conflictos entre las clases sociales. El entramado histórico y social se entrelaza con las peripecias individuales, y se convierte en mucho más que un puro marco o fondo del relato. El marco temporal abarca los años 1917 y 1919, con el auge de los negocios durante la guerra europea, la crisis económica y social. Hay abundantes referencias a los acontecimientos políticos y a las tensiones entre las clases sociales. / La neutralidad española en la primera Guerra Mundial produjo grandes ventajas económicas para diversos sectores, España suministró productos diversos, alimentos básicos, calzado, tejidos, municiones… Las industrias catalanas se vieron implicadas en esta situación, fabricaron multitud de productos y suministró beneficios a la clase burguesa y gran descontento a la clase proletaria. Este ambiente de descontento provocó disturbios y huelgas, que culminó en 1916, con la primera huelga general en todo el país. El conflicto se convirtió en un enfrentamiento entre patronal y obreros, cuyas organizaciones, sobre todo la UGT () y CNT tenían una gran fuerza
. En 1917 se declaró la huelga general revolucionaria, reprimida con extrema dureza por parte del ejército y la policía, aliados con la oligarquía catalana. Además, se formaron redes de gánsters a sueldo y un clima de gran inseguridad política. La industria catalana fabricaba material de guerra destinado a los aliados, sobre todo a Francia, lo que llevó a redes de espionaje y chantajes que intentaban cortar este sector industrial. Como resultado de esta serie de luchas y chantajes se produjo el atentado que inspira el título de la novela: el asesinato del fabricante de armas José Alberto Barret y Monet.
El tiempo de la historia (la duración) –
Conviene apuntar que en cuatro ocasiones la novela se sale del marco temporal apuntado.
La primera y más importante es la que registra el narrador Miranda como punto de partida de su relato, el momento en que recuerda los hechos, que coincide con sus declaraciones ante el juez Davidson del 10 de Enero al 6 de Febrero de 1927, casi diez años después de los acontecimientos, lo que explica sus dudas e imprecisiones. Este es el momento en que Javier Miranda, emigrado a América, cree que ha pasado suficiente tiempo para reclamar que se haga efectivo el seguro de vida que contrató Lepprince, tal y como este le aconsejó en una carta que dejó escrita y que e entregó Cortabanyes.
La segunda en importancia es la que figura en el «affidávit» prestado por el comisario Vázquez ante el cónsul de Estados Unidos por la misma razón que Miranda el 21 de Noviembre de 1926.
La tercera se refiere al capítulo final del libro, en la misma fecha que la primera, en la que Miranda relata brevemente su vida en los últimos diez años y recibe la carta de María Rosa Savolta, agradecíéndole la carta en la que decía que les iba a enviar el dinero del seguro, y le da a conocer los últimos avatares de su vida y de su hija.
La cuarta, después de su partida todavía se entera, por carta de Cortabanyes, de algunos hechos como la muerte de Doloretas, sucedida en 1920, cuando Miranda está ya en Nueva York. / Distinguiremos, de acuerdo con las dos partes de la novela, dos espacios temporales:
El primero se extiende desde el 8 de Octubre de 1917 hasta el año nuevo de 1919, final de la primera parte, con dos periodos, 1917 y 1918, separados por el asesinato de Savolta; el segundo, ocupa todo el año 1919 y coincide con la segunda parte. En el tratamiento del tiempo se advierte por un lado una datación concreta gracias a los nombres de los personajes y acontecimientos históricos, las fechas exactas de los documentos y cartas. No obstante, también existe un desorden cronológico e imprecisiones temporales.
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