21 Ago

3.CONSECUENCIAS DE LA GRAN Depresión
Los efectos que había producido la crisis de 1929 se agudizaron durante los años siguientes. Hasta 1932, fueron centenares los bancos, estadounidenses y de otros muchos países, que se vieron obligados a cerrar. Por otro lado, la producción industrial se redujo a más de un tercio y la producción agrícola y el comercio se desplomaron. Pero, sobre todo, el paro fue el efecto más devastador de la crisis. En Estados Unidos hubo unos trece millones de desempleados y en Alemania se alcanzaron los seis millones.
El desempleo y el descenso de los salarios hicieron que buena parte de la clase obrera y los campesinos sufrieran los efectos de la miseria. Las clases medias, por su parte, sufrieron un proceso de depauperación y de proletarización. Se agudiraron las diferencias entre ricos y pobres, con el consiguiente aumento de las desigualdades sociales.
En Estados Unidos mucha gente buscó refugio en las ciudades, donde se formaron barrios de olas denominados hoovervilles, en referencia irónica al presidente estadounidense. Los torés llegaron a destruir parte de sus cosechas en un desesperado intento por hacer subir los precios de sus productos, mientras que mucha gente pasaba hambre. Ante la ausencia de intervención por parte de los Estados, se multiplicaron las organizaciones caritativas.
Otros fenómenos relacionados con la Gran Depresión fueron el aumento del alcoholismo y la agudización del racismo. En Alemania muchos veían a los judíos, que tenían una fuerte implantación en el sector bursátil y financiero, como los culpables y los beneficiarios de la crisis económica que sufría el país, mientras que, en Estados Unidos, los negros también fueron objeto de ataques racistas y aumentó la segregación.
Las tensiones sociales no dejaron de crecer. El sistema liberal democrático sufrió un gran desprestigio y las clases medias mostraron su desconfianza en un sistema que era incapaz de resolver los problemas y que parecía destinado a ser destruido por la oleada revolucionaria. Esto propició que una gran parte de esas clases medias apoyara soluciones autoritarias tan radicales como el fascismo. Por otro lado, en el mundo obrero, creció la simpatía hacia el régimen comunista de la Unión Soviética y sus logros económicos. Los partidos comunistas crecieron con fuerza, a costa de la socialdemocracia, que, en algunas ocasiones, también radicalizó su discurso frente a la democracia liberal.
La literatura y el cine de la época reflejaron los devastadores efectos de la Gran Depresión y cómo el crack de 1929 había acabado con las esperanzas de paz y de progreso de los felices años veinte. En muchos sectores se extendió un ambiente de pesimismo y de pérdida de fe en los valores tradicionales.



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3.CONSECUENCIAS DE LA GRAN Depresión
Los efectos que había producido la crisis de 1929 se agudizaron durante los años siguientes. Hasta 1932, fueron centenares los bancos, estadounidenses y de otros muchos países, que se vieron obligados a cerrar. Por otro lado, la producción industrial se redujo a más de un tercio y la producción agrícola y el comercio se desplomaron. Pero, sobre todo, el paro fue el efecto más devastador de la crisis. En Estados Unidos hubo unos trece millones de desempleados y en Alemania se alcanzaron los seis millones.
El desempleo y el descenso de los salarios hicieron que buena parte de la clase obrera y los campesinos sufrieran los efectos de la miseria. Las clases medias, por su parte, sufrieron un proceso de depauperación y de proletarización. Se agudiraron las diferencias entre ricos y pobres, con el consiguiente aumento de las desigualdades sociales.
En Estados Unidos mucha gente buscó refugio en las ciudades, donde se formaron barrios de olas denominados hoovervilles, en referencia irónica al presidente estadounidense. Los torés llegaron a destruir parte de sus cosechas en un desesperado intento por hacer subir los precios de sus productos, mientras que mucha gente pasaba hambre. Ante la ausencia de intervención por parte de los Estados, se multiplicaron las organizaciones caritativas.
Otros fenómenos relacionados con la Gran Depresión fueron el aumento del alcoholismo y la agudización del racismo. En Alemania muchos veían a los judíos, que tenían una fuerte implantación en el sector bursátil y financiero, como los culpables y los beneficiarios de la crisis económica que sufría el país, mientras que, en Estados Unidos, los negros también fueron objeto de ataques racistas y aumentó la segregación.
Las tensiones sociales no dejaron de crecer. El sistema liberal democrático sufrió un gran desprestigio y las clases medias mostraron su desconfianza en un sistema que era incapaz de resolver los problemas y que parecía destinado a ser destruido por la oleada revolucionaria. Esto propició que una gran parte de esas clases medias apoyara soluciones autoritarias tan radicales como el fascismo. Por otro lado, en el mundo obrero, creció la simpatía hacia el régimen comunista de la Unión Soviética y sus logros económicos. Los partidos comunistas crecieron con fuerza, a costa de la socialdemocracia, que, en algunas ocasiones, también radicalizó su discurso frente a la democracia liberal.
La literatura y el cine de la época reflejaron los devastadores efectos de la Gran Depresión y cómo el crack de 1929 había acabado con las esperanzas de paz y de progreso de los felices años veinte. En muchos sectores se extendió un ambiente de pesimismo y de pérdida de fe en los valores tradicionales.

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