22 Dic
Jorge Manrique
Fue un poeta que vivíó durante la segunda mitad del Siglo XV. Su familia estaba
Bien posicionada y gozaba de cierto poder. Hay pocos hechos concretos que se
Conserven de su vida. Las Coplas a la muerte de su padre están
Dentro de una caudalosa corriente literaria que refleja la preocupación
Medieval por el tema de la muerte. De forma parecida al Ars amandi, la Edad Media va elaborando también un Ars moriendi. En las Coplas observamos la voluntad de estilo de don Jorge y su
Necesidad de da al tema una interpretación propia nacida de su vivencia
Individual. El poema va a conservar elementos y estructuras tradicionales, pero
La actitud del propio poeta y sus experiencias personales, nos van a dar una
Nueva dimensión del tema. Existe ya todo
Un complejo cultural sobre el tema de la muerte cuando Manrique escribe su
Obra. Influyen en esta consideración varios factores, algunos son
Eclesiásticos, pero la mayoría ya tienen una tradición literaria, como el
Sólido arraigo en la literatura medieval del planto, la presencia de la muerte como personaje que da pie a la
Igualación de las personas a la hora de morir, la escenificación del personaje
(guadaña, esqueleto, dedos deshuesados, etc). El clásico tema: Ubí sunt qui
Ante nos in hoc mundo fuere? Por lo tanto, Manrique tiene al alcance de su mano
Un crecido caudal poético que le facilitan una abundante experiencia literaria
Con variadas facetas de un asunto que a fuerza de ser repetido ha marchitado un
Tanto su belleza y su originalidad. Sin embargo, el escritor es singular
Precisando el tema dentro de su círculo vital. Manrique no se lamentará sobre
El pasado, lo que él echará de menos no es la belleza perdida, o el tiempo que
Ha pasado, sino algo que ha pertenecido a su vida como una realidad palpable.La causa del
Poema es un hecho concreto: la muerte de un ser querido y a partir de este
Punto de partida el poeta escribe su obra que trasciende a una generalización
Que le permite hacer un despliegue de temas coherentes entre sí. Esta gran
Articulación que constituye el conjunto del poema puede desmontarse en
Principio en tres partes, así como apunta Ana Krause. La primera, de carácter
Filosófico y universal; la segunda ejemplificadora con hechos concretos; la
última individualizada con el caso de don Rodrigo. Con esta división podemos
Apuntar que Manrique adopta un proceso que va de lo general a lo particular.
Este procedimiento cumple una misión en el poema colocando en la cima la figura
De su padre.El primer tercio
Ocupa las colpas I-XIII y sus versos tienen un carácter de meditación general
Sobre la fugacidad de la vida y la inestabilidad de las cosas del mundo, como
Vemos ya desde la primera copla (v. 7) “cuán presto se va el plazer”. Encontramos
Entre sus poemas la contraposición de la vida terrenal con la vida eterna (vv.
49 – 51) “Este mundo es el camino// para el otro, qu’es morada// sin pesar”.
Las últimas coplas sirven como demostración de lo dicho en las anteriores,
Mostrando como ejemplos generalizados la pérdida de la belleza juvenil, la
Decadencia de la nobleza, etc. Entre la primera y la segunda parte encontramos
las coplas
XIV y XV que funcionan como un enlace e introducción para el segundo Grupo de poemas. Su objetivo es ir dejando atrás las ideas generales para ir Cerrando el cerco hacia lo concreto. De la copla XVI a la XXIV tenemos el Segundo grupo. Lo que en poemas anteriores se ha visto de manera abstracta y en Símbolos pasa ahora a ser un montón de testimonios de difuntos ilustres que Personifican lo que se ha dicho anteriormente, como el Rey Juan, los infantes De Aragón, etc . Tiene una gran presencia el tópico Ubí sunt? en las coplas de esta clase por lo que los versos están Repletos de figuras retóricas como la interrogación, anáforas y paralelismos (vv 193 y 196) “¿Qué se hizieron las damas,[…]” y “¿Qué se hizieron las llamas […]”. Las dos últimas coplas funcionan en este caso como un epifonema, poniendo Un final al discurso y que da pie a una doble conclusión. La primera es que de Nada vale la grandeza del mundo puesto que la muerte la deshace sin miramientos Y la segunda que no sirve oponer resistencia, puesto que siempre llega. Y por último las coplas XXV hasta XL que se centran en la figura de don Rodrigo Manrique, padre del escritor (vv. 292-294) “el maestre don Rodrigo// Manrique, Tanto famoso// e tan valiente;”. Hay varias razones por las que ocupa el último Lugar en las Coplas. La primera es Que se trata del ejemplo más inmediato en el tiempo; otra, que afecta a la Estructura tripartita del poema, es que al detallar los valores del personaje Era preciso dar a esta exposición una mayor magnitud en comparación con los Demás casos en que solo están insinuados. Otra de carácter también estructural, Para completar las tres partes impuestas por la retórica que se enlazan Mediante un orden que va de lo abstracto a lo concreto. Y la última que Testifica el objetivo del poeta: erigir un monumento a la memoria de su padre. Se cierra así un ciclo perfecto que comienza con la reflexión moral, continúa Con la elegía y acaba con el triunfo. En esta tercera parte aparecen de forma Equilibrada dos temas fundamentales distribuidos cada uno en ocho coplas. El Primero es el elogio a don Rodrigo y el segundo es su contacto con la muerte (vv394-396) “en la su villa d’Ocaña// vino la muerte a llamar// a su puerta.”. Los Méritos del maestre están ordenados en dos categorías: la primera expone las Virtudes naturales del héroe y en la otra se mencionan sus hazañas. En las Primeras ocho coplas a penas encontramos un lujo expresivo, adopta un tono de Exaltación heroica y una forma tendente a lo narrativo. Es curioso el caso de Las coplas XXVII y XXVIII porque relaciona a su padre con figuras célebres de Antaño, como Julio César, Aníbal o Marco Aurelio. En las otras ocho coplas Aparece la Muerte que dialoga con su víctima. No se la describe y de este modo Evita la caída en el mal gusto. Las Coplas son Una composición poética que podríamos encuadrar bajo el nombre de elegía, ya Que se lamenta, en este caso, de la muerte de su padre. Una de las cosas que Más contribuyen al resultado artístico de las Coplas es la perfecta adecuación Entre su contenido y su forma. Están compuestas por dos sextillas octosílabas con Un tetrasílabo o pie quebrado y con rima consonante establecida así: abc abc. Los doce versos de las dos sextillas constituyen una unidad indisoluble que Coincide, salvo muy pocos casos, con una unidad sintáctica completa. Los versos Tienen también una perfecta adecuación entre la unidad rítmica y la unidad Sintáctica. Las sextillas no solo aparecen juntas por causas formales, sino También por motivos de contenido puesto que se complementan. Jorge Manrique Podría haber elegido formas más grandilocuentes, pero le otorga a la sextilla De pie quebrado madurez y gravedad. Cabe destacar sobre su estilo que mantiene Un tono sobrio, no añade léxico culto o complicado pero sí hay que destacar la Oscilación entre las formas viejas y nuevas que aparecen en los poemas y que Son un reflejo de los cambios lingüísticos de la época: e – y, non – ni, vos – Os, etc.
XIV y XV que funcionan como un enlace e introducción para el segundo Grupo de poemas. Su objetivo es ir dejando atrás las ideas generales para ir Cerrando el cerco hacia lo concreto. De la copla XVI a la XXIV tenemos el Segundo grupo. Lo que en poemas anteriores se ha visto de manera abstracta y en Símbolos pasa ahora a ser un montón de testimonios de difuntos ilustres que Personifican lo que se ha dicho anteriormente, como el Rey Juan, los infantes De Aragón, etc . Tiene una gran presencia el tópico Ubí sunt? en las coplas de esta clase por lo que los versos están Repletos de figuras retóricas como la interrogación, anáforas y paralelismos (vv 193 y 196) “¿Qué se hizieron las damas,[…]” y “¿Qué se hizieron las llamas […]”. Las dos últimas coplas funcionan en este caso como un epifonema, poniendo Un final al discurso y que da pie a una doble conclusión. La primera es que de Nada vale la grandeza del mundo puesto que la muerte la deshace sin miramientos Y la segunda que no sirve oponer resistencia, puesto que siempre llega. Y por último las coplas XXV hasta XL que se centran en la figura de don Rodrigo Manrique, padre del escritor (vv. 292-294) “el maestre don Rodrigo// Manrique, Tanto famoso// e tan valiente;”. Hay varias razones por las que ocupa el último Lugar en las Coplas. La primera es Que se trata del ejemplo más inmediato en el tiempo; otra, que afecta a la Estructura tripartita del poema, es que al detallar los valores del personaje Era preciso dar a esta exposición una mayor magnitud en comparación con los Demás casos en que solo están insinuados. Otra de carácter también estructural, Para completar las tres partes impuestas por la retórica que se enlazan Mediante un orden que va de lo abstracto a lo concreto. Y la última que Testifica el objetivo del poeta: erigir un monumento a la memoria de su padre. Se cierra así un ciclo perfecto que comienza con la reflexión moral, continúa Con la elegía y acaba con el triunfo. En esta tercera parte aparecen de forma Equilibrada dos temas fundamentales distribuidos cada uno en ocho coplas. El Primero es el elogio a don Rodrigo y el segundo es su contacto con la muerte (vv394-396) “en la su villa d’Ocaña// vino la muerte a llamar// a su puerta.”. Los Méritos del maestre están ordenados en dos categorías: la primera expone las Virtudes naturales del héroe y en la otra se mencionan sus hazañas. En las Primeras ocho coplas a penas encontramos un lujo expresivo, adopta un tono de Exaltación heroica y una forma tendente a lo narrativo. Es curioso el caso de Las coplas XXVII y XXVIII porque relaciona a su padre con figuras célebres de Antaño, como Julio César, Aníbal o Marco Aurelio. En las otras ocho coplas Aparece la Muerte que dialoga con su víctima. No se la describe y de este modo Evita la caída en el mal gusto. Las Coplas son Una composición poética que podríamos encuadrar bajo el nombre de elegía, ya Que se lamenta, en este caso, de la muerte de su padre. Una de las cosas que Más contribuyen al resultado artístico de las Coplas es la perfecta adecuación Entre su contenido y su forma. Están compuestas por dos sextillas octosílabas con Un tetrasílabo o pie quebrado y con rima consonante establecida así: abc abc. Los doce versos de las dos sextillas constituyen una unidad indisoluble que Coincide, salvo muy pocos casos, con una unidad sintáctica completa. Los versos Tienen también una perfecta adecuación entre la unidad rítmica y la unidad Sintáctica. Las sextillas no solo aparecen juntas por causas formales, sino También por motivos de contenido puesto que se complementan. Jorge Manrique Podría haber elegido formas más grandilocuentes, pero le otorga a la sextilla De pie quebrado madurez y gravedad. Cabe destacar sobre su estilo que mantiene Un tono sobrio, no añade léxico culto o complicado pero sí hay que destacar la Oscilación entre las formas viejas y nuevas que aparecen en los poemas y que Son un reflejo de los cambios lingüísticos de la época: e – y, non – ni, vos – Os, etc.
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