21 Jun

Las Cortes de Cádiz: La Constitución de 1812

Entre 1808 y 1813, España se encontraba inmersa en la Guerra de Independencia contra la Francia napoleónica. Con José I Bonaparte ocupando el trono español y un gobierno provisional incapaz de frenar la represión francesa, el pueblo español, sumido en un vacío de poder, creó las Juntas Provinciales de Defensa. Estas juntas, integradas por conservadores y liberales unidos por el objetivo común de luchar contra la ocupación francesa, se autoproclamaron soberanas y legítimas para gobernar en nombre del rey legítimo, Fernando VII.

Las Juntas Provinciales dieron paso a la Junta General Suprema Gubernativa del Reino, presidida por Floridablanca. Las derrotas militares obligaron a la Junta a trasladarse primero a Sevilla y finalmente a Cádiz. En 1810, la Junta creó una Regencia de cinco miembros absolutistas, pero la presencia mayoritaria en la ciudad de burgueses, ilustrados y comerciantes extranjeros propició un giro hacia el liberalismo.

En América, las colonias españolas también buscaban su independencia. En este contexto, se decidió convocar unas Cortes en Cádiz con el objetivo de defender la unidad de la nación y transformar a España en una monarquía parlamentaria dotada de una Constitución. Estas Cortes, de las que quedaron excluidos la nobleza y el alto clero, estaban compuestas por representantes de las clases medias con formación intelectual, delegados de las ciudades ocupadas por los franceses y representantes de las colonias americanas.

Los 300 diputados que conformaban esta Asamblea Constituyente defendían la soberanía nacional, la revolución liberal y la igualdad de derechos. Dentro de las Cortes, surgieron dos corrientes principales: la liberal y la absolutista. Su primera medida fue la abolición de los decretos del Antiguo Régimen.

La Constitución de 1812 (La Pepa)

El 19 de marzo de 1812 se aprobó la Constitución, conocida popularmente como «La Pepa». Este texto, impregnado de ideas y lenguaje liberales, establecía la soberanía nacional y una monarquía parlamentaria con una corona hereditaria cuyas competencias estaban limitadas por las Cortes. La Constitución establecía la separación de poderes:

  • Poder Legislativo: Recaía en una única cámara (Cortes), elegida por sufragio indirecto y con sufragio universal masculino como punto de partida. Las Cortes tenían la potestad de establecer impuestos, proteger la libertad de prensa y nombrar una regencia en caso de minoría de edad del rey.
  • Poder Ejecutivo: Residía en un gobierno formado por siete secretarios. El rey dirigía la acción del gobierno, pero sin responsabilidad directa.
  • Poder Judicial: Se mantenía un fuero especial para eclesiásticos y militares. Se unificaron los códigos penal, civil y comercial. Se creó el Consejo de Estado, cuyos miembros eran propuestos por las Cortes y elegidos por el rey.

La Constitución establecía una organización territorial centralizada, con Ayuntamientos en el ámbito local y Diputaciones en el provincial. Se introdujo la Milicia Nacional como cuerpo auxiliar del ejército en las provincias. Se declaró la confesionalidad católica del Estado, aunque se respetaban las propiedades de la Iglesia. La Constitución sentaba las bases para una educación general y gratuita, estableciendo «Escuelas de Primeras Letras» en todos los Ayuntamientos.

La guerra contra Francia y el posterior regreso de Fernando VII impidieron que la Constitución de 1812 se llevara plenamente a la práctica.

El Reinado de Fernando VII: Entre el Absolutismo y el Liberalismo

Con la firma del Tratado de Valençay en 1813, Fernando VII recuperó sus derechos a la Corona española. A su regreso a España en abril de 1814, recibió el Manifiesto de los Persas, un documento firmado por diputados absolutistas que censuraba la labor de las Cortes de Cádiz y la soberanía nacional, instando al rey a suprimir las Cortes y todas las reformas aprobadas, incluida la Constitución de 1812.

El Sexenio Absolutista (1814-1820)

El 4 de mayo de 1814, Fernando VII promulgó el Decreto de Valencia, anulando todas las reformas de las Cortes de Cádiz, incluyendo la Constitución de 1812. Este acto marcó el inicio del Sexenio Absolutista (1814-1820). Durante este periodo, se detuvo a importantes liberales, se disolvieron las Cortes, se restableció la Inquisición, se permitió el regreso de los jesuitas a España y se restauró la sociedad estamental. El rey se apoyó en la Iglesia y los grandes terratenientes para afianzar su poder absoluto.

Sin embargo, el reinado de Fernando VII se vio marcado por la inestabilidad política, la crisis económica y la oposición liberal, que se manifestó en diversos pronunciamientos militares, como los de Espoz y Mina, Porlier y Lacy.

El Trienio Liberal (1820-1823)

. Se restablecieron las leyes aprobadas en Cádiz, como la eliminación de la Inquisición, abolición del régimen señorial, reanudan la desamortización. Se aprobó la Ley de Supresión de Monasterios, Reglamento de Instrucción Pública, primer Código Penal, división del territorio en 52 provincias, se instauró la Milicia Nacional y expulsan a los jesuitas /Los liberales se dividieron en dos facciones: doceañistas o modeados, como Argüelles y Martínez de la Rosa, que defendían el sufragio censitario, para limitar la soberanía nacional y Cortes bicamerales; y exaltados o venteañistas, como Mendizábal y Alcalá Galiano, que defendían el sufragio universal, la soberanía nacional y Cortes unicamerales. Hasta 1822 gobernaron los moderados, y después los exaltados. La oposición al régimen liberal venía del Rey, apoyado por parte del ejército, el clero y el campesinado. En 1822 se formó la Junta Absolutista en Bayona, y en Cataluña se formo la Regencia de Urgel. //Los Cien Mil Hijos de San Luís, ejército organizado por Francia por orden de la Santa Alianza, pusieron fin al régimen liberal, dando paso a la Década absolutista u ominosa (1823-1833). Aunque se restablecieron las instituciones de la monarquía absoluta, se evolucionó hacia un reformismo moderado. /Los liberales sufrieron represión y muchos se exiliaron. Hubo intentos de insurrección (Riego, Empecinado y Torrijos).Se llevaron a cabo reformas: creación del Consejo de Ministros y del Ministerio de Fomento. En Hacienda, López Ballesteros elaboró los primeros presupuestos generales del Estado, e impulsó la creación de un nuevo Código deComercio, Tribunal de Cuentas, Banco de San Fernando (1829) y la Bolsa de Madrid (1831). /El régimen tenía dos enemigos: los liberales exaltados y los realistas. Los realistas ultras se alinearon en torno a Carlos Mª Isidro, heredero a la corona. Fernando VII, por la posibilidad de tener una hija, publica la Pragmática Sanción, derogando la Ley Sálica (permite reinar a las mujeres). Carlos Mª Isidro rechazó el procedimiento y reclamó la vigencia de la Ley Sálica. Tras los sucesos de la Granja (1832), Fernando VII confirmó los derechos sucesorios de su hija Isabel, formando gobierno con Cea Bermúdez. Al morir Fernando VII, Mª Cristina hereda la corona en nombre de su hija Isabel, iniciándose la primera guerra carlista (1833-1840). //Al tiempo se produce el proceso de independencia de las colonias americanas. Las causas que lo originaron son múltiples: el reformismo borbónico del siglo XVIII, la extensión de las ideas ilustradas y liberales, la debilidad de España y los intereses ingleses. Se distinguen dos periodos: -1 fase (1810-1815). La burguesía criolla pretendían liberarse de las restricciones y el monopolio impuesto por España; promovió Juntas y depuso a virreyes y capitanes generales, rechazando la autoridad de la Junta Central Suprema que buscaba apoyos en Inglaterra y Estados Unidos. Estallan insurrecciones como la de Hidalgo en México y Simón Bolivar en Venezuela. -2 fase (1816-1824). Reacción absolutista con Fernando VII, que no impidió la independencia de Argentina, y acciones revolucionarias: Simón Bolivar libera Ecuador, Venezuela y Colombia; San Martín logra la independencia de Chile, Iturbide la de México, y Sucre la de Bolivia y Perú (Ayacucho 1824). //Hacia 1825 solo Cuba y Puerto Rico, junto a Filipinas en Asia, permanecían en la corona española. Consecuencias: dejó la Hacienda al borde de la quiebra, el comercio se redujo y afectó más a Cataluña. España quedó relegada a un papel de potencia de segundo orden. Los nuevos estados fueron neocolonizados por Inglaterra y Estados Unidos.

Deja un comentario