30 Jul

Las Guerras Carlistas

1ª Guerra Carlista (1833-1840)

Fases de la Guerra:

1ª Fase (1833-1835): Predominio Carlista

Las partidas carlistas, móviles y no estructuradas en principio como un ejército regular, logran dominar el medio rural vasco y navarro, llegando a conformar un auténtico ejército gracias a la labor de Zumalacárregui. Sin embargo, no consiguieron dominar las ciudades, muriendo el citado militar en el sitio de Bilbao.

2ª Fase (1835-1837): Equilibrio de Fuerzas

Se da un equilibrio de fuerzas debido a la reacción liberal: victorias liberales en algunas batallas, guerrillas del general Cabrera en el Maestrazgo y expediciones militares carlistas que recorren casi toda la península sin afianzar dominio alguno. El nuevo fracaso carlista ante Bilbao (victoria de Espartero en Luchana) marca el definitivo cambio de tendencia en la guerra.

3ª Fase (1837-1840): Iniciativa Liberal y División Carlista

La iniciativa liberal y la división carlista (transaccionistas o partidarios de un acuerdo que pusiese fin a la guerra e intransigentes o partidarios de la continuación del conflicto) llevó a la firma del Convenio de Vergara (agosto de 1839), por el que el Estado se comprometía a admitir a militares carlistas en el ejército y a estudiar el mantenimiento de los fueros. Sólo Cabrera resistió un poco más (hasta julio de 1840) en el Maestrazgo.

Consecuencias de la 1ª Guerra Carlista:

Parece evidente que la derrota de los carlistas debía suponer la implantación definitiva del sistema liberal en el conjunto de los territorios hispanos. No obstante, durante un cierto tiempo, el Estado respetó, disminuidos, los fueros vasco-navarros hasta su definitiva anulación en 1876 (debemos recordar que los fueros suponen una excepcionalidad jurídico-política en un Estado que se pretende de Derecho). El carlismo derivó en varias corrientes políticas que nacen de sus diferentes orígenes:

  • Una suerte de tradicionalismo a la española, espejo de las mismas corrientes que por estas mismas fechas se producen en toda Europa como forma de lucha frente a la sociedad liberal-democrática.
  • El nacionalismo o regionalismo español, aún presente hoy en día, se nutre de la lucha del foralismo frente al uniformismo liberal.

2ª Guerra Carlista (1846-1849)

La Segunda guerra carlista (1846-1849), también llamada Guerra dels Matiners (madrugadores en catalán), fue la segunda guerra civil provocada por los carlistas. Este conflicto se desarrolló casi exclusivamente en Cataluña. El pretendiente Carlos VI trató de hacerse con la corona con el único respaldo de los guerrilleros catalanes. Ésta fue la menos importante de las tres guerras.

Antecedentes:

Los carlistas trataron de hacerse con el poder casando al nuevo pretendiente Carlos VI con Isabel II, pero el matrimonio de ésta con su primo Francisco de Asís frustró los intentos de don Carlos, por lo que instigó a los campesinos a alzarse contra el gobierno, ya que la situación de las zonas rurales en torno a 1845 era precaria, provocando esto malestar entre la gente del campo.

Desarrollo de la Guerra:

En febrero de 1846 el carlista Benet Tristany saqueó Cervera. Con este acto comenzó la Segunda guerra carlista. En la ciudad de Solsona se formaron diversas partidas de pocos integrantes que eran comandadas por un líder. El gobierno envió al general Manuel Pavía con 40.000 soldados para combatir a los guerrilleros, pero éstos, que a finales de año no eran más de 4.000, crecieron en número, hasta llegar a ser 10.000 en 1848.

Ese año Carlos VI llamó a Ramón Cabrera, el gran general carlista, para que comandase a las partidas y crease un verdadero ejército. Cabrera acudió, a pesar de saber que la guerra no tenía salida para los carlistas. En 1848 Cabrera trató de organizar el llamado Ejército Real de Cataluña, pero fracasó. En 1849 varios líderes fieles a don Carlos dejaron las armas. En junio de ese año las últimas partidas carlistas abandonaron España, al igual que don Carlos y Cabrera, finalizando así la Segunda guerra carlista.

3ª Guerra Carlista (1872-1876)

La tercera guerra carlista (1872-1876), se inició una vez destronada Isabel II, ya en el Sexenio Revolucionario. Beneficiados por el clima de libertad que introdujo la revolución de la “Gloriosa”, el carlismo había revivido como fuerza política. Pero la llegada de Amadeo de Saboya provocó la insurrección armada de una parte de los carlistas, mientras que otra facción constituyó una pequeña fuerza política opuesta a la nueva monarquía y con posiciones enormemente conservadoras. El pretendiente era Carlos VII, y el conflicto acabará con la definitiva derrota del carlismo, ya durante los primeros años del reinado de Alfonso XII.

Los generales Martínez Campos y el general Fernando Primo de Rivera, derrotaron a los carlistas en Cataluña, Navarra y País Vasco.

Consecuencias de la 3ª Guerra Carlista:

A partir de este momento, los carlistas se dividen y abandonan las armas definitivamente.

  • Unos acaban reconociendo a Alfonso XII y se integran en el sistema.
  • Otros que siguen a Nocedal, mantuvieron su ideología tradicional y antiliberal, y acabaron creando un partido, el partido carlista, que con cambios ideológicos importantes, ha llegado hasta nuestros días.
  • Otros, se integraron en partidos nacionalistas del País Vasco y Cataluña.

Deja un comentario