08 Jul

El teatro español de la primera mitad del Siglo XX, si exceptuamos la obra de Valle Inclán y Lorca, ha sido muy negativamente valorado por la crítica. En conjunto, y pese a la superabundancia nominal de autores y tendencias, existía el convencimiento de que la escena española pasaba por un período de postración. Los dramaturgos españoles ignoraban la evolución del teatro del resto de Europa.          

            El teatro es un género literario un tanto especial puesto que necesita ser representado por unos actores y ante un público para estar completo. Este hecho explica que nos encontremos con fuertes condicionamientos comerciales. Estos condicionantes  explicarán perfectamente que nos encontremos en el período anterior a la Guerra Civil con dos tendencias teatrales muy marcadas: 

  1. UN TEATRO COMERCIAL, orientado hacia un público burgués, escasamente crítico y que aporta pocas novedades técnicas. Esta tendencia es la que triunfa en las salas teatrales de la época. 

  2. UN TEATRO INNOVADOR, que pretende ofrecer un nuevo tipo de obras, bien por su carga crítica, bien por sus innovaciones técnicas, o bien por ambas. Esta tendencia, sin embargo, fue en su mayoría un fracaso comercial. 
  1. PANORAMA DEL TEATRO COMERCIAL DE PRINCIPIOS DEL Siglo XX

1.1. La alta comedia o benaventina. Benavente evoluciónó desde lo incisivo y crítico hasta el conservadurismo, con el fin de agradar al público. Estéticamente, quedó anclado en un Realismo alejado de las vanguardias, e ideológicamente, una crítica superficial de las hipocresías y convencionalismos burgueses, pero sin traspasar lo admisible y lo considerado de buen tono.  De entre su vasta producción teatral (172 títulos), cabe destacar tres obras:

Los intereses creados (1907), Señora ama (1908) y  La malquerida (1913)

1.2. El teatro poético  fue un intento de aproximación del género dramático a la poesía lírica para constituir un drama lírico. Con el tiempo, quedó integrado socialmente como una moda. Triunfaentonces un teatro histórico en verso al más puro modo casticista. Reivindican los autores (Marquina, Villaespesa, con Doña María de Padilla, los Machado, Don Juan de Mañara)
Una vuelta a la tradición teatral española. El autor más destacado de esta corriente es Eduardo Marquina con

Las hijas del Cid (1906) y El Gran Capitán (1916)


1.3. El teatro humorístico aborda temas superficiales con una trama fácil que se resuelve favorablemente.
Presenta personajes populares y castizos que resultan divertidos por su lenguaje.
El sainete madrileño de CARLOS ARNICHES es la última derivación escénica de los entremeses.
 Hacia 1910, el sainete languidece, por lo que se impuso un cambio de rumbo: la tragedia grotesca

Es una mezcla de lo trágico y lo cómico, una superación de lo melodramático por la caricatura

. Destaca La señorita de Trevélez (1916)

En esta corriente de humorismo fácil se sitúa el andalucismo arquetípico de los hermanos ÁLVAREZ QUINTERO (Serafín y Joaquín):
re

flejar el gracejo, la jovialidad y la afabilidad andaluzas.
Escriben más de 200 obras.
Algunos títulos son  El ojito derecho o El patio.

            Entre los años 1915 y 1935 se avanza hacia un nuevo género humorístico, el ASTRACÁN.
Su figura más representativa es Pedro Muñoz Seca.
Sus mayores éxitos son La venganza de don Mendo (1918), El verdugo de Sevilla (1916)
o Los extremeños se tocan (1926).

  1. PANORAMA DEL TEATRO INNOVADOR

Al margen de pretensiones comerciales, estos autores pretenden hacer un teatro que sirva como cauce para la expresión de sus conflictos religiosos, existenciales y sociales.
Harán un teatro intelectual y complejo que enlazará con las tendencias filosóficas y teatrales más renovadoras del panorama occidental de la época.
Técnicamente, intentarán romper definitivamente con las formas realistas de la representación.

2.1. Generación del 98 y otros autores

Fundamentalmente, los intentos de renovación han venido de autores que cultivaron otros géneros y que hallaron en el teatro un campo de experimentación.

El  teatro de AZORÍN fue muy mal acogido por el público.
Las obras de Azorín pueden agruparse en el teatro simbólico.
Destaca su trilogía Lo invisible.

Unamuno escribe un teatro muy intelectualizado, de acción casi inexistente, lo que le permite desarrollar un único tema:

La preocupación existencial, los conflictos internos entre sentimiento y razón

Escribíó nueve dramas y dos piezas menores, entre las que destaca El Otro (1926), un conflicto entre dos hermanos gemelos. 

            JACINTO GRAU reelabora desde perspectivas intelectuales, temas legendarios y simbólicos.
Su obra más conocida es El señor de Pigmalión (1921).

RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA  publica 17 obras dramáticas entre 1909 y 1912, la siguiente obra dramática aparece en 1929, Los medios seres y la última en 1935, Escaleras. 

No hay duda en considerar a Ramón María del VALLE-INCLÁN como el gran dramaturgo de nuestro teatro contemporáneo por supersonalidad creadora y su originalidad en el uso del idioma. Podemos clasificar su obra en tres etapas:
Una etapa modernista, con el El yermo de las almas (1908)
como obra más representativa; una etapa intermedia, con la trilogía mítica Comedias bárbaras (Ágüila de blasón (1907),  Romance de lobos (1908) y Cara de plata (1932),  entre la narración y el drama; y una  etapa de     Madurez, con 1920 como fecha fundamental. Se publican cuatro piezas teatrales: Farsa italiana de la enamorada del rey, Farsa y licencia de la reina castiza, Divinas palabras y Luces de bohemia.
Las dos primeras marcan la aparición de lo grotesco, la deformación degradada y despiadada de un presente histórico, y es a la última a la que el mismo Valle califica de «esperpento».

El esperpento es una estética deformadora:
Consiste en aplicar a personajes y situaciones una óptica degradada.

Se entremezclan lo trágico y lo burlesco

Después de Luces de Bohemia, escribe otros esperpentos con el título de Martes de Carnaval, una trilogía formada por Los cuernos de don  Friolera, Las galas del difunto y La hija del capitán
Por fin, el teatro de Valle-Inclán se cierra con una serie de piezas cortas recogidas en Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte (1927).

Valle-Inclán destaca no sólo como conocedor profundo del español, sino como un gran innovador teatral, que anticipó técnicas cinematográficas (saltos en el tiempo, escenarios múltiples, etc.) y acercó el teatro español al teatro del resto de Europa.

2.2. El teatro de la Generación del 27

            La Generación del 27 contribuyó de manera eficaz a la renovación teatral. Sus componentes incorporaron a sus obras los avances de las vanguardias y potenciaron la intención social.
Además, acercaron el teatro al pueblo mediante la representación de las obras de los mejores autores clásicos españoles a través de grupos de teatro (La Barraca de García Lorca).

Federico GARCÍA Lorca es, junto con Valle-Inclán, el máximo exponente de la renovación del teatro español de la primera mitad de siglo.

Sus primeros dramas están relacionados con el teatro modernistaEl maleficio de la mariposa, poemabellísimo, sin estructura teatral.
Mariana Pineda (1925), su primer éxito, enlaza con el drama histórico en verso del momento.

En una etapa posterior escribe farsas para guiñol (Tragicomedia de Don Cristóbal y la Señá Rosita y el Retablillo de Don Cristóbal)
y farsas para personas (La zapatera prodigiosa y Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín).

  • Teatro surrealista


    Después de su viaje a Nueva York, escribe El público y Así que pasen cinco años, próximas a Poeta en Nueva York.

  • Obras centrales

    .
    De 1930 a 1936 el teatro es su actividad prioritaria.Los temas son la lucha entre la realidad y el deseo – encarnados por lo general en mujeres, portadoras de las pasiones y símbolos de la fecundidad- evolucionan desde el plano metafísico al social.  En unas, la muerte o el tiempo; en otras,  el entorno social, la intransigencia moral, los prejuicios y el orgullo de clase conducen a la tragedia. 

A esta etapa pertenecen Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores (1935) y la Trilogía dramática de la tierra española, integrada por tres tragedias

: Bodas de sangre  (1933), Yerma (1934) y La casa de Bernarda Alba (1936)

             En fin, el teatro de Lorca supone una extraordinaria renovación porque incluye elementos líricos y simbólicos, y eleva algunos temas típicos de la sociedad de su tiempo, aparentemente locales, a la categoría de conflictos universales del ser humano.

MAX AUB cultivó una interesante obra dramática. En esta época escribe Narciso, basada en el mito griego desde una perspectiva claramente vanguardista.

            RAFAEL ALBERTI estrena, con polémica, en 1931 dos obras:
El hombre deshabitado (Auto sin sacramento) y Fermín Galán (Romance de ciego en tres actos).

Alejandro CASONA obtuvo el Premio Lope de Vega en 1933 por La sirena varada

Crea un tipo de drama poético y simbólico que mezcla realidad y ensueño. Escribíó además Nuestra Natacha (1936), de gran éxito.

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