La totalidad orgánica constituida por estas dos partes, estructura económica y superestructura, es el modo de producción.
Un modo de producción es el modo que adopta la producción de una época histórica determinada. El modo de producción determina por tanto las condiciones materiales de vida, así como el modo de pensar y ser. Es un determinismo materialista
: todo depende del modo de producción.

La historia humana es la sucesión dialéctica de los distintos modos de producción: asíático, antiguo, feudal, y burgués o capitalista.

En el modo de producción capitalista, el proceso productivo se centra en la mercancía.La mercancía es todo lo que se compra y se vende en el mercado.Pero en la mercancía ,Marx distingue entre valor de uso y valor de cambio.

Valor de uso es la cualidad de un producto en relación con la satisfacción de una necesidad humana
Valor de cambio es lo que el producto vale como mercancía( el precio que ese producto tiene en el mercado)

En la sociedad capitalista, el valor de uso es secundario y prevalece el valor de cambio, el valor de los objetos como mercancías, lo que viene determinado por las leyes del mercado(la ley de la oferta y la demanda).El trabajo del obrero también es una mercancía que se compra y se vende, según la ley de la oferta y la demanda.Así que el obrero vende su fuerza de trabajo al capitalista y a cambio recibe un salario. Pero el salario del trabajador no equivale a la totalidad de lo que el trabajador produce, sino que existe una diferencia entre la producción y el salario, entre el valor de lo producido por el obrero y el valor de su trabajo.Esta diferencia es la Plusvalía, que constituye el beneficio del capitalista.Por tanto, el dinero invertido en el proceso de producción genera un beneficio que redunda exclusivamente en el propietario de los medios de producción.

Al comienzo del Manifiesto Comunista Marx dice que la historia de todas las sociedades es la historia de la lucha de clases.

Una clase es un grupo de individuos con intereses comunes entre sí; solo existe por oposición a otra u otras clases; y el criterio para distinguirlas es la posición que cada una ocupa respecto a los medios de producción.

Con la aparición de la propiedad privada la sociedad se divide en dos grandes grupos o clases: la de las personas que poseen propiedad privada, que son dueñas de los medios de producción (tierras, fábricas, …) es decir, la clase dominante y la de aquellas personas que sólo disponen de la fuerza de su trabajo para sobrevivir, los dominados.
De este modo, son básicamente

dos las clases sociales:

La clase explotadora y la clase explotada

Marx afirma que con el modo de producción burgués o capitalista se cierra la prehistoria de la humanidad, pues crea en su seno las condiciones de su propia destrucción al fomentar la lucha de clases, -el motor de la historia-, que llevará directamente a la supresión del capitalismo; así pues, el desarrollo del capitalismo ha llevado a crear las condiciones materiales que posibilitan la revolución. Esta revolución no depende de la voluntad de los individuos sino de una ley que rige la historia, con lo cual la revolución no podrá darse hasta que no se alcancen las condiciones materiales para que pueda darse de un modo necesario (Por ello Marx pensaba que la revolución se iniciaría en los países industriales más desarrollados.)

Los proletarios son cada vez más y por tanto más pobres; los capitalistas cada vez menos y más ricos; por tanto, el capital se concentra en manos de unos pocos capitalistas. Como consecuencia de lo anterior podría llegar un momento en que los salarios fueran tan bajos que no cubrieran las necesidades mínimas de los proletarios. Esta situación contribuye a aumentar la conciencia de clase del proletariado, que se sublevaría y finalmente conseguirá instaurar una dictadura del proletariado, eliminando la propiedad privada de los medios de producción, fase de tránsito que culmina con la desaparición del Estado y el triunfo del comunismo (sociedad sin clases): los hombres son libres y dueños de su trabajo, alcanzando así una sociedad humanizada