29 Ene
2.1. La búsqueda del conocimiento frente al relativismo sofístico:La doctrina sofista insistía en la falta de humanidad de los hombres con respecto a lo justo y a lo injusto, lo bueno y lo malo. El relativismo, actitud general sofista, queda consagrado con respecto a los conceptos morales.
Sócrates se negaba a aceptar este relativismo. Si cada uno entiende por bueno y justo una cosa distinta, si para cada uno los término morales poseen significados diversos, la comunicación y el entendimiento entre los seres humanos resultará imposible. Para saber si una ley es justa o no es restaurar el valor del lenguaje como vehículo de significaciones objetivas y válidas para toda la comunidad humana. Para ello se hace necesario definir con rigor los conceptos morales.
En los diálogos de Platón no se llega a una definición definitiva de virtud, pero sirve para poner en manifiesto que los interlocutores de Sócrates carecen de una noción de un conocimiento coherente en asuntos de tan vital importancia.
2.2 Virtud y saber: el intelectualismo moral/ético.Es necesario definir con rigor las virtudes y los conceptos morales para la comunicación y hacer posible el diálogo y el acuerdo racional sobre temas morales y políticos. Y es necesario definirlos por una segunda razón: porque solo sabiendo qué es la justicia se puede ser justo, solo sabiendo que es lo bueno se puede obrar bien. Identifica la virtud con el saber.
Este modo de concebir la moral resultará chocante para muchos: habituados a personas ignorantes que son buenas y obran con rectitud sin ser capaces de definir los bueno y la rectitud y habituados a ver a personas instruidas que realizan conductas rechazables.
Los griegos solían distinguir dos ámbitos generales en el saber: el saber teórico (conocimiento meramente contemplativo) y el saber práctico. Se distinguían a su vez los conocimientos o saberes técnicos, dedicados a la producción de objetos y el saber político-moral, para regular la conducta. La distinción de estos saberes fue distinguida por los filósofos griegos. Sócrates tomó siempre el saber técnico como modelo para su teoría del saber moral.
Tomemos como partida las actividades de tipo técnico, solo es capaz de hacer zapatos el que sabe qué es un zapato, cuales son los materiales apropiados y la forma adecuada de ensamblarlos. Pasemos al que realiza acciones justas, da consejos justos, dicta leyes justas. Solamente es capaz de hacer leyes, acciones, consejos justos aquel que sabe qué es la justicia. Alguien puede actuar bien sin saber qué es la justicia, pero es un acierto puntual. El intelectualismo moral lleva a la siguiente paradoja. El buen arquitecto es el que sabe hacer edificios, por lo tanto, si lo hace mal intencionadamente es mejor que el que lo hace mal porque no sabe hacerlo bien. Sócrates propone esta paradoja en un diálogo de Platón, el Hispias Menos, concrudeza e ironía. La conclusión alcanzada es correcta, pero plantea un caso imposible: nadie obra mal sabiendo que obra mal, ya que el conocimiento (la virtud) es condición no solo necesaria, sino también suficiente para una conducta virtuosa. Por tanto, nadie obra mal voluntariamente. El que obra mal lo hace sin querer. En el intelectualismo socrático no hay lugar para las ideas de pecado o de culpa. El que obra mal es ignorante. El intelectualismo moral traería consigo la exigencia de suprimir las cárceles: al ser ignorantes, los criminales deberían ser enviados a la escuela.
Alma:
es la esencia del hombre. Tiene una estructura tripartita: racional, irascible y concupiscible. Su estado natural es la separación del cuerpo. La relación entre ambos no sólo no es esencial, sino que es antinatural; por eso el alma debe dominar y dirigir el cuerpo.
Ámbito inteligible/Ámbito visible:
Platón divide su mundo en dos ámbitos distintos.INTELIGIBLE: formado por los seres inteligibles (entidades matemáticas e ideas). Es objeto de conocimiento de la episteme.
VISIBLE: constituido por seres sensibles (seres físicos y sus imágenes) y que no es mas que una copia imperfecta del anterior. Es objeto del conocimiento de la doxa.
Cadenas:
todo lo relacionado con aquello que nos ata al mundo material: deseos, sensualidad, ignorancia…
Caverna
Mundo sensible, es decir, el mundo de los sentidos y el cambio permanente. En él solo puede haber doxa , nunca episteme
Camino del alma:
Platón se refiere a la dialéctica, al método para ascender hasta las ideas. El concepto de dialéctica posee una gran relevancia en Platón , que llega a identificar en varias de sus obras dialéctica y filosofía. La dialéctica es un movimiento de elevación intelectual que atraviesa todos los niveles de conocimiento. Podemos hablar de dos tipos de dialéctica:DIALÉCTICA ASCENDENTE: describe el ascenso del alma desde el mundo sensible hasta el mundo de las ideas y culmina en el conocimiento de la idea del Bien (desde la liberación de las cadenas hasta la contemplación directa del sol).
Cosas de arriba:
los objetos reales del exterior de la caverna (matemáticas, ideas…)Descenso de nuevo a la caverna: el que ha accedido a una vida y conocimientos superiores se compadece de la triste existencia de sus antiguos compañeros, de ahí que dedica descender para enseñarles la verdad.
Encandilamiento:
Platón describe dos tipos de encandilamiento.
El que ocurre cuando se va de lo luminoso a lo oscuro y el que ocurre exactamente por el motivo contrario. El efecto es parecido, pero son completamente distintos. El primero indica admiración, y el segundo, apiadamiento.
Escarpada y empinada cuesta:
el costoso y difícil tránsito de la opinión al conocimiento. Se refiere a la dialéctica.
Ideas:
son realidades eternas, inmateriales e inmutables. Constituyen la causa y la esencia del mundo sensible (las cosas materiales participan e imitan las ideas). Existen de manera independiente de los hombres, que se limitan únicamente a descubrir su existencia. Todos los ámbitos de la filosofía platónica tienen como punto de partida la teoría de las ideas.
Idea del bien:
cúspide de toda la filosofía platónica, no solo está en un lugar de preeminencia ante las demás ideas, sino que además es la esencia de las demás ideas sin ser ella misma esencia.
Inteligencia:
facultad de conocer intuitivamente las ideas. A través de ella el alma racional culmina el proceso de conocimiento.
Liberación de cadenas:
se nos describe a partir de un elemento externo y de manera gradual. Es decir, se refiere a la educación que nos concede herramientas para dominar las tendencias más espontáneas, para resistir a la seducción de lo material y sensible.
Luz de un fuego:
Platón se refiere a la luz del sol, responsable de toda la visibilidad de la caverna. El sol ejerce una función en el mundo sensible análoga a la que cumple el bien en el mundo inteligible. El sol aparece de dos maneras: como elemento imaginario (en la caverna, el fuego es el sol) y como elemento real (sol=bien).
Mirar las cosas de arriba:
Platón se refiere al verdadero conocimiento (episteme o ciencia) que es tal por tener como objeto lo real aquello que no cambia: entidades matemáticas o ideas.
Necesidad de acostumbrarse a la luz antes de mirar los objetos mismos:
Platón piensa en el cultivo de las matemáticas como preparación de la dialéctica.
Prisioneros:
alude a la condición misma del hombre al estar inexorablemente apresado por los sentidos.
Sabiduría existente allí:
la opinión, un mero saber acerca de sombras de lo real. El único “conocimiento” posible en la caverna, con dos niveles: conjetura (eikasía) y creencia (pistis).
Señor de ésta:
El señor de la luz, es decir, el sol.
Sombras:
imágenes, nivel inferior de la realidad. Se corresponde con el nivel inferior de la doxa.
Verdad:
está considerada desde un punto de vista antológico, es decir, como una propiedad objetiva de la realidad. No se refiere a la validez del conocimiento que posee un sujeto. Es un sentido que pervive en nuestra manera de hablar. El bien es causa tanto de la verdad como de la ciencia. La verdad pertenece a los seres inteligibles.
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