12 Nov

Literatura española de las últimas décadas

LITERATURA: Rasgos de la literatura de las últimas décadas son la variedad temática y estética, la diversidad de tendencias y corrientes literarias y la proliferación de autores.

LA POESÍA

En los años posteriores a la muerte de Franco, el grupo poético dominante es el de los novísimos, que buscan una expresión más personal aunque con un fondo común. Ya es habitual referirse al conjunto completo de estos poetas como la Generación del 70. En líneas como la metapoesía, destacarán autores como Guillermo Carnero con su obra Divisibilidad indefinida (1990). También en esta corriente podríamos incluir algunos libros de principio de los ochenta de Jenaro Talens.

También ha perdurado la poesía experimental, que ha combinado la expresión verbal. El más conocido ha sido José Miguel Ullán.

El culturalismo se fue depurando de la mera decoración externa para entroncar muchos poetas con la tradición clásica. En esta línea clasicista nos encontramos con nombres como Luis Antonio de Villena, Antonio Colinas o Antonio Carvajal.

A otros poetas como Jaime Siles y Andrés Sánchez Robayna, por hacer una poesía lírica de carácter intelectual densa, se les denominó Minimalistas.

Durante los años 80 se va gestando una sensibilidad lírica. Se emplean unas referencias y un lenguaje que para poetas y lectores resultan comunes. A esta sensibilidad común se le ha denominado poesía de la experiencia, y destacan poetas como Miguel d`Ors, Justo Navarro, Julio Llamazares, Felipe Benítez Reyes, César Antonio Molina, Carlos Marzal… A ese aire coloquial y urbano se suman poetas que habían destacado antes por su culturalismo exhibicionista, como es el caso de Luis Alberto Cuenca. Su obra más representativa es La otra sentimentalidad (1983). Pero el más conocido de este grupo es Luis García Montero.

Y aunque en la mayoría de los casos parece que en la lírica española se ha dado por concluida toda experimentación vanguardista, perdura con vigor la poesía del silencio, caracterizada por el conceptualismo intelectual y la densidad expresiva en textos breves.

LA NARRATIVA

El más notable de los rasgos comunes a muchos de los relatos y novelas de las últimas décadas es la recuperación de la trama argumental. Como en la poesía se abandona o se modera el culturalismo, la narrativa se aleja del experimentalismo y del mero juego literario. Pero aunque la estética dominante de la novela es de carácter realista, las novelas no vuelven al realismo de la narrativa del XIX ni al realismo social de los años cincuenta. Ya no se trata de que la novela refleje la realidad, sino que la ambientación realista tiene el objeto de servir de marco verosímil de las preocupaciones individuales de los personajes.

Se puede hablar de este modo de novela posmoderna: Los novelistas renuncian a cualquier interpretación totalizante del mundo y los problemas que plantean no trascienden la individualidad de sus protagonistas. Precisamente, el intimismo y cierto vago neoexistencialismo son notas comunes a muchos de estos relatos posmodernos.

La variedad de tradiciones narrativas a las que se han acogido los novelistas y los distintos recursos técnicos con que han contado la pluralidad de tendencias, que se suele señalar como el rasgo más característico de la última narrativa española.

El giro de la novela española desde el anterior experimentalismo se produce ya en 1975 con la publicación de La verdad sobre el caso Savolta, de Eduardo Mendoza.

Los narradores más importantes de este tiempo serán:

  • Miguel Espinosa con Escuela de Mandarines.
  • Javier Marías con Todas las almas, Corazón tan blanco, Mañana en la batalla piensa en mí, Negra espalda del tiempo, Tu rostro mañana.
  • José María Merino con Novela de Andrés Choz.
  • Antonio Muñoz Molina con Beatus ille, El invierno en Lisboa, Plenilunio.

EL TEATRO

En el teatro comercial, han predominado las obras melodramáticas, los dramas costumbristas y todo tipo de espectáculos humorísticos en donde abundan los rasgos propios del viejo sainete, de la farsa y de la pieza cómica.

El teatro independiente, de finales del franquismo, experimentó un notable declive. La mayor parte de aquellos grupos desaparecieron; sin embargo, han pervivido con éxito algunos y han aparecido otros nuevos: Els Joglars, La Cuadra, Els Comediants, Dagoll-Dagom, La Fura del Baus, La Cubana… De los nuevos autores dramáticos de estas últimas décadas puede decirse que se produce en sus obras una variedad de tendencias parecida a la de la lírica o la narrativa española contemporáneas. En el caso del teatro, el eclecticismo posmoderno permite que convivan las fórmulas dramáticas propias del teatro comercial.

Los dos autores destacados de este periodo fueron:

  • Francisco Nieva: el más importante de los dramaturgos experimentales españoles de la segunda mitad de siglo. Ligado al grupo literario de los postistas de fines de los cuarenta y principios de los cincuenta, su teatro camina por la senda de lo surrealista, lo onírico, lo fantástico y lo imaginativo.
    Entre su extensa obra destacan: Sombra y quimera de Larra, La señora tártara, Coronada y el toro
  • José Sanchís Sinisterra: es autor de una obra teatral muy abundante. En ellas pueden verse obras que parten de textos clásicos como La noche de Molly Bloom, Ñaque o De piojos y actores. Dramas históricos que se sitúan en diferentes épocas como ¡Ay, Carmela!, El cerco de Leningrado. Y piezas formalmente experimentales pero no exentas casi nunca de intención crítica: Perdida en los Apalaches, Valeria y los pájaros.

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