20 Feb

La Novela Noventayochista: Pío Baroja

Pío Baroja (1872-1956) fue un gran narrador que reflejó en sus novelas su visión escéptica y pesimista del mundo. Concebía la novela como un género abierto, en el que cabían tanto acontecimientos y descripciones como reflexiones filosóficas, y cuya estructura parece no seguir un plan premeditado, sino espontáneo, como la vida misma. Baroja mostró su predilección por los caracteres enérgicos de los hombres de acción de su tierra vasca, característicos de muchas de sus novelas de aventuras (Zalacaín el aventurero, Las inquietudes de Shanti Andía o la serie de veintidós relatos agrupados bajo el título Memorias de un hombre de acción). Destacan también su sensibilidad ante las injusticias sociales (La busca) y su inquietud por los temas existenciales (El árbol de la ciencia). Con su estilo rápido y eficaz, coloquial y aparentemente desaliñado, y sus ágiles diálogos, Baroja consigue una pintura viva y verosímil de ambientes y personajes.

Antonio Machado: Del Modernismo a la Generación del 98

Antonio Machado (1875-1939) presenta una trayectoria de evolución personal a partir de las tendencias modernistas y noventayochistas de su época. Literariamente, se inicia dentro del estilo del Modernismo (Soledades. Galerías. Otros poemas, 1907), pero con un carácter intimista y simbolista que siempre mantendría. Su poesía –“la palabra esencial en el tiempo”- evoca, a través de símbolos como “la tarde”, “el sueño” o “el camino”, la identificación anímica con el paisaje y las profundas inquietudes del ser humano.

Su libro siguiente, Campos de Castilla (1912), ofrece una visión lírica del agreste paisaje soriano en sintonía con el alma del poeta, pero también se abre a temas sociales, como la meditación sobre la decadencia de Castilla. En esta visión crítica coincide Machado con las ideas regeneracionistas del grupo del 98. También destacan los poemas dedicados a Leonor, su joven esposa muerta prematuramente, y sus Proverbios y cantares, de inclinación filosófica. Su poesía aspira a conseguir una comunicación de hondos sentimientos universales mediante un estilo sencillo, formas de raíz popular y métrica variada. Su estrofa preferida fue la silva asonantada.

Juan Ramón Jiménez, los Vanguardismos y la Generación del 27

La Literatura de la Edad de Plata

Contexto histórico, social y político: Europa vive un momento de cambios políticos y sociales, de recuperación económica y de auge de tendencias artísticas experimentales (vanguardismo), en el llamado <<periodo de entreguerras>> (desde el final de la Primera Guerra Mundial, en 1918, hasta el inicio de la Segunda Guerra Mundial, en 1939). En España, durante el primer tercio del siglo XX, se viven transformaciones de gran trascendencia para la vida política, social y cultural, especialmente desde el inicio de la Segunda República (1931) y hasta el final de la Guerra Civil (1939).

Durante estas tres décadas se produce uno de los momentos de mayor esplendor cultural de la historia de nuestro país, llamado Edad de Plata de la literatura española. Conviven en este periodo importantes escritores de tres grupos generacionales sucesivos: los escritores mayores del Modernismo y la Generación del 98 (Unamuno, Baroja, Machado, Valle-Inclán), los intelectuales de la Generación del 14 o Novecentismo (entre los que destaca el poeta Juan Ramón Jiménez) y, coincidiendo con los movimientos de renovación artística (vanguardismo), los jóvenes poetas de la Generación del 27 (Alberti, Salinas, García Lorca, Aleixandre, Guillén, Diego, Alonso, Cernuda), los cuales mantuvieron relación con los anteriores y consideraron a Juan Ramón especialmente como su maestro. Este último grupo de poetas y amigos supo aunar la influencia de los movimientos vanguardistas europeos con la tradición literaria hispánica e introdujo la poesía en la plena modernidad. Este clima de gran florecimiento cultural quedaría truncado con la ruptura traumática que supuso la Guerra Civil y sus posteriores consecuencias para el país en general y para los escritores en particular.

Juan Ramón Jiménez: Trayectoria y Etapas

Juan Ramón Jiménez (1881-1958) consagró su vida y su obra a la incesante búsqueda de la perfección y la belleza a través de la palabra. Concebía la poesía como una forma de conocimiento de la verdad y la esencia del mundo, y su lenguaje poético sigue una progresiva depuración que culmina en la poesía pura.

Su trayectoria poética se suele dividir en tres etapas:

  • Etapa sensitiva: Comienza con un modernismo de raíces románticas y simbolistas en Arias tristes (1903), que llega a una gran complejidad formal en sus estrofas e imágenes sensoriales y musicales en La soledad sonora (1911).
  • Etapa intelectual: Su lenguaje poético se va desnudando paulatinamente de sus <<ropajes modernistas>> y, a partir de su boda con Zenobia Camprubí y su viaje por mar a Nueva York, inicia un nuevo periodo de búsqueda de la poesía pura.
  • Etapa suficiente o verdadera: En su madurez poética, el poeta alcanza el final de este proceso místico-literario y expresa de forma trascendente y hermética la plenitud de sentir la potencia creadora de su yo.

Los Vanguardismos y la Generación del 27

En la década de 1920, época en la que se dio a conocer el grupo de poetas de la Generación del 27, triunfaban una serie de movimientos artísticos muy originales, provocativos y rupturistas: los Vanguardismos. Estos desarrollaban un arte deshumanizado, es decir, concebido como arte puro e independiente de la realidad, con una intención lúdica y experimental. Entre estos movimientos destacan el cubismo, el futurismo, el dadaísmo y el surrealismo; este último es el que presenta un mayor trasfondo ideológico y ha sido uno de los movimientos artísticos de mayor influencia en el siglo XX.

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