14 Nov

La Novela desde Principios del Siglo XX hasta 1939

La novela de la Generación del 98, también conocida como noventayochista, se caracteriza por su rechazo al realismo y al racionalismo positivista, y por la introducción de modificaciones con respecto a la narrativa anterior. Autores significativos de este movimiento, como Azorín, Unamuno, Baroja y Valle-Inclán, denunciaron los males de España, expresaron pesimismo ante la situación histórica, se vieron influenciados por la filosofía existencialista de Kierkegaard y Schopenhauer, utilizaron el dolor de España y Castilla como símbolo de patriotismo casticista, y renovaron estéticamente la novela mediante el subjetivismo, la concepción totalizadora y la reflexión filosófica.

Unamuno, por ejemplo, acuñó el término «nivolas» para sus novelas, en las que exploraba temas como la religión, la vida y la muerte, utilizando técnicas narrativas poco convencionales. Entre sus novelas más importantes se encuentran Niebla y Abel Sánchez. Por otro lado, Pío Baroja combinó pesimismo y vitalismo en sus obras, que se caracterizan por la presencia marcada del narrador, la focalización en un personaje central, la acción y los diálogos abundantes, y las descripciones impresionistas. Algunas de sus trilogías más destacadas son La lucha por la vida, Tierra vasca y La raza.

Valle-Inclán, por su parte, se destacó por su estilo modernista y esperpéntico en obras como Sonatas y Tirano Banderas, mientras que Azorín se caracterizó por un estilo narrativo impresionista y lirismo en obras como La voluntad y Las confesiones de un pequeño filósofo.

En cuanto a la novela novecentista de la Generación del 14, se caracteriza por su antirrealismo, antirromanticismo y antinoventayochismo, así como por la defensa de la pureza formal y estilística. Autores como Gabriel Miró, Ramón Pérez de Ayala y Ramón Gómez de la Serna introdujeron novedades importantes en el tratamiento de la novela, como el lirismo, la ironía, el intelectualismo y la deshumanización. Sus obras más destacadas incluyen Nuestro Padre San Daniel, Belarmino y Apolonio y El torero Caracho.

La Poesía desde el Modernismo a las Vanguardias

El Modernismo surge a finales del siglo XIX como respuesta a la crisis cultural de la época, recuperando principios del Romanticismo como la originalidad y la libertad creadora. Inspirado en el Parnasianismo y el Simbolismo, se caracteriza por la innovación formal y la búsqueda de la perfección estética. Rubén Darío es su principal representante, evolucionando desde una estética parnasiana hacia temas más trascendentales.

La Generación del 98, dentro del mismo contexto histórico, adopta una actitud reflexiva y crítica ante la situación de España, destacando temas como la identidad nacional y las preocupaciones existenciales. Antonio Machado es una figura prominente en este movimiento, transitando desde un modernismo intimista hacia una reflexión sobre la realidad española en obras como Campos de Castilla.

El Novecentismo surge en la segunda década del siglo XX como reacción al Modernismo y se caracteriza por el racionalismo, el antirromanticismo y la defensa del «arte puro». Juan Ramón Jiménez es su máximo representante, destacando por su evolución desde una poesía emotiva hacia una experiencia sin ropajes retóricos.

Paralelamente, el Vanguardismo surge como respuesta a la crisis histórica y cultural, con movimientos como el creacionismo, el ultraísmo y el surrealismo. Ramón Gómez de la Serna es una figura central en este movimiento, mientras que la influencia de Ortega y Gasset también es notable. Estos movimientos buscan una ruptura con la tradición, explorando la imaginación y la sorpresa en la creación artística.

El Teatro desde Principios del Siglo XX hasta 1939

Durante este período, el teatro español se divide en dos grandes corrientes: el teatro triunfante, que cuenta con el favor del público pero ofrece poca renovación, y el teatro innovador, que introduce nuevas formas dramáticas.

El teatro triunfante incluye obras que continúan el realismo del siglo XIX, como las de Jacinto Benavente, que adaptan sus obras para complacer a la burguesía. También hay teatro poético en verso, conservador y tradicional, y teatro cómico, destinado a entretener al público. Destacan los hermanos Álvarez Quintero, Carlos Arniches y Pedro Muñoz Seca.

En contraste, el teatro innovador está representado por autores como Valle-Inclán y García Lorca. Valle-Inclán, conocido por su estilo extravagante, aborda temas históricos y sociales en obras como las Comedias Bárbaras y los Esperpentos, como Luces de Bohemia. García Lorca renueva el arte escénico buscando la pureza de la palabra poética y acercando el teatro al pueblo. Sus obras, como Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba, exploran temas como el amor imposible, la libertad y la autoridad, y la frustración humana. También incursiona en el surrealismo con obras como El público y Así que pasen cinco años.

La Poesía del Grupo Poético del 27

La Generación del 27, surgida en un contexto de revolución artística vanguardista, fusiona la innovación con la tradición en la poesía. Destacan poetas como Jorge Guillén, Pedro Salinas, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Rafael Alberti, Federico García Lorca, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre, entre otros. Aunque se debate si conforman una generación literaria, comparten una cercanía en edad, formación universitaria y asistencia a eventos culturales comunes. Su poesía abarca tres etapas: una vanguardista hasta 1927, otra marcada por el surrealismo y lo humano hasta 1936, y una posterior a la Guerra Civil, donde algunos se exilian y otros enfrentan la posguerra. Autores andaluces como Vicente Aleixandre, Federico García Lorca, Rafael Alberti y Luis Cernuda destacan por sus contribuciones al grupo, fusionando la tradición con la vanguardia y abordando temas como el amor, la naturaleza y la crítica social.

La Poesía desde 1939 a los Años 70

Tras la Guerra Civil, la poesía española refleja la situación histórica y evoluciona en diferentes etapas. En los años 40, las tendencias incluyen una poesía arraigada, que apoya al régimen de Franco; una desarraigada, existencialista y crítica; y una vanguardista experimental. En los años 50, la poesía se vuelve más social, con autores como Blas de Otero, Gabriel Celaya y José Hierro. En los años 60, hay una renovación del lenguaje, con una poesía más elaborada que explora lo personal, con poetas como Claudio Rodríguez y Ángel González. Además, se destaca la poesía en el exilio, donde autores como Juan Ramón Jiménez, Luis Cernuda y Rafael Alberti evocan la guerra, la nostalgia y el deseo de retorno.

La Novela desde 1939 hasta los Años 70

Tras la Guerra Civil, la novela española refleja las tensiones ideológicas del momento y se enfrenta a la censura. En los años 40, se destacan obras existenciales como Nada de Carmen Laforet y el tremendismo de La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela. En los años 50, surge la novela social-realista, con obras como La colmena de Cela y El Jarama de Rafael Sánchez Ferlosio. En los 60, la novela experimental gana terreno, con obras como Tiempos de silencio de Luis Martín Santos y Señas de identidad de Juan Goytisolo.

El Teatro desde 1939 hasta Nuestros Días

Tras la Guerra Civil, el teatro español enfrentó dificultades. En la posguerra, predominó un teatro continuista de la alta comedia, representado por autores como José María Pemán y Juan Ignacio Luca de Tena. También se destacó el teatro del humor, con figuras como Enrique Jardiel Poncela y Miguel Mihura. En los años 50, surgió un teatro social-realista, con Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre. A partir de los 60, el teatro tradicional continuó con nuevos autores como Antonio Gala y José Luis Alonso de Santos. En contraste, el teatro vanguardista se caracterizó por su ruptura formal, representado por autores como Fernando Arrabal, y grupos teatrales innovadores como Els Joglars y Fura dels Baus. Eventos recientes incluyen el reconocimiento de José Sanchís Sinisterra con ¡Ay, Carmela! y el trabajo de Juan Antonio Mayorga.

La Poesía desde los Años 70 hasta Nuestros Días

En los años 70, surgen los Novísimos, como Pere Gimferrer y Félix de Azúa, renovando la poesía española. Desde entonces, la poesía presenta una diversidad de tendencias: experimentalismo (José Miguel Ullán), culturalismo (Antonio Colinas y Julio Martínez), surrealismo (Blanca Andréu y Ana Rossetti), metalingüística (Jenaro Taléns y Jaime Siles), poesía de la conciencia (Jorge Riechmann), y «realismo sucio» (Pablo García Casado). En años recientes, la poesía ha evolucionado hacia la Poesía de la experiencia, con autores como Ángel González y Claudio Rodríguez. En los 90 y principios del nuevo milenio, se destaca la confrontación entre la poesía de la experiencia y la del silencio, surgiendo la poesía de la diferencia, liderada por autores como Antonio Rodríguez Jiménez y José Lupiáñez.

La Novela desde 1975 hasta Nuestros Días: Tendencias, Autores y Obras Representativas

Tras la muerte de Franco en 1975, la narrativa española experimentó un período de libertad y diversidad. Destacan: novelistas que emergieron antes de la democracia (Delibes, Cela y Torrente Ballester); autores de la «Generación del 50» (Goytisolo, Marsé, Martín Gaite); la «Generación del 75» (Mendoza, De Azúa, Millas, Puértolas); nuevos escritores posfranquismo (Vincent, Llamazares, Marías, Montero, Muñoz Molina). Tendencias recientes incluyen: novela policiaca e histórica (Vázquez Montalbán, Muñoz Molina, Pérez Reverte, Cercas, Chacón); novela de reflexión íntima (Umbral, Millas, Llamazares); novela de memoria y testimonio (Montero, Díez); novela culturalista (De Prada); novelas sobre la juventud urbana (Mañas, Loriga, Etxebarría); literatura realista social (Chirbes); otros autores contemporáneos (Lindo, Navarro, Torres, Dueñas, Grandes). Además, el cuento experimentó un renacimiento con obras como Los girasoles ciegos de Alberto Méndez y los microrrelatos de Mateo Díez, Merino, Fernández Cubas, Millás y Martínez de Pisón.

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