11 Sep

Lírica desde los años 70 a nuestros días

Desde mediados de los setenta, la historia de España está marcada por la muerte de Franco, la restauración de la monarquía y la transición hacia la democracia. La literatura de esta etapa se caracteriza por la desaparición de la censura, la influencia creciente de autores extranjeros, la importancia de los medios de comunicación y la cultura de masas, así como la proliferación de editoriales, certámenes literarios y subvenciones que multiplican el número de publicaciones.

Tras la revolución cultural del «mayo del 68», surge un nuevo grupo de poetas conocido como Generación del 68 o Novísimos. Estos poetas plantean un amplio concepto de la cultura que incluye manifestaciones marginales o no consideradas hasta entonces (el cómic, el cine, nuevas formas musicales como el pop o el jazz). Dentro de esta línea pop, algunos novísimos optan por una poesía decadentista inspirada en la obra del griego Kavafis, tomando a Venecia como el centro de su estética. Los novísimos sienten a Aleixandre o Cernuda como modelos y revitalizan al grupo Cántico y al Postismo. El nombre de este grupo procede de la antología Nueve novísimos poetas españoles, publicada en 1970. Los principales miembros son Pere Gimferrer, Leopoldo María Panero, José María Álvarez, Guillermo Carnero, Manuel Vázquez Montalbán, Antonio Martínez Sarrión, Félix de Azúa, Vicente Molina Foix y Ana María Moix.

Los novísimos comparten el rechazo de la poesía social y la consideración de la poesía como creación artística autónoma. Bajo estos rasgos comunes, aparecen diferentes actitudes, desde la poesía hermética o la metaliteratura hasta la cercanía con la cultura popular, pasando por la ironía, el humor, el experimentalismo vanguardista o el esteticismo.

Entre las últimas generaciones poéticas se advierte una gran diversidad de tendencias:

Experimental:

Representado por José Miguel Ullán, basado en la utilización de antiguas técnicas vanguardistas como collages y poemas visuales.

Culturalismo:

Con autores como Antonio Colinas, Julio Martínez Mesanza y Aurora Luque, influenciados por el mundo clásico grecolatino o la Edad Media, mostrando un vasto dominio cultural.

Surrealismo:

En los ochenta se destaca una línea de recuperación del surrealismo, especialmente en poetas como Blanca Andreu y Ana Rossetti, caracterizada por una fuerte carga erótica.

Poetas metalingüísticos:

Como Andrés Sánchez Robayna, Jenaro Talens y Justo Navarro. Esta también llamada poesía del silencio o minimalista entronca con la poesía pura y se orienta hacia la indagación sobre el lenguaje, con ausencia de adornos superfluos y un antirretoricismo marcado.

Poesía de la conciencia:

Poetas como Jorge Riechmann y Roger Wolfe conciben la poesía como una acción social y hasta política, buscando sacudir la conciencia del lector.

Poesía de la experiencia:

La tendencia poética más característica de los últimos años. Tras el declive de la estética novísima, se produce una recuperación de la generación del medio siglo (Ángel González, Claudio Rodríguez) y una revisión de la tradición literaria previa. Se observa una tendencia a recuperar ciertas formas métricas (como el uso de endecasílabos y alejandrinos blancos) combinada con un lenguaje cotidiano. Los poemas suelen tener un tono suavemente elegíaco, con elementos irónicos y humorísticos. Los temas predominantes son urbanos, extraídos de la experiencia vivida por los propios poetas, a menudo incluyendo escenas de la infancia o la adolescencia. Este estilo se caracteriza por un lenguaje elaborado y elegante, sin caer en excesos retóricos. Autores destacados: Andrés Trapiello, Luis García Montero, Felipe Benítez Reyes, Luis Alberto de Cuenca y Carlos Marzal.

La narrativa desde los años 70 a nuestros días

Desde mediados de los setenta, la historia de España está marcada por la muerte de Franco, la restauración de la monarquía y la transición hacia la democracia. La literatura de esta etapa se caracteriza por la desaparición de la censura, la influencia creciente de autores extranjeros, la importancia de los medios de comunicación y la cultura de masas, y la proliferación de editoriales, certámenes literarios y subvenciones que multiplican el número de publicaciones.

Novela de intriga:

  • Eduardo Mendoza inaugura esta prolífica línea con La verdad sobre el caso Savolta. Otros títulos importantes de Mendoza incluyen El misterio de la cripta embrujada y La aventura del tocador de señoras.
  • Antonio Muñoz Molina es otro destacado en esta tendencia con obras como Beatus ille, Beltenebros, El invierno en Lisboa y El jinete polaco.
  • Arturo Pérez-Reverte contribuye con títulos como El maestro de esgrima, La tabla de Flandes, La piel del tambor y La carta esférica.
  • Manuel Vázquez Montalbán se destaca con obras como Galíndez, El estrangulador y la serie de novelas del detective Carvalho.

Novela histórica:

  • Eduardo Alonso y su El insomnio de un día de invierno y Palos de ciego.
  • Alberto Méndez con Los girasoles ciegos.

Novela metaliteraria:

  • Luis Landero con Juegos de la edad tardía y El guitarrista.
  • Juan José Millás con La soledad era esto y El mundo.

Novela de autoficción:

  • Javier Cercas con Soldados de Salamina.
  • Javier Marías con Negra espalda del tiempo.
  • Enrique Vila-Matas con París no se acaba nunca y Doctor Pasavento.

Novela prolongadora del realismo:

  • Julio Llamazares con La lluvia amarilla, Escenas de cine mudo y Luna de lobos.

Novela estilística:

  • Francisco Umbral con Mortal y rosa.
  • Javier Marías con Mañana en la batalla piensa en mí.
  • Luis Mateo Díez con Las horas completas, La fuente de la edad, La ruina del cielo y Balcón de piedra.

Novela intimista:

  • Adelaida García Morales con El sur.
  • José Luis Sampedro con La sonrisa etrusca y El río que nos lleva.

Auge del cuento y de la novela corta:

  • Manuel Rivas con ¿Qué me quieres, amor? y El lápiz del carpintero.
  • José María Merino, entre otros.

Novela negra:

  • Juan Madrid con Tánger.
  • Lorenzo Silva con El alquimista impaciente.
  • Andrés Trapiello con Los amigos del crimen perfecto.

Nueva generación de narradores (Afterpop o generación «Nocilla»):

  • Este grupo, encabezado por Agustín Fernández Mallo con sus obras Nocilla experience y Nocilla dream, se caracteriza por una estética híbrida y fragmentaria influida por las nuevas tecnologías (blogs, wikis, etc.).

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