21 Nov
La Literatura en la Edad Media Española
La Edad Media en España se extiende desde la caída del Imperio Romano en 476 hasta la conquista de Constantinopla en el siglo XV, o, en el contexto español, hasta el descubrimiento de América y la expulsión de los judíos en 1492. Este período se divide en la Primera Edad Media (476-siglo VIII), la Alta Edad Media (siglos VIII-XII) y la Baja Edad Media (siglos XIII-XV). Acontecimientos como la Reconquista en la península ibérica y las Cruzadas en Europa, junto con la coexistencia de las culturas cristiana, árabe y judía, y el fenómeno de la peregrinación a Santiago de Compostela, influyeron profundamente en la literatura medieval española.
La Sociedad Medieval Española
La sociedad medieval española se estructuraba jerárquicamente, con el rey en la cúspide, seguido por la nobleza, el clero y el pueblo llano. La nobleza se dedicaba a la guerra y la caza, el clero a la doctrina y la cultura, y el pueblo llano a las labores agrícolas, ganaderas y artesanales. Con el surgimiento de la burguesía en el siglo XV, se inició una transformación social que impactaría la ideología y la política medieval.
El Feudalismo
El feudalismo, el sistema político-económico de la época, se basaba en el vasallaje, la relación entre señor y vasallo, y el beneficio, la concesión de tierras como pago por los servicios del vasallo. La sociedad medieval era teocéntrica, con Dios como centro y una fuerte influencia de la Iglesia.
Características Generales de la Literatura Medieval
La literatura medieval reflejaba la sociedad y la mentalidad de la época. Se caracterizaba por:
- Transmisión oral: La literatura se difundía principalmente a través de la recitación debido al alto índice de analfabetismo.
- Anonimato: Muchas obras eran de autoría colectiva o anónima, modificadas con el tiempo por los juglares.
- Finalidad didáctica o moralizante: La literatura se usaba para adoctrinar, promover valores o servir como propaganda.
- Uso del verso: El verso facilitaba la recitación y fue la forma predominante hasta el siglo XIV.
La Lírica Tradicional en la Edad Media
La poesía lírica, espontánea y extendida, surgió en todas las lenguas de la península. El tema principal era el amor, especialmente el lamento de la amada por la ausencia del amado. Las canciones se adaptaban a estructuras paralelísticas o zejelescas.
Lírica Arábigo-Andaluza
Desarrollada en el sur de España, su principal manifestación fue la jarcha, una cancioncilla en mozárabe que se incluía al final de las moaxajas, poemas cultos en árabe o hebreo.
Lírica Gallego-Portuguesa
En Galicia y el norte de Portugal, la cantiga de amigo expresaba el lamento amoroso femenino con una marcada monotonía y estructuras paralelísticas.
Lírica Tradicional Castellana
Más tardía, se caracteriza por el villancico de amigo, con temas similares a las jarchas y cantigas, y estructuras zejelescas o paralelísticas. También incluía canciones de amor puestas en boca del enamorado, canciones de boda, siega, romería, serranas y albas.
Lírica Catalano-Provenzal
Surgida en las cortes provenzales en el siglo XII, esta poesía refinada, cantada por trovadores, introdujo la ideología del amor cortés, un juego poético que establecía un paralelismo entre la relación vasallo-señor y enamorado-dama.
El Mester de Juglaría, la Épica Castellana y el Poema de Mío Cid
El Mester de Juglaría
Los cantares de gesta, extensas narraciones en verso que exaltaban las hazañas de héroes, eran recitados por juglares en plazas, castillos y cortes.
Características de la Épica Española
Surgidos entre los siglos XII y XIII, los cantares de gesta, en su mayoría anónimos, se caracterizaban por su vitalidad, realismo y escasos elementos fantásticos. El Poema de Mío Cid es el ejemplo más completo que se conserva.
El Poema de Mío Cid
Este poema épico narra las hazañas de Rodrigo Díaz de Vivar, quien recupera su honor en dos ocasiones. Se divide en tres cantares: el destierro, las bodas y la afrenta de Corpes. Su métrica es irregular, con versos de 10 a 20 sílabas agrupados en tiradas. El estilo se caracteriza por el epíteto épico, fórmulas dirigidas al oyente, episodios humorísticos y la ejemplaridad del Cid.
El Mester de Clerecía, los Milagros de Nuestra Señora de Gonzalo de Berceo y el Libro del Buen Amor del Arcipreste de Hita
El Mester de Clerecía
Esta escuela poética, que floreció en los siglos XIII y XIV, se caracterizaba por el uso de la cuaderna vía, una estrofa de cuatro versos monorrimos con rima consonante.
Los Milagros de Nuestra Señora de Gonzalo de Berceo
Esta obra, con una introducción alegórica, narra veinticinco milagros de la Virgen. Berceo utiliza elementos cotidianos, humor, metáforas y una moraleja al final de cada relato. La Virgen se presenta con características humanas.
El Libro del Buen Amor del Arcipreste de Hita
Esta extensa obra presenta una autobiografía ficticia del autor, don Melón de la Huerta. Se caracteriza por su variedad de contenido, métrica y tono. Utiliza la parodia y la ambigüedad, combinando elementos moralizantes con la exaltación de los placeres de la vida.
La Prosa Medieval: El Conde Lucanor
La Prosa Medieval
Con el impulso de Alfonso X el Sabio y la Escuela de Traductores de Toledo, la prosa castellana floreció en el siglo XIII, dando lugar a obras como el Libro de Calila e Dimna y el Poridat de Poridades.
El Conde Lucanor
Escrita por Don Juan Manuel en el siglo XIV, esta obra consta de 50 ejemplos con una estructura similar: el Conde Lucanor pide consejo a Patronio, quien narra un cuento con una moraleja. La obra tiene una clara intención didáctica.
Las Coplas por la Muerte de su Padre de Jorge Manrique
Esta elegía reflexiona sobre la vida, la fama, la fortuna y la muerte con resignación cristiana. Consta de cuarenta coplas de pie quebrado. Aborda temas como el paso del tiempo, la vanidad de las cosas mundanas y la fama como único elemento duradero. La estructura va de lo general a lo particular, culminando con la alabanza al padre del autor.
El Romancero
El romancero, conjunto de romances cantados por juglares, surgió a finales del siglo XIV. Los romances, poemas épico-narrativos de versos octosílabos con rima asonante en los pares, se originaron a partir de fragmentos de los cantares de gesta. Se clasifican por temas (tradicionales, juglarescos, noticieros, de invención) y por estructura (romance-cuento, romance-escena). Su estilo se caracteriza por el uso de arcaísmos, alusiones a los oyentes, fragmentarismo, lenguaje sencillo y recursos como repeticiones, paralelismos y aliteraciones.
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