28 Jul

Ismos Huidobro


Manifiesta una admiración por figuras de diversas corrientes, como los místicos, simbolistas y surrealistas, lo que se refleja en la complejidad y riqueza de su poesía. En cuanto al Futurismo, el texto señala la presencia de elementos maquinistas y de disposición tipográfica en los poemas de Huidobro, aunque él no se alinea completamente con las ideas del movimiento. Caracciolo observa una fe compartida entre creacionismo y Futurismo en la innovación del arte y su búsqueda de perfeccionamiento. Con respecto al Cubismo, la obra de Huidobro se asemeja al movimiento en su propuesta de reinterpretar la realidad percibida por los sentidos y en la búsqueda de un nuevo lenguaje capaz de expresar esa experiencia. Aunque hay paralelismos con la obra de Pierre Reverdy, Caracciolo señala que el enfoque de Huidobro es más personal, centrado en el poeta.
El ultraísmo une a Huidobro y otros poetas en su rechazo a la tradición y la creación de imágenes poéticas originales, renovadoras y alejadas de lo común. Esta tendencia está influenciada por la «greguería» de R. Gómez de la Serna, combinando metáforas, humor e ironía. En cuanto al Surrealismo, aunque Huidobro rechaza este movimiento en sus ensayos, su poesía muestra una clara influencia de esta corriente, especialmente en la fusión entre sueño y vigilia y la fragmentación de sus versos. Esta fragmentación sugiere una zona de penumbra que refleja el diálogo entre subconsciente y consciencia. / La poesía de Huidobro celebra la potencia creadora del ser humano y presenta un mundo poetocéntrico en contraste con otros escritores, como Sor Juana Inés de la Cruz y Saint Exupéry. Este enfoque resalta la originalidad y audacia de su trabajo dentro de las corrientes de vanguardia de su época


Heraldos negros


una obra significativa de la primera etapa del autor, marcada por un tono pesimista y una visión sombría de la vida.
El título simboliza la presencia de la muerte y las malas noticias en la existencia humana, aunque en los poemas indigenistas se percibe un rastro de esperanza. El poemario fusiona elementos de la cultura moderna con los indígenas, y está estructurado en seis apartados que contienen un total de 69 poemas. La importancia del paratexto se evidencia en la cita bíblica inicial, «quien pueda entender que entienda», que establece una conexión con la espiritualidad y los temas religiosos que aparecen a lo largo de la obra.• Plafones ágiles: En este primer apartado, se encuentra el poema que da título al libro. Este poema establece los temas centrales de la obra, como el dolor, la presencia de la muerte, la religión y la culpa. La simbología de los huecos y el vacío reflejan el sentimiento de pérdida y sufrimiento. • Buzos: Esta sección se centra en la búsqueda de profundidad y significado en la vida, abordando motivos como los viajes, la protección y las dificultades existenciales. • De la tierra: Los poemas de esta sección exploran los sentimientos y la relación con la naturaleza, incluyendo reflexiones sobre las estaciones y el paso del tiempo. • Nostalgias imperiales: En esta sección, el autor evoca su tierra natal y sus raíces culturales, explorando temas de identidad y pertenencia. • Trueno: El quinto apartado es breve y enigmático, aunque su título sugiere un impacto y una fuerza emotiva. Canción del hogar: La última sección evoca la infancia del autor, ofreciendo un retorno a los recuerdos y la nostalgia por el hogar. En conjunto, Los hn, es una obra que explora las profundidades de la experiencia humana, confrontando los aspectos más oscuros de la vida con una voz poética que refleja el sufrimiento, la espiritualidad y la búsqueda de sentido.


Trilce es un poemario publicado en 1922 que forma parte de la segunda etapa vanguardista del autor. El poemario se caracteriza por su innovación y ruptura con las convenciones literarias de la época, introduciendo elementos cotidianos y menospreciados en la poesía. El título originalmente propuesto era Cráneos de bronce, pero finalmente se tituló Trilce. Este título podría ser un híbrido entre «triste» y «dulce», o hacer referencia al número tres, que es significativo en el poemario por su simbolismo y referencias a la trinidad. La temática de Trilce continúa explorando temas presentes en Los heraldos negros, como la orfandad, la pérdida de su madre, la cárcel y la enajenación del ser humano ante el mundo. En Trilce se profundiza en el sentimiento de tragedia del hombre en la vida moderna, la pérdida del cuerpo, la voz y la ceguera. El estilo del poemario muestra un acercamiento al Surrealismo con una sucesión de imágenes y simbolismo, explorando el sentimiento de desposesión y el absurdo. En algunos poemas, el absurdo se convierte en una experiencia positiva que puede abrir nuevos caminos y estimular la aventura creativa. El simbolismo numérico es prominente en Trilce. El número tres aparece con frecuencia, simbolizando la trinidad y siendo un número mágico.
Otros números significativos incluyen el dos, asociado a vínculos familiares y amorosos, y el cuatro, que alude a las paredes de la cárcel. Otros temas incluyen la búsqueda de un vínculo con el mundo hostil a través de la memoria, rescatando el pasado y la infancia para recuperar la unidad perdida.


5 ciclos


1 ciclo corresponde a su etapa juvenil y publica poemarios como Crepusculario (1933), Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924),Tentativa del hombre infinito (1926) y El hondero entusiasta (1933). 2 ciclo se identifica como la etapa de Residencia en la tierra. En este ciclo se incluyen las dos residencias en la tierra y la primera parte de la tercera residencia porque hay un cambio poético. 3 ciclo también denominado como etapa general de conciencia e intención político-social y esta etapa comprende de esa segunda parte de residencia en la tierra hasta Incitación al nixonicidio (1973). Entre esos poemas escribe las Uvas y el viento, Los versos del capitán y Canción de gesta. 4 ciclo se llama ódico y se incluyen poemarios como Odas elementales, Nuevas odas elementales, Tercer libro de Odas y Arte de pájaros. 5 ciclo es el autobiográfico y se incluyen poemarios como Estravagario (1958), Cien sonetos de amor (1959), Cantos ceremoniales, Memorial de isla negra y Barcarola, etc. 


Neruda y la naturaleza


Yurkievich señala que el poeta chileno tratará de imitar a la naturaleza en sus procesos creadores e incluso tratara de concebir sus poemas como si fueran manifestaciones directas de la energía natural. La importancia de la naturaleza tiene un papel positivo, es como la madre tierra o benefactora, junto a ellas aparece la madre terrible que la veremos también en narrativa. La ciudad en cambio tiene para Neruda un efecto negativo, se describe como algo que degrada que se deteriora frente a esa madre tierra que es positiva. En este capítulo destaca Yur que la madre tierra será la generadora y regeneradora de la vida, el árbol será un símbolo importante de integración con la naturaleza y Yur lo señala como un símbolo recurrente en sus composiciones poéticas: “en sus textos reiteradamente Neruda proclama un amor maderero”. Es un poeta ROMántico, movimiento que también busca esa armónía perdida con la naturaleza, cuando el hombre se comunicaba con la misma, tenían un sentimiento pleno al hacerlo, cosa que con la tecnología se perdíó. El mar también es importante dentro de esa naturaleza, el agua en movimiento dice Yur que constituye como lo declara el propio poeta, una experiencia que ha inspirado algunos de sus libros. Yur lo traslada incluso al estilo de sus poetas y apunta que en sus poemas predomina el uso de formas extensas, ritmos caudalosos. No es extraño que se haya caracterizado a Neruda como un poeta fluvial u oceánico. Incluso Neruda refiriéndose a Residencia en la tierra considera que posee ritmo oceánico y proviene de un núcleo de inspiración oscura poseído por el movimiento de las olas. Utiliza las subordinadas, las enumeraciones que no se agotan, los símbolos que se encadenan, hace que haya un ritmo lento, pausado, lo que provoca mayor angustia o dolor.


Obras. Crepusculario


Es su primer poemario y muestra la iniciación poética del autor, centrada en la soledad y el enfrentamiento del poeta con un mundo hostil. También destaca su conexión con la naturaleza, lo que lleva a una dimensión más angustiosa y metafísica. • El hondero entusiasta: Publicado en 1924, este poemario introduce temas de rebeldía y el deseo de superar el aislamiento, elementos que reaparecen en su poesía posterior. • Veinte poemas de amor y una canción desesperada: Destaca por su estilo vinculado a la poesía tradicional, pero renovado en el lenguaje. Se aprecia la influencia de poetas hispanoamericanos, como María Eugenia Var Ferreira y Juana de Ibarbourou. Aunque la idealización de la mujer persiste, también se introduce el erotismo. El poemario muestra la relación del poeta con dos mujeres: una vinculada a su adolescencia y la otra, a su vida urbana, lo que le permitíó explorar un lenguaje amoroso. • Tentativa del hombre infinito: Este poemario marca una ruptura con su obra anterior, ya que refleja una lucha interior más intensa y profunda. • Residencia en la tierra: Es la obra cumbre del poeta, considerada por Amado Alonso como «un apocalipsis sin Dios» Compuesta de tres partes, publicadas entre 1933 y 1947, abarca un proceso creativo de diez años. Enlaza tres continentes (América del Sur, Asía y Europa), mostrando una visión caótica y heterogénea de la realidad. La obra se divide en dos planos: uno autobiográfico y otro más íntimo y profundo. La I Residencia explora la soledad del poeta, marcada por la angustia de la pérdida y el abandono. El tiempo se convierte en su enemigo, desintegrando todo a su paso. Los poemas revelan una lucha existencialista y una ironía hacia lo convencional. • La Il Residencia mantiene temas de soledad, abandono y muerte, pero introduce una sección llamada «Tres cantos materiales» que representa una afirmación de la vida y la materia, contrastando con la visión destructiva de la primera residencia.


Ficciones (1944)


 de Jorge Luis Borges, destacando la importancia de la filosofía y la teología en sus cuentos. Jaime Alazraki resalta que Borges aborda temas como las relaciones entre espacio y tiempo, el infinito y la reescritura. Borges se siente atraído por las ideas religiosas y filosóficas por su valor estético y su singularidad. En esta obra Borgues dice que descubríó dos tendencias al corregir las pruebas en los misceláneos trabajos de este volumen: una tendencia a estimar ideas religiosas o filosóficas por su valor estético y aún por lo que encierran de singular y maravillosas. Además, equipara la filosofía con el arte por su uso de la fantasía, y afirma que la metafísica es una rama de la literatura fantástica.Borges se inspira en grandes maestros como Espinoza, Kant y Parménides, y su obra refleja la interacción entre filosofía, teología y literatura. Esto le permite crear símbolos, alegorías y mitos que a menudo recuerdan a Kafka. Los temas recurrentes en Ficciones incluyen el panteísmo (todo está en todas partes y cualquier cosa es todas las cosas), la noción del mundo como sueño o libro de Dios, el tiempo cíclico y el idealismo. Borges afirma no ser filósofo ni metafísico, pero explora las posibilidades literarias de la filosofía. Estudiosos como Emir Rodríguez Monegal y Juan Arana señalán la presencia fundamental de la filosofía en la obra de Borges, especialmente en términos de creación y origen de sus temas y personajes. La obra que aborda estas ideas es El jardín de los senderos que se bifurcan.


Aleph (1949)


de Jorge Luis Borges es un volumen de cuentos publicado en 1949 que se compone de 17 relatos, algunos de ellos considerados microrrelatos. En su mayoría, los cuentos pertenecen al género neofantástico, aunque algunos se enmarcan en el Realismo. El libro está lleno de elementos carácterísticos de la obra de Borges, como laberintos, espejos, sueños y números mágicos, que aportan complejidad y riqueza a los relatos. Los cuentos exploran temas como la memoria, la percepción y el tiempo, con narradores poco confiables o fragmentados que distorsionan la realidad y desafían la linealidad del tiempo.Los personajes varían desde guerreros, teólogos, magos y reyes vengativos hasta escritores y caudillos de tribus desconocidas. A menudo se enfrenta a los personajes con la resolución de enigmas, lo que genera intriga en el lector. También hay una presencia de animales sagrados, objetos mágicos y la combinación de personajes reales y ficticios. En cuanto a los narradores, Borges se identifica a menudo con ellos, utilizando su propio nombre e incluyendo anécdotas personales en cuentos como «Zahir» y «Aleph«. La mezcla de espacios reales y ficticios, junto con los personajes y temas mencionados, crea una narrativa compleja que invita a los lectores a reflexionar sobre la literatura, la realidad y la ficción.El cuento final, «El Aleph», da nombre al libro y es uno de los más destacados. Revela un espacio donde todo es posible y está cifrado, explorando conceptos de divinidad y energía universal. Al elegir cerrar el volumen con este cuento, Borges logra un cierre impactante y poético que subraya los temas de misterio y enigma presentes en toda la colección.


Estructura


Estructura laberíntica: Borges emplea laberintos tanto como metáforas como elementos narrativos en sus cuentos. Por ejemplo, en «El jardín de senderos que se bifurcan», el laberinto es un jardín físico que representa las bifurcaciones de los caminos posibles de la vida y el tiempo. Este laberinto es una metáfora para la trama de la historia, que se bifurca y presenta múltiples posibilidades. 2. Intertextualidad: Borges cita o hace referencia a obras literarias y autores históricos, ya sean reales o ficticios. En «Funes, el memorioso», menciona a un personaje que tiene una memoria prodigiosa, capaz de recordar cada detalle de su vida. Este cuento se relaciona con otros textos sobre la memoria, como las obras de autores clásicos que exploran el tema. 3. Tiempo no lineal: En muchos de sus cuentos, Borges juega con la noción del tiempo no lineal. Por ejemplo, en «El Aleph», el protagonista experimenta todos los momentos de su vida simultáneamente cuando ve el Aleph, una representación de la totalidad del universo. Esta visión del tiempo como algo no lineal se refleja en su estilo narrativo. Metaficción y narradores poco confiables: Borges a menudo utiliza narradores que son poco confiables o que juegan con la distinción entre realidad y ficción. En «Tlön, Uqbar, Orbis Tertius», el narrador describe un mundo ficticio creado por una sociedad secreta, cuestionando la naturaleza de la realidad y la verdad. 5. Simbología y mitología: Los cuentos de Borges están llenos de símbolos y referencias mitológicas. Por ejemplo, en «La casa de Asterión», Borges toma el mito del Minotauro y lo reimagina desde la perspectiva del propio Asterión, que se encuentra atrapado en su laberinto personal. 6. Minimalismo y concisión: Los cuentos de Borges son breves pero densos en contenido. Por ejemplo, «La muerte y la brújula» es una narración corta que explora el tema de la búsqueda de la verdad a través de un detective que investiga críMenes en un patrón geométrico. 7. Perspectivas múltiples: Borges emplea perspectivas múltiples en algunos de sus cuentos, cambiando entre diferentes narradores o puntos de vista para ofrecer una visión más completa de la historia. En «El otro», el narrador se encuentra con una versión más joven de sí mismo, permitiendo una exploración de la identidad y la percepción.


Personajes y espacio


Personajes eruditos y obsesionados: Muchos de los personajes de Borges son estudiosos, intelectuales o individuos obsesionados con temas específicos. Por ejemplo, en «El Aleph», el narrador es un poeta y crítico literario que se obsesiona con la visión del Aleph, una esfera que contiene todo el universo. 2. Personajes simbólicos: Algunos personajes representan conceptos o ideas más que individuos concretos. Por ejemplo, en «La casa de Asterión», Asterión, basado en el Minotauro de la mitología griega, es una figura simbólica que explora la soledad, el destino y la percepción. 3. Identidades ambiguas: Borges juega con la identidad de sus personajes, como en «El otro», donde el narrador se encuentra con una versión más joven de sí mismo, o en «Funes, el memorioso», donde el protagonista tiene una memoria prodigiosa pero carece de la capacidad de sintetizar su experiencia.4. Narradores poco confiables: Los narradores de Borges a menudo son poco confiables o tienen perspectivas sesgadas. Por ejemplo, en «Tlön, Ugbar, Orbis Tertius», el narrador describe un mundo ficticio con tanto detalle que el lector se cuestiona la veracidad de su relato.

Espacio

1. Lugares ficticios y míticos: Los cuentos de Borges suelen tener lugares ficticios que representan ideas filosóficas o mitológicas. En «El jardín de senderos que se bifurcan» el jardín es un espacio físico que refleja la bifurcación del tiempo y las decisiones. 2. Lugares reales reinterpretados: Borges a menudo utiliza ubicaciones reales, como Buenos Aires, pero les da un giro fantástico o simbólico. En «El sur» el protagonista recorre barrios reales de Buenos Aires que se sienten a la vez familiares y extraños.3. Lugares de conocimiento: Espacios como bibliotecas, librerías y archivos son comunes en los cuentos de Borges. En «La biblioteca de Babel», la biblioteca es un universo infinito lleno de libros que representan la búsqueda del conocimiento absoluto. 4. Lugares laberínticos: Los laberintos son un elemento recurrente en los cuentos de Borges, tanto en sentido literal como metafórico. En «La muerte y la brújula» el detective recorre la ciudad como si fuera un laberinto, siguiendo pistas en un patrón geométrico.


Técnicas narrativas


En cuanto a las técnicas narrativas de los cuentos de Borges, señálamos su brevedad, densidad semántica y uso de la intertextualidad. Estos cuentos suelen ser breves, con solo unas pocas páginas o microrrelatos, y se caracterizan por su capacidad de sugerir mucho con pocas palabras. Borges utiliza la intertextualidad para enriquecer sus obras y a menudo integra conceptos filosóficos en sus narraciones. En sus cuentos, Borges juega con elementos neofantásticos que no buscan provocar horror o miedo, sino extrañeza, inquietud y sorpresa. Esta carácterística se asemeia a los cuentos de Julio Cortázar, que exploran una realidad más elástica y expandida. Borges introduce elementos como la metáfora fantástica, donde objetos o situaciones distorsionan la realidad cotidiana.

El autor emplea la técnica del sueño para introducir lo fantástico en sus relatos, otorgándole la misma importancia que la vigilia. Otros elementos clave en su narrativa son el viaje a través del tiempo, el cual se vuelve laberíntico y cíclico, y la manipulación del ritmo, alternando entre momentos de acción ágil y pasajes más lentos. El perspectivismo es otra técnica importante en los cuentos de Borges, ya que subrava la imposibilidad de alcanzar un conocimiento absoluto y refleja el desorden del mundo y el caos en el que habita la humanidad. Los personajes pueden experimentar desdoblamientos, y el yo puede transformarse en otro ser, humano o animal, como en «El traidor y el héroe» o «Tres versiones de Judas». La atmósfera es una técnica narrativa fundamental en la obra de Borges. Crea ambientes que implican al lector y transmiten emociones intensas, sumergíéndolo en los sentimientos y pensamientos de los personajes. En «Las ruinas circulares», por ejemplo, la atmósfera prepara al lector para encontrarse con personajes y situaciones extraordinarias. En resumen, Borges emplea una variedad de técnicas narrativas para crear cuentos ricos en significado y complejidad, integrando elementos de fantasía y realidad que desafían la percepción del lector y lo sumergen en mundos llenos de misterio e intriga.


Tiempos Pedro


Pedro Páramo de Juan Rulfo utiliza una estructura fragmentada para reflejar su temática, donde se superponen los tiempos de Pedro Páramo y Juan Preciado. La fragmentación es clave para mostrar un mundo en el que conviven la vida y la muerte sin un orden cronológico claro. Rulfo evita momentos en los que no sucede nada, saltando de un evento a otro para mantener la narración activa.La novela presenta un tiempo subjetivo, estancado, y una técnica de contrapunto presente-pasado, contribuyendo a la alinealidad temporal. Esto coincide con la visión mítica de la obra, con ánimas en pena, el galope de un caballo muerto y gritos de un ahorcado, representando los mitos del México rural de Jalisco.La narración alterna entre dos tramas paralelas: el relato en primera persona de Juan Preciado y la biografía en tercera persona de Pedro Páramo, mostrando momentos de su vida y ubicando la novela en la revolución mexicana y la guerra de los cristeros. La estructura de Pedro Páramo se asocia con la técnica pictórica del Cubismo, ya que presenta varias perspectivas y dimensiones de una misma realidad en un solo plano, lo que permite observar diferentes ángulos a la vez. Esto crea una totalidad donde la progresión y la perspectiva tradicionales se rompen, generando un solo momento eterno en el que todo sucede simultáneamente. Rulfo recurre a la yuxtaposición para romper la progresión temporal y proyectar el pasado en el presente, mostrando la vida humana más allá de una cronología ininterrumpida. Esta técnica desafía las convenciones narrativas y destaca la temporalidad de la obra, al igual que su enfoque en los aspectos míticos y sobrenaturales de la vida en Cómala. Los críticos comparan la novela con un tapiz en relieve o un cuadro cubista, ya que ofrece múltiples perspectivas de la vida durante el cacicazgo de Pedro Páramo, revelando la complejidad de la condición humana y el impacto duradero de los actos del personaje principal en su entorno.


Los demonios e influencias de GM. En


Cien años de soledad, GGM explora muchos de los aspectos más personales de su vida y experiencias para crear su obra. Por ejemplo, la figura de sus abuelos, especialmente su abuelo, se traslada a su obra a través del personaje del coronel Aureliano Buendía. Además, la evolución de su pueblo natal de un lugar humilde y pequeño a una regíón más poblada y compleja se refleja en la historia de Macondo y su transformación a lo largo de la novela. Uno de los temas fundamentales de sus obras es la relación entre vida y muerte, que se aborda de manera cotidiana y normalizada, carácterística del Realismo mágico. GM también incluye otros temas personales, como la vida después de la muerte, la soledad, el incesto y las guerras civiles. GM afirma que crea sus novelas a partir de una imagen, como la del hielo en Cien años de soledad, que le recuerda a su abuelo, quien lo llevó a conocer el hielo por primera vez. Este símbolo se repite a lo largo de la obra. El autor se basa en sus propias experiencias para crear sus novelas, pero también se inspira en acontecimientos históricos y sociales de su época. Por ejemplo, las guerras civiles de Colombia y la fiebre del banano tuvieron un impacto importante en su obra. La matanza bananera de 1928 y la crisis política y social que siguió se trasladan a la novela, dándole un carácter mítico. GM también toma influencia de varios autores y estilos literarios. Por ejemplo, Faulkner le inspiró a crear una historia total con líneas familiares y puentes entre sus obras. Hemingway influyó en su técnica del iceberg, que consiste en mostrar lo esencial y dejar que el lector descubra el trasfondo. También se inspira en la fatalidad de Sófocles, el monólogo interior de Joyce y el tono imparcial y neutral de Kafka. Las obras de Rabelais aportaron desproporciones en el estilo y los personajes, mientras que las novelas de caballerías le influenciaron en la mezcla de hechos reales, imaginarios y fantásticos. Borges también tuvo un impacto en GM, especialmente en el uso de enigmas y la combinación de fantasía y realidad. En resumen, la obra de GM es una mezcla de sus experiencias personales, influencias culturales y contextos históricos, todo ello fusionado en una narrativa rica y compleja que refleja la realidad del Caribe colombiano y el mundo más allá.


Temática y símbolos


El tema central en Cien años de soledad es la soledad asociada al olvido de los personajes. José Arcadio, el patriarca, es abandonado en un árbol y conversa con su víctima; Melquiades se refugia en su laboratorio para escribir, reflejando una soledad productiva. La soledad afecta a todas las generaciones y Macondo mismo es un pueblo aislado al inicio, solo conectado con el exterior por la llegada de los gitanos. Al final, Aureliano es el último habitante solitario. El incesto está relacionado con la soledad, como cuando Úrsula teme consumar su matrimonio con José Arcadio por ser primos y el riesgo de defectos en sus hijos. Amaranta Úrsula y Aureliano también son primos y desconocen su relación, pero se aman. Las muertes violentas critican la guerra y la violencia, desde la fundación de Macondo marcada por el asesinato de Aguilar por parte de José Arcadio hasta la Guerra Civil y su rastro de violencia. El pelotón de fusilamiento aparece repetidamente. El contraste entre civilización y barbarie es evidente, con Macondo como un pueblo idílico y primitivo que cambia con la llegada de inmigrantes e inventos. El amor y la muerte están ligados. La pasión por Pietro lleva a una mujer a intentar envenenar a la otra. Hay diversas muertes, desde el suicidio por amor de Pietro hasta muertes naturales o por guerra. El amor de la última pareja podría haberlos salvado, mientras que otros no estaban realmente enamorados. El deseo de conocer y crear, desde José Arcadio, es notable. La locura para escapar de la soledad es importante, así como el gigantismo, la exageración y el humor carácterísticos del Realismo mágico. Vida y muerte están interconectados, y la escritura es un enigma.
Símbolos importantes incluyen Macondo como paraíso y su eventual destrucción. La ciudad de espejos, cristales y hielo sugiere la capacidad de ver más allá, aludiendo a la estructura de la novela basada en la repetición. El manuscrito en sánscrito actúa como un espejo que desvela el último personaje. Los objetos y personajes tienen significados simbólicos, relacionados con las sagradas escrituras.


Estructura


La obra está compuesta por veinte capítulos sin títulos, que se separan mediante espacios en blanco. Estos capítulos conforman una estructura cíclica, ya que los acontecimientos de la familia Buendía y el pueblo de Macondo se repiten, al igual que los nombres de los personajes. La novela se caracteriza por círculos contenidos unos dentro de otros, como las cajas chinas. El orden temporal de las historias refleja el de la novela en su totalidad. Se utiliza la técnica «in extremis» que anticipa hechos futuros al inicio de los episodios, para luego retroceder en el tiempo y narrar los acontecimientos de manera cronológica hasta llegar al hecho anticipado. Esto cierra el ciclo de cada episodio y sugiere una idea de totalidad y conclusión. La estructura de «Cien años de soledad» es urobórica, representando un ciclo perpetuo de creación y destrucción, y una búsqueda de un paraíso que concluye con su destrucción. Se destacan dos variantes del «dato escondido»: el hipérbaton y el elíptico. El primero se desvela al final, mientras que el segundo queda sin revelar, como en la muerte de José Arcadio.La novela también se divide en tres etapas protagonizadas por personajes centrales: la etapa fundacional con José Arcadio Buendía, la etapa heroica con el coronelA ureliano Buendía, y la etapa humana iniciada con Aureliano Il y los conflictos de la compañía bananera. Finalmente, se resumen los cuatro bloques que marcan la vida de Macondo el primer bloque relata la fundación de Macondo y los momentos de la infancia de los descendientes; el segundo bloque se centra en las guerras civiles; el tercer bloque muestra la prosperidad económica de la compañía bananera y conflictos sociales; y el último bloque describe la decadencia y destrucción de Macondo con las últimas generaciones de los Buendía, terminando con el nacimiento de un niño con cola de cerdo y el descubrimiento de las profecías.


Técnicas narrativas. Narrador / narratario.
En Cien años de soledad hay un sutil cambio de narrador, como en casi todas las obras. En la primera fase de la novela el lector descubre un narrador omnisciente: es un suplantador de Dios que narra la creación del mundo desde fuera del mundo narrado, conoce todo de los personajes y el espacio. Es el mismo que narra la última frase de la novela, pero ya no se trata del mismo debido a que se introduce en el mundo narrado, se ha convertido en narrador personaje desde un sentido indirecto; se hace una muda en el espacio que no consta el cambio de persona. El narrador no era un narrador Dios alejado de la realidad ficticia, es un narrador personaje dotado de poderes mágicos que narraba la historia indirectamente a través de unos manuscritos escritos dentro de la novela y que solo en las últimas líneas descubrirá el lector que son la novela misma. Melquiades es el narrador de la obra, en el instante en que el narrador y lo narrado coinciden, el espacio desaparece. El narrador no es totalmente omnisciente, concretamente lo vemos en el episodio de la muerte de José Arcadio. Es el único misterio que no se esclarecíó en Macondo. Casi todos los misterios del pueblo llegan a descifrarse limitando el sentido de misterio al enigma policíaco como técnica.

García Márquez tenía el propósito de construir una novela total. El problema del autor era cómo contar todo sin perder el aliento, cómo conquistar por completo su propio territorio novelístico y cerrar el ciclo de Macondo. Era la dificultad técnica que le demoró veinte años, lo resolvíó adoptando la actitud impávida y candorosa de los narradores tradicionales que no pierden el aliento ante las arbitrariedades, las inverosimilitudes y las desproporciones de sus relatos, sencillamente las incorporan al contexto. Ahí está el Realismo mágico.


Tiempo


En esta novela existe un tiempo mítico que corresponde a una realidad arcaica, propia de sociedades agrícolas, es el que tenemos en los primeros años de Macondo. Hay un tiempo histórico que corresponde a la mentalidad del hombre que vive en el tiempo de su individualidad, propio de sociedades de poder, industriales. El tiempo en Cien años de soledad va cambiando. El elemento principal de la estructura de la novela es, como indica su título, el tiempo. Encontramos el circular, estancado; y un tiempo lineal, histórico. El tiempo mítico es sagrado, comenzó a existir la primera vez que un determinado ritual fue llevado a cabo, es el tiempo de la fundación de Macondo por José Arcadio Buendía. Pero incluye también el desgaste del tiempo por la acción individual.

Los personajes viven en un tiempo donde el presente es simultáneamente pasado y futuro, es el ciclo de Macondo en sus comienzos. Todos los años en el mes de Marzo los gitanos traen maravillas de todo el mundo. Al final de la obra aparece el tiempo mítico con los manuscritos de Melquiades. La supresión de diferencias entre pasado, presente y futuro, cuando se borra los límites temporales, se muestra la eternidad. A esto ayuda la sensación de caos temporal que se aprecia en la narración. En algunas ocasiones, los personajes toman conciencia del movimiento circular del tiempo. Úrsula confirmó su impresión de que el tiempo daba vueltas en redondo. En el capítulo doce se aprecia una intensa alteración de los tiempos. Del tiempo edénico de la fundación de Macondo saltamos al tiempo del progreso y manifiesto.


Personajes y espacio. La novela presenta un patriarcado en el que algunas mujeres rompen los roles tradicionales y asumen papeles importantes, como Úrsula o Pilar Ternera. La estructura social de Macondo evoluciona de una comunidad bíblica y patriarcal a una sociedad semi-feudal con la llegada de inmigrantes y peones que trabajan en las bananeras. También destaca la presencia del gobierno y la iglesia, que influyen en la dinámica de la sociedad. Los personajes masculinos se dividen entre los retraídos Aurelianos y los impulsivos José Arcadios, ambos marcados por destinos trágicos. Algunos personajes tienen relaciones amorosas complejas con tías o mujeres mayores, lo que resalta la influencia del patriarcado en sus vidas.

La novela combina elementos mágicos, míticos, legendarios y fantásticos. Personajes como Melquiades y Pilar Ternera poseen poderes extraordinarios y están relacionados con hechos mágicos. Otros personajes, como Remedios la Bella, se asocian con lo mítico y lo milagroso. La obra también incluye elementos fantásticos, como niños con cola de cerdo y sucesos inexplicables.

Los muertos interactúan con los vivos, aportando un toque sobrenatural a la obra. La repetición de nombres refuerza la circularidad de la narrativa, y personajes como

Francis Drake contribuyen a la estructura circular de la novela.

El análisis de los personajes está estrechamente ligado al espacio que ocupan. Al principio, el entorno natural influye positivamente en los personajes, pero la llegada de la civilización provoca cambios en el espacio y en la dinámica social. La naturaleza desata su fuerza sobre Macondo, trayendo plagas, diluvios y sequías, y transformando el lugar en un no-lugar inhóspito. La casa de los Buendía simboliza tanto a Colombia como a Hispanoamérica, con espacios mágicos como el laboratorio de Melquiades. Macondo, basada en una regíón real de Colombia, vive su auge durante la fiebre del banano, pero luego cae en decadencia. García Márquez creó un espacio anexo, «el pueblo», para albergar a personajes que escapaban de Macondo. Macondo es un lugar fantástico y fuera del tiempo, mientras que «el pueblo» es más realista y lleno de conflictos políticos.


El Realismo mágico de GM es un estilo literario que combina elementos mágicos o fantásticos con la realidad cotidiana de una manera natural y sin esfuerzo. Sus caracts son: Fusión de lo real y lo mágico: Los elementos mágicos están entrelazados con la realidad cotidiana de una manera tan natural que los personajes no los cuestionan. Estos elementos pueden incluir fenómenos sobrenaturales, apariciones, profecías o sucesos inexplicables. Ambigüedad: Los eventos mágicos a menudo no se explican, lo que deja espacio para la interpretación del lector. Esta ambigüedad crea una atmósfera de misterio y asombro. Contexto local: El Realismo mágico a menudo está arraigado en un contexto geográfico y cultural específico, como en el caso de «Cien años de soledad», que se sitúa en el pueblo ficticio de Macondo, en Colombia. Narrador omnisciente: El narrador cuenta la historia desde una perspectiva omnisciente, lo que le permite presentar tanto lo real como lo mágico de manera equitativa. Personajes comunes: Los personajes suelen ser personas comunes que experimentan situaciones extraordinarias sin sorprenderse demasiado por ellas. En 100 años de soled. Elementos mágicos: A lo largo de la novela, hay numerosos elementos mágicos que se entrelazan con la trama principal, como los pergaminos proféticos de Melquiades, las levitaciones de Remedios la Bella, y la lluvia de flores amarillas para conmemorar la muerte de Mauricio Babilonia. Profecías y destino: Las profecías de Melquiades marcan el destino de la familia Buendía, y los personajes aceptan estos eventos como parte de su vida. Eventos inexplicables: Los personajes experimentan fenómenos sobrenaturales, como la plaga de insomnia que causa amnesia colectiva, sin cuestionarlos. Contexto colombiano: La novela está situada en el contexto de la historia y cultura de Colombia, y García Márquez utiliza eventos históricos y políticos reales como telón de fondo para la trama. García Márquez utiliza el Realismo mágico en «Cien años de soledad» para crear una narrativa única que combina lo real y lo mágico de una manera natural. Esto permite que los personajes y el lector acepten lo extraordinario como parte de la vida cotidiana, lo que enriquece la historia y resalta temas como la soledad, el destino y la repetición cíclica de los eventos.

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