03 Dic
Primer Mester (Siglo XIII): Gonzalo de Berceo
En la sociedad estamental-feudal del siglo XIII, prevalecen los ideales religiosos y caballerescos. Se difunden obras de temas clásicos, como el Libro de Alexandre, que narra las hazañas de Alejandro Magno. También se tratan temas novelescos, como el Libro de Apolonio, y temas épico-nacionales, como el Poema de Fernán González, figura clave en la lucha por la independencia de Castilla en el siglo X. Sin embargo, predominan los temas religiosos, característicos de las obras de Gonzalo de Berceo, considerado el primer poeta reconocido de la literatura española. Sus obras se clasifican en:
- Hagiográficas (vidas de santos): Destacan Santo Domingo de Silos o San Millán de la Cogolla.
- Litúrgicas (ceremonias del culto cristiano): Como El Sacrificio de la Misa.
- Mariológicas (sobre la Virgen María): Su obra más conocida, Milagros de Nuestra Señora, consta de una introducción alegórica y veinticinco relatos que muestran cómo la Virgen premia a los buenos, perdona a los arrepentidos y castiga a los malos, generando modelos de comportamiento. Berceo se inspira en textos marianos latinos de la Edad Media.
Segundo Mester (Siglo XIV): Juan Ruiz, Arcipreste de Hita
En el siglo XIV, con el auge de la sociedad burguesa-materialista, se produce un alejamiento de las preocupaciones religiosas e ideales caballerescos. El sentido didáctico-moralizador evoluciona con tonos jocosos (Libro de Buen Amor), amargos y pesimistas (Rimado de Palacio, Proverbios Morales). La obra más importante del Mester de Clerecía es el Libro de Buen Amor del Arcipreste de Hita (siglo XIV). Esta obra destaca por sus valores artísticos y las referencias a textos anteriores: episodios bíblicos, obras latinas como el Ars amandi de Ovidio, y la poesía goliárdica, con sus cantos al vino y al amor, parodias religiosas y sátiras eclesiásticas.
El tema central es el amor, tanto humano («loco amor») como divino. La ambigüedad de la obra reside en la tensión entre ambos. El título, «buen amor», es confuso: puede referirse al amor humano como arte de seducción o pasión desenfrenada, o al amor divino, con una intención moralizadora. La obra combina pasajes pícaros y eróticos con loas a la Virgen y a los santos.
El argumento presenta una sucesión de aventuras amorosas del poeta-narrador. En cuanto a la métrica, Juan Ruiz utiliza la cuaderna vía, propia del Mester de Clerecía, pero también incorpora composiciones líricas en versos de arte menor.
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