23 Nov
Escena III: La Aparición de Lady Macbeth
Toda la situación cambia en cuanto aparece Lady Macbeth, ya que es ella quien tiene la tarea de fortalecer a Macbeth, manipulándolo para que haga lo que ella quiere. En cuanto aparece, se muestra ambiciosa, controvertida y fuerte. Su presencia muestra un gran estallido a primera vista. Ella posee solamente el don de la palabra, ya que no tiene valor para el crimen.
Escena IV: Los Halagos del Rey hacia Macbeth
El Rey sigue agrandando la figura de Macbeth, reflexiona contra el traidor Thane de Cawdor y lo engañosas que son las apariencias. Ahora, él confía en Macbeth, pero no se espera que también lo va a traicionar.
Escena V: La Carta de Macbeth a Lady Macbeth
Comienzo in media res, es decir, que ya está empezada. La carta ya viene leída de antes de entrar a escena, está procesando la información. Empieza leyendo la carta, pero ya empezada. Lady Macbeth muestra su verdadero yo y reconoce que Macbeth tiene ambición, pero no tiene maldad, y que lo necesita para llegar a la corona. Ella se muestra como una persona ambiciosa y con maldad. Lady Macbeth conoce los verdaderos sentimientos de Macbeth. Lady Macbeth tiene fuerza en la palabra y no en las acciones, también tiene mucha influencia sobre Macbeth. El mal lo representan las brujas, ya que son un elemento sobrenatural. Lady Macbeth es mala, pero no como las brujas; Lady Macbeth carece de coraje.
Se nota al leer la carta que está dirigida a alguien que realmente conoce su intimidad: «quiero que se anule todo lo que la caracteriza como mujer, necesita fuerza de hombre«. En la carta, Macbeth la hace partícipe de todo lo que está sucediendo. Ella sabe que él quiere la corona de forma sana. El matrimonio coincide en las intenciones de asesorar al rey. Ella tiene ambición y ganas, Macbeth tiene fuerza, coraje y valor. Ella sabe que va a ser muy difícil para Macbeth (se va transformando en un personaje trágico a medida que avanza la obra) romper las reglas. Lady Macbeth es vehemente, hace todo para conseguir lo que quiere.
Se les dio todo en el momento justo: esa noche va a ir el Rey a su castillo, para que puedan matarlo, se le sirve en bandeja la oportunidad. Segundo parlamento de Lady Macbeth: inmediatamente toma la decisión de que esa noche deben matarlo, es mucho más ágil que Macbeth. Nombra un cuervo anunciando maldad, enronquece graznando, presenta aliteración.
Tres Parlamentos de Lady Macbeth
Su lucidez tiene una parte oscura, no mide las consecuencias, está cegada por el amor hacia Macbeth. La muerte de Duncan va a traer consecuencias. La suerte ha jugado un papel a su favor, la noche será su aliada, cómplice. Mensajes entre Lady Macbeth y Macbeth son implícitos, ya saben lo que quieren. Macbeth no precisa preguntarle, no necesita preguntarle cómo reaccionó con la carta porque ya lo sabe.
Tercer Parlamento: «Oh, nunca verá el sol de la mañana«. Macbeth se muestra dudoso y ella está segura (se ve ganadora). No deja de ser el amor que ella siente por Macbeth lo que la motiva a matar al rey. Lady Macbeth es un personaje ambiguo, tiene la capacidad de amar y destruir. Eluden la palabra muerte porque intentan aminorar la culpa. Macbeth es transparente y eso puede poner en peligro lo que tenían planeado. Ella le ordena lo que tiene que hacer: «Sé la serpiente«. Macbeth se muestra reticente (se resiste), evasivo. Ella demuestra ser todo lo que él no. Cierra el parlamento: «Déjame el resto a mí«, tiene el control.
Escena VI: La Llegada del Rey
El Rey es invitado, comienza a aplicar Lady Macbeth lo que había dicho. El Rey no desconfía, se muestra distendido, tranquilo, no se imagina la traición. La naturaleza parece cómplice de la pareja, se muestra agradable. Hay una ironía trágica, se muestran tan contentos con la llegada del rey, haciendo que el Rey se sienta a gusto allí también. El rey se muestra ingenuo, conocemos la hipocresía de Lady Macbeth, comienza a jugar su juego apenas lo vio.
Escena VII: El Monólogo de Macbeth y el Diálogo con su Esposa
- Primer monólogo de Macbeth: Importante porque vemos realmente lo que él piensa y no por la influencia de Lady Macbeth.
- Dos diálogos con su esposa: Muestra cómo cambia cuando influye la presencia de la mujer. Ella le dice que sí hubiera jurado como él lo hizo, pero en realidad Macbeth nunca juró, sino que es parte de la manipulación.
Comienza con monólogo de Macbeth, forma que tenemos de conocerlo sin la influencia de Lady Macbeth. El tema del monólogo se plantea las consecuencias del problema, a diferencia de Lady Macbeth, que ella no piensa en eso, sino que ve todo perfecto. Él puede proyectar más allá de la muerte del rey. Los tres primeros enunciados comienzan con «si«, que implica un condicional, hace que entendamos que todavía predomina la duda en sí. En este monólogo, desnuda su alma, revela él mismo sus propios temores. Teme hasta escuchar de sus labios la palabra muerte y nunca la va a mencionar. Se muestra como un personaje en crisis, su ser está dividido entre su ambición y moral. Su imaginación actúa como un freno porque sabe que las consecuencias serán terribles. Numera las razones por las cuales no debe matarlo.
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