19 Ago
Señalización de la caja
La caja nunca debe indicar qué contiene, pero sí llevar una información mínima: la empresa de transporte, un código que identifique la obra, una flecha que indique la posición en la que debe viajar la obra (esta posición nunca debe alterarse, y para comprobar que se respeta, las cajas llevan unos testigos que indican si se ha modificado), indicar que es frágil (con palabras y con una copa rota colocada en la posición correcta) y que no se puede mojar (un paraguas con lluvia).
Embalajes Blandos
Un embalaje completo puede ser totalmente blando, por ejemplo, para trayectos cortos o dependiendo de los movimientos que vaya a sufrir la obra. Consta de un material suave, una envoltura plástica y un material acolchado (a veces, estas dos últimas capas se sustituyen por el bullkraft). Siempre habrá de llevar varias capas.
En lo que respecta a la cinta adhesiva, nunca debe ser transparente. Hay muy diversas calidades, pudiendo ser de buena calidad (como las de PVC, que permiten la impresión) o de peor calidad (como las de propileno, que no aguantan la impresión). También se pueden usar de aluminio, de carrocero, velcros, cinchas de nylon, etc. Siempre se ha de dejar una pestaña doblada para localizar el inicio, y no poner en exceso, no más de lo necesario, sino la cantidad justa.
En el embalaje blando también se utilizan telas: fieltros, muselinas, algodones…, siempre sin teñir. Otro elemento al que se recurre con frecuencia son las mantas filtrantes.
Embalaje para Textiles
El textil grande tiene que ir enrollado, teniendo en cuenta que cuanto mayor sea el rollo, mejor, habiéndolos de hasta 6 metros de largo por 80 centímetros de diámetro. Se emplean para ello tubos de PVC de las tuberías, los tubos de encofrado… Si se trata de un lienzo pintado, aún será más conveniente que el rulo sea grande, colocando la pintura siempre hacia el exterior.
El rulo ha de estar suspendido y forrado, incluso a veces amortiguado. Cuando se va a empezar a enrollar hay que asegurar el borde, pudiendo añadir para ello un borde temporal. El último borde se ajusta con cintas de papel, se envuelve y se sostiene con cintas.
El rollo puede tener caja (suspendido incluso dentro de esta) o ir envuelto. Otro formato es una especie de carrete que permite su movimiento y desplazamiento rodando sobre sus propios extremos.
¿Cómo Manipular una Obra de Arte para su Transporte?
Durante la manipulación de las obras de arte es cuando mayor riesgo sufren, y no durante el transporte, ya que es llevado por personas especializadas, por lo que se recomienda manipular lo menos posible. Existen personas formadas en el transporte y manipulación de los bienes culturales (de esto no se encargan los restauradores y conservadores). Normalmente, la empresa transportadora también se encarga del embalaje, encargándose también de la instalación de las exposiciones.
Tipos de Movimientos
Se distinguen dos tipos de movimientos:
- Interno: Movimiento dentro de la propia institución y es llevado a cabo por personal especializado de la institución, moviendo generalmente piezas suyas y sin embalar (salvo excepciones). Por ejemplo: colgar y descolgar en sala, trasladar a otros departamentos, trasladar a la sala de tránsito, al almacén, disponer en peines y planeros…
- Externo: Se trata de un intercambio con el exterior, tanto de salida como de entrada, realizado por personal externo y especializado. Abarca desde la salida de una institución hasta la entrada en la otra y lo lleva a cabo un personal externo por cuestiones de infraestructuras, de seguro y económicas. Todo corre por la cuenta de dicho personal, incluidos los daños. En España, ningún museo tiene transporte propio, sino que hay que contratarlo aparte. Por razones de conservación de la obra, si esta sale de la instalación ha de ser embalada 24h antes en un espacio aclimatado. En el movimiento de entrada, el personal puede limitarse a dejar las obras en la sala de tránsito, aunque en ocasiones también puede encargarse de su instalación.
Fases
En primer lugar, se desinstala la obra en sala y, allí mismo, se realiza un informe sobre su estado de conservación. Si va a salir en menos de tres días se embala en el mismo sitio, mientras que si sale más tarde se lleva a la sala de tránsito, donde se realiza el embalaje. En cualquiera de los dos casos pasará, a continuación, a la sala de aclimatación, donde tiene que estar un mínimo de un día, y desde allí se lleva a la bodega del camión.
En cuanto a la entrada, el bien cultural se saca de la bodega del camión y se introduce en la sala de aclimatación durante un mínimo de 24 horas. Desde allí puede pasar directamente a la sala de exposición embalada, donde se abre y se redacta un informe de conservación de llegada, con testigos de ambas instituciones implicadas; luego es instalada (bien por la empresa de transporte, bien por el personal del museo). Otra opción es que pase primero por la sala de tránsito (en el caso de que tarde varios días en exponerse), donde se abre, o al almacén (si se trata de una devolución, abriéndose también allí). En cualquier caso, siempre se hará un informe a su llegada.
Protocolos de Manipulación
Es importante reducir al máximo la manipulación de un bien cultural, de modo que hay que diseñar y planificar absolutamente todo, teniendo en cuenta una serie de normas:
- Antes de mover una obra hay que comprobar su estabilidad, y si se puede permitir ese desplazamiento sin que suponga un riesgo para ella.
- Al planificar el movimiento habrá que tener en consideración el tiempo, la ruta, el personal implicado, los medios auxiliares necesarios… Hay que comprobar que la obra cabe por los espacios por donde se pasa, así como que la ruta esté despejada.
- Comprobar que la nueva ubicación está preparada para recibir la obra y que tiene los medios, condiciones, etc., requeridos para ello. Las obras se llevan con las dos manos, independientemente de su tamaño, y por las partes más sólidas. Siempre se manipularán con guantes y moviéndolas de una en una, incluso cuando se pudieran llevar varias a la vez; tampoco se amontonarán, por ejemplo, en un carrito.
Objetos Bidimensionales: (obra pictórica, fotografía y gráfica, estas dos últimas enmarcadas)
Comprobar previamente la estabilidad de la obra, y en el caso de la obra pictórica se atenderá a la capa pictórica, el bastidor, el marco… En su manejo se emplean guantes y nunca se toca la capa pictórica ni se meten los dedos entre bastidor y lienzo, pues provocaría una rotura o deformación. Si la obra lleva marco, nunca se cogerá por la parte de arriba, sino por la base y los laterales y entre dos personas, con una mano en cada lado. La obra pictórica se mueve en sentido vertical, salvo en el caso de que la pintura corra el riesgo de caerse, y de lado (también se transporta así en la bodega de un camión, en el sentido de la dirección del movimiento); se mueve exactamente igual ya tenga marco o no.
En el caso de la obra gráfica o fotográfica, como el soporte no tiene suficiente consistencia, se mueve en horizontal y sobre un soporte con passe-par-tout y trasera. Estas obras corren muchos más tipos de riesgos. Suelen llevar marco, de modo que se cogen por él o por el passe-par-tout, siendo aún así necesario los guantes (salvo riesgo de que se resbalen), pues la grasa de la piel provoca un aumento de la acidez.
Cuando las obras se tienen que montar en sala, hay que cerciorarse de que los parámetros de sala son los adecuados y de que la pintura de las paredes está seca para que no haya emanación de productos. No hacer instalaciones en las paredes (taladros, clavos, etc) con las obras allí, y se recomienda no utilizar hembrillas, pues abultan, entorpecen el embalaje, etc. Si la obra es pesada se recomienda un sustento por la parte de abajo, en la base. Para colgarlas y descolgarlas será necesario un mínimo de dos personas por seguridad.
Obra Tridimensional (esculturas de diferentes formas, volúmenes y tamaños)
Si son muy pequeñas se pueden llevar manualmente o en carros con cinchas. Si son muy pesadas será necesario hacer cálculos de resistencia. Es posible que lleven una peana, siendo importante comprobar si es móvil o no. Se usan guantes y no se pueden sujetar por las partes que sobresalgan, sino que hay que hacerlo por las más resistentes. Las obras de gran volumen, generalmente sin peana, se suelen exponer directamente sobre el suelo, algo a tener en cuenta en relación con el tipo de superficie de dicho suelo. Para transportar estas obras grandes se utilizan cinchas, que no entran en contacto directo con los bienes culturales, sino que se intercala una superficie de protección.
Exposiciones Temporales
En el montaje y desmontaje de exposiciones no se debe permitir que manipule la obra nadie no autorizado, siendo necesaria la presencia de un conservador restaurador para supervisar. En las exposiciones temporales las obras suelen llegar todas a la vez y montarse con rapidez, y al haber varias de ellas acumuladas se suelen amontonar, lo cual ha de hacerse en vertical y contra las paredes, intercalando espumas acolchadas (sólo se tumba la obra bidimensional en el momento de introducirla en la caja y, tras taparla, se levanta inmediatamente). La apertura del embalaje se suele hacer momentos antes de colgar la obra y ha de realizarse en presencia del correo y de un restaurador o conservador, pues este es el momento de hacer un informe.
El Embalaje
Las obras tridimensionales suelen ir en una caja blanda dentro de una dura, guardándose el conjunto cuando se desembala la obra para emplear el mismo tipo de envoltorio en otras ocasiones. La obra sólo la puede tocar la gente encargada del montaje, así como el correo, que siempre ha de estar delante. Las obras siempre se colocan sobre apoyos de espuma que se forran con papeles neutros. Si se acumulan varias obras en vertical, estas deben estar separadas por otros materiales y dispuestas reverso con reverso y cara con cara. La obra bidimensional nunca se tumba ni se apila.
Es imprescindible la realización de informes antes y después de embalar las obras, previamente a ser colgadas.
La Figura del Correo
La figura del correo a menudo es llevada a cabo por un conservador y restaurador, (aunque no es una labor exclusiva suya) siendo el representante del museo ante las demás instituciones (la que recibe la obra). Su presencia es fundamental, ejerciendo una presión psicológica, pues al estar en todo momento presente junto a la obra, controla todos sus movimientos y hace que se manipule con mucho más cuidado.
Así, se llama de este modo a cualquier personal del entorno del museo que desarrolle labores de acompañamiento y custodia de las obras. Ha de estar presente en todos los movimientos y manipulaciones y la ha de dejar colgada en el museo receptor. Esta última institución no puede tocar la obra, ni siquiera desplazarla un metro, sin el permiso del correo.
El correo es el representante del museo y, como tal, ha de conocer las condiciones acordadas entre ambas instituciones. De nuevo ha de estar presente cuando se descuelgue la obra y hasta que llegue de nuevo al museo de origen. Tiene autoridad suficiente como para permitir o impedir que se hagan las cosas, pudiendo llegar a denegar el préstamo. Cuando son períodos de varios años, el correo realiza visitas de forma periódica, y en el caso de que la obra se vaya a someter a un tratamiento de restauración en el museo receptor, este deberá ser aprobado por el correo.
El correo ha de llevar consigo una documentación: el informe sobre el estado de conservación de la obra y el acta de préstamo (con las condiciones de préstamo y los datos del correo, que incluyen su número de teléfono, el lugar donde se aloja, etc.; ha de ser firmado por el correo y por la persona que recibe la pieza).
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