09 Abr
El Materialismo Dialéctico y la Crítica al Capitalismo
El materialismo
Como vemos, el objetivo de Marx es transformar la sociedad a través de la praxis, de la acción. Considera que ése es el grave error de una gran cantidad de filósofos: no haber dado importancia a la acción real, a la praxis. Para poder hacerlo, debemos analizar en profundidad la realidad que se quiere cambiar. Debemos, por tanto, estudiar en profundidad cómo funciona la sociedad.
La sociedad, afirma Marx, está compuesta de dos elementos fundamentales:
- La estructura económica, o modo de producción. Es la síntesis resultante entre las fuerzas productivas de la sociedad y las relaciones de producción. Las fuerzas productivas son los elementos humanos o materiales (máquinas, herramientas…) que intervienen en el proceso de la producción. La más importante fuerza de producción es el trabajador. Las relaciones de producción son las condiciones económicas que establecen las personas en el proceso de producción (relaciones de propiedad, de distribución, de uso, comercio, consumo…). Un ejemplo de relaciones de producción podría ser el hecho de que el trabajador no sea el dueño del objeto fabricado.
- La superestructura ideológica o ideología. Está compuesta del resto de elementos no económicos que se dan en la sociedad: la política, el derecho, la moral, la religión, la filosofía, el arte… que se concretan en ideas e instituciones (partidos políticos, iglesias, organizaciones…). Unidas, todas las superestructuras forman lo que se denomina la “conciencia social”.
Marx señala que la estructura económica condiciona la superestructura ideológica que se levanta en ella. Las ideas dominantes serán las ideas de la clase económica dominante. Por eso, la superestructura ideológica siempre intentará defender y mantener una estructura económica. Las ideologías intentan perpetuar el sistema de dominación de una clase sobre otra. Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época; o, dicho en otros términos, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante, dice Marx en “La ideología alemana”. Entre las principales ideologías, destacan: la filosofía idealista, que se olvida del compromiso de la acción; la moral burguesa, que es una forma de intentar justificar la conciencia de los capitalistas; el derecho, que intenta conservar la situación de la clase dominante; la religión, que es considerada por Marx “el opio del pueblo”. TEXTO 5
Una vez que sabemos cómo funciona la sociedad, debemos pasar a conocer cómo evoluciona, para saber cómo podemos cambiarla. Al igual que Hegel, Marx concibe la historia como un proceso dialéctico. La diferencia entre ambos consiste en que según Marx lo que produce los cambios de tesis a antítesis y a síntesis son las condiciones materiales, la materia, no las ideas. Por eso, la teoría marxista que explica el cambio en la sociedad se denomina Materialismo Dialéctico. Este análisis de la sociedad Marx la aplicó a la historia, y así diferencia cuatro etapas en el desarrollo de la formación económica de la sociedad: el modo de producción asiático, el antiguo, el feudal y el burgués. El que nos interesa, porque es el que queremos cambiar, es el burgués.
En el modo de producción asiático, un pueblo domina sobre otros (como en Egipto y Mesopotamia), los somete y los explota. En el modo antiguo o esclavista, propio de Grecia y Roma, los esclavos son la clase oprimida que realiza los trabajos serviles en beneficio de los ciudadanos libres. En el modo feudal, la clase dominante son los señores feudales, con una economía agrícola. Al final de este modo, va surgiendo la revolución burguesa. Es en el modo burgués donde se produce un antagonismo a un nivel superior, pues el grado de explotación es máximo.
La sociedad burguesa está formada por dos clases sociales enfrentadas, con intereses contrapuestos: la burguesía y el proletariado. Lo verdaderamente importante de esta teoría marxista está en que por primera vez un filósofo se da cuenta de que los cambios que se producen en la sociedad surgen de una base económica. Y así, podemos explicar toda la historia de la humanidad a partir del enfrentamiento entre clases sociales.
El Capitalismo y la Plusvalía
El capitalismo
Una vez realizado un análisis en profundidad del funcionamiento y la evolución de la sociedad, Marx pasa a describir la acción, la praxis que quiere llevar a cabo. Recordemos una vez más que la filosofía marxista no tiene sentido si no tiene una finalidad práctica. Lo que quiere Marx no es describir la realidad, sino cambiarla.
El objetivo de la economía capitalista es la acumulación constante de capital, es decir, el continuo enriquecimiento de los dueños de los medios de producción. Esto se consigue produciendo más y más mercancías con el fin de venderlas en el mercado, obteniendo un beneficio.
Las mercancías son los bienes que se producen para satisfacer las necesidades humanas. Pero las mercancías requieren un esfuerzo para ser producidas. Incluso aquellas mercancías que provienen directamente de la naturaleza, requieren un esfuerzo para ser obtenidas. Por eso, las mercancías están ligadas al trabajo. Toda mercancía tiene un valor. En toda mercancía, en todo producto, hay dos dimensiones del valor. Por un lado está el valor de uso, que la capacidad que tiene la mercancía para satisfacer una necesidad humana. Es un valor ligado a la utilidad. Pero por otro lado, cuando la mercancía se encuentra en el mercado, el capitalista incorpora un valor añadido al valor de uso: el valor de cambio. El valor de cambio no es más que una abstracción que incluye el valor de uso de una mercancía y el valor del trabajo que se ha requerido para ser producida. Dicho con otras palabras: el valor de cambio es el valor de uso de un objeto, más el trabajo que a un obrero le ha costado fabricarlo. Ahora bien, ese trabajo que ha realizado un obrero, el capitalista lo ha comprado como si fuera una mercancía más, pagándolo con un salario.
Ahora bien, el valor monetario que posee un producto, lo que cuesta, puede fluctuar en función de la ley de la oferta y la demanda, según la cual, el valor de una mercancía depende de la disponibilidad en el mercado y de la necesidad que se tenga de ella.
El principal problema consiste en que el propietario de la mercancía no es el productor de la misma, sino el capitalista, el burgués. El objetivo del burgués es el enriquecimiento a través del intercambio del producto, es decir, a través de la venta de sus productos. Si el salario que paga el burgués fuera similar al valor del objeto, no tendría beneficio alguno. Por eso, el capitalista siempre se queda con un “plus de valor” o plusvalía de la mercancía. Esa plusvalía es la causa de su progresivo enriquecimiento. Esta entre otras es la causa de la injusticia inherente al sistema de producción capitalista. Por eso, la propiedad privada de los medios de producción debe ser abolida. Y es que por culpa de la propiedad privada de los medios de producción, la mayoría de la población sufre una situación de explotación económica que aniquila su esencia.
La sociedad capitalista elimina el valor humano por excelencia, que es la libertad. Unos pocos enajenan la libertad de muchos, con lo que desaparece el segundo gran valor de la especie humana, que es la igualdad. Paradójicamente, el capitalismo hace defensa de la libertad y de la igualdad, pero sólo en un plano abstracto (“todos los hombres son igualmente libres para intentar enriquecerse”, afirma supuestamente el capitalismo), ya que mientras que los medios de producción estén en manos de unos pocos, la igualdad y la libertad en un sistema capitalista son manifiestamente mentira.
La Praxis Revolucionaria y el Comunismo
Frente al capitalismo, Marx propone la praxis revolucionaria, la lucha para lograr la emancipación del hombre, su libertad y la abolición de las diferencias de clase, para alcanzar un mundo de igualdad.
El primer paso consistirá en conquistar el poder con el objetivo de expropiar el capital de la burguesía capitalista. Es un primer momento violento, pues la clase capitalista usará los instrumentos del estado para defender sus privilegios. Una vez conseguido el poder, se necesitará una dictadura del proletariado, que elimine las leyes anteriores y confisque las fortunas burguesas, socializando los medios de producción e imponiendo nuevas formas de vida. Será el Estado Socialista.
Una vez alcanzado el primer objetivo, se habrá logrado la desaparición de la clase explotadora, y con ello los antagonismos de las clases sociales. El Estado entonces irá perdiendo paulatinamente su poder, para pasar a ser un Estado Comunista, que simplemente administre los bienes de la sociedad (los recursos naturales, los medios para su apropiación, y el trabajo). El Estado Comunista olvidará la lógica capitalista de la desigualdad, para sustituirla por la valoración del trabajo individual, según el cual se dé a cada uno según su capacidad y según sus necesidades. Así, el hombre recuperará su esencia como ser natural activo a través del trabajo no alienado. Supuestamente, el Estado Comunista debería ser la última forma de estado de la humanidad. La filosofía marxista tiene así un sentido claramente teleológico.
TEXTO 14
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