13 Jun
Catedral de León:
construida en 1255, siglo XII durante el estilo Gótico español, en León por el mandato del obispo Martín Fernández dentro de un gusto muy francés. Su creador fue el Maestro Enrique, que construyo también la catedral de Burgos como segundo arquitecto de la obra, y que será sucedido mas tarde para la construcción de la catedral de León por el maestro Juan Pérez. Esta época estaba caracterizada por el fraccionamiento de lapenínsula Ibérica en el siglo XII que se esforzaba por la reconquista. Culminara en el año 1492 con la expulsión de los musulmanes y judíos. Pero aun así, hasta la fecha, España se empapaba de la cultura de los musulmanes, cristianos y judíosque conviven con respeto y tolerancia. Esto creo un inevitable intercambio cultural. La catedral esta dividida en tres calles, las laterales en forma de torre con planta cuadrada, separadas de la calle central por los empujes de los contrafuertes. A su vez las calles están divididas en tres pisos. En el primer piso delimitado por una cornisa, encontramos tres portadas sobresalidas abocinadas enmarcadas por arcos apuntados. Las torres están desprovistas de decoración. Poseedecoración, de iconografía religiosa, en las arquiboltas, las jambas están decoradas con personajes, y el tímpano. Al ser las puertas tan anchas deben ser sustentadas por un parteluz,también decorado. En el segundo piso encontramos en la calle central primeramente vanos geminados enmarcados en arcos puntados con traceríagótica, cubiertos por vidrieras que terminan con un remate de cornisa, para mas tarde dar lugar a un gran rosetón enmarcado de nuevo por un arco puntado igualmente creado con traceríagótica y cubierto con vidrieras que dejan entrar a la iglesia una luz tenue que da ambiente religioso.En las enjutas encontramos pequeños rosetones de tracería. La torre de la izquierda separada en tres partes esta desprovista de decoración mientras que la torre de la derecha posee un pequeño vano. En el ultimo piso de la nave central encontramos un pequeñorosetón y ornacina gótica, acabando su entablamento con forma triangular con decoración en el borde, mientras que a los lados se erectan dos pináculos. En la torre de la izquierda encontramos simples vanosgeminados en dos plantas,con la erección de nuevo de unpináculo y cuatro pináculillos a su alrededor, mientras que la torre de la derecha termina igual que la de la izquierda pero en vez de dos vanos simplemente con uno.
San Clemente de Tahull:
Se trata de una pintura, de autor desconocido, datada en 1123. Localizada en la Iglesia de San Clemente. Tahull, Valle de Bohí, en Lérida. Se caracteriza por ser una pintura de estilo ROMánico.
Análisis
: Obra pictórica realizada sobre una bóveda de cuarto de esfera en el ábside de la iglesia de San Clemente, con un diámetro de 4 ms, está realizada al fresco, sobre muro.
DESCRIPCIÓN GENERAL:
Las pinturas que analizamos se encuentran divididas en dos franjas horizontales de distinto tamaño, separadas por una banda con textos. En la franja superior, que se corresponde con el cascarón o zona curvada en vertical de la bóveda, figura en posición central un Pantocrátoro Cristo en Majestad. Se halla sentado, apoyado sobre una franja curvada decorada con motivos vegetales. Lo rodea una mandorla, en cuya parte superior apoya su cabeza y un nimbo de color blanco. Viste una túnica de color gris, a la que se sobrepone un manto de tono azulado. Su rostro, alargado y muy simétrico, presenta una mirada penetrante. Este Cristo Juez alza su brazo derecho en actitud de bendecir, mientras su mano izquierda sostiene un libro abierto en el que puede leerse la frase «yo soy la luz del mundo». Además, muestra sus pies desnudos, sobresaliendo de la mandorla y apoyados en una media esfera. A izquierda y derecha de su figura aparecen las letras griegas alfa y omega. Rodean al Pantocrátor, cuatro ángeles que portan los símbolos de los cuatro evangelios. El que figura en la zona superior izquierda porta un libro (ya que el propio ángel es el símbolo del evangelio de San Mateo). Bajo él, otro ángel se acompaña de un león (San Marcos). En la derecha se ven representaciones de un ágüila (San Juan) y de un toro alado (San Lucas). La composición se remata, en los extremos, con la presencia de sendos serafines, dotados de seis alas, en cuatro de las cuales se observan representaciones de ojos. Rodean al Pantocrátor, cuatro ángeles que portan los símbolos de los cuatro evangelios. El que figura en la zona superior izquierda porta un libro (ya que el propio ángel es el símbolo del evangelio de San Mateo). Bajo él, otro ángel se acompaña de un león (San Marcos). En la zona derecha, las representaciones de un ágüila (San Juan) y de un toro alado (San Lucas). La composición se remata, en los extremos, con la presencia de sendos serafines, dotados de seis alas, en cuatro de las cuales se observan representaciones de ojos.
San Pietro in Montorio:
Es obra del arquitecto cinquecentista Bramante erigido hacia 1502 – 1510, en uno de los patios del convento franciscano homónimo en Roma, actual Academia de España en Roma. Fue encargado por los Reyes Católicos para conmemorar la Toma de Granada en 1492, levantándose en el lugar donde según la tradición fue martirizado San Pedro. Se considera esta obra como el manifiesto de la arquitectura del clasicismo renacentista, dada su pureza de lineas y austeridad decorativa. El templete fue realizado en granito, mármol, travertino, con acabados de estuco y revoco. La edificación es de planta circular, e imita a los martyria orientales, pues de hecho es un martyrium. Dispone de una columnata que envuelve a la cella, cubierta por una cúpula semiesférica. Esta columnata conforma un peristilo. También hay una clara referencia a la cultura griega en la forma circular, como un tholos griego. El templete se erige sobre una escalinata seguida de un corto podio sobre el que se eleva la columnata de orden toscano o dórico romano, rematado por un entablamento dórico (metopas y triglifos), coronado por una balaustrada. Tiene en total 48 metopas donde había representada una figura de busto repetida cuatro veces. El muro de la cella, con dos cuerpos, tiene un muro exterior decorado con nichos de remate semicircular, de concha de venera, que alternan con vanos adintelados (puertas y ventanas), separados por pilastras, cada una de las cuales se corresponde con una de las columnas del peristilo. Esta decoración se dispone rítmicamente, partiendo de la disposición de tres puertas y el altar, situados en los extremos de dos ejes de la planta circular, que se cruzan perpendicularmente a modo de cardo y decumano; cada paño de muro situado entre dos puertas está ornado a su vez mediante un vano (ventana central flanqueada por dos nichos). Bramante parte de un módulo que no es una medida sino una forma: el cilindro, pues cilíndricas son las columnas, pórtico, balaustrada, cella y tambor. Unos ocho años, c.1502-1510, tardó en realizarse la superestructura del Tempietto, sobre la correspondiente cripta ya existente –así el carácter de martyrium es inherente a la construcción, como base y fundamento de la misma, a un tiempo, físicos y simbólicos–. Se creía entonces que se edificaba sobre el lugar donde San Pedro, primer Papa, había sido encarcelado y crucificado. Entre 1498 y 1502 se rehabilitaba esta cripta o sacra gruta, obviamente bajo patronato de los Reyes Católicos, seguramente según trazas, asimismo, de Bramante; su conformación actual y su entrada desde el patio, se deben a reformas realizadas en 1628, bajo el pontificado de Urbano VIII.
Simbología:
El conjunto simboliza la condición del Apóstol Pedro como Primer Pontífice y fundamento de la Iglesia. La cripta simboliza el martirio del apóstol, el peristilo a la iglesia militante, la cúpula a la Iglesia Triunfante y el crepidoma, a modo de tres escalones, representa las tres virtudes teologales: fe, esperanza y caridad.
Piedad de Miguel Ángel:
es una obra realizada por M.A. Datada de entre 1498-1499, de estilo renacentista. Tiene unas dimensiones de 174×195 cm. Realizada con la técnica del bulto redondo y el tallado, el material que la compone es mármol. Su tema es religioso y pertenece al movimiento del Quinqueccento. Es una obra realizada en un único bloque de mármol de Carrara a finales del Siglo XV, que marca los principios generales de la escultura de la primera etapa del artista, dentro del más puro clasicismo. El tema de la Piedad no era nuevo, ya había sido tratado en el gótico, como expresión del dolor inmenso que siente María cuando recibe el cuerpo de su hijo muerto. El artista aporta al mismo el tratamiento del motivo religioso como si fuera un gran mito. De todas maneras se trata de uno de los grandes temas para el escultor florentino, ya que a lo largo de su vida lo retoma en otras ocasiones, lo cual nos sirve un poco de guía para seguir su evolución artística. De hecho su última obra, que quedó inconclusa fue la “Piedad Rondanini”. La composición del grupo escultórico dibuja una estructura piramidal, equilibrada, expresando tranquilidad, como marcaban las premisas neoplatónicas. El triángulo viene marcado actuando de vértice la cabeza de María y de base la del grupo escultórico. Cabe aquí recordar que entre todas las formas geométricas, el triángulo y el círculo son las preferidas para representar la divinidad. La composición del grupo escultórico dibuja una estructura piramidal, equilibrada, expresando tranquilidad, como marcaban las premisas neoplatónicas. El triángulo viene marcado actuando de vértice la cabeza de María y de base la del grupo escultórico. Cabe aquí recordar que entre todas las formas geométricas, el triángulo y el círculo son las preferidas para representar la divinidad. Para Miguel Ángel lo primordial en su obra es el reconocimiento de la grandeza del ser humano como humanista convencido que es y, en ésta nos refleja unos sentimientos contenidos, con rostros muy hermosos, sin gestos que los descompongan. María aparece contenida, dejando que su profundo dolor quede dentro de ella, sin mostrarlo hacia fuera, es un dolor interno, como de aceptación del mismo. Esa es la idea que el artista quiere trasmitir, de ahí el tratamiento de mito.
La composición equilibrada, junto a las actitudes serenas de los personajes producen el efecto de armónía y sosiego.
Matrimonio de Alnorfini:
Trata de una pintura, que retrata a Giovanni Arnolfini y su esposa. Su autor es Jan van Eyck, y data de 1434. Actualmente se localiza en la National Gallery de Londres. Su estilo pertenece al de los Primitivos flamencos.
Análisis:
Pintura sobre tabla de roble. Con medidas de 82×60 cm. Obra realizada al óleo, mediante técnica del pincel.
Descripción general:
El famoso cuadro de los Arnolfini nos presenta a la pareja en el momento de contraer matromonio. Ambos personajes, retratados en primer plano, se sitúan en una estancia con suelo de madera, e iluminada por una ventana que se abre a la izquierda. A los pies de la pareja aparece un perro y, en un segundo plano pueden observarse la esquina de una alfombra y el dosel de una cama. En el centro de la composición figura una lámpara que cuelga del techo y, en la pared del fondo, un espejo en el que se refleja todo el contenido de la habitación. A su izquierda cuelgan unos rosarios y, sobre el marco, encontramos una inscripción en latín, en caracteres góticos, con el siguiente texto: «Johanes de Eyck fuit hic, 1434» (Jan van Eyck estuvo aquí, 1434). Giovanni Arnolfini aparece retratado en actitud seria, ricamente ataviado en color oscuro, con capa y amplio sombrero. Su mano derecha, levantada, parece jurar o bendecir, mientras la izquierda sostiene la de su esposa Giovanna, también ricamente vestida en color verde vivo, con velo blanco. Su abultado vientre, sobre el que apoya su otra mano, parece manifestar con claridad que se encuentra embarazada. Una suave luz envuelve la escena, dando de lleno en el rostro femenino, mientras se atenúa en torno al del mercader. Algunos de los objetos que figuran el el cuadro, así como la propia ambientación de la escena, aluden a la riqueza del mercader Arnolfini: la ropa, el mobiliario, la alfombra, la decoración de la estancia o la presencia de naranjas junto a la ventana lo que, dada su procedencia del sur de Europa, puede considerarse un verdadero lujo en la Flandes del Siglo XV. Los dos pares de zuecos (los de ella, junto a la cama; los de él, en primer plano, a la izquierda) relacionan a los esposos con el hogar y el hecho de que los supongamos descalzos alude a una idea de fertilidad, muy común en la época en la que el cuadro fue pintado. Los colores predominantes son también claramente simbólicos: mientras el verde alude a la fertilidad, el rojo lo hace a la pasión. El perro es una alusión evidente a la idea de fidelidad dentro del matrimonio. La lámpara, en la cual sólo encontramos una vela encendida (cuya luz pasaría desapercibida en pleno día), es una clara referencia a Jesucristo y, al mismo tiempo, viene a representar también la llama del amor, que puede consumirse. Los rosarios, situados a la izquierda del espejo, aluden a la necesidad de perseverar en la oración.El espejo, de forma circular, y en cuyo marco se nos muestran diez de las catorce estaciones del Víacrucis,
muestra la escena de la habitación desde una perspectiva inversa, pudiéndose apreciar la parte trasera de la pareja, así como la presencia de otras dos personas, las cuales podrían asistir como testigos a una ceremonia para la cual, en aquella época, no era necesario un sacerdote. Por tanto, el espejo contendría el elemento esencial para identificar correctamente la escena representada: un enlace matrimonial en presencia de testigos, uno de los cuales podría ser el propio pintor. Tanto la borla que cuelga de la cama como el abultado vientre de Giovanna son claras alusiones a la fertilidad. Precisamente, sobre la borla, en el cabecero de la cama, aparece una figura femenina que podría ser Santa Margarita (patrona de los partos) o Santa Marta (patrona del hogar). Sobre las manos de la pareja aparece una gárgola en actitud sonriente. Algunos autores consideran que este elemento es básico para comprender el significado del cuadro: un exorcismo mediante el que se pretende alejar el mal que atenaza a la pareja: la falta de descendencia.
Análisis sociológico:
Giovanni Arnolfini fue un rico mercader italiano, procedente de Lucca, que se asentó en la ciudad de Brujas (Flandes) atraído por las posibilidades comerciales de la zona, en la que logró una extraordinaria fortuna, de la cual el cuadro que comentamos en buen reflejo. Los objetos representados son, en si mismos, exponentes de las extensas relaciones geográficas de su propietario. Este es, precisamente, el contexto en el que se desarrolla la pintura de los artistas denominados «primitivos flamencos», de los cuales van Eyck es el máximo exponente: una burguésía consolidada, próspera en los negocios, atraída por la moda de la decoración de interiores mediante tapices y, como en este caso, cuadros, entre los cuales los retratos ocupan un importante papel.
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