19 Nov
Metafísica de Santo Tomás de Aquino
La teología natural parte de los principios de la ciencia que se conocen por la razón natural. Son verdades evidentes en sí mismas e indemostrables, a partir de las cuales se construye el saber humano. Estos primeros principios son: Identidad, Contradicción y Tercero excluido. La razón, por medio de la inteligencia, reconoce la verdad de estos principios sin ayuda de Dios.
Santo Tomás distingue entre objeto material (lo que estudia la ciencia) y objeto formal (la manera en la que se estudia el objeto material). La teología revelada o doctrina sagrada tiene el mismo objeto material que la metafísica (la totalidad de lo real: Dios, el ser humano y el mundo) pero no el mismo objetivo formal. La teología estudia la totalidad de lo real desde el punto de vista de la divinidad; la filosofía, desde el punto de vista del ser. La metafísica o teología natural parte de la razón, y la teología revelada o doctrina sagrada es una ciencia mixta que parte de la fe y se sirve de la razón.
Asimilación del Aristotelismo
Santo Tomás recoge de Aristóteles las siguientes teorías:
- La clasificación de las ciencias (teóricas —la metafísica es la ciencia en el máximo grado de abstracción, el ser en cuanto ser—, prácticas y poéticas).
- Categorías (sustancias y accidentes).
- Hilemorfismo (materia y forma).
- Cuatro causas (material, formal, eficiente y final).
- Movimiento (acto-potencia).
- Psicología (alma vegetativa, sensitiva y racional).
- La abstracción (paso de la sustancia primera a la sustancia segunda).
Rechaza lo que se opone al cristianismo: la eternidad del mundo y la mortalidad del hombre. También recoge influencias de Platón o del neoplatonismo: las teorías de la participación, causalidad ejemplar y grados de ser y participación. Y, para explicar los seres espirituales, necesitó añadir la distinción esencia-existencia de los filósofos árabes y judíos.
Jerarquía de Seres
Dios, en la cúspide de la pirámide, es un ser simple, sustancia sin accidentes, acto puro sin potencia, forma sin materia, y su esencia es idéntica a la existencia. Dios, en sentido estricto, es el único ser necesario; no puede dejar de existir. El resto de los seres son contingentes y se caracterizan por estar compuestos.
Dios crea los seres al dar existencia a la esencia. Inmediatamente debajo de Dios están los seres espirituales, que están compuestos de esencia (solo forma) y existencia. Estos seres son puro espíritu racional. Dentro de los seres corpóreos, la esencia tiene una composición hilemórfica (materia-forma), además de la existencia que Dios ha dado. En lo más alto de los seres materiales está el ser humano (alma racional, sensitiva y vegetativa), animales (alma sensitiva y vegetativa) y plantas (alma vegetativa). Por último, los seres inanimados y los primeros elementos.
Pruebas de la Existencia de Dios
La existencia de Dios es un preámbulo de la fe, verdad que el ser humano puede demostrar con su razón natural y dogma que Dios revela para la salvación del hombre. Tomás de Aquino da cinco pruebas de la existencia de Dios que se conocen como las vías tomistas.
- Movimiento.
- Causalidad eficiente.
- Contingencia.
- Grados de perfección.
- Teleológica.
Todas las vías tienen una estructura común:
- Punto de partida en un hecho de la experiencia.
- Recorrido: aplicación del principio de causalidad e imposibilidad de un proceso al infinito.
- Término: esa causa primera es Dios. Luego, Dios existe. Y Tomás presupone que la causa primera es el Dios de la revelación cristiana.
Conclusión
A Tomás de Aquino se le puede conocer como teólogo al elaborar lo que podemos llamar su sistema: sus dos enormes Sumas. Por eso lo expone en orden teológico: la teología tiene como objeto único a Dios y trata todo lo demás en cuanto que procede de él y a él se encamina. De ahí que el orden teológico de exposición sea de arriba abajo, pero termine siendo circular: al modo neoplatónico, expresa cómo salen las criaturas de Dios (causa eficiente creadora) y cómo regresan a él (como a su último fin). Dios es causa eficiente y causa final.
Fe y Razón
Introducción
La relación razón-fe se había convertido en el gran tema del pensamiento medieval. La corriente agustiniana, basada en el concepto de iluminación, confundía los campos de la razón y de la fe. Disputa dialécticos (primacía de la razón) vs. antidialécticos (limitaban al máximo la razón). Tomás de Aquino encuentra un equilibrio y concilia fe y razón. Destacó la influencia de la filosofía de Aristóteles en Santo Tomás, ya que acepta prácticamente todos los principios filosóficos aristotélicos a excepción de aquellos que entran en conflicto con la doctrina cristiana.
La Solución de Santo Tomás al Problema Fe-Razón
El pensamiento del aquinate sobre la relación fe y razón se caracteriza por lo siguiente:
- Neta distinción entre fe y razón: la razón es una facultad natural del ser humano (influencia de Aristóteles); la fe es la aceptación de lo que Dios ha revelado y, como tal, es un don sobrenatural y gratuito.
- No hay contradicción entre la fe y la razón. Las verdades reveladas por Dios y las descubiertas por la razón humana no pueden estar en contradicción. Lo verdadero según la sabiduría divina no puede ser falso según la sabiduría humana. Sólo lo falso es contrario de lo verdadero. Tomás niega la doble verdad averroísta.
- No hay contradicción entre verdad racional y verdad revelada, pero admite dos tipos de verdades: verdades que sobrepasan la capacidad de la razón humana (verdades reveladas que el hombre no puede entender, como que Dios es uno y trino), y otras que pueden ser alcanzadas por la razón natural, sin ayuda externa (verdades como la existencia de Dios; las cinco vías sólo utilizan las capacidades de la razón humana). Pero hay unas verdades que la razón humana conoce por sí sola que Dios ha revelado. Estas verdades son los preámbulos de la fe y sólo pueden ser conocidas por unos pocos seres humanos y no sin errores o dudas. Dios ha revelado estas verdades por la importancia que tienen para la salvación del ser humano.
- La teología como ciencia mixta: esta zona de confluencia entre la razón y la fe permite que la teología utilice los principios de la filosofía.
Filosofía y Teología
Sobre la base de la relación entre razón y fe, Santo Tomás establece la relación entre filosofía y teología. Las dos son ciencias que utilizan fuentes de conocimiento distintas. La filosofía se obtiene por el uso exclusivo de la razón humana (facultad natural). La teología es una ciencia mixta que utiliza la razón a partir de las verdades reveladas (don sobrenatural). Entre filosofía y teología se da una distinción, colaboración y subordinación.
Distinción
Se distinguen por sus principios y por el objeto. Los principios de la filosofía son los primeros principios de la ciencia (identidad, no contradicción y tercero excluido), evidentes a la luz de la razón natural, indemostrables y fundamento de todo saber humano. Los principios de la teología son los artículos de fe, verdades reveladas por Dios, superiores a la razón humana y sólo evidentes para Dios. No hay contradicción porque Dios ha creado la razón humana y ha revelado los artículos de fe.
El objeto: Estudian el mismo objeto material (lo que estudia), la totalidad de lo real (Dios, mundo y hombre). Lo que les diferencia es el objeto formal (modo e instrumento con que se estudia): la teología estudia la realidad según la divinidad, la filosofía según el ser. Una se sirve de la fe, la otra de la razón.
Colaboración
La teología aporta a la filosofía conceptos novedosos (creación…) y verdades básicas. La filosofía ayuda a la teología demostrando los preámbula fidei, aclarando, dentro de lo posible, los misterios de la fe, y defiende a la teología de los ataques de los filósofos paganos.
Subordinación
La teología es la ciencia suprema en el ámbito teórico y práctico. Su superioridad teórica viene por la certeza, sustentada en la autoridad divina, y por la dignidad de la materia de estudio, Dios. Su superioridad práctica viene dada porque se dirige al fin más perfecto del ser humano, la salvación.
Conclusión
Santo Tomás permite que la razón humana tenga cierta independencia, aunque no está capacitada para alcanzar la verdad absoluta por sí misma. Su punto de vista ha sido prácticamente la doctrina oficial de la Iglesia sobre la relación fe-razón.
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