08 Ene

Epistemología: Las Desventuras del Pensamiento Científico

Gregorio Klimovsky

La Concepción Hipotética de la Ciencia

(…) La concepción hipotética de la ciencia supone admitir, lisa y llanamente, que la mayoría de los enunciados científicos, en un momento determinado de la historia, son aceptados por los hombres de ciencia a título de hipótesis y no de enunciados justificados. Platón, Kant o Aristóteles dirían que estamos ante una conclusión pesimista, pero también es posible concebirla como una posición modesta, ya que trabajar con hipótesis o conjeturas es admitir que estamos concibiendo visiones provisorias de la realidad, susceptibles de ser mejoradas, corregidas o aun drásticamente cambiadas, según las circunstancias. La historia de la ciencia ha demostrado que es conveniente concebir a la ciencia de esta manera, porque aun las mejores teorías científicas han terminado por ser reemplazadas por otras a las que se las ha considerado más eficaces u otras abarcativas.

Si la concepción hipotética parece razonable para ciencias fácticas tales como la física, química o biología, con mayor razón aún lo será en el ámbito de las ciencias sociales, donde hay una propensión mayor a convertir nuestras creencias, prejuicios e ideologías en dogmas o verdades evidentes para nosotros, a la vez que los puntos de vista de nuestros colegas aparecen intuitivamente como radicalmente equivocados y dignos de ser combatidos, aun con los peores recursos. Es adecuado, desde el punto de vista de la ética cultural, que seamos conscientes de que nuestras teorías sociológicas, jurídicas o económicas, son conjeturas provisorias acerca de cómo “funciona” la realidad, y que debemos estar dispuestos a abandonarlas para que su lugar sea ocupado por mejores aproximaciones.

Definición y Características de una Hipótesis Científica

El corazón de esta metodología radica en la noción de enunciado hipotético o simplemente hipótesis, y es por ello que ofrecemos la siguiente caracterización detallada de este concepto:

  1. Una hipótesis científica es un enunciado afirmado o formulado por alguien, un hombre de ciencia o una comunidad científica, en cierto lugar, en ciertas circunstancias y en cierto momento de la historia. De acuerdo con esta exigencia, el status de hipótesis de un enunciado tiene historia, porque dependerá de que alguien la haya formulado como tal en determinada oportunidad.
  2. En el momento en que se propone una hipótesis, para quien la formula se halla en “estado de problema”: se ignora su valor de verdad, es decir, no está verificada ni refutada. Si, por fortuna, se la pudiera verificar, dejará de ser una hipótesis y se convertirá en un enunciado verdadero, es decir, conocimiento científico probado. Apeteceríamos que esto ocurriese pero, como vimos, parece que en el caso de ciertos enunciados nos está totalmente vedada tal prueba o verificación. Podría ocurrir, por otra parte, que se pudiese probar la falsedad del enunciado hipotético, es decir, que fuese refutado. En tal caso el enunciado también deja de ser una hipótesis. Se afirma, por ejemplo, que en el siglo XVIII el químico alemán Sthal formuló la “hipótesis del flogisto”, aunque luego se muestre por qué resultó ser falsa. Lo que se quiere decir es que en aquel momento se ignoraba su valor de verdad y hubo de pasar el tiempo para que se la dejara de concebir como hipótesis pues se probó que el enunciado conjeturado era falso. Hecha esta aclaración, no hay contrasentido alguno en la afirmación de que la hipótesis del flogisto resultó ser falsa. Se trata de una suerte de cortesía histórica para con Stahl y los flogicistas. El ejemplo muestra, que el status de hipótesis tiene sentido histórico, y lo que hoy es hipótesis puede no serlo mañana, y lo que es hipótesis para Juan puede no serlo para Pedro (quizá porque Pedro, a diferencia de Juan, ya conoce cuál es el valor de verdad del enunciado).
  3. Quien formula la hipótesis, pese a que ésta se encuentra en estado de problema, supone que ella es verdadera. Lo hace como quien practica una suerte de juego, una de cuyas reglas consiste precisamente en admitir provisionalmente la verdad del enunciado “para ver qué pasa” en consecuencia. La palabra suposición no debe ser entendida aquí como sinónimo de creencia, lo cual no impide que realmente aquel que propone la hipótesis crea en la verdad del enunciado que afirma. Puede suceder, que quien formula la hipótesis no crea en ella, pero tal cosa no hace a la cuestión. La hipótesis pudo haber sido formulada por un colega y nosotros estar convencidos por distintas razones de que podemos refutarla. Pero en cuanto consideramos la hipótesis del colega “para ver que pasa” con ella, debemos suponerla verdadera, aunque nuestro propósito sea mostrar que tal suposición conduce a una terrible contradicción, caso en el cual quien la propuso será condenado al escarnio y la befa, a la vez que nuestro espíritu se colmará de malvada satisfacción.
  4. La anterior definición de hipótesis científica no concuerda exactamente con el uso del término hipótesis que se emplea en el lenguaje cotidiano, porque en éste es perfectamente posible que se formulen enunciados hipotéticos cuya falsedad ya se conoce. Muchas veces se proponen las llamadas “hipótesis contrafácticas”: de un episodio no acontecido, por ejemplo, se supone que aconteció con el fin de deducir qué hubiera sucedido en tal caso. De ello puede resultar, quizás, una moraleja o un relato de ciencia ficción. (…)

De ahora en adelante, mientras no aclaremos lo contrario, cada vez que hablemos de una hipótesis se entenderá que se halla en estado de problema, y que dejará de ser hipótesis en el momento mismo en que se obtenga de ella una verificación o una refutación. Podemos ahora presentar la concepción contemporánea acerca de la ciencia, pese a sus amplias y significativas variantes, afirmando que, en su mayor parte, los enunciados que constituyen las teorías científicas son hipótesis y, en tal sentido, tienen un carácter provisional, por cuanto pueden resultar a la postre verificadas o refutadas. En este último caso, nos veremos obligados a modificar o sustituir las teorías, es decir recurrir a nuevas hipótesis en lugar de las anteriores.

El Método Científico y la Formulación de Hipótesis

¿Cómo opera entonces el método científico, dado que ahora no disponemos de ningún enunciado de partida concluyentemente verificado y debemos tratar con hipótesis? Comencemos preguntando: ¿por qué nos vemos obligados a formular hipótesis? Éstas no surgen seguramente por generación espontánea, sino como respuesta a algún problema. Ciertos hechos pueden haber llamado nuestra atención por ser incomprensibles u oponerse a aquellas creencias a las que, hasta el momento, no se corresponden con lo esperado. Cuando surge un problema de este tipo, científico o tecnológico, se formulan hipótesis con el fin de explicar lo que nos intriga y acceder a las aplicaciones prácticas que generalmente surgen de tener un problema solucionado.

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