08 Abr

Platón será influido por los filósofos anteriores como: Heráclito (características del mundo sensible)
, Parménides (características del ser, aplicadas mundo inteligible)
, Pitágoras (mística de los números) y Sócrates (preocupación por el ser humano, ética y política.). Para finalizar; decir que su Teoría de las Ideas, es la base de todo su pensamiento, por ello será necesario que comience explicando qué entiende por idea.
Mientras que para nosotros las ideas son representaciones o contenidos mentales; para Platón, las ideas son verdaderas esencias, que tienen verdadera realidad y significado por sí mismas, independientes de los pensamientos que las piensan y de las cosas que representan. Las ideas se encuentran en otra dimensión de la realidad, en el Mundo de las Ideas, y sus características son las del ser de Parménides. Por lo tanto las ideas son únicas, inmutables, inalterables, eternas, universales, y sólo captables por la inteligencia. Estas características son contrarias a las realidades del mundo sensible, propias de la filosofía de Heráclito: múltiples, mutables, finitas, particulares… Por último, las ideas están ordenadas jerárquicamente. En la base de dicha jerarquía se sitúan las ideas de los objetos materiales; por encima, las ideas de los seres vivos; a continuación, las ideas matemáticas y finalmente, en la cúspide, las ideas morales coronadas por la idea del bien. Las ideas son además, verdaderos modelos de la realidad. Las cosas del mundo sensible son meras copias o imitaciones de las ideas. Pero ¿por qué las realidades sensibles imitan a las ideas? Para responder esta pregunta, hemos de acudir a Timeo. En este diálogo, Platón se sirve del Mito del Demiurgo, en el cual presupone un “ser divino» (el demiurgo), el cual modela en un espacio prexistente, copiando el modelo que son las ideas. Pero no se explica como el demiurgo, siendo un hacedor bondadoso, sea el mundo sensible. Platón lo justifica argumentando que la materia no es suficientemente dúctil.Una vez explicada su Teoría de las Ideas, es también imprescindible introducir su ontología, ya que influye especialmente en su epistemología. La interrelación entre ontología y epistemología la podemos observar en el famoso Mito de la Caverna (Libro VII de la República). En este símil, Platón presenta visualmente unos hombres encadenados en el fondo de la caverna (mundo sensible) sentados de espaldas a unos porteadores con objetos, tras los cuales, un fuego proyecta la silueta de estos en el fondo de la caverna. Los encadenados sólo pueden ver sus sombras o reflejos (conocimiento sensible). Uno de los esclavos logra escapar y liberarse, ascendiendo hacia el mundo exterior (mundo inteligible). A principio no será capaz de percibir la realidad exterior, debido a que la luz del sol le ciega, pero, poco a poco, éste comienza a acostumbrarse a luz, empezando por ver los objetos reflejados en el agua; para finalmente, contemplar directamente el sol (la idea del bien). El liberado Intentará retornar a la caverna y explicar a sus compañeros (el ser humano ignorante) el conocimiento exterior (el conocimiento inteligible). Estos no lo aceptarán y lo intentarán matar (alusión a la muerte e Sócrates). Aquel que consigue escaparse de la caverna es el verdadero filósofo logrando así liberar su alma de las cadenas y contemplar la verdadera realidad. Podemos ver claramente en el Mito de la Caverna la correlación entre el dualismo ontológico y el dualismo epistemológico, además podemos percibir el conocimiento como camino de ascensión. El Mito no va más allá en la explicación de la Teoría del Conocimiento y por ello acudimos a otro símil, el Mito de la línea dividida en segmentos (Libro VI de la República). En este mito, Platón mostrará con más detalle la correlación entre ontología y epistemología, y sus distintas fases; para ello imaginó un segmento y lo dividió en dos partes, representando cada uno de los dos mundos y cada uno de los dos tipos de conocimiento (mundo sensible-mundo inteligible/ conocimiento sensible-conocimiento inteligible). Al conocimiento sensible le llamará opinión o doxa y al conocimiento inteligible, ciencia o epísteme. A su vez, cada uno de estos dos segmentos los dividirá en dos. La doxa se dividirá en eikasia (la imaginación o conjetura) y pistis (la creencia). El segundo segmento (episteme), también es dividió en dos: la dianoia y la noesis. La dianoia corresponde al método hipotético-deductivo de las matemáticas, y sería el primer momento de la salida de la caverna. Las matemáticas no es el conocimiento más elevado, ya que al utilizar el número, éste tiene referencia al mundo material. Finalmente, la noesis es el máximo conocimiento puro. Éste es un conocimiento inmediato o directo (visión del sol). En un principio, la dialéctica es el juego de preguntas y respuestas, y como se muestra en el Menón, es utilizado para recordar las ideas. En este diálogo, Sócrates interroga a un esclavo analfabeto, y logra que llegue a la conclusión que el cuadrado de la hipotenusa es la suma de los catetos al cuadrado. Además la dialéctica tiene un doble camino: uno ascensional, donde el filósofo va conociendo las ideas desde las inferiores hasta la idea suprema (idea del bien), pero este proceso es arduo y fatigoso y Platón propone los caminos de purificación (abstracción) que luego explicaré. Por otro lado, tiene un camino descendente, pues una vez conocidas las ideas, el filósofo ha de descender al mundo sensible para transmitirlas como modelos (retomo a la caverna, mundo de la doxa). Los medios que Platón propone para la purificación son: el amor (proceso de abstracción por excelencia) ya que primero nos enamoramos de los cuerpos, después de las almas y para terminar nos enamoramos de la idea de belleza. Por otro lado tenemos el ascetismo, que representa la muerte de nuestros deseos y pasiones. Y por último, la ataraxia, que está relacionado con el ascetismo. Además, en el Fedón, Platón afirma que esta vida no es suficientemente larga para conocer las ideas. Por eso el sabio no solo ha de despreciar las cosas sensibles sino también aceptar y prepararse serenamente para la muerte (ataraxia), como máxima expresión de ascetismo y desprendimiento del cuerpo. Para finalizar, quiero hacer una breve valoración del pensamiento y epistemología de Platón, ya que sin él no podríamos la historia del pensamiento, ni podríamos entender a San Agustín, el Neoplatonismo, el renacimiento, ni autores tan importantes como Descartes. A día de hoy, los mitos de Platón y en especial, el mito de la caverna, sigue inspirado para el análisis de nuestra realidad.

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