03 Dic
Auditoria Glosa Militar
Manuel Bonfliglio y Julio Freyssinier Morin fungieron como auditores generales en esta primera etapa.
Funciones de la Auditoría Glosa Militar
La auditoría glosa militar tenía como función revisar y glosar las cuentas de las oficinas que realizaban el pago de los sueldos y gastos erogados en el sostenimiento de las corporaciones que formaban el ejército y la armada, así como las diversas dependencias de la Secretaría de Guerra y Marina y del Departamento de Fabriles y Aprovisionamientos Militares. Para ello, contaba con una sección de trámites, archivo y responsabilidad.
Las secciones glosadoras practicaban la revisión y glosa de cuentas, lo que consistía en:
- El examen legal de las operaciones.
- Examinar la comprobación justificada de cada operación.
- Rectificación aritmética de las operaciones.
El personal de glosa debía, además, girar múltiples oficios para cumplir su función primordial. A través de estos, exigía documentos faltantes, pedía que se llenaran requisitos no satisfechos, solicitaba aclaraciones de operaciones dudosas, requería a la Secretaría de Guerra o la que correspondiera las autorizaciones no giradas y, por último, hacía las consignaciones correspondientes cuando advertía dolo o no se hubieran cubierto los requisitos relativos al impuesto del timbre.
Auditoria de Guerra y Marina
Funciones de la Auditoría de Guerra y Marina
Esta auditoría tramitaba los asuntos procedentes de la secretaría con el mismo nombre, los cuales, en última instancia, se resolvían en erogaciones de fondos y era una de las oficinas más importantes del Departamento de Contraloría.
En el desempeño de sus funciones, intervenían los licenciamientos de fuerzas que constituían una economía en los gastos del erario, al reducirse los efectivos del ejército.
Revisaba asimismo las filiaciones de individuos que causaban alta en diversas corporaciones, labor que, con el tiempo, se incrementó debido a las disposiciones dictadas para que no fueran aceptados quienes carecían de ellas.
Con motivo de los cambios en 1921 en los ramos de pagadurías, jefaturas de hacienda y administradores del timbre y correos, y debido al poco conocimiento sobre el tema, la Auditoría de Guerra y Marina debía instruirlos y señalar los errores en las listas que enviaban.
Entre sus funciones estaba la de designar interventores para revistas de inspección al ejército, cuyos frutos consistieron en la detección de plazas supuestas y en la baja del personal inútil, y la de nombrar mensualmente a quienes, con el carácter antes señalado, intervenían en las revistas de administración que pasaban las corporaciones dependientes del Valle de México.
Por último, tuvo a su cargo, hasta julio de 1921, la tramitación relativa a órdenes para el pago de pensiones militares, es decir, para deudos de militares muertos en campaña o en actos de servicio.
Logros de la Contraloría en 1925
En 1925, se destacan los siguientes hechos: durante el transcurso de este año, por motivo de ajustes presupuestales, fueron removidos varios empleados del Departamento. Esto motivó un acuerdo del presidente de la República, Plutarco Elías Calles, para establecer los «requisitos de admisión, de escalafón y de separación» de sus empleados. Esta disposición, encaminada a ofrecer a los funcionarios «garantías de estabilidad y conservación», sirvió para cimentar la carrera administrativa de la burocracia de la Contraloría. Se formó una Comisión Revisora de Expedientes, para la fijación de las políticas de selección de los candidatos a ingresar a la Contraloría o bien para determinar los posibles ascensos de los empleados en servicio. Los exámenes, que se previeron para ambos casos, fueron presentados ante profesores de la Escuela Superior de Comercio y Administración.
El «Acuerdo del presidente de la República en que se fijan las condiciones de admisión de los empleados del Departamento y los motivos porque pueden ser cesados en sus puestos» es uno de los pasos más importantes en el proceso formativo del servicio civil de carrera en México. La Contraloría, con este acuerdo, se ponía a la cabeza del resto de las dependencias de la administración pública federal en materia de administración de personal.
El acuerdo, expedido el 2 de marzo de 1925, comienza con un considerando que enmarca el espíritu del mismo: paralelamente a la reducción del personal de la Contraloría se desea incrementar la eficiencia de sus funcionarios a través de las siguientes determinaciones:
- Comprobar su aptitud por medio de un examen.
- Tener antecedentes honorables y una hoja de servicios limpia.
- Para aspirantes a ingreso se exige el examen, más cartas de recomendación tanto en «el orden social» como en lo relativo a la «administración».
- En caso de vacantes, serán preferidos los cesados, pero cuyo cese solo haya sido por causa de economía.
- Los empleados en servicio podrán demostrar sus aptitudes para ser promovidos.
- Las promociones se sujetarán a riguroso escalafón, con base en igualdad de circunstancias de competencia y honorabilidad.
- Las vacantes solo serán cubiertas con aspirantes externos en una tercera o cuarta parte.
- Tanto los empleados en servicio como los de reciente incorporación, solo podrán ser cesados en atención a las siguientes causas: jubilación, renuncia voluntaria o cese; pero este queda sujeto a las siguientes condiciones:
- Comisión de un acto contrario al interés del Fisco o a la seguridad o prestigio de la Nación.
- Imposibilidad física para desempeñar el servicio, siempre y cuando este hecho comprenda más de 6 meses.
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