09 Dic

Erecteion: Un Templo Singular en la Acrópolis de Atenas

Ficha Técnica

  • Estilo y período: Griego Clásico (finales del siglo V a.C.)
  • Material: Mármol del Pentélico

Análisis de la Obra

Nos encontramos ante un templo complejo y original, erigido en un recinto de antiguos cultos, donde se conservaban los dones milagrosos de Poseidón y Atenea, fruto de su disputa por el dominio de Atenas. También se rendía culto a los reyes legendarios Erecteo y Cécrope. La función de este edificio era, por lo tanto, religiosa.

Desde el pórtico principal se accede a una cella rectangular dedicada a una estatua de madera de Atenea Polias. Este primer templo no se comunica con el segundo, situado a su espalda, cuyo acceso se realiza por el lado norte a través de un pórtico tetrástilo de orden jónico. Una vez atravesado el pórtico, se accede a una cella dedicada a Poseidón que comunica, en ángulo recto, con una cella doble dedicada a Erecteo y Cécrope. Además, desde el pórtico se accedía al recinto, ubicado en el lado oeste del templo, donde se encontraban el olivo sagrado y la fuente natural, símbolos de la disputa entre los dioses por Atenas. Desde la pronaos también se accedía a la famosa tribuna de las Cariátides, situada en el lado sur, caracterizada por sus esculturas femeninas que actúan como columnas. El nombre de cariátides proviene de las mujeres de Caria, ciudad aliada de los persas durante las Guerras Médicas, cuya esclavización rememoraban estas esculturas-columnas.

El edificio está rodeado por un entablamento que consta de un arquitrabe formado por tres franjas superpuestas, un friso con un relieve continuo y una cornisa similar a la dórica. Tenía frontón y cubierta a dos aguas. Destaca la evolución del estilo jónico, visible en la esbeltez de las columnas y el refinamiento de la decoración escultórica.

Conclusiones

El resultado final se caracteriza por una serie de soluciones parcialmente brillantes dentro de un conjunto que, sin embargo, es incoherente. Se tiene la impresión de que el arquitecto, impotente para imponer un plan racional, se concentró en las diferentes partes, todas diseñadas en orden jónico, donde desplegaría sus extraordinarias dotes decorativas, acompañadas de una rara perfección en los acabados.

Columna de Trajano: Un Relato en Espiral de la Conquista de Dacia

Identificación de la Obra

Estamos ante una columna conmemorativa, característica del Imperio Romano. Se trata de la Columna Trajana, erigida por orden del emperador Trajano en el año 114 d.C. Es una columna exenta, decorada con relieves que conmemoran la conquista de la Dacia.

Análisis Formal

Este monumento, original romano, es una columna conmemorativa que surge del deseo de dejar constancia histórica de determinados acontecimientos, en este caso, la conquista de la Dacia por el emperador Trajano, la última gran conquista del Imperio Romano. Se trata de un elemento constructivo aislado, sin función estructural. A lo largo de su enorme fuste, que alcanza los 30 metros de altura, un relieve helicoidal continuo narra las distintas etapas de la conquista de este territorio. Cabe destacar el rigor narrativo, con un gran realismo en la representación de uniformes y armamento, así como el orden cronológico de los distintos momentos de la guerra. Sin embargo, este rigor narrativo e histórico prima sobre el realismo en la representación de la perspectiva, de manera que el tamaño de los objetos se altera para permitir una mejor contemplación de la escena. Así, por ejemplo, las murallas y los edificios aparecen de un tamaño irreal, reducido, que permite observar las labores de los soldados tras las mismas.

Igualmente, para facilitar la visión de distintos planos de profundidad, se recurre a la denominada perspectiva caballera, que usa un punto de vista elevado para observar un grupo de personas sin que se tapen unas a otras.

Análisis Estético

Estamos ante uno de los mejores ejemplos de relieve histórico, un género escultórico genuinamente romano, fruto de su deseo de gloria terrenal y de dejar constancia de sus triunfos y éxitos militares, con una evidente finalidad propagandística.

Es interesante observar cómo, en este caso, contrasta el realismo casi arqueológico, que añade un indudable valor histórico al artístico, con la alteración en la escala de los objetos y el uso de diferentes perspectivas, incluyendo la caballera. Por ello, podemos decir que prima el interés narrativo sobre todos los demás. La columna contenía las cenizas del emperador, cuya estatua de bronce, hoy desaparecida, coronaba la columna.

Conclusión

La columna conmemorativa, como la que hemos comentado, junto al arco de triunfo, son dos de los monumentos conmemorativos originales del mundo romano, y sintetizan la adaptación de los logros escultóricos del mundo griego a la idiosincrasia del pueblo romano y su deseo de perpetuar sus glorias terrenales para la Historia.

Columnas, altares como el Ara Pacis, Arcos de Triunfo como los de Tito, Septimio Severo o Constantino, son el mejor ejemplo de un arte al servicio del poder, que narra con gran realismo los éxitos de uno de los grandes imperios de la Antigüedad. Ejercerá gran influencia en el arte renacentista y neoclásico.

Coliseo Romano: El Anfiteatro Flavio, Símbolo de la Grandeza Imperial

Identificación de la Obra

Nos encontramos ante una obra arquitectónica romana: un anfiteatro de planta elíptica, utilizado en Roma para espectáculos y batallas navales.

El Coliseo, o Anfiteatro Flavio, fue construido entre los años 72 y 80 d.C. Su autor es anónimo, pero sabemos que el comitente fue el emperador Vespasiano.

Análisis Formal

Es el anfiteatro más grande del mundo romano, con cuatro pisos. El superior estaba resguardado interiormente por una galería de columnas. Los materiales utilizados son hormigón, mármol, madera, ladrillo, piedra y estuco.

Se utiliza tanto el sistema adintelado como el abovedado. En cada planta, se distribuyen columnas adosadas a los muros, que soportan los dinteles, y entre cada una de las columnas se construyen arcos de medio punto.

En el exterior del edificio, se observan cuatro plantas. Cada piso se plantea como una sucesión de arcos de medio punto sostenidos por columnas (dóricas, jónicas y corintias), que culminan en un entablamento. Los 80 arcos de medio punto del piso inferior son los accesos naturales al recinto.

El cuarto piso, construido para ampliar la capacidad del recinto, presenta un ático macizo decorado por lesenas (estrechas fajas verticales) corintias que enmarcan ventanas cuadradas. En este último piso también había un toldo que protegía a la concurrencia del sol y de la lluvia.

Tras la entrada de los 80 arcos de la planta inferior, se situaba la gradería, dividida en tres zonas según la posición social de los espectadores. El sistema de gradas se levanta sobre una multitud de bóvedas, sustentadas por pilastras colocadas en disposición radial.

Tenía capacidad para 50.000 espectadores, sentados jerárquicamente (con posibilidad de evacuación en menos de 3 minutos).

La gradería rodea la arena, el espacio circular central donde se llevaban a cabo las celebraciones. Bajo la arena se construyó un subsuelo diseñado para agilizar el espectáculo (pasillos, escaleras, habitaciones y cámaras, sistemas de poleas para conducir las fieras a la superficie). Además, estaba dotado de un sistema de impermeabilización y conducción del agua para transformar la arena en una gran piscina donde se realizaban las excepcionales batallas navales (naumaquias).

Además de la decoración propia de cada una de las columnas, debemos destacar una serie de elementos decorativos.

Todo el exterior estaba recubierto de estuco. El interior era una auténtica ostentación de lujo: los intercolumnios del segundo y tercer piso contenían estatuas, el baldaquino imperial era magnificente, los corredores internos de la gradería contenían relieves de mármol…

Destacar la funcionalidad de este tipo de edificios y el utilitarismo, así como el colosalismo, ya que son edificios de gran tamaño para reflejar el poder del Estado y del emperador. A pesar de ese colosalismo, representa perfectamente el equilibrio y la proporción.

Análisis Estético

Por todo lo visto anteriormente, nos encontramos ante el Coliseo Romano o Anfiteatro Flavio. De autor desconocido, pertenece al Imperio Romano, construido entre los años 72 y 80 d.C.

Originalmente era denominado Anfiteatro Flavio, en honor a la Dinastía Flavia de emperadores que lo construyó, y pasó a ser llamado Colosseum por una gran estatua ubicada junto a él, el Coloso de Nerón, no conservada actualmente.

En el Coliseo se ofrecían espectáculos gratuitos de lucha entre gladiadores y fieras salvajes, y se escenificaban batallas mitológicas o históricas; y con la arena inundada, se realizaban simulacros de batallas navales o cacerías de cocodrilos. El gusto por los espectáculos violentos era tal que había equipos de cazadores creados con el único objetivo de proveer el espectáculo de millares de fieras traídas de Asia o África.

El Coliseo también simboliza y glorifica al emperador Vespasiano. Era su generoso regalo al pueblo en un intento de resarcirse de la extravagancia de su antecesor, Nerón. Su inauguración, bajo el reinado de Tito, se convirtió en una fiesta que duró 100 días; nadie recordaba ya que meses antes había muerto el propio Vespasiano o que Pompeya acababa de ser destruida por el volcán Vesubio.

Conclusión

El anfiteatro representa las características propias de la arquitectura romana: funcionalidad, utilitarismo, mayor sentido ornamental, utilización de muros, columnas, arcos y bóvedas, monumentalidad de los edificios y combinación de diferentes órdenes.

El anfiteatro, cuya planta elíptica resultó de la unión de dos teatros griegos, fue una tipología original del Imperio Romano.

La superposición de órdenes en los diferentes pisos era habitual en la época helenística.

Tanto el sistema de graderías como las instalaciones de la arena en el subsuelo fueron un modelo prototípico muy seguido en la construcción de otros anfiteatros. Incluso algunas soluciones han servido de modelo para la construcción de recintos deportivos modernos, como es el caso de los estadios de fútbol.

Augusto de Prima Porta: El Retrato del Primer Emperador Romano

Identificación de la Obra

La obra escultórica objeto de nuestro comentario recibe el nombre de Augusto de Prima Porta. Recibe su nombre tanto del personaje retratado, el primer emperador romano, como del lugar en el que se encontró el 20 de abril de 1863, la villa que tenía Livia, viuda del emperador, en Prima Porta, a las afueras de Roma. Su autor es anónimo y, si bien esta obra está realizada en mármol en torno al 19 d.C., tras la muerte del emperador, la original sería del siglo I a.C. y era de bronce.

Análisis Formal

Es una escultura en bulto redondo, de cuerpo entero, en actitud de pie, como dirigiéndose al público, realizada en mármol.

La escultura, un retrato exento de cuerpo entero, nos muestra a Augusto vestido con túnica y coraza, con los atributos de cónsul o jefe del ejército en el momento de arengar a las tropas. Aparece representado como un joven de aspecto idealizado, con el cuerpo apoyado en la pierna izquierda mientras flexiona y retrocede la derecha, adoptando un contrapposto que recuerda a la postura del Doríforo de Policleto (arte griego).

Con la mano izquierda portaba el bastón consular y recogía el manto, cuyos abundantes plegados, magistralmente trabajados, crean un riquísimo efecto de movimiento. El brazo derecho lo levanta, adoptando la característica actitud de la arenga. Su coraza se ajusta al cuerpo, dejando adivinar un torso musculado, siguiendo la técnica de los paños mojados.

En dicha coraza aparecen temas relacionados con las victorias militares de Augusto y diversas divinidades, como el Sol, Apolo, Diana o Gea. A sus pies aparece un niño cabalgando sobre un delfín, conjunto que simboliza a Cupido y Venus. En aquella época estaría completamente policromada.

Análisis Estético

Es un magistral retrato de cuerpo entero del emperador Augusto. Se caracteriza por el realismo, los rasgos del emperador son perfectamente identificables, aunque idealizados. Se trataría de un retrato de marcadas connotaciones propagandísticas, tanto políticas, como queda demostrado en la escenificación de su labor pacificadora en la coraza, como religiosas, atribuyéndose un origen divino emparentado con la diosa Venus. El propio emperador aparece representado descalzo, como un héroe olímpico, lo que nos fecha la obra después de la muerte del emperador, momento en el cual se produjo su divinización.

Conclusión

Este retrato es muy significativo del sentido práctico romano, que veía en el retrato imperial más un vehículo de propaganda que una búsqueda del canon de belleza ideal que tanto había preocupado a los griegos. El poder político y religioso concentrado por Augusto, con quien comienza la época imperial poniendo fin a la republicana, queda patente en esta obra. El retrato romano seguiría evolucionando en los siglos posteriores, unas veces siguiendo el camino de la idealización, otras marcado por un realismo más profundo, y otras por un mayor interés por la captación psicológica del personaje retratado.

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