21 Abr

EL MOVIMIENTO OBRERO


Sus inicios se sitúan en el reinado de Isabel II pero hasta el Sexenio Revolucionario no alcanzó cierta entidad. Durante la I República se desvinculó de los partidos progresista y republicano para actuar en función de 2 ideologías: El  Anarquismo y el Socialismo.

Al comienzo de la Restauración las organizaciones obreras conocieron una etapa de represión y tuvieron que refugiarse en la clandestinidad, en 1887, coincidiendo con uno de los gobiernos liberales (Sagasta)
, se promulgó la Ley de Asociaciones que les devolvió a la legalidad.

El movimiento obrero se fue radicalizando hasta convertirse en uno de los más violentos de Europa.

Para entender el movimiento obrero hay que tener en cuenta las dificultades del paso del Viejo al Nuevo Testamento en España.                               Las fuerzas tradicionales se organizaron en torno a una potente oligarquía financiera y agrícola que controlaba el poder.

Por otra parte, el retraso de la industrialización española hizo que el Estado tuviera que aplicar una estricta legislación proteccionista a la industria española. Esta circunstancia determinó que defendiese siempre los intereses de los patronos y obstaculizara los intentos de mejorar las condiciones de vida de los obreros y campesinos.

Ante ello, el movimiento obrero reaccionó radicalizándose y dirigiendo sus iras contra los que eran los culpables de sus pésimas condiciones de vida: los patrones, los terratenientes, los  políticos de los partidos dinásticos y la Iglesia.

Dentro del movimiento obrero español hay que hacer una clara diferenciación entre los obreros y los campesinos.

En el campo, los jornaleros estaban peor organizados y la convocatoria de huelgas eran boicoteadas por los patronos. Esto hizo que las protestas campesinas fueran incontroladas y radicalizadas.

Son las típicas insurrecciones de finales del siglo XIX y XX que correspondían a un mismo modelo:
toma del pueblo, quema de los registros civiles, violencia, enfrentamiento de la Guardia Civil, llegada de refuerzos y represión de la revuelta.

La organización de los obreros industriales era más efectiva, así como la utilización de la huelga.
Un ejemplo fue la huelga de La Canadiense.

La utilización de la huelga era acompañada de otras medidas como las manifestaciones, las barricadas etc…

Todo ello organizado por potentes sindicatos: La UGT y la CNT.

En el proceso de radicalización, apareció la Huelga General.
El ejemplo más claro fue la huelga general de 1917.

Huelga de la Canadiense


A principios del s. XX empieza en Barcelona los conflictos sociales más importantes de la historia del obrerismo español. Todo comenzó con una huelga en La Canadiense, empresa de capital español-canadiense que abastecía de electricidad a la ciudad, debido a que había despedido a unos obreros por su actividad sindical.
La huelga duró
44 días, quedando la ciudad paralizada por la falta de electricidad, para resolver el problema, el gobierno redujo la jornada laboral en 8 horas, una de las peticiones de los trabajadores, semanas después el conflicto revivió debido a los trabajadores que pusieron en libertad  a los obreros detenidos por cometer actos delictivos. Ante la violencia de la CNT, los patronos crearon los llamados sindicatos libres, incluidos pistoleros que repelieron los atentados anarquistas. En 1921 se produjeron solo en Barcelona 100 muertos en los enfrentamientos.


NACIONALISMO VASCO.

Va a ser más radical y con cierto componente racista.
En su formación inciden 3 factores:
La recuperación cultural, los efectos de la Revolución Industrial y la inmigración y, sobre todo, la derrota del carlismo y la anulación por Cánovas.
Ante estos hechos aparecen 3 tendencias:

1º) Nacionalismo Radicalizado



Defendía la recuperación de los fueros, el mundo tradicional y agrario de los caseríos, el rechazo de la industrialización y la defensa de su raza, su historia, su tradición, su arraigado catolicismo y su lengua.

La petición independentista fue su reivindicación y objetivo fundamental.

2º)Nacionalismo Moderado


Sus seguidores aceptaban la abolición de los fueros y supieron rentabilizar la situación para transformar su pérdida en conciertos ventajosos para ellos. Ambas tendencias se concretizan y relacionan en la figura de Sabino Arana y el PNV.

Sabino Arana fue el fundador del PNV, recogiendo la tradición foralista del carlismo, su programa político se basaba en la diferencia de los vascos con el resto de los españoles, como demostraban su lengua y su raza.
De ahí deriva la pasión por lo propio y el odio a lo distinto.

Era un ámbito cultural que no había constituido jamás un Estado, formado por las 3 provincias vascas, Navarra, y el vasco-francés.
Su lema fue Dios y las leyes antiguas.

Recuperar los fueros significaba recuperar la plena soberanía, la Independencia.

En una segunda etapa, el pensamiento de Sabino Arana moderó sus planteamientos y tendió hacia un nacionalismo parecido al catalán  en el que se pedía autonomía pero no Independencia, tendencia más moderada del nacionalismo vasco,  el PNV, integró varias tendencias predominando el carácter conservador y católico.

Una tendencia más pragmática, que pedía la reforma del Estado y la autonomía;
Y la otra más fiel a los planteamientos independentistas de Arana.

A finales del siglo XIX el PNV  aglutinó el voto de las clases medias urbanas y rurales, preocupadas por la creciente presencia de inmigrantes, generalmente identificados por el socialismo.

En 1911 se creó un sindicato nacionalista controlado por el PNV:
Solidaridad de los Trabajadores Vascos (ELA-STV)
Que todavía perdura y es el sindicato nacionalista más importante.

CONSTITUCIÓN DE  1876

Soporte jurídico del sistema, se mantuvo hasta 1931 salvo en la Dictadura de Primo de Rivera.
En ella, se establece:

La Soberanía compartida entre la corona y las cortes.

El poder ejecutivo, que reside en el Rey, quién goza de amplias atribuciones, recogiendo todos los derechos de la constitución de 1869 pero que serán reguladas por leyes posteriores, fue restringida la libertad de prensa.

El poder legislativo, reside en el Rey y las cortes.

El poder judicial, reside en los Tribunales y Juzgados en nombre del Rey.

Las cortes son bicamerales, compuestas por senadores vitalicios elegidos por los grandes contribuyentes.
Se reconoce la libertad religiosa.
Ideología

: Conservadora

Y finalmente la forma de gobierno es una Monarquía.

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