15 Nov

La música profana en la Edad Media

Introducción

Desarrollada en paralelo al canto gregoriano, la música profana surgió en los castillos feudales y, posteriormente, alrededor de las primeras ciudades. Los primeros testimonios datan de finales del siglo XI y comienzos del XII. La falta de documentos anteriores se debe a la tradición oral, la improvisación y la falta de fijeza de esta música, que no requería ser escrita. Varios cambios favorecieron su desarrollo:

  • Renacimiento del arte y pensamiento profanos.
  • Las universidades.
  • Un período de paz en Provenza (Francia), que mejoró las condiciones de vida y dio lugar al espíritu cortés, un nuevo arte de vivir que idealizaba a la mujer.

Prácticas musicales profanas

Junto a la canción popular, despreciada por el ambiente culto eclesiástico (el Concilio de Adge criticó las canciones impúdicas del pueblo), se desarrollaron los juglares y los trovadores.

Juglares

Artistas itinerantes con múltiples talentos, eran medio actores y medio músicos. Guiraut de Calansó definió las cualidades de un buen juglar: «saber trovar, saltar y jugar a los dados, echar al vuelo manzanas, tocar el timbal, las castañuelas y otros instrumentos, hacer bailar…». Iban de feria en feria, despreciados por la nobleza y el clero. No componían, sino que interpretaban canciones de trovadores o populares, alterándolas sobre la marcha. Cantaban baladas, romances, cantos de amor, de gesta, de bodas y picarescas. En el siglo XIII, dieron paso a los ministriles, con mayor consideración social, que proporcionaban acompañamiento instrumental con lira, viela y arpa, doblando la melodía.

Trovadores

Surgieron en el siglo XI en la Provenza francesa, fruto del refinamiento y el espíritu caballeresco. El primero fue Guillermo IX, duque de Aquitania. Cantaban en lengua de Oc. Su auge fue entre los siglos XI y XIII, decayendo con la caballería. Destacan Guillermo IX, Bertrand de Born, Bernardo de Ventadorn, Marcabrú, Raimbaut de Vaqueiras y Giraud de Riquier. Eran poetas y músicos instruidos, de origen noble. Su arte fusionaba poesía y música, cantando el amor cortés. En el siglo XII se expandieron por Europa. En el norte de Francia surgieron los troveros, que cantaban en lengua de Oïl (precursora del francés). Destacan Ricardo Corazón de León y Adam de la Halle. Hacia el sur, llegaron a Galicia y Cataluña. En el siglo XIII, en Alemania, surgieron los Minnesingers, que dieron lugar a los Meistersingers en el siglo XIV.

Goliardos

Clérigos, monjes o frailes que componían y cantaban poemas profanos y burlescos en latín. Viajaban entre universidades. Los Carmina Burana son su principal fuente manuscrita.

Géneros trovadorescos

De carácter lírico, los géneros épicos no tuvieron tanta relevancia musical.

Técnicas melódicas de trovadores y troveros

  • Musicalización silábica con melismas ocasionales.
  • Ámbito reducido, generalmente una sexta.
  • Ambiente modal eclesiástico (modos protus y tetrardus).
  • Frases cortas y fáciles de recordar.
  • Forma basada en la uniformidad métrica (contrafactum).
  • Ritmo libre o basado en modelos métricos griegos.
  • Interpretación con línea melódica e improvisación instrumental.

Teatro medieval

La iglesia introdujo representaciones litúrgicas (drama litúrgico) para facilitar la comprensión de los fieles. Los clérigos representaban misterios en latín dentro de la iglesia. Destacan los cantos de la Sibila y de las Marías. El teatro profano surgió de estos dramas, mezclando partes habladas y cantadas. El género más común fue el juego, como el «Juego de Robin y Marion» de Adam de la Halle, y el «Romance de Fauvel» en el siglo XIV.

Las cantigas galaico-portuguesas

Desde el siglo XII, hubo trovadores en España, donde la canción se llamaba cantiga. Se conservan pocas cantigas profanas con música (seis de Martín Codax). La falta de música se debe a que los juglares usaban melodías conocidas. Existen más de 400 Cantigas de Santa María, atribuidas a Alfonso X «el Sabio». En el prólogo, Alfonso X se declara trovador de la Virgen. Las cantigas, contenidas en cuatro códices (uno en El Escorial), son un compendio de la monodía medieval. Incluyen miniaturas con valor pictórico y organológico. Hay cantigas vocales (con acompañamiento), instrumentales y danzas. Las vocales, en gallego culto, narran milagros de la Virgen. Entre ellas, hay cantigas de loor que alaban a la Virgen. La música es rica melódica y rítmicamente, con forma responsorial similar al zéjel árabe: un estribillo laudatorio con la misma melodía y una frase musical para las demás estrofas. La melodía tiene forma de arco.

La música andalusí

Tras la llegada de los árabes en 711, la música andalusí se desarrolló en el sur de la península. Es una música de tradición oral, sin notación escrita. Los tratados teóricos son la única fuente para conocerla. A diferencia de la música cristiana, centrada en el culto, la música andalusí se centraba en la poesía. Las veladas musicales incluían cantos con acompañamiento instrumental y danzas. Entre las formas musicales destacan la nawba (canto con tambor), el maqam (improvisación) y el zéjel (canto y danza con estrofas y estribillo). Destaca el músico Ziryab.

Música instrumental

En estos siglos, la música instrumental era practicada por juglares y ministriles. Las formas más antiguas son danzas, como estampidas y danzas reales.

Instrumentos musicales medievales

Las fuentes de información son referencias literarias, teóricos musicales e iconografía. Hasta el siglo XI, se usaron instrumentos grecorromanos. Después, llegaron nuevos instrumentos de Asia a través de Bizancio.

Instrumentos de percusión

Matracas, campanas, cascabeles, cencerro, címbalos, tambores y panderetas.

Instrumentos de cuerda

Cuerda sin mástil

Arpas (triangulares, de origen británico e irlandés), salterios (punteados o percutidos), monocordio.

Cuerda con mástil

Laúd (de origen árabe), guitarra (de la cítara griega), viela de arco (precursora de la viola), zanfoña (con rueda y teclado).

Instrumentos de viento

Flautas (rectas y traveseras), gaitas, dulzainas, caramillos, chirimías, bombardas, trompetas, bocina, clarín, trompa, órganos (de iglesia y portátiles).

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