1. Nacionalismo y Wagnerianismo: Franck, Saint-Saëns
Instrumento de lucha cultural fundado por Niedermeyer en 1853, la Escuela de música clásica y religiosa educó a la generación de Saint-Saëns, d’Indy y Fauré en el amor a Beethoven, los románticos alemanes y el siglo XVIII francés. Continúa la línea del postromanticismo y el wagnerianismo.
César Franck (1822-1890)
Compositor místico, su obra subsiste todavía con mucha influencia del Romanticismo. Llevó a un alto grado de perfección la forma cíclica en la estructura de la sonata; forma que consiste en elaborar toda la obra valiéndose de ciertos temas especiales, muy breves, los cuales reaparecen con diversas modificaciones en cada una de las partes constitutivas de la sonata, ejerciendo una función reguladora y unificadora. La Sinfonía en Re menor, de vastas proporciones y de una inspiración noble y sostenida, es una de las mejores sinfonías que se hayan escrito después de las de Beethoven; y las Variaciones Sinfónicas para piano y orquesta, obra admirable por la técnica pianística que desarrolla.
Las principales composiciones para piano son: el Preludio, Coral y Fuga y el Preludio, Aria y Final, obras en las que se advierten la influencia de Bach, y son además, muy hermosas por la originalidad y perfección de su forma, así como por la belleza de los temas en ellas desarrollados. Lo más notable que escribió para órgano son sus Tres Corales, de imponente arquitectura y de espléndida sonoridad.
Tres características:
- Búsqueda de complejidad lingüística
- Amor por las formas
- Huida de modas operísticas (lo considera mero entretenimiento frívolo, opera-comique)
Camille Saint-Saëns (1835-1921)
Organista reconocido por su carácter improvisador, admira a Liszt y el wagnerianismo. Su música de piano es muy de salón y ocasión para demostrar su virtuosismo. Mantiene lo académico frente a la renovación de Ravel y Stravinsky. Tercera Sinfonía (1886), Quinto Concierto para piano y orquesta y la ópera Les barbares (1901). Las llamadas temáticas son continuas, con intensidad de efectos sinfónicos, de la melodía, de la tensión armónica. Alude a Liszt por la gran extensión y libertad de improvisación en la construcción.
Vincent d’Indy (1851-1931)
A favor del wagnerianismo y de la complejidad sinfónica de sus composiciones, representando la pedantería de los germanófilos. En los años de Debussy terminaba de componer su grandiosa ópera Fervaal sobre mitos medievales franceses no muy diferentes a los germánicos de Wagner. También, Variaciones sinfónicas Istar (1896) y la Sinfonía en si menor (1903).
Gabriel Fauré (1845-1924)
Es discípulo de Saint-Saëns, alumno de la escuela Niedermeyer, admirador de Wagner. Figura de músico solitario, carente de enunciados programáticos, apartada incluso desde el punto de vista del gusto, no fue compositor ni de ópera ni de sinfonías. Hace música de cámara, dirigiendo hacia ese ámbito el cuarteto y quinteto, piezas pequeñas para piano. Para la ópera compuso Promethée, que se le encargó para su interpretación al aire libre, y encargando a su vez la orquestación a un alumno suyo. Romántico, músico artesano.
2. Neonacionalismo
Es así como podemos considerar dos etapas claramente diferenciadas dentro del Nacionalismo:
- La primera se desarrolla en la segunda mitad del siglo XIX con características de corte romántico. Destacaron en esta etapa, entre otros, los compositores rusos para los que, a menudo, la música romántica del primer nacionalismo no sólo era una afirmación de la música nacional sino también un ataque a determinadas autocracias políticas pues, especialmente en Rusia, aún bien entrado el siglo la esclavitud permanecía vigente y los efectos de la Revolución Francesa apenas habían llegado.
- La segunda se da en el siglo XX y supone una renovación del lenguaje musical gracias a la extracción de elementos renovadores inherentes a la música nacional. Es el caso de Falla en España y Bartók en Hungría.
Béla Bartók (1881-1945)
Permanece en Budapest. Sus primeras composiciones tienen una estructura lento-rápido-lento imitando a Liszt. En 1904 sale al campo a hacer sus trabajos, recopilando música. Las raíces de la música se encuentran en los campesinos y considera que la música está en el pueblo. Utiliza el fonógrafo de cera y escribió libros y artículos para dejar plasmados sus trabajos.
Para Bartók el nacionalismo se deriva por la vía instrumental. Pasó tres estadios de elaboración de la música popular para integrar en la música artística. “El influjo de la música campesina en la música actual”:
- Conocer la música igual que tu propia lengua. Ser bilingüe.
- Para conocerla hay que experimentarla.
- Para componer se deben tomar aspectos rítmicos, melódicos y armónicos.
Realiza tres estudios de asimilación del folklore:
- La música campesina presta acompañamiento a la melodía original que mantiene sin cambios alguno o con pocas variantes y eventualmente añade preludio o postludio.
- El compositor no emplea ninguna melodía original sino que la imita.
- No emplea melodía original ni imitación sino que crea una atmósfera que reproduzca el mismo efecto popular.
The piano pieces, Danzas rumanas; Ballet 1918: Contraste 1936; Sardas Kaiko Zenekar; Esta tiene una cierta relación con la primavera de Stravinsky. Esta en el 2 estadio. A partir de 1920 utiliza nuevos giros, modos pentatónicos, no se sale de los modos mayores y menores y varía los compases hasta el punto de no poner barra divisoria. La melodía original es monofónica pero él agrega 7ª, 5ª recogiendo ideas de los ballets de Debussy, saliéndose del ámbito tradicional.
Para Bartók de la música popular partían directamente unos impulsos que repercutían en la expresividad y en la esencia de la música tal como la superación de modos mayor y menor, nuevos ritmos, melodías y timbres. En su obra existen tres etapas en la elaboración del material popular: recepción directa, con acompañamiento, reelaboración motívica del material, nueva creación en estilo popular (Concierto de viola).
El Allegro barbaro (1911) es una manifestación anterior a Stravinsky de un nuevo estilo, con la percusión áspera del piano. No consiguió ningún gran éxito hasta 1923 con la Suite de danzas. La década de los 30´aporta una serie de obras de madurez con una gran voluptuosidad sonora y proporciones armónicas. Su obra didáctica Mikrocosmos da cuenta de su música: bitonalidad expuesta en modo pentatónico, cuartas en series construidas al margen de cualquier esquema, disonancias, ritmos de 7 corcheas estilo búlgaro. El Cuarteto de cuerda nº6 de 1939. Viola que se inicia con un canto fúnebre y a pesar del cromatismo resulta tan sencillo como una obra popular.
Etiquetas: Béla Bartók, César Franck, Música francesa, Música Húngara, Nacionalismo, Neoclasicismo, Romanticismo, Wagnerismo
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