23 Dic
Biografía de Nadia Murad
Nadia Murad Basee Taha (1993) es una activista por los derechos humanos iraquí. Nació en Kocho, un pequeño pueblo ubicado al norte de Irak. Hija de Murad Ismail, fue criada con su madre y nueve hermanos en una familia de granjeros pertenecientes a la minoría étnica religiosa yazidí.
El 3 de agosto de 2014, Kocho fue atacado por combatientes del autodenominado Estado Islámico (ISIS), quienes arremetieron contra la comunidad yazidí que vivía en este. Seis de sus hermanos y su madre fueron ejecutados, los otros lograron escapar, pero quedaron heridos. La mayoría de la comunidad yazidí que residía en Kocho fue masacrada, algunos de los que lograron sobrevivir escaparon al monte Sinjar. Sin embargo, la aldea en que vivía Murad estaba lejos del monte, por lo cual no logró refugiarse.
Una vez tomado el pueblo, los reunieron a todos en el edificio de la escuela. “Su objetivo era eliminar a todos los yazidíes porque para ellos somos herejes”, mencionó Murad. Ella fue tomada como prisionera, la retuvieron en Mosul, donde la maltrataron, forzaron y usaron como esclava sexual por varios meses.
Tras su primer intento de escape, fue castigada con una violación colectiva, práctica llamada “yihad sexual”. Murad mencionó en su testimonio lo siguiente: «Les pregunté: ¿por qué hacían eso con nosotras? ¿Por qué mataron a nuestros hombres? ¿Por qué nos violan violentamente? Me contestaron: “Los yazidíes son infieles, no son un pueblo de las escrituras. Ahora ustedes son botín de guerra. Se merecen esto, ustedes son infieles. Los yazidíes deben ser destruidos”».
Después de tres meses y varios intentos de huida, Murad consiguió escapar. Una vez llegó a la calle, llamó a varias puertas hasta que una familia suní decidió acogerla. Estos la ayudaron a salir clandestinamente de la zona tomada por el Estado Islámico (ISIS), en donde logra reencontrarse con uno de sus hermanos, llegando a un campo de refugiados en Kurdistán. El refugio era pequeño y no contaba con todo lo necesario para ayudar a la gran cantidad de personas que huían del Estado Islámico (ISIS).
En 2015, junto a una de sus hermanas y otras mujeres, se une al programa para refugiados del Gobierno de Baden-Württemberg, en Alemania, país en el que actualmente reside. Desde ese momento, ha visitado los Estados Unidos, Reino Unido, Europa y varios países árabes, compartiendo su experiencia, concientizando a las personas sobre la cruel realidad de la comunidad yazidí, la forma en la que el cuerpo femenino se convierte en botín de guerra y la trata de personas. Murad ha hecho todo lo posible por llevar a estos criminales ante la Justicia Internacional por genocidio y crímenes contra la Humanidad.
Su lucha ha sido reconocida en varias ocasiones desde el 2016, año en el que fue nominada al Premio Nobel de la Paz por Audun Lysbakken, legislador noruego, líder del partido socialista noruego y el gobierno iraquí. Asimismo, fue escogida por la revista Times como una de las 100 personas más influyentes del año. En esta revista se le resalta como pionera, una luz de verdad que trata de llamar la atención del mundo entero sobre el drama de la comunidad yazidí. Desde entonces, ha recibido varios premios y nominaciones como activista en contra de la violencia sexual.
El 16 de septiembre de 2016, fue nombrada Embajadora de Buena Voluntad de las Naciones Unidas para la dignidad de los supervivientes de trata de personas. Como parte de su rol de embajadora, Murad participa en iniciativas de apoyo global y local para concientizar sobre el tráfico de personas y los refugiados. Al mismo tiempo, trabaja con la Yazda, una organización creada por miembros de la diáspora yazidí en Estados Unidos.
El 23 de septiembre fue premiada con el Global Citizen Award, otorgado por la Fundación Clinton, en el cual se reconocía el coraje de la activista al contar su historia y enfrentarse al Estado Islámico (ISIS). El 10 de octubre de 2016, recibió el premio Vaclav Havel de Derechos Humanos del Consejo de Europa y el 27 del mismo mes fue premiada con el Sájarov a la Libertad de Conciencia. Murad señaló en un comunicado difundido en Washington que con ese premio, «el mundo libre condena la inhumanidad criminal del grupo Estado Islámico y honra a sus víctimas».
El 4 de noviembre, recibió el premio Battle of Crete Award for courage dado por The Washington Oxi Day Foundation, premio otorgado a mujeres con la entereza de proteger y promover la libertad. Días después, participó en la gala de las Mujeres del Año (14 de noviembre de 2016) en la cual se reconoció su lucha contra la violencia sexual y la trata de personas a manos de ISIS. Cerrando el año, la activista se presentó ante al parlamento canadiense. Este, para ese entonces, estaba discutiendo el fenómeno migratorio de los refugiados. Murad escribió una carta al parlamento para que estos brindaran apoyo a los refugiados yazidíes que llegaran al país.
El 7 de noviembre de 2017, fue puesto a la venta su libro “Yo seré la última: Historia de mi cautiverio y mi lucha contra el Estado islámico”, publicado por Crown Publishing Group, una memoria en la que relata de manera detallada lo pasado en la toma de Kocho en 2014, su tragedia y la de miles de mujeres que fueron esclavas de los yihadistas del Estado Islámico (ISIS). Murad ha mencionado varias veces que el relatar su historia no es algo que le agrade. Sin embargo, sabe que su relato es de gran importancia para la concientización sobre esta realidad.
La defensa de la comunidad yazidí la llevó a fundar la Nadia’s Initiative, un programa dedicado a dar apoyo a los sobrevivientes del genocidio y del tráfico de personas y a ayudarlos a reconstruir sus comunidades. A través del programa, Murad comparte la lucha de muchos activistas que, como ella, tratan de llevar a los criminales del autodenominado Estado Islámico ante la justicia. Ahora bien, Murad continúa su labor como activista dando conferencias y asistiendo a varias ceremonias en las cuales se resalta la importancia de una respuesta activa de la comunidad internacional en favor de las víctimas del Estado Islámico (ISIS).
La activista yazidí ha conocido y debatido con grandes personalidades y líderes políticos, tales como los diputados del parlamento canadiense, Hillary Clinton y el Papa Francisco. Este último, durante una audiencia en la Plaza de San Pedro el 5 de marzo de 2017.
Nadia Murad, Premio Nobel de la Paz
El 5 de octubre de 2018, se dio a conocer que obtenía el Premio Nobel de la Paz junto a Denis Mukwege, médico y ginecólogo congoleño, por su lucha contra la violencia sexual como arma de guerra. En la ceremonia se reconoció que Murad «tuvo el extraordinario coraje de contar su propio sufrimiento y de ayudar a otras víctimas», pues Murad no solo da voz a las víctimas, también les proporciona ayuda psicológica y económica para que puedan rehacer sus vidas a través de su fundación (Nadia’s Initiative).
En su discurso de agradecimiento dado desde Washington, Murad, quien ahora tiene 25 años y ha compartido su historia por alrededor de seis años, se mostró conmovida por el reconocimiento. Sin embargo, enfatizó que el premio no era suficiente, pues se necesita una respuesta internacional que lleve al fin del conflicto y los vejámenes del autodenominado Estado Islámico contra la comunidad yazidí.
El lunes 10 de diciembre de 2018, junto a Denis Mukwege, recibiría el Nobel de la Paz en el ayuntamiento de Oslo, en Noruega.
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