12 Dic
Novecentismo y Vanguardias: Características y Autores
Características del Novecentismo
- Intelectualismo y rechazo del sentimentalismo: El arte es independiente del sentimentalismo.
- Deshumanización del arte: El arte debe existir como algo independiente y puro.
- Europeísmo y rechazo del casticismo de la Generación del 98.
- Reflexión serena sobre la necesidad de modernizar España.
- Presencia en la vida cultural y política: Los autores son hombres públicos, políticos, profesores y periodistas.
- Ideal universalista, cosmopolita y preferencia por la cultura urbana.
- Esteticismo: Distanciamiento entre el arte y la vida.
- Preocupación formal: Interés por la obra bien hecha.
- Practican una literatura orientada a la serenidad clásica, con un lenguaje depurado y selectivo, y un público minoritario.
- Se inclinan preferentemente por la prosa poética, la poesía y el ensayo.
El Ensayo Novecentista
Destaca José Ortega y Gasset, filósofo, autor de La deshumanización del arte, donde expone las teorías estéticas que servirán de base a las vanguardias, y La rebelión de las masas. Otros ensayistas destacados son Eugenio d’Ors, Manuel Azaña y Gregorio Marañón.
La Novela Novecentista
Los novecentistas llevan a cabo una renovación basada en la fusión de lo narrativo y lo ensayístico, la originalidad en el tratamiento de las estructuras y el lenguaje, y la preferencia por la vida urbana y moderna. Destacan:
- La novela intelectual y crítica de Ramón Pérez de Ayala (Belarmino y Apolonio).
- La novela lírica, con una prosa artística llena de sugerencias y sensaciones, de Gabriel Miró (Nuestro Padre San Daniel y su continuación, El obispo leproso), con descripciones delicadas; no importan las ideas, sino las sensaciones.
- Wenceslao Fernández Flórez practica una novela humorística y casi esperpéntica que manifiesta crítica y pesimismo; su mejor obra es El bosque animado.
La Poesía Novecentista: Juan Ramón Jiménez
Los posmodernistas inician el camino hacia una poesía pura, centrada en la perfección. Además de León Felipe, la gran figura es Juan Ramón Jiménez, quien plantea su poesía como una búsqueda de belleza y de eternidad. Él mismo distingue en su obra tres etapas:
- Etapa sensitiva: Pasa del posromanticismo becqueriano, intimista y simbolista (Arias tristes, 1903) a un modernismo más sensorial (La soledad sonora). Los temas son la naturaleza, la soledad y la muerte.
- Etapa intelectual: Su poesía reduce la adjetivación y las alusiones sensoriales para volverse más breve y conceptual. Se abre con Diario de un poeta recién casado (1916) y se cierra con La estación total.
- Etapa suficiente: Canta en tono gozoso la identificación de la palabra poética con la divinidad. Destaca Dios deseado y deseante.
Ramón Gómez de la Serna y las Greguerías
Este escritor es el eslabón entre el novecentismo y los movimientos de vanguardia, que introduce en España con su traducción del Manifiesto futurista de Marinetti. Además de escribir peculiares novelas, ensayos y obras teatrales, destaca por sus greguerías, piezas breves que mezclan humor y metáfora. En ellas muestra perspectivas inéditas de la realidad, buscando la sorpresa y acercándose al absurdo. Dos ejemplos: «La castañera asa los corazones del invierno» o «Roncar es tomar ruidosamente sopa de sueño».
Las Vanguardias en España
Las vanguardias europeas llegaron a España con su afán de romper con las tradiciones. Tras una primera fase optimista y marcada por la deshumanización del arte, en la que triunfan el ultraísmo y el creacionismo, se pasa a una rehumanización (vuelta a la expresión de contenidos humanos, en este caso oníricos y del subconsciente) marcada por el surrealismo. Después, las urgencias políticas de los años 30 harán que las vanguardias en España se vayan diluyendo.
Ultraísmo y Creacionismo
El ultraísmo y el creacionismo se manifestaron sobre todo en tertulias y revistas. El primero pretendía eliminar de la poesía los sentimientos y la lógica, y presentar los signos del mundo. Su principal impulsor y figura fue Guillermo de la Torre, autor del libro Hélices. El creacionismo, introducido en España por el poeta chileno Vicente Huidobro, usa procedimientos similares, con la idea de que el poema debe ser «intraducible a la prosa» y debe juntar palabras que nunca antes hayan coincidido. Influyó fuertemente en un poeta del 27, Gerardo Diego.
El Surrealismo
Más tarde se introdujo el surrealismo, con su idea de hacer aflorar, mediante imágenes irracionales, el mundo del subconsciente. El surrealismo en España fue menos radical que el francés, y supuso una reacción frente a la poesía pura de Juan Ramón. Influyó en poetas del 27 como Lorca, Alberti, Cernuda y, sobre todo, en Vicente Aleixandre.
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