12 Jul
La novela desde 1939 hasta los años 70: tendencias, autores y obras representativos.
NARRATIVA EN LA DÉCADA DE LOS 40
En la década de 1940 encontramos autores como Torrente Ballester en la corriente política de la novela idealista; y a Camilo José Cela, Carmen Laforet y Miguel Delibes en la novela existencial y el tremendismo.
La novela existencial se caracteriza por reflejar la miseria moral y material, así como a la frustración que produce el ambiente de posguerra, además lo existencial se convierte en uno de los temas fundamentales de la narrativa.
En ella encontramos personajes desarraigados y desilusionados, y en los que la desorientación, la hostilidad de la vida y la angustia forman parte de lo cotidiano de sus vidas.
Destacamos las novelas: Nada (1944) de Carmen Laforet (Premio Nadal): la trama recoge hechos cotidianos ambientados en una Barcelona, dominada por la resignación y los rencores ocultos y en donde la casa familiar se convierte en un símbolo del ambiente moral degradado. Otra novela importante es La sombra del ciprés es alargada (1948), Miguel Delibes, novela ambientada en Ávila y en donde rige un ambiente de hipocresía.
En esta misma década encontramos la técnica del tremendismo, cuyas novelas reflejan los aspectos más desagradables y brutales de la realidad para efectuar una reflexión profunda sobre la condición humana. Destacan La familia de Pascual Duarte (1942), de Camilo José Cela, esta novela narra un cúmulo de críMenes y de atrocidades que parecen verosímiles.
NARRATIVA EN LA DÉCADA DE LOS 50: EL Realismo SOCIAL
La publicación de La colmena de Cela (1951) marcó el paso a una novela de contenido social y realista, donde los relatos se llenaron de testimonios de personajes de clases trabajadoras que padecen una situación de injusticia y explotación. Las carácterísticas principales de estas novelas fueron:
– Influencias literarias del Realismo y Naturalismo del XIX, el objetivismo francés y el neorrealismo italiano.
– Reflejo de España, a raíz de la dictadura.
– Personajes tipo o colectivos, carentes de protagonismo y sin complejidad psicológica.
– Narrador objetivo, en 3 persona y con un enfoque crítico. – Estructura lineal. – Espacio rural o urbano. – Lenguaje sobrio y claro. El tema de la novela es la propia sociedad española: la dureza de la vida en el campo, las dificultades de la transformación de los campesinos en trabajadores industriales; la explotación del proletariado y la banalidad de la vida burguesa. El estilo de la novela realista es sencillo, tanto en el lenguaje como en la técnica narrativa, se pretende llegar a un amplio público. Los contenidos testimoniales o críticos son más importantes.
1 Destacan los siguientes autores:
– Ignacio Aldecoa, que destaca con sus cuentos de trama condensada y tensa, como “Young Sánchez” o “Seguir de pobres”.
– Rafael Sánchez Ferlosio, con El Jarama, donde el narrador se limita a mostrar con fidelidad los actos y palabras de los personajes en su día de excursión. – Carmen Martín Gaite.
LA NOVELA DE LOS AÑOS SESENTA. EL EXPERIMENTALISMO Durante la década de los sesenta se detecta un cierto agotamiento del Realismo social y una clara evolución hacia la experimentación y la renovación. Esta nueva actitud creadora estaba influenciada por la literatura del boom hispanoamericano, así como por autores norteamericanos como Kafka, Proust y Joyce.
Los temas de estas novelas experimentales suelen ser el tiempo y la identidad, que reconstruyen la memoria del narrador a través de momentos como la infancia, la adolescencia y la guerra. No se abandonan los problemas sociales pero la intención crítica es más humorística o irracional. Los autores persiguen una creación subjetiva y autónoma, y para ello emplean técnicas narrativas nuevas y más complejas que exigen un esfuerzo interpretativo por parte del lector. Destacan las técnicas:
1. Cronología desordenada, se recurre con frecuencia a la elipsis, analepsis y prolepsis
2. Fragmentación, del discurso y la estructura narrativa
3. Protagonista individual, desparece el colectivo social y aparecen personajes intelectuales con cierta conciencia crítica y en conflicto con las circunstancias. 4. Punto de vista múltiple, la narración no se limita a una sola perspectiva. 5. Estilo indirecto libre y monólogo interior, perdiendo importancia el diálogo en favor de las técnicas que se sumergen en la mente de los personajes.
Me gustaría destacar dos autores: – Luis Martín Santos, cuya novela Tiempo de silencio (1961).
– Juan Benet con su novela Volverás a Regíón (1967),
La novela desde 1975 hasta nuestros días: tendencias autores y obras representativos.
Con la muerte de Franco y la llegada de la democracia, la vida cambia sustancialmente en nuestro país. A esta transformación contribuyeron la generalización de las libertades, el acercamiento cultural y económico al resto de Europa, y el poder que adquieren los grandes grupos de comunicación de masas. En lo que respecta a la literatura, el ambiente de libertad permitíó un mejor conocimiento de la literatura española en Europa y de la literatura occidental en España.
La narrativa tardó en recuperar una nueva orientación tras el experimentalismo de los sesenta, pese a la desaparición de la censura lo que supuso la publicación de novelas españolas prohibidas, expurgadas o inéditas en nuestro país.
Tal vez los aspectos más significativos de la novela española en los últimos treinta años son:
a) El carácter aglutinador. Acoge diversas tendencias, modalidades, discursos, temas… b) La individualidad. Cada novelista elegirá la orientación que le resulte más adecuada para encontrar un estilo propio con el que expresar su mundo personal.
C) El interés por la trama y el choque entre la sociedad y el individuo
D) La importancia de la memoria en la construcción de la historia
NOVELA POEMÁTICA
No se trata de novela «poética», ni de novela «lírica». Poemática sería la novela que tiende a integrar un conjunto de las virtudes del texto poético por excelencia: el texto en verso (épico, dramático, lírico, temático), espacio íntimo, tiempo rítmico, acción como vehículo de conocimiento, exploración de las fronteras entre lo perceptible y lo oculto, personajes insondables, narrador omnímodo y un lenguaje que más que decir lo visto canta lo soñado.
A tal modelo parecen responder todas las novelas de Juan Benet y, por tanto, su obra maestra: Saúl ante Samuel. Caballero Bonald con Ágata ojo de gato; Miguel Espinosa con Escuela de mandarines; Juan García Hortelano con Los vaqueros en el pozo de y La comunión de los atletas de Molina Foix.
NOVELA HISTÓRICA
En este género se engloban diferentes textos que sitúan la acción en el pasado. Los acontecimientos históricos sirven para la reflexión sobre los problemas universales y para hacer una revisión crítica de la época. En ocasiones adoptan una perspectiva irónica y desmitificadora como en Fabulosas narraciones por historias, de Antonio Orejudo o Las máscaras del héroe, de Juan Manuel de Prada.
Estos relatos han sido, sin duda, los de mayor éxito editorial desde los años ochenta hasta nuestros días. Destacan: El húsar y El capitán Alatriste, de Pérez Reverté; Mansura, de Félix de Azúa o La vieja sirena, de José Luis Sampedro.
Además, la Guerra Civil española y la posguerra han sido el marco de muchos relatos. Destacan los títulos: Beatus Ille, de Antonio Muñoz Molina; Soldados de Salamina, de Javier Cercas;
NOVELA DE MEMORIAS
El género de las memorias propiamente dichas ha sido una constante durante estas cuatro décadas de democracia; primero de la mano de los escritores exiliados, como Rosa Chacel y Francisco Ayala. En cuanto a los escritores de la Generación del 50 o del medio siglo: El cuarto de atrás, de Carmen Martín Gaite, Premio Nacional de Narrativa 1978, es una obra emblemática de esta corriente testimonial: en una noche desapacible, la escritora recibe la visita de un misterioso personaje con el que dialoga sobre sus recuerdos de juventud, ambientados unas veces en escenarios reales de Salamanca y otras en lugares imaginarios.
De las etapas de Carmen Martín Gaite debemos destacar:
1. Primera etapa (hasta 1970). Realismo e introspección
2. Segunda etapa (1970-1990). La búsqueda del interlocutor
3. Tercera etapa (a partir de 1990). Del cuento maravilloso a la escritura del yo
La memoria de una generación y el compromiso son los temas básicos de esta corriente, en la que se encuadran grandes novelistas como Rosa Montero, con Te trataré como a una reina, que supone una defensa de la condición femenina, y Luis Mateo Díez, con La fuente de la edad, en donde critica de forma lírica y humorística la vida provinciana.
En algunos casos estas obras son claramente representativas de la generación que pasó del compromiso político en los sesenta al desencanto de los ochenta y la decepción política por el rumbo que tomaba la joven democracia española.
La novela desde principios del Siglo XX hasta 1939: tendencias [noventayochista, novecentista], autores y obras representativos.
LA NOVELA DE LA GENERACIÓN DEL 98
Inicialmente se formó por el llamado Grupo de los Tres (Baroja, Azorín y Maeztu), entre los integrantes más significativos de este grupo podemos citar a Ángel Ganivet, Miguel de Unamuno, Enrique de Mesa, Ramiro de Maeztu, Azorín, Antonio Machado, los hermanos Pío y Ricardo Baroja, Ramón María del Valle-Inclán y el filólogo Ramón Menéndez Pidal. Que se caracterizan porque incorporan a su obra una reflexión sobre la esencia de España basada en su tradición histórica y cultural. Otros los llaman «generación finisecular». La principal fuente de inspiración de los noventayochistas es Castilla, a la que ellos consideran el corazón de la identidad hispana. Sus rasgos principales rasgos son:
1.- Denuncia de los males de España: el caciquismo, el hambre y la ignorancia..
2.- Pesimismo ante la situación histórica (el desastre colonial de 1898) y ante el desmoronamiento de los valores sociales y espirituales.
3.- Influencia de la filosofía: los planteamientos existencialistas de Kierkegaard y Schopenhauer (el escepticismo, la vida como algo absurdo y carente de sentido)
4.- El dolor de España y Castilla como profundo símbolo de patriotismo casticista 5.- Renovación estética o del estilo mediante:
A) El subjetivismo o antirrealismo: no se persigue, como en la estética realista, la reproducción exacta de la realidad, sino la expresión de la realidad interior.
Unamuno (1864-1936)
Unamuno acuñó el término “nivolas»; Unamuno se sirvió de la novela para dejar testimonio de su intimidad agónica, para la reflexión sobre sus ideas obsesivas sobre la religión, la vida, la muerte y la propia conciencia. Para ello interviene en el relato, dialoga con sus personajes, los convierte en símbolos, interpela al lector…
Los temas de sus novelas son:
– La decadencia de España
– El tiempo y la muerte
– La vida como agonía
En 1914 publica la que, sin duda, es su mejor novela: Niebla. Lo que más sorprende al lector de esta obra es la utilización del conocido juego vida-literatura: Augusto Pérez, el protagonista de la novela, se enfrenta con su creador en un ambiente de confusión entre lo que es verdad y lo que es ficción. Unamuno también se sintió atraído por el tema de la lucha entre hermanos, por la historia bíblica de Caín y Abel. Este motivo fratricida sirve de base a su novela Abel Sánchez (1917).
Tras La tía Tula (1921), Unamuno publica San Manuel Bueno, mártir (1930). En esta obra cuenta la historia de un cura de pueblo que ha perdido la fe, pero que aparenta tenerla para que sus feligreses mantengan intactas sus creencias religiosas.
De sus ensayos, destacan: En torno al casticismo (1895) en donde explora el concepto de intrahistoria. Y Del sentimiento trágico de la vida (1913).
VALLE INCLÁN (1866-1936)
Dos estilos definen la obra de Valle: Modernismo y esperpento. Los años iniciales están marcados por la tendencia modernista y representados por las cuatro Sonatas, subtituladas Memorias del Marqués de Bradomín: Sonata de otoño (1902), Sonata de Estío (1905), Sonata de Primavera (1904) y Sonata de invierno( 1905); supuestas memorias del Marqués de Bradomín, una especie de donjuán, «feo, católico y sentimental». De esta primera época también es la trilogía de La guerra carlista (1908/1909). Entre las obras marcadas por el esperpento destaca la que sin duda, es una de las mejores novelas de la primera mitad
1
del Siglo XX, Tirano Banderas (1926). Por último las tres novelas del «Ruedo ibérico» (1927-1932) reflejan la historia y vida de nuestro país desde el reinado de Isabel II hasta el desastre del 98.
JOSÉ MARTÍNEZ RUIZ: AZORÍN (1873-1967)
Entre sus preocupaciones literarias destacamos:
– La necesidad de regeneración de España
– La preocupación del paso del tiempo
– El enfrentamiento entre realidad y abulia
– La contemplación del paisaje
En las novelas de Azorín la narración se fragmenta en instantáneas que congelan el tiempo y captan la impresión del instante. Ejemplo de novela impresionista son La voluntad, Antonio Azorín, Confesiones de un pequeño filósofo Más tarde escribe Don Juan (1922) y Doña Inés (1925), en las que se describe minuciosamente el ambiente y la sensibilidad de los personajes.
PÍO BAROJA (1872-1956)
Sus novelas se caracterizan por los siguientes pensamientos:
1. La influencia de corrientes filosóficas. El vitalismo de Nietzsche y el pesimismo de Schopenhauer configuró su visión sobre la vida. Reflexiónó sobre el sufrimiento de la existencia y afirmó que solo se puede solucionar con una actitud de resignación que lleva a la ataraxia.
2. El escepticismo. Esta actitud de sus personajes refleja la crisis espiritual y el agnosticismo de Baroja que reflexiona sobre su incapacidad de creer en Dios ni en el ser humano.
Estos influyeron en una serie de temas recurrentes:
a) El vacío vital. La preocupación trascendental se refleja hasta en sus personajes más activos. B) La falta de sentido. Muchos de sus personajes llegan a aceptar el sinsentido de esta vida. C) La situación de España. Reflejada en el espacio de sus novelas.
De su recorrido literario, cabe destacar:
Primera etapa. Sus obras reflejan las inquietudes propias de la Generación 98. Destaca la trilogía de La lucha por la vida y las novelas El árbol de la ciencia, Las inquietudes de Shanti Andía y Zalacaín, el aventurero.
Segunda etapa. En donde se ve una preferencia por la novela histórica. Memorias de un hombre activo; Los amores tardíos
Antonio Machado Como intelectual, poeta y ensayista fue un defensor convencido de la libertad intelectual y los valores éticos y humanos fundamentales. Tuvo un firme compromiso con la República hasta el punto de tener que exiliarse al final de la Guerra Civil, muriendo en Francia en 1939. Su obra es principalmente poética y se inserta en el Modernismo.
NOVELA NOVECENTISTA (GENERACIÓN DEL 14)Destacaremos a los escritores que introducen novedades importantes en el tratamiento de las novelas. Y entre ellos los principales serán Ramón Pérez de Ayala y Gabriel Miró. Gran influencia tendrá la figura de Ramón Gómez de la Serna, pero más en el terreno de la poesía. Todos estos autores suponen una superación de los patrones o esquemas narrativos anteriores.
• GABRIEL MIRÓ. Destacan sus obras Nuestro Padre San Daniel (1921), y El obispo leproso (1926). • RAMÓN PÉREZ DE AYALA (1888-1962). Sus primeras cuatro novelas, Tinieblas en las cumbres (1907), A.M.D.G (1910), La pata de la raposa (1912). En los años veinte escribe novelas intelectuales como Belarmino y Apolonio (1921).
• RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA. La base de su producción literaria es la greguería, frase o apunte breve que encierra una pirueta verbal o una metáfora insólita: «Humorismo + Metáfora = Greguería». En cuanto al ensayo, el novecentismo contó con autores como: – JOSÉ Ortega Y Gasset, gran difusor de las preocupaciones novecentistas. Fundó la revista España y Revista de Occidente. – EUGENIO D´ORS, gran impulsor de las novedades estéticas e ideólogo del noucentisme. Destaca su obra Glosari.
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