19 Nov
LA LÍRICA EN LOS SIGLOS XVIII Y XIX
La lírica del siglo XIII
•Barroquizante:
Primeros decenios del XVIII.
Imitación de la lírica barroca.
José León y Mansilla, autor de la Soledad tercera.
•Rococó:
Poesía de salón, frívolá y sensual.
Uso del canto a los placeres de la vida.
Utilización de la letrilla, el romance y la silva.
Temas: amor, amistad, alegría de los convites, danzas y bailes.
Cadalso, Ocios de mi juventud.
•Neoclásica:
Control de la imaginación y el ornato (decorar mucho).
Sometimiento a la regularidad.
Recursos expresivos sin excesos.
Temas renacentistas: mitología, amor, épica y bucolismo.
García de la Huerta, Endimión.
Meléndez Valdés, Égloga en alabanza de la vida del campo.
•Ilustrada:
A partir de 1770.
Poesía para vehicular las ideas ilustradas: nuevos criterios morales, Racionalismo, progreso, etc.
Control de la emoción y de la ornamentación.
Carácter prosaico (más normal/vulgar).
Temas:
poesía filosófica, didáctica, político-social, religioso-moral, civil y patriótica.
poesía filosófica, didáctica, político-social, religioso-moral, civil y patriótica.
Cándido María Trigueros, El poeta filósofo.
Tomás de Iriarte, Fábulas literarias.
•Prerromántica:
Finales del Siglo XVIII.
Poesía reflexiva, intimista, en la que el sentimiento adquiere importancia.
Abundancia del llanto, la queja, la pena, la angustia.
Abundancia de apóstrofes, exclamaciones, vocativos, exceso de adjetivación.
Meléndez Valdés, Mis desengaños.
Conde de Torrepalma, Las ruinas. Pensamientos tristes.
La lírica en el Siglo XIX
La poesía clasicista
En los primeros treinta años del Siglo XIX se mantiene el neoclasicismo presente en la Escuela de Sevilla, surgida en torno a la Academia Particular de Letras Humanas a la que pertenecieron, entre otros, Alberto Lista, José María Blanco y José Marchena. Eran sacerdotes, ilustrados, afrancesados, admiradores de la cultura grecolatina, decididos continuadores de la escuela sevillana renacentista de Francisco de Herrera y seguidores de la poesía inglesa, ante todo de Alexander Pope. Estos rasgos de manifiestan en el mantenimiento de los géneros clásicos de la épica, la égloga, la fábula, la elegía y en estrofas como la silva, el soneto o la octava real. Desarrollan temas filosóficos como el humanitarismo, la tolerancia, el rousseaunismo, pero también novedosos como el destierro o la libertad. Además del grupo sevillano, Salamanca constituye un polo importante de clasicismo próximo a la formación académica, entre cuyos autores destaca, ante todo, Manuel José Quintana, pero también Juan Nicasio Gallego o José Somoza.
La poesía ROMántica. José de Espronceda
Rasgos de la poesía
•Introducción del “byronismo” y del ideal ROMántico de la poesía total, con límites borrosos entre poesía y prosa, literatura y filosofía.
•Combinación de la expresión del sentimiento con la lucha social o la indagación del conocimiento.
•Incorporación de los marginados en la poesía: piratas, reos de muerte, mendigos, prostitutas.
•Introducción del satanismo y del escepticismo religioso y sentimental.
•Carácterísticas de su obra:
Predominio del yo.
Mezcla de tonos y registros.
Fragmentación de la estructura.
Ruptura de la “falacia artística”.
El estudiante de Salamanca es un poema narrativo de carácter legendario. Retoma el mito de don Juan, pero lo convierte en un símbolo de negación de la religión y en una indagación sobre el misterio de la vida y del hombre. Está dividido en cuatro partes que narran los lances y aventuras del protagonista, don Félix de Montemar, el abandono de Elvira…
El diablo mundo es un poema narrativo inacabado, compuesto por octavas reales. Está dominado por el fragmentarismo, la digresión, el alegorismo, el dramatismo de la acción y el colorismo de los escenarios, con una extensa variedad de temas y registros. Cabe destacar la elegía Canto a Teresa escrita en octavas reales en la que muestra el duelo por la muerte de la amada, al tiempo que también es el llanto por la pérdida de las ilusiones del yo poético.
Nuevas tendencias. Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro
Rasgos de la poesía de finales del Siglo XIX. Renovación poética
•Limitación de la retórica ROMántica.
•Uso de un lenguaje sencillo, cercano al cotidiano.
•Preferencia por un ritmo suave, estrofas elementales, rimas asonantes y el verso blanco.
•Predominio del sentimiento por encima de la razón y la imaginación en una poesía cercana a la gente humilde, cuyas costumbres describen.
• Modelos: Campoamor y el Romanticismo alemán, ante todo Heine.
Gustavo Adolfo Bécquer
Su primera rima fue Tu pupila es azul. En su poesía hay un intento por borrar los límites entre poesía culta y popular. Predomina la estrofa breve que evoca las canciones de Jorge Manrique y la lira clásica.
Rosalía de Castro
El primer libro que público fue La flor, en el que sigue los dictados del Romanticismo de Espronceda. Los siguientes libros los escribirá en gallego Cantares Gallegos y Follas Novas en los que reivindicaba el gallego como lengua poética y de cultura.
En su última obra, En las orillas del Sar, escrita en castellano, tiene una temática que se basa en la amargura, la desesperanza, el Nihilismo y las dudas de la fe. Las estrofas tienen un número variable de versos y hay libertad métrica, aunque abundan los versos alejandrinos y la rima consonante o el verso blanco.
LA NARRATIVA EN LOS SIGLOS XVIII Y XIX
La narrativa del Siglo XVIII
Narrativa barroquizante
•Cronología. Primera mitad del Siglo XVIII.
•Rasgos:
Se repiten los géneros del siglo anterior (novelas bizantinas, cortesanas, quijotescas…).
Traducciones adaptadas de novelas extranjeras como el Telémaco, de Fénelon o el Gil Blas de Santillana, de Lesage.
•Diego de Torres Villarroel:
Visiones y visitas de Torres con don Francisco de Quevedo por la Corte:
Imitación de la literatura satírica y alegórica de Quevedo.
Dominio lingüístico extraordinario.
Escenas extravagantes, llenas de humor y artificio.
Vida, ascendencia, nacimiento, crianza y aventuras del doctor don Diego de Torres Villarroel:
Biografía novelada siguiendo el modelo de la novela picaresca.
Precedente de la autobiografía burguesas del hombre hecho a sí mismo.
• José Francisco de Isla:
Historia del famoso predicador fray Gerundio de Campazas, alias Zotes:
Modelo de los exempla medievales, mediante una estructura ternaria.
Agudas observaciones sobre la vida social mediante cuadros de costumbres que somete a crítica.
Supersticiones de la vida conventual y de los clérigos y escepticismo en materias filosóficas y científicas.
Renovación narrativa
•Cronología. A partir de 1780.
•Rasgos:
Alejamiento del didactismo y la moralina (la falsa moral).
Novela como expresión de los propios impulsos. Se subraya el sentimentalismo y la mera diversión.
•Pedro Montengón:
Eudoxia, hija de Belisario:
Novela histórica que se presenta como una biografía intimista, sentimental.
Plantea el tema de la educación de las mujeres.
El Eusebio:
Novela pedagógica.
Su protagonista, el huérfano Eusebio, viajará por diversos países buscando la virtud, la paz y la felicidad.
Mezcla de elementos: el viaje, lo exótico, las ideas rousseaunianas…
Alterna la sencillez de un relato lineal con la demora en las reflexiones.
•José Cadalso:
Noches lúgubres:
Claro signos del Romanticismo como el patetismo expresivo, el subjetivismo y un desesperado individualismo, en un ambiente siniestro: cementerio, sepulcros, tinieblas, cárcel.
Estructurada en tres noches. Se presenta en forma de diálogo.
La narrativa del Siglo XIX
Tendencia ROMántica
La primera expresión de la narrativa ROMántica es la novela histórica. En ella se describe una ruptura entre el individuo y la sociedad. Se distinguen dos tendencias: una liberal y otra tradicionalista, aunque en ambas el final del héroe trágico.
Tendencias de la novela histórica decimonónica
•Tendencia liberal:
Expresión de un ideal revolucionario.
El individuo se muestra capaz de transformar el mundo.
José de Espronceda: Sancho Saldaña o el castellano de Cuéllar.
Mariano José de Larra: El doncel de don Enrique el doliente.
•Tendencia tradicionalista:
Centradas en un pasado histórico, preferentemente medieval.
Exaltación nostálgica de los valores tradicionales.
Enrique Gil y Carrasco: El señor de Bembibre.
El Romanticismo español recupera el poema épico del Siglo XVII al que vio un doble tratamiento: la recuperación de temas históricos y la vertebración de una narrativa fantástica. En el primer caso cabe señalar El moro Expósito del duque de Rivas, escrita en endecasílabos, en la que refleja la leyenda de los Infantes de Lara y la historia de la venganza de Mudarra. La tendencia fantástica, cultivada también por Rivas y Zorrilla, tiene como principal exponente a José de Espronceda. Gustavo Adolfo Bécquer retomará esta vertiente fantástica y legendaria en sus célebres Leyendas, escritas en prosa, en las que une a la fantasía, un sutil lirismo con dosis de tradición popular, romanesca y cierto costumbrismo.
Tendencia costumbrista
El costumbrismo es un género literario ROMántico basado en la descripción de formas de vida colectiva, de ritos y hábitos sociales que entronca con el sentimiento nacionalista y con la preocupación por fijarlo típicamente español.
El costumbrismo presenta dos tendencias: una conservadora, defensora de los valores tradicionales; y otra satírica, representada por Mariano José de Larra.
Evolución narrativa hacia 1850
•Protagonistas que sufren alguna evolución en sus caracteres y en sus funciones narrativas.
•Se introducirá el desarrollo y transformación del mundo novelesco.
•Novela anclada en el dualismo moral y político.
La figura más sobresaliente de esta tendencia fue Cecilia Böhl de Faber, quién firmo con el pseudónimo de Fernán Caballero. Destacan las novelas La Gaviota, La familia de Alvareda y Un verano en Bornos.
Tendencia realista
Carácterísticas del Realismo
•Ilusión de objetividad.
•Creación de una actitud reflexiva y moral en el lector.
•Búsqueda de verosimilitud y objetividad mediante descripciones que producen un ritmo pausado de la acción.
•Complejidad de los personajes. Se realizan análisis de su psicología, husmeando en sus deseos y en sus ideas.
•Utilización de un diálogo cercano a la “naturalidad”.
•Recurrencia a lo subconsciente.
•Interacción del individuo con la sociedad.
•Construcción de mundos de vidas que se entrelazan.
•Técnica del perspectivismo.
•Lenguaje naturalizado o coloquial.
José María Pereda y Pedro Antonio de Alarcón
José María Pereda presenta la visión de la clase media rural y la burguésía que ve la desaparición de los valores tradicionales ante la irrupción de la nueva sociedad moderna. Los personajes se muestran poco más allá del estereotipo, apenas hay trama. Obras: De tal palo tal astilla, una visión ultracatólica del matrimonio; Sotileza y Peñas arriba.
Pedro Antonio de Alarcón se mueve entre un Romanticismo tardío y un costumbrismo moralizador. Un ejemplo de su eclecticismo es El sombrero de tres picos. Otra importante obra fue El niño de la bola, una trama melodramática llena de descripciones de costumbres andaluzas.
Juan Valera
Fue un liberal escéptico de la alta sociedad, partidario de la modernización social y económica del país. Su obra es un tanto excéntrica. La obra más importante es Pepita Jiménez, dividida en dos partes: la primera epistolar (cartas) y la segunda en estilo indirecto. Y trata de la historia de la atracción amorosa de un seminarista por una viuda.
Benito Pérez Galdós
Su producción narrativa se divide en tres etapas:
Claves narrativas de la primera etapa: Doña Perfecta
•Contraposición de dos visiones de la vida: el progreso y la libertad contra el inmovilismo y la intolerancia.
•Los personajes representan a un grupo social.
•Utilización de diversas formas narrativas.
•Variaciones del punto de vista del narrador.
•Alterna el narrador omnisciente con el narrador objetivo, testigo de los hechos.
Claves narrativas de la segunda etapa
•Desaparece la localización imaginaria de las obras. Surge Madrid cómo ciudad del universo novelesco.
•Se produce una evolución hacia un análisis más profundo de los personajes.
•El diálogo se decanta cada vez más hacia la reproducción del habla (coloquial) con el uso de modismos (refranes).
•Los personajes y los acontecimientos se convierten en trasuntos simbólicos de la España de la restauración, a través de la carga simbólica.
•Reaparecen personajes de las obras anteriores.
•Se describe una sociedad vencida por la inmoralidad, la mediocridad, el materialismo, la hipocresía, el engaño y la falta de ideales.
Tercera etapa
Destacan dos obras: La incógnita y Realidad. La primera es una novela epistolar y la segunda, una novela dialogada, teatral. Ambas comparten personajes y temas y suponen un juego especular entre sí.
Leopoldo Alas, “Clarín”
La Regenta es considerada una de las grandes obras del Realismo español. Está dividida en dos partes: la primera abarca tres días en los que presenta una acción morosa, se detalla el ambiente y hay incursiones en el pasado; y la segunda, tres años.
En la primera parte se nos presenta la compleja red de personajes y espacios: Ana Ozores, Víctor Quintanar, Fermín de Pas y Álvaro de Mesía. La segunda parte va desarrollando las distintas relaciones que se establecen entre los personajes.
En esta obra se nos muestran diversas técnicas realistas con magistral ejecución: el estilo directo e indirecto, el monólogo interior, los diálogos denunciadores, las frases alusivas, el perspectivismo, los rasgos humoristas, la ironía y los rasgos prefreudianos.
Emilia Pardo Bazán
La autora gallega, la única de los novelistas que pertenecíó a la clase aristocrática, fue una firme defensora del Naturalismo. Su primera gran obra es La Tribuna, que no es una obra enteramente naturalista ya que no se percibe el determinismo. Más propiamente naturalistas serán sus obras Los Pazos de Ulloa y La madre Naturaleza.
EL TEATRO DE LOS SIGLOS XVIII Y XIX
Teatro del Siglo XVIII
El teatro barroquizante
dos autores serán los representativos de esta tendencia imitativa y barroquizante: Antonio de Zamora y José de Cañizares. La obra de Zamora supuso un cierto avance hacia el clasicismo y hay que destacar No hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague, en la que se propone una nueva incursión en el mito de don Juan.
José de Cañizares compuso una tragedia histórica.
La renovación teatral
La tragedia neoclásica
A partir de 1760 comienzan a producirse en la Academia del Buen Gusto las primeras tragedias pioneras como Ataulfo, de Agustín Montiano, o Guzmán el Bueno de Nícolás Fernández de Moratín. Se utilizaron episodios o leyendas en las que se remarca el patriotismo, la crítica a los comportamientos tiránicos de la monarquía y la espectacularidad en la escenificación.
La comedia de costumbres y el sainete
Nícolás Fernández Moratín inicia la comedia neoclásica con La petimetra, en la que ridiculiza a la mujer de clase media. Otro tema muy presente fue el de la educación de los jóvenes y los vicios matrimoniales, como La señorita malcriada o El señorito mimado.
Todos los temas de las comedias de costumbres tuvieron también su tratamiento burlesco en una nueva forma teatral: el sainete. Eran breves obras escritas en verso, con una estructura tenue y un tono satírico. El autor más representativo de estas piezas teatrales fue Ramón de la Cruz con obras como La pradera de San Isidro, o La casa de Tócame Roque.
La comedia sentimental
También llamada comedia lacrimosa. La trama tenía un final feliz, con un claro fin didáctico y moralizante. En España destaca la obra de Jovellanos: El delincuente honrado.
Leandro Fernández de Moratín
Es el representante genuino del teatro neoclásico.
En la comedia moratiniana se plasma una visión crítica de los comportamientos sociales. Escribíó cinco obras teatrales: El viejo y la niña, El barón, La mojigata, El sí de las niñas, La comedia nueva y El café.
La obra de Moratín
•La comedia nueva está dividida en dos actos en prosa y se ciñe estrictamente a las reglas de unidad neoclásicas: todo ocurre en un café aledaño a un teatro donde se va a representar una comedia heroica cuyo autor, con su familia y amigos, toma un almuerzo y esperan el éxito o el fracaso de la obra. El tiempo de la acción coincide con el de la ejecución de la pieza dramática, ofreciendo de esa forma una mayor verosimilitud.
•El sí de las niñas es considerada como la culminación de la producción dramática de Moratín. Toda la obra transcurre en una posada de la ciudad de Alcalá de Henares, a lo largo de diez horas y la acción se concentra en la concertación de la boda de Francisca. La obra trata de la inautenticidad de los matrimonios concertados sin la voluntad de los que se van a casar.
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