12 Feb

EL NATURALISMO


En sus técnicas narrativas es como el Realismo; pero el Naturalismo introduce una perspectiva nueva en el análisis del personaje. Esta perspectiva pretende proceder de las ciencias naturales. Su concepción del mundo niega la libertad humana: el ser humano es resultado de la herencia biológica y del medio social en el que se ha criado. En este marco predeterminado por la teoría, el personaje carece de voluntad propia y es juguete del azar de su herencia biológica y de un ambiente social que limita la expresión de esos caracteres biológicos. Pretende, además, aplicar el método experimental a la novela, esto es, situar a los personajes en una situación determinada y observar cómo se comportan. Se distinguió esta novela por prestar atención a los ambientes más sórdidos y a personajes tarados.

BENITO PÉREZ GALDÓS (1843-1920)

Autor muy prolífico. Se considera su obra dividida en tres grandes etapas.

Primeras novelas (1870-1878)

Son las llamadas “novelas de tesis”, que servían de propaganda a los grupos políticos en conflicto. En ellas, el protagonista suele encarnar los valores de un autor militante (en este caso liberal) opuestos a los valores de los grupos políticos rivales. El protagonista, liberal, inteligente, guapo, generoso y culto, suele ser víctima de los fanáticos religiosos, conservadores hipócritas y brutales. El argumento relata un conflicto que puede ser amoroso, pero que, en el fondo, es de base política. Sin embargo, las técnicas narrativas usadas son las del Realismo. Representan esta etapa Doña Perfecta (1876), La familia de León Roch (1878).

“Novelas españolas contemporáneas” (1881-1889)

Presta atención a las clases medias y al desenvolvimiento de su psicología individual y colectiva, con minuciosa captación de ambientes, abundancia de personajes de diferentes grupos sociales, peripecias secundarias abundantes, diferentes registros lingüísticos, numerosas descripciones. La acción de sus novelas se sitúa ahora en Madrid. Fortunata y Jacinta (1886-1887) es la obra cumbre de este período y de toda la obra galdosiana. Las dos protagonistas representan, respectivamente, la mujer natural, que se deja llevar por la pasión amorosa irracional, y la mujer que se somete al decoro y a las convenciones sociales, reconciliadas, finalmente, en el hijo de Fortunata. Al hilo de una historia de amor con numerosos avatares, Galdós presenta a la sociedad madrileña del período del Sexenio Revolucionario, justamente cuando las clases medias cosechan su último fracaso para tomar el poder y transformar la sociedad en su beneficio. La novela es toda una visión panorámica del mundo moderno en sus valores, procesos materiales y conflictos, a los que se atribuye la responsabilidad de los fracasos individuales. Los protagonistas acaban mal como consecuencia del intento de triunfar en una sociedad moralmente degradada por medio de valores ya extinguidos. 

Últimas novelas (1889-1909)


En este período, Galdós escribe novelas en que la realidad se presenta más opaca y problemática, menos transparente a la mirada del autor. A la vez, pone el acento en las soluciones espirituales, basadas en el sacrificio personal. Las formas narrativas cambian: son novelas dialogadas o epistolares, donde la subjetividad de los personajes se hace más patente a la vez que más enigmática. Entre ellas destaca Misericordia

“Episodios Nacionales”.-

Desde 1873 a 1909 Galdós escribió 46 novelas agrupadas en cuatro series de diez y una última de seis, que quedó inacabada. Las dos primeras series se escribieron durante el primer período, y se resienten de los mismos males que el resto de sus novelas de esta época, en que predomina la propaganda política. Las tres últimas se escribieron durante la tercera etapa, y muestran la maestría adquirida. En ellas va presentando de forma novelada la historia de España desde 1805 hasta 1868. Contienen una reflexión acerca del ser dividido y fratricida de España. A pesar de la abundancia de elementos folletinescos, también muestran técnicas innovadoras y experimentales. Además de sus novelas, también escribió teatro. Galdós mostró cuanto pudo de la sociedad española, recogiendo infinidad de ambientes y personajes. A la vez, fue un autor que experimentó con elementos narrativos nuevos, buscando la innovación y una comprensión más sutil y elaborada no solo de la sociedad, sino de la condición humana. Dickens, Balzac, Tolstoi, fueron algunos de sus más cercanos inspiradores. El estilo de Galdós es ágil, muy plástico y elaborado. Explota los coloquialismos y las frases hechas, que mezcla con expresiones de cuño cervantino, para dar variedad y para, frecuentemente, dedicar una sutil ironía a la burguesía madrileña. En ocasiones, resulta algo descuidado OTROS ESCRITORES.-
La generación de los escritores realistas españoles fue muy brillante y cuenta con muchos autores significativos. Los más importantes son:

Juan Valera:

Pepita Jiménez (1874)

Leopoldo Alas “Clarín”:

La Regenta (1884).

Emilia Pardo Bazán:

Los Pazos de Ulloa (1886)

Deja un comentario