19 Dic

Romance Morisco

Este texto analiza un romance de Lope de Vega, con versos octosílabos que riman en asonante los pares, quedando sueltos los impares. Esta es una estrofa típica de la poesía épica tradicional castellana. Lope utiliza una forma épica, con personajes supuestamente moriscos, para burlarse de sí mismo y de su relación con su amante, Elena Osorio. Tras los nombres de Zaide y Zaida, se esconden los protagonistas de la historia real. Elena era una mujer casada, pero con el marido ausente, hija del empresario teatral para el que comenzó a trabajar Lope. Parece ser que Lope explicó a un amigo suyo su relación con Elena, y la reputación de la mujer enseguida fue conocida por todo Madrid. Aunque Lope retó en duelo al amigo por no guardar su secreto, Elena, ofendida, denunció a Lope por calumnias, razón por la cual fue desterrado de la corte.

La estructura interna consta de dos partes:

  • El parlamento de Zaida, que reprocha a Zaide que se vaya de la lengua y no sepa guardar el secreto de su relación, eso sí, elogiando otras muchas virtudes de su amante.
  • Los últimos cuatro versos, en los que interviene la voz del narrador para cerrar con la amenaza de Zaida, es decir, Elena Osorio.

No hay demasiadas figuras retóricas, puesto que un romance es un ejemplo de poesía popular. Pero merecen destacarse, aparte del uso del campo semántico propio de los romances moriscos (cautivos, cristianos, alcaide, Tarfe, bencerraje, moro), las anáforas, polisíndeton y enumeraciones, metáforas (el gallo de las bravatas, la nata de los donaires, un alcázar en el pecho, en los labios un alcaide). Y, sobre todas ellas, la ironía, constante a lo largo del poema por alabarse a sí mismo y criticarse también de forma humorística, aunque con un fondo amargo, por boca del personaje de Zaida.

Suelta mi Manso, Mayoral Extraño

En este soneto, Lope vuelve a tratar un tema autobiográfico, pero de forma alegórica: el rico conde de Granvela seduce a su amante, Elena Osorio. Lope se dirige a él, reprochándole que le arrebate su “oveja”, ya teniendo él una (estaba casado). Considera que su “oveja” ha sido engañada por las riquezas, pero que en el fondo está enamorada de Lope y volverá a él. La alegoría consiste en utilizar símbolos (la oveja y todo lo que se refiere a ella) para representar el significado real (Elena y su relación amorosa) de manera sistemática. Granvela es el mayoral (pastor) malo, mientras que Lope es el buen pastor. Hay muchas referencias bíblicas, es habitual representar al alma como oveja y al pastor como Dios. En este caso, Lope quiere dejar en mal lugar a su enemigo y utiliza la simbología religiosa con un sentido de amor humano.

En cuanto a la estructura, hay que destacar el comienzo de los cuartetos, con una forma verbal en imperativo, instándole a dejar suelta y en paz a su “oveja”, y el principio de los tercetos con la anáfora del adverbio condicional, que introducen la descripción detallada y amorosa de la oveja y las pruebas de que es suya, como una argumentación para fundamentar su exigencia.

Ir y Quedarse, y con Quedar Partirse

El soneto se estructura como una larga enumeración en la que se describen, con verbos en infinitivo, los estados de ánimo del enamorado en la ausencia de la amada. De manera apasionada, se cierra la larga enumeración con la definición de lo que se ha descrito, en los dos últimos versos, con otra enumeración paralelística: ausencia, fuego, infierno. Es decir, la pasión amorosa.

Destacan las antítesis y paradojas del primer cuarteto en forma de quiasmo, la alusión al mito de Ulises y las sirenas, la comparación con la vela, las torres de arena que representan la fragilidad de las ilusiones, el mito bíblico del ángel caído para describir la desesperación de verse alejado del cielo que es estar junto a la persona amada, la locura de hablar solo, la ironía “fe y además paciencia”, la antítesis también irónica temporal-eterno, la paradoja y antítesis de creer sospechas y negar verdades y el revelador final, que nos descubre el motivo de tanta ansiedad, locura, ilusión y confusión: la ausencia de la amada y la pasión amorosa que consume al amante convirtiendo su vida en un infierno.

Un Soneto me Manda Hacer Violante

Soneto improvisado en el que Lope demuestra su gran ingenio y facilidad para versificar, desarrollando un tema inusual, metaliterario, pues nos explica lo que es un soneto a la vez que compone uno.

Es admirable la conjunción que logra entre forma y significado. A medida que va desarrollando la explicación de lo que es un soneto y sus partes, estas coinciden con las explicaciones (“van los tres delante”, “estoy a la mitad de otro cuarteto”, “por el primer terceto voy entrando”, “fin con este verso le estoy dando”, “ya estoy en el segundo”, “voy los trece versos acabando”). Aún más sorprendente y admirable es el irónico final, final redondo y concluyente.

El poema es un estupendo ejemplo de la importancia que se le da en la época barroca a los alardes de ingenio, en este caso utilizando un lenguaje coloquial, sin retórica, con una ironía y desparpajo que nos lo hacen simpático, a pesar de su evidente presunción.

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